EL
MINISTRO DE “EDUCACIÓN” DEBE PEDIR DISCULPAS Y RENUNCIAR.
Estimado
Director: sobre las declaraciones del Sr Ministro de Educación, Sr. Raúl
Figueroa en un medio de comunicación en el que decía que los profesores y el
magisterio estamos cómodos en nuestras casas en este tiempo de pandemia, yo
tengo algo que informarle al Sr. Ministro.
Cuando
en los medios de comunicación, indica que es necesario el regreso a clases pues
los estudiantes están perdiendo el año escolar, le quiero mencionar al Sr.
Ministro que los estudiantes de este país no están perdiendo el año escolar, ya
que con todo el esfuerzo del mundo hemos sostenido el sistema escolar desde
nuestras casas hacia las casas de los y las estudiantes de Chile, claro, quizás
el Ministro dice que no hacemos nada, puesto que el ministerio no ha invertido
en la educación online ni en las capacitaciones a los docentes para que esta
actividad educativa se realice, lo hemos hecho por nuestra cuenta, contratando
un plan de internet o mejorando nuestro actual plan, además hemos adaptado un
sitio de nuestra casa, en mi caso, mi comedor, para poder realizar las clases.
La única alternativa que el ministerio nos entregó fue la priorización
curricular, pero alguna capacitación sobre cómo hacer clases on line, cómo
ocupar zoom, loom, meet, classroom, cómo editar pdf, o donde descargar ppts con
diseños entretenidos, eso, lo hicimos por nuestra cuenta.
Déjeme
explicarle además al Sr Ministro que la gran mayoría de nosotros, profesores y
profesoras de Chile tenemos que realizar las clases en medio de los quehaceres
de nuestro hogar, haciendo aseo, cocinando, lavando loza, cargando la lavadora
o la secadora, planchando, guardando ropa, entre otros tantos quehaceres del
hogar. Sin mencionar que además tenemos hijos, los cuales requieren nuestro
tiempo para además ayudarlos con sus tareas, y por si fuera poco, tratar de
ayudarlos con sus emociones en este tiempo de confinamiento. Parece poco
cierto? Pero no, aún queda más.
La
gran mayoría de los profesores y profesoras de Chile no somos expertos en
herramientas tecnológicas, por lo que tuvimos que capacitarnos observando
tutoriales en YouTube sobre ocupar classroom, sobre cómo enviar clases por
WhatsApp, o cómo crearnos cuentas en Instagram para poder continuar apoyando a
nuestros queridos estudiantes.
En
más de alguna oportunidad, hemos recibido videos de nuestros mismos colegas que
nos enseñan cómo usar estas herramientas.
Pero
como aún no queda claro que realizamos nuestro deber como corresponde le cuento
nuestro día: comienza la jornada generalmente a las 08.00 horas, revisando
actividades enviadas, principalmente por fotografía desde el celular de nuestros
estudiantes, los cuales no son fotógrafos profesionales, por lo tanto usted
entenderá lo difícil que es tratar de entender una imagen borrosa, a veces con
letra ilegible y tratar de descubrir sí cumple con el objetivo. No se preocupe,
el Oftalmólogo y los anteojos corren por nuestra cuenta.
Continuamos
con clases online, donde en 45 minutos, quizás una hora, tenemos que entregar
un conocimiento, desarrollar una habilidad, generar un aprendizaje
significativo en nuestros estudiantes. Continuamos con reuniones de
departamento, consejo de profesores, reunión con el equipo directivo, atención
de apoderados, consultas de los mismos estudiantes al whatsapp o a través de
Instagram y de pronto, son las 23.00 horas o en ocasiones más tarde aún, puesto
que hay que preparar la clase siguiente y continuar revisando lo enviado, pues
además de clases, usted sabe cómo buen ministro de educación, tenemos trabajo
administrativo.
A
eso sumémosle, que indagamos con nuestros apoderados si están pasando por un
momento difícil, de ser así y es mucho más de lo que quisiéramos, nos tenemos
que organizar para ayudarlos, informarles sobre la entrega de las canastas
junaeb, informarles sobre el estado de cumplimiento de sus hijos e hijas,
enviar información a nuestros conocidos sobre campañas que se realizan para
ayudar a las familias. Pedirles a nuestros conocidos que tengan alguna tablet o
computador o celular que no usen que lo
puedan donar para entregárselo a algún estudiante que no lo tiene. Creo que al
día le faltan algunas horas para realizar todo eso.
Para
poder cumplir con todo eso, realizar nuestra vocación como dicen los que
romantizan la educación, ocupamos sábados y domingos, los feriados y el tiempo
de receso que en algