viernes, 28 de agosto de 2020

MIR: 55 AÑOS JUNTO AL PUEBLO, HACIENDO CONCIENCIA Y LUCHANDO POR LA REVOLUCION – Parte VII


"La izquierda revolucionaria ante el triunfo de la UP se ve enfrentada a un proceso político que no controla, ni dirige, lo que no cuestiona en absoluto sus planteamientos estratégicos fundamentales, transformando su quehacer, desde una actividad netamente combativa en contra de la burguesía, en una actitud vigilante ante las posibles reacciones de la burguesía y el imperialismo en contra del Gobierno Popular, sin perder de vista sus objetivos"
“Documento interno sobre resultado electoral”, septiembre 1970


El MIR y el momento previo al período prerrevolucionario: el trabajo propio, la UP y lo electoral

En consonancia con el sentir de los sectores populares, que el MIR recogía a través del trabajo político al interior de los frentes; los diversos riesgos que conllevaban; y también las conversaciones entre el partido y la Unidad Popular UP, realizadas a un alto nivel desde diciembre 1969 y donde participaron Salvador Allende y Miguel Enríquez, el MIR decide suspender sus operaciones de expropiaciones armadas en marzo del 70. La última acción de éste tipo fue el 23/2/70, cuando el "Comando Rigoberto Zamora" expropia el Banco Nacional del Trabajo, del grupo Said-Kattan. Entonces, se informa que: “El MIR devolverá a todos los obreros y campesinos del país ese dinero, invirtiéndolo en armas y en organizar los aparatos armados necesarios para devolver (…) lo que les han robado todos los patrones (…), o sea, para hacer un gobierno obrero y campesino que construya el socialismo en Chile” (PF Nº 99, 3/3/70). El accionar de propaganda armada se suspendería, definitivamente, a fines de junio de 1970.

No obstante, la detención de las acciones ‘especiales’ no implicaba que el quehacer interno en éste ámbito lo hiciese. Conducido estrechamente por Miguel y la Dirección Nacional, éste se diversifica. Al tiempo que se continúa construyendo fuerza especial propia, se trabaja en la perspectiva de defender un eventual triunfo de la izquierda. Encabezado por Luciano, se inicia el trabajo de inteligencia contra la conspiración de la derecha y el gobierno yanqui para impedir el triunfo de Allende; se prosigue el trabajo político clandestino y de reclutamiento al interior de las diversas ramas de las FFAA y de Orden; comienza a construirse armamento casero en talleres propios; se fortalecen las unidades operativas; se acomete la constitución de milicias en los frentes dentro de un plan general de enfrentamiento ante un posible Golpe Militar, etc.

En relación con las tareas mencionadas, luego de amplias conversaciones con Allende y de conocerse planes de ataques reaccionarios en su contra (la CIA y transnacionales financian y equipan a comandos derechistas y uniformados golpistas tipo Viaux, ver telegrama del Dpto. Estado EEUU, abril 70), en los meses finales de la campaña (julio-agosto de 1970) el MIR asume la tarea de formar su primer Dispositivo de Seguridad (conocido después como GAP), lo que además le permitió acceder a recursos, infraestructura y entrenamiento militares. Quienes aportaron a la organización e instrucción de este primer dispositivo fueron comandos Boinas Negras, que habían sido expulsados del Ejército entre 1969-1970 por sus vínculos con el MIR. Algunos de estos también estaban ligados al PS, como era el caso del compañero Mario Melo Pradenas, ex teniente de las Fuerzas Especiales castrenses, el que luego de disgregarse el primer GAP, a comienzos del 71, continuó apoyando en tareas de adiestramiento a militantes del partido. Luego del Golpe Militar, 8 de esos compañeros exuniformados serían asesinados y 3 permanecen como desaparecidos, todos a manos de sus otrora colegas (Ver caso de Melo, un detenido desaparecido hasta hoy, en memoriaviva.com).

En el plano del trabajo político semi-abierto (recordemos que el MIR aún permanecía en la clandestinidad, luego de ser proscrito por el gobierno DC en junio 69), se aprovechó la agudización experimentada por la lucha de clases en el período y la coyuntura electoral de 1970 para penetrar en los sectores más radicalizados del movimiento popular. En este punto, el partido sostenía que el triunfo electoral UP, en septiembre de 1970 y la llegada al gobierno de Salvador Allende, en noviembre del mismo año, podría constituir un, “excelente punto de partida para la lucha directa por la conquista del poder por los trabajadores, que incorporando nuevos contingentes de masas y bajo nuevas formas de lucha, con seguridad terminará en un enfrentamiento entre los explotadores nacionales y extranjeros por un lado y los trabajadores por el otro.” (El MIR y el triunfo de Salvador Allende, 09/1970).

Con todo, en un análisis más detallado de las propuestas estratégicas y programáticas de la UP, el MIR tenía claro la esencia y limitaciones históricas del conglomerado. Así, se lo definía como un aspirante a un gobierno pequeño burgués reformista de izquierda, expresión de una alianza entre restos burgueses de un viejo bloque histórico dominante (fracción P. Izquierda Radical del P. Radical), el reformismo pequeñoburgués (Allende, tecnocracia y burocracia UP), el reformismo obrero (P. Comunista) y el centrismo de izquierda (P. Socialista y el MAPU). En un comienzo, su base de apoyo social era amplia e incluía a importantes sectores de la pequeña burguesía, de la clase obrera y pobres del campo y la ciudad. El proyecto político de la UP fue, en su esencia y en la práctica, un modelo reformista, de cambios graduales dentro del Estado de clase, lo que se expresaba en su celosa mantención y respeto del orden burgués, además de buscar el resguardo de su gobierno mediante una alianza con una fracción de la clase dominante.

Por el contrario, la estrategia del MIR reconocía la existencia en América Latina, y por ende también en Chile, de un bloque en el poder constituido por intereses imperialistas, en especial norteamericanos, y por las clases dominantes internas, ligados estrechamente por sus compromisos económicos, políticos y militares. Para el MIR, las contradicciones que atravesaban a los dos componentes del bloque en el poder no eran antagónicas, sino que estas sólo tenían relación con las formas y montos de las cuotas que les correspondían en el botín de explotación. Pero, por sobre estas contradicciones, prevalecía el interés común por mantener el sistema de dominación y explotación sobre el que se sustentaba su poder y su riqueza. Este marco referencial hizo que el Programa mirista se definiera como antiimperialista, anticapitalista y socialista. Para el partido, la composición del bloque dominante y la magnitud de sus intereses hacían inviable una estrategia de ocupación gradual de espacios al interior de la institucionalidad burguesa para, a partir de ello, avanzar al socialismo, como lo sostenía el conglomerado de partidos aglutinados en la UP. Esta percepción diferente del carácter que asumía la lucha de clases en Chile llevó a los más ácidos y violentos enfrentamientos entre el MIR y sectores más tradicionales dentro de la UP durante el período 19701973.

Ahora, ante la pregunta: ¿cuál será la reacción de la burguesía cuando los trabajadores intenten adueñarse de la tierra y las fábricas?, hecha por la dirección mirista poco después del triunfo de Allende en las urnas (4/9/70), su respuesta era “clara y categórica” (y premonitoria):

“La burguesía y el imperialismo defenderán a muerte sus intereses, que son los que le da existencia como clase. Cuando los trabajadores sean los dueños de la tierra y de las fábricas, no necesitarán a la burguesía ni al imperialismo (al contrario), de lo que podemos deducir que la burguesía no firmará voluntariamente su acta de defunción. / La burguesía y el imperialismo tienen sus organismos de defensa (sus aparatos represivos) y usará la fuerza armada para definir cualquier situación que atente en contra de sus privilegios, por eso es válido nuestro planteamiento que dice lo siguiente: / ‘La solución a los problemas de Chile es sustituir el sistema capitalista dependiente por un sistema socialista. Pero, el establecimiento de este sistema, por su carácter antagónico con el capitalismo, se obtendrá después de un agudo enfrentamiento de clases, enfrentamiento que tiene por objetivo destruir a la clase dominante (la burguesía) y a los instrumentos con los cuales ésta domina (Estado, FF.AA.). Este enfrentamiento, en definitiva, será un enfrentamiento armado, por lo cual nos preparamos para luchar con el pueblo, nos preparamos para organizar al pueblo (...)” (“Documento interno sobre resultado electoral”, MIR, septiembre 70).

De cara a lo electoral, el MIR siempre fue claro en rechazar las elecciones como una vía posible para el acceso popular al poder político. Las consideraba, “la renovación formal de las partes constitutivas” del Estado burgués, asumiendo que, “Toda la superestructura legal y jurídica de la sociedad actual fue construida por la clase dominante según sus necesidades, y los límites de ella fueron establecidos para la conservación del poder en sus manos”. Por ello, “Toda otra ilusión de pretender competir por la conquista del poder en ese terreno, no sólo es una soberana imbecilidad, sino también una búsqueda de la derrota por anticipado”. En la práctica:

“quienes se propongan combatir, no sólo al capital extranjero, sino también a sus más íntimos aliados y representantes nacionales: las burguesías industrial y agraria; quienes combatan contra el imperialismo y contra el capitalismo también; (…) los que en definitiva estén por una revolución fundamentalmente socialista, deben rechazar las elecciones y desarrollarse al margen y en contra de ellas, como expresión de la legalidad que pretenden destruir” (“Posición del MIR: elecciones, no; lucha armada único camino”, enero 1969).   

Dicha posición, si se observa con atención, no cambia en los meses previos a la elección de Allende. De hecho, refrendando que el MIR no se subía por atrás al carro de la victoria UP, declara que:

“En mayo de este año [1970] nos propusimos públicamente no llamar a la abstención, no desarrollar actividades electorales propiamente tales y no dedicarnos a la búsqueda de votos por los clásicos métodos de la Izquierda; así lo hicimos. Como lo afirmáramos entonces, desarrollamos una intensa actividad política en los sectores más empobrecidos del movimiento de masas y pusimos nuestro esfuerzo en empujar las movilizaciones de los trabajadores por sus reivindicaciones por métodos revolucionarios. En la medida de nuestras fuerzas lo hicimos en las luchas obreras (…), entre los campesinos (…), entre los mapuches (…), entre los obreros del carbón, los textiles (…), entre los pobladores en las tomas (…), y entre los estudiantes secundarios y universitarios a lo largo de todo el país. Como lo dijimos en mayo y en agosto [de 1970], desarrollamos nuestros nacientes aparatos armados y los pusimos al servicio de una eventual defensa de un triunfo electoral de la Izquierda. Así fue durante 1970, así fue el 4 de septiembre y así es actualmente” (El MIR y el triunfo de Salvador…).

Desde la elección del presidente Allende, el MIR definió su relación con éste como una alianza informal de “apoyo crítico”. Fue una interacción compleja, de unidad estratégica en el objetivo común de construir un Chile socialista y una democracia revolucionaria, y -a la vez- de fuertes tensiones por las discrepancias tácticas sobre cómo hacerlo.

Pero he aquí una línea de crítica histórica, que alcanza hasta hoy, debido a la declinación del MIR a alentar la campaña electoral de la UP, a integrarse a esta o bien en tareas gubernamentales, además de parecerles bastante soso aquello de un ‘apoyo crítico’. Al parecer, el origen de dicha queja proviene de quienes se alejaron del partido a mediados del 69 (ofuscados por la materialización de lo planteado en el documento Posición del MIR: elecciones, no; lucha armada único camino”), en especial centristas y trotskistas, destacándose entre estos últimos Luis Vitale, quien en su Historia del MIR, asevera que:

“(…) el MIR cometió uno de los mayores errores políticos de su historia al no llamar a votar por la candidatura popular de Allende, insertándose en las bases de sus miles de comités independientes, de los cuales pudo haber emergido como un partido de cuadros con gran apoyo e influencia en los sectores populares y en las bases de los partidos de izquierda. Sus 2500 militantes podrían haberse multiplicado si se hubiera acordado esa posición táctica” (p. 29).

Aún en la actualidad, a 50 años del triunfo de Allende, se puede escuchar a compañeros, inclusive de raigambre mirista, considerando como un error en la política del MIR su no adscripción sin más a las políticas de la UP y su proyecto reformista.

Unos y otros caen en las mismas falacias y errores en cuanto al escarnio al que someten al MIR por su aparente desamor por el gobierno allendista. Sin duda, la causa es su ignorancia política y sobre el período.

La principal falla de los fustigadores del MIR sobre el particular consiste en creer, sin una reflexión política de fondo, que la UP estaba deseosa por empujar a la mayoría popular de trabajador@s, campesinos, pobladores y capas medias asalariadas por la senda de un cambio radical que les condujese al Socialismo. En realidad, el período prerrevolucionario fue una carrera contra el tiempo para el MIR y los sectores revolucionarios, los cuales intentaban –efectivamente- impulsar tal orientación al interior del pueblo; en circunstancias que, esa misma disposición, era postergada y hasta reprimida por gran parte de la UP.

De haber aceptado el MIR apoyar acríticamente a la UP, de integrarse inclusive en tareas de gobierno, habría comprometido las tareas estratégicas que se venía planteando desde su creación. No hubiese podido libremente desarrollar su política de construcción de embriones de Poder Popular: las Asambleas Populares (como la Asamblea del Pueblo levantada en Concepción, julio 72); los Comandos Comunales y Provinciales, y sus símiles en el ámbito Campesino; los Cordones Industriales; los Comités de Abastecimiento Populares; proyectos que prefiguraban la nueva sociedad socialista en espacios poblacionales, como el de ‘Nueva La Habana’; etc. No podría haber impulsado un nuevo ciclo de acciones directas de campesinos, trabajador@s, estudiantes y mapuche, desplegadas en el período prerrevolucionario contra intereses patronales y que la UP atacó; hubiera sido imposible para el MIR llamar a la reagrupación de los revolucionarios de dentro y fuera de la UP cuando, a fines del 72, la burguesía evidencia su golpismo (y frente al cual la UP hizo la vista gorda o lo minimizo), etc. ¡Y para qué hablar sobre atreverse a insinuar algo de su estrategia de Guerra Popular!

Finalmente, los potenciales ‘aliados’ evidentemente no deseaban uno del estilo del MIR. Una prueba irrefutable de ello fue el asesinato a manos de integrantes de las JJCC del compañero Arnoldo Ríos Maldonado, un mirista y estudiante de la U de C, en diciembre de 1970. Y vaya, vaya lo que decían sobre el MIR los medios oficiosos de la izquierda tradicional: “Por supuesto que en la integración de los organismos de la campaña [de la UP] (…) nada tienen que hacer los ultraizquierdistas, ni como grupos ni individualmente. Ellos no tienen interés en fortalecer las posiciones de las fuerzas antiimperialistas y antioligárquicas”, El Siglo, 8/2/70. Huelgan los comentarios.      


Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR

30 DE AGOSTO DÍA DEL DETENID@ DESAPARECID@ A RECORDARLOS LUCHANDO EN LAS CALLES.


martes, 25 de agosto de 2020

CONTRIBUCIÓN AL DEBATE DE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA LEGALIDAD PUESTA AL SERVICIO DE L@S EXPLOTAD@S EN CHILE.


Un aporte al debate de la construcción de la Nueva Legalidad en Chile: Una institucionalidad puesta al servicio de los Explotad@s.  Ni apruebo ni rechazo, todo se conquista en las calles.

En la tarde del 18 de octubre de 2019, como un rayo en medio de un cielo sereno, se produjo un terremoto social, el cual vino a cuestionar las formas políticas, jurídicas, económicas y culturales de Chile.  Por cierto, el motor de dicho movimiento fueron los jóvenes, y específicamente, los estudiantes secundarios, que al grito de “evadir, no pagar, otra forma de luchar”, coparon estaciones del tren subterráneo, conocido como Metro de Santiago (Latinoamérica Piensa, 2019).  En este sentido, cabe señalar el mérito de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES, quienes convocaron a dicha acción de protesta social ante una nueva alza de las tarifas aplicada a aquel medio de transporte.  Dicha organización estudiantil fue capaz de provocar el trueno en ese cielo que se mantenía sereno desde el 11 de marzo de 1990, y ha mantenido su protagonismo a lo largo de todo el desarrollo de lo que algunos denominan “estallido social”, otros “Rebelión Popular”, “alzamiento popular”, o “contingencia”.  La ACES representa, en lo político, a aquellos sectores que quieren transformar radicalmente el sistema de dominación impuesto en Chile desde el 11 de septiembre de 1973 (La Tercera Domingo, 2020).

Luego, ya en el ocaso de ese mitológico día, l@s trabajador@s, que debieron en muchos casos volver a sus hogares caminando, al llegar a sus hogares se encontraron que en las Poblaciones se estaban desarrollando acciones de protesta social, bajo múltiples formas de lucha.  De esa forma, ya en la noche, se pusieron en marcha los sujetos históricos que cuestionan las formas estatales actuales de dominación: los jóvenes, l@s trabajador@s, l@s poblador@s, l@s cesantes, l@s jubilad@s, l@s pueblos originarios, l@s ambientalistas, l@s marginad@s del modelo económico.  Como un reguero, al alba surgieron organizaciones locales o se potenciaron otras ya existentes, todas las cuales se abocaron a impulsar el alzamiento popular.  Comenzó un proceso de teorización en torno a lo ocurrido por parte de expresiones políticas que se oponen radicalmente a la estructura económica, jurídico-política instalada desde comienzos de los “90s; por ejemplo, la Coordinadora Nacional del MIR (2019) afirma: Resulta urgente que la Izquierda Revolucionaria (IR) se una, aunque sea a un nivel federativo, y logre construir propuestas claras y asequibles al interior mismo del MP en ciernes. Para esto último, debe echar mano de todos sus vínculos con los elementos más avanzados de los diversos sectores en pie de lucha, intentando ganar la conducción de los frentes y las organizaciones que los integran, saliéndole al paso a aquellas fuerzas que van desde el reformismo y el neorreformismo (léase la naciente US y el FA, respectivamente) a los grupos mantenedores (exNM)… se requiere que los revolucionarios y aquellos sectores más políticamente conscientes de entre los movilizados impulsen mayores grados de unificación de las demandas y luchas en cuestión, de ir desarrollando instancias concretas de organización y de avanzar a la construcción de gérmenes de poder popular, entre los cuales resulta fundamental la conformación -al calor de la lucha clasista- de Asambleas Populares Locales, Comunales y Provinciales en todo el territorio nacional (p.p 2-4).

Se debe señalar como algo fundamental que el cuestionamiento al Bloque en el Poder y al Bloque Político de Estado, iniciado desde ese 18 de octubre de 2019, de modo concreto, con manifestación de voluntad reflejado en acciones directas, expresivas, correspondió, en un primer momento, el más álgido, a los sectores sociales más perjudicados por el desarrollo de la dominación política y económica impuesta hace casi 47 años, prolongada en estos últimos 30 años y no por los sectores, que erradamente, se tipifican como “clase media”.  Así, no coincidimos con lo expresado por Folchi: Contra todo pronóstico, la que protestaba era la clase media, un verdadero acertijo para el gobierno” (p.10).  En un primer momento, fueron los sectores populares, l@s explotados, quienes ejercieron la protesta social masiva, la que se extendió en cosa de horas a todo Chile, y luego los sectores medios y la pequeña burguesía se sumarían a la movilización. 

El gobierno de turno y las FFAA y de Orden, avalados por el congreso nacional, respondieron, en un primer momento, mediante una cruenta represión.  En forma sistemática se usó la violencia directa e irracional por parte de efectivos de Carabineros, Investigaciones y uniformados.  Doloroso resultó la práctica sistemática de disparar perdigones y balas a los ojos a l@s protestantes y luego atropellarlos con los carros policiales.  En la persona de Gustavo Gatica (BBC News Mundo, 2019), se puede reflejar esta reacción propia de un sistema de dominación inflexible y violento.  Y repetimos e insistimos en el concepto de “práctica sistemática”, pues eso configura una sistemática violación a los DDHH, lo que no fue admitido por Sergio Micco, encargado del Instituto Nacional de Derechos Humanos (Emol Nacional, 2019).  Por otro lado, se aprobó por parte del Congreso Nacional un proyecto de ley que envió el ejecutivo, que se conoce como ley antisaqueos y antibarricadas (Emol Nacional, 2019), pero que algunos sectores denominan como una nueva “ley maldita”.

Al fragor de casi más de 5 meses de movilizaciones a nivel nacional, las cuales se vieron interrumpidas a fines de marzo producto de la llegada de la pandemia por corona virus, se fueron plasmando los objetivos políticos del alzamiento popular, los cuales se pueden resumir en: salida del actual gobierno, cierre del Congreso Nacional, establecimiento de un Gobierno Popular que sea capaz de asegurar la realización de una Asamblea Popular Plurinacional Paritaria Constituyente Autoconvocada.  Es fundamental comprender que la Idea cuando se encarna en miles y miles, en millones, se vuelve un factor material que impulsa no sólo a la acción, sino que a cumplir los objetivos trazados.  Sin duda, el arma de la crítica no puede reemplazar a la crítica de las armas, y la fuerza material debe ser derrocada por una fuerza material; no obstante, también la teoría se convierte en una fuerza material ni bien prende en las masas.  La teoría es capaz de conmover a las masas una vez que ella demuestra ad hominem, y ella demuestra  ad hominem una vez que deviene radical.  Ser radical es tomar la cosa desde su raíz.  Ahora bien, la raíz, para el hombre, es el hombre mismo (Marx, 2004).

Debemos necesariamente hacer un comentario sobre lo económico, pues resulta fundamental a la hora de analizar lo político-jurídico.  La tesis, ampliamente diseminada y por ello aceptada como moneda de curso legal, pero que esconde lo real, lo concreto, que afirma que las clases sociales se definen por el nivel de ingresos, por lo que percibe el individuo en su tiempo socialmente necesario en la actividad productiva, no sólo es errónea, sino que oculta el origen de la desigualdad.  O expresado de otra forma, como lo hace Anchustegui (2012): Por tanto, los denominados «derechos sociales», que son inherentes al «Estado de Bienestar», no tienen capacidad alguna de alterar las relaciones de poder en la esfera productiva, ya que sólo afectan a los mecanismos de la distribución de recursos, pero no tienen ninguna influencia sobre los aparatos de producción.  Por ello, agregamos nosotros, es imprescindible proceder a la socialización de las fuentes, medios de la producción y distribución, lo que per se no asegura condiciones de equidad, por cierto, si no está controlada esa socialización por las mayorías, por las multitudes organizadas en órganos de poder concreto, con poder de imperio.

El objetivo de estas letras es aportar al debate necesario para construir una nueva legalidad al servicio de l@s Explotad@s, aportar a  redactar un esbozo de una nueva Constitución Política, capaz de superar la actualmente vigente y que nos rige desde 1980, la cual no ha hecho más que sancionar legalmente la injusticia, la desigualdad y la impunidad impuestas desde entonces.  Sin embargo, decir de inmediato que la nueva institucionalidad que emane de un nueva carta fundamental debe ser obra, de una vez por todas, de los nadie, de los nunca, de los ninguneados, de los que ya están escribiendo una nueva legalidad con lápiz grafito, con tiza, con carbón, con cualquier medio que sirva para escribir; éste será sólo un humilde aporte.  ¡Ya es hora de ver hasta dónde nos han traído los expertos!

Como base referencial se ha tomado la Constitución Política de la República Socialista de Cuba.  Insistimos que lo aquí escrito es sólo un aporte al debate que ya se inició en Chile y que debe superar el fraude constituyente convocado por Piñera.

BRIGADA DE PROPAGANDA MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA.
Agosto 25 de 2020.
Porque en cada Agosto renace la Esperanza.


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA POPULAR DE CHILE  2020

BASES DE LA INSTITUCIONALIDAD

Capítulo I

Artículo 1°.- Ningún principio, ley, norma, decreto, reglamento, de esta Constitución ni nada que emane consecuentemente de ella, podrá afectar de modo alguno a la persona, de ser así, dicho principio, ley, norma, decreto, reglamento o de lo que emane de la Constitución será considerado nulo.  La felicidad individual y colectiva es el objetivo central del Estado Popular chileno.

Artículo 2°.- Las personas nacen y permanecen libres e iguales en dignidad y en derechos.

El Estado Popular considera a la Familia y a la persona como el núcleo fundamental de la sociedad y para ello dispondrá de todos los medios para su efectivo desarrollo espiritual y material. Considerando a la familia como aquella donde hay lazos afectivos y relaciones de solidaridad y colaboración entre las personas, en un mismo espacio; una relación estable y en evolución, que sirve de marco de referencia social.

El Estado Popular se organiza con todos y para el bien de todos, asegurando en todas sus acciones, férreamente, el bien común, propendiendo a las acciones concretas para asegurar el bien común.  El Estado Popular se funda en la dignidad, el trabajo, la ética, la solidaridad y el humanismo de sus ciudadanos, para permitir el bienestar y la prosperidad individual y colectiva.

Es deber del Estado Popular y de sus ciudadanos resguardar la seguridad del territorio nacional, dar protección a la población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional.

Artículo 3°.- Son emblemas nacionales la bandera que refleja el carácter plurinacional del Estado Popular chileno, el escudo de armas surgido tras el 18 de octubre de 2019 y el himno nacional creado tras la misma fecha, denominado “Hasta que la Dignidad se haga costumbre”.

Artículo 4°.- Chile es un Estado Popular de derecho y justicia social.  Chile es un Estado Democrático Popular, federativo, plurinacional, con participación paritaria de género en las decisiones políticas.  Su nombre es República Popular de Chile.

Artículo 5°.- La Soberanía reside esencial e intransferiblemente en el Pueblo, del cual emana todo el Poder del Estado.  El Pueblo la ejerce directamente o por medio de las Asambleas Populares, Asambleas Territoriales, Asambleas Sectoriales y de los demás órganos del Estado que de ellas se generen.  Asimismo, la juventud, en sus diversas actividades, a través de Asambleas propias, es amparada y reconocida como parte fundamental del Estado Popular.

Artículo 6°.- La presente Constitución es la norma jurídica suprema del Estado Popular.  Todas las personas y todos los órganos del Estado Popular están obligados a cumplirla.  Todos los actos y las disposiciones de los órganos del Estado Popular, se  ajustan a lo que esta dispone.

Artículo 7°.- Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
     Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.  Lo contrario será sedición y todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley señale.

Artículo 8°.- Todos los órganos del Estado Popular, todos quienes lo componen, están obligados a respetar, atender y dar respuesta a las necesidades del conjunto del Pueblo, establecer y mantener una relación directa con éste y supeditarse a su dirección, en las formas establecidas por la Constitución y las leyes.  Todos quienes componen los órganos del Estado Popular tienen el carácter de elegibles en forma directa y revocable en todo momento, además de la rotación permanente en sus direcciones.

Artículo 9°.- La Soberanía y jurisdicción del Estado Popular, emanada y controlada por sus órganos, se ejerce sobre todo el territorio nacional, sobre el medio ambiente y los recursos naturales.  Se establece la propiedad colectiva de las fuentes y medios de producción y los medios de distribución.

Artículo 10°.- Queda consagrado en esta Constitución el derecho de combatir por todos los medios los intentos de derrocar el orden social, político y económico, establecido por la mayoría nacional en el presente cuerpo jurídico.


De los Derechos y Deberes Constitucionales

Capítulo III

Artículo 19.- La Constitución Política del Estado Popular asegura a todas las personas:
1°.- El derecho a la vida y a la integridad espiritual, física y moral, a  libertad, a  la  justicia,  la  seguridad,  la  paz,  la  salud, la educación, la cultura, la recreación, el deporte y a su desarrollo integral, sobre todo a niños, niñas y jóvenes.  En especial a las mujeres se les  asegura  el  ejercicio pleno  de  sus  derechos  sexuales  y reproductivos, las protege de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones y espacios,  y  crea  los  mecanismos  institucionales y legales para ello;

2°.- La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Todas las personas son iguales ante la ley.  Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;

3°.- La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.  Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado si hubiere sido requerida.  La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes no puedan procurárselos por sí mismos. La ley señalará los casos y establecerá la forma en que las personas naturales víctimas de delitos dispondrán de asesoría y defensa jurídica gratuitas, a efecto de ejercer la acción penal reconocida por esta Constitución y las leyes. Toda persona imputada de delito tiene derecho irrenunciable a ser asistida por un abogado defensor proporcionado por el Estado si no nombrare uno en la oportunidad establecida por la ley.  Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho. Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación racionales y justos.  La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.  Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.  Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en ella;

4°.- El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia, y asimismo, la protección de sus datos personales. El tratamiento y protección de estos datos se efectuará en la forma y condiciones que determine la ley;

5°.- La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada. El hogar sólo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley;

6°.- La libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público;

7°.- El derecho a la libertad personal y a la seguridad individual;

8°.- El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza;

9°.- El derecho a la Salud, la salud pública es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación, en todos los niveles en que se estructura la red pública de Salud;

10°.- El derecho a la Educación, y es responsabilidad del Estado, garantizar servicios de educación gratuitos,  asequibles  y  de  calidad  para  la    formación integral, desde la primera infancia hasta la enseñanza universitaria de posgrado y doctorado;

11°.- Derecho al agua, a la vivienda, a la alimentación sana y adecuada, a consumir bienes y servicios de calidad y que no atenten contra su salud, y a acceder a información precisa y veraz sobre estos, a participar en la vida cultural y artística de la nación;

12°.- En específico a los ciudadanos, a  participar  en  la  conformación, ejercicio y control del poder del Estado; en razón a esto pueden, de conformidad con la Constitución y las leyes: a)  estar inscritos en el registro electoral; b) proponer y nominar candidatos; c)  elegir y ser elegidos; d) participar  en  elecciones,  plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democrática; e) pronunciarse  sobre  la  rendición  de  cuenta  que les presentan los elegidos; f)  revocar el mandato de los elegidos; g) ejercer la iniciativa legislativa y de reforma de la Constitución; h) desempeñar funciones y cargos públicos, y i) estar informados de la gestión de los órganos y autoridades del Estado;

13°.- La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en el ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley;

14°.- El derecho a reunirse pacíficamente sin permiso previo y sin armas.  Las reuniones en las plazas, calles y demás lugares de uso público se regirán por las disposiciones generales de policía;

15°.- El derecho de presentar peticiones a la autoridad, sobre cualquier asunto de interés público o privado, sin otra limitación que la de proceder en términos respetuosos y convenientes; y el derecho de asociarse sin permiso previo;

16°.- El  derecho  al  trabajo. La persona en condición de trabajar tiene derecho a obtener un empleo digno, en correspondencia con su elección, calificación, aptitud  y  exigencias  de  la  economía  y  la  sociedad;

17°.- El derecho a la seguridad social de carácter tripartito, solidario y administrado por los propios Trabajador@s;

18°.- El derecho de sindicarse en los casos y forma que señale la ley. La afiliación sindical será siempre voluntaria;

19°.- La igual repartición de los tributos en proporción a las rentas o en la progresión o forma que fije la ley, y la igual repartición de las demás cargas públicas;

20°.- El  derecho  al  disfrute  de  los  bienes  de  su  propiedad. El Estado garantiza su uso, disfrute y libre disposición, de conformidad con lo establecido en la ley. La  expropiación  de  bienes  se  autoriza  únicamente atendiendo a razones de utilidad pública o interés social y con la debida indemnización. La ley establece las bases para determinar su utilidad  y  necesidad,  las  garantías  debidas,  el  procedimiento para la expropiación y la forma de indemnización;

21°.- La libertad para adquirir el dominio de toda clase de bienes, excepto aquellos que la naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres, al Pueblo Soberano o que deban pertenecer a la Nación toda y la ley lo declare así;

Capítulo IV

Gobierno

Artículo 24.- El Presidente de la República es el Jefe de Estado.  El Presidente de la República es elegido de entre los diputados de la Asamblea Nacional Popular, por un periodo de 4 años, y le rinde cuenta a esta de su gestión.  Para ser elegido Presidente de la República se requiere de la mayoría absoluta de los votos de los diputados de la Asamblea Nacional Popular.  El Presidente de la República no podrá postularse nuevamente a la elección.


Capítulo V

Sistema unicameral y cámaras federales

Artículo 46.- La Asamblea Nacional Popular es el órgano supremo del Poder del Estado.  Representa a todo el Pueblo y sus órganos y expresa su voluntad soberana.

Artículo 47.- La Asamblea Nacional Popular es el único órgano con potestad constituyente y legislativa en la República.

Artículo 48.- La  Asamblea  Nacional  Popular  está  integrada  por  diputados  elegidos por el voto libre, igual, directo y secreto de los electores, en la proporción y según el procedimiento que determina la ley.

Artículo 49.- Mismo procedimiento, alcances y potestades, poseen las Asambleas Provinciales Populares.


Capítulo VI

Poder Judicial

Artículo 76.- La función de impartir justicia emana del pueblo y es ejercida a nombre de  este  por  el  Tribunal  Judicial  Popular  y  los  demás tribunales que la ley instituye.  Los magistrados y jueces legos del Tribunal Supremo Popular son elegidos por la Asamblea Nacional Popular.
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Conceptos fundamentales usados en este aporte.

Para los tres  primeros conceptos siguientes, recomendamos la lectura de un texto del teórico sociopolítico y filósofo greco-francés Nicos Poulantzas, “Poder político y clases sociales en el Estado capitalista” (Poulantzas, 2007).  El último, corre a cuenta y riesgo del que esto escribe.

Bloque en el Poder: Este concepto, que corresponde a lo político-jurídico, surge desde lo económico, entendiendo cada una de las estructuras con su debida autonomía relativa, pero interconectadas estrechamente entre sí.  Este concepto, que se aplica a un modo de producción específico, da cuenta de la pluralidad de fracciones que en su unidad constituyen el conjunto de la clase dominante en un periodo determinado.  Así, por ejemplo, para el caso chileno actual, en la formación social coexisten diversas fracciones de esa clase o gran burguesía, que incluso pueden operar en forma conjunta: fracción terrateniente, fracción minera, fracción industrial, fracción industrial, fracción comercial.  En Chile, desde fines de 1950, se produce la fusión entre la fracción industrial con la fracción bancaria, con preeminencia de ésta última y surgiendo, entonces, la fracción monopólico-financiera. 

Importante es señalar que dentro del Bloque en el Poder existe una fracción que hegemoniza dicho bloque, supeditando a las demás fracciones y por ende a las clases sociales subalternas; para el caso chileno, es la burguesía monopólico-financiera.  La importancia de este concepto es que nos permite apreciar que su proyecto histórico, su capacidad para imponer sus objetivos, son los que determinan el devenir de la formación social.  Debemos considerar como protagonistas de este Bloque a los 7 grupos económicos principales de la actualidad. 

Bloque Político de Estado: Este bloque, que cuenta con autonomía relativa respecto del bloque en el poder (pues, de lo contrario, la dominación de clase sería grotesca), aunque supeditado políticamente a éste en lo grueso, se halla conformado en Chile, desde el 11 de marzo de 1990, por las representaciones políticas de la derecha, la antigua Concertación (y en todo lo que devino luego, o sea la ex Nueva Mayoría) y que en el presente ha subsumido al Frente Amplio y a Unidad Social. Son los encargados de mantener y reproducir el sistema de dominación imperante, pero asegurando “la paz social” y haciendo creer que existe la democracia.

Clase Media: Como ya se atisbó en la introducción, las clases sociales no se pueden definir por los ingresos de los individuos, sino que la definición de clases sociales pasa por otras coordenadas, siendo importante la relación de propiedad con los medios y fuentes de la producción y distribución.  El mito de la “clase media” opera como un mecanismo de control muy potente.  Sólo decir, por ejemplo, que el actual presidente de Chile señala en forma sistemática que él es de “clase media”.

Definición Ética: Como ya se señaló en alguna parte de este trabajo, “ser radical es tomar la cosa desde su raíz.  Ahora bien, la raíz, para el hombre, es el hombre mismo”.  Se podría atiborrar este trabajo, o cualquier otro, con citas de pensadores relevantes, de expertos, de sabios, de los que saben.  Sin embargo, reiteramos que es hora de preguntarnos hasta dónde nos han traído o llevado los expertos.  De igual modo, debiésemos preguntarnos si existe algún sistema económico, político, social, cultural, ideológico, perfecto y la respuesta salta a la vista: NO, pues siempre estará construido por el Ser Humano.  Con todo, la excusa más cobarde es culpar al destino, cuando el destino lo hacen los mismos Seres Humanos y sólo los Seres Humanos lo pueden cambiar.  Para algunos, democracia es votar de cuando en vez; para otros, democracia es poder comer cada día y muchas veces un pobre sabe más que un científico.  Recordemos que en Chile millones han sacado título de economistas para lograr el milagro de llegar a fin de mes.  Recordemos que en Chile, como un acto prodigioso, se nos ha hecho pensar que debemos levantarnos y acostarnos pagando por derechos humanos que son inherentes al Ser Humano por el sólo hecho de SER HUMANOS, como la Educación, la Salud, el Agua y un kilométrico etcétera.  Por eso, una Constitución Política debe estar al servicio de los intereses de la mayoría, de los nunca, de los nadie, de los ninguneados, que llevan en su corazón un mundo nuevo, compartido, que deben parir nuevas relaciones de producción y de reproducción de la Vida y como dice en miles de murallas: HASTA QUE LA VIDA SEA DIGNA VIVIRLA.

BIBLIOGRAFÍA

Anchustegui, E. (2012). Estado del bienestar, ciudadanía y globalización: el debate sobre los derechos sociales.  Recuperado de https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=Estado+del+bienestar%2C+ciudadan%C3%ADa+y+globalizaci%C3%B3n%3Ael+debate+sobre+los+derechos+sociales

BBC News Mundo.  (2019). Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50601375

Coordinadora Nacional del MIR. (2019). Declaración de la Coordinadora Nacional del MIR: ¡A darle continuidad al levantamiento popular junto a los pueblos y los trabajadores de Chile!  Recuperado de https://mirdechile2019.blogspot.com/2019/10/declaracion-de-la-coordinadora-nacional.html



Artaza, P, et al, (2019).  Chile Despertó. Lecturas desde la Historia del estallido social de octubre, p.9.  doi:  978-956-19-1165-9



Marx, C.  (2004).  Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, p.p. 61-62.  doi: 987-1074-19-0

Poulantzas, N.  (2007).  Poder político y clases sociales en el Estado capitalista.  Recuperado de https://esfops.files.wordpress.com/2013/07/poder-politico-y-clases-sociales-en-el-estado-capitalista-nicos-poulantzas.pdf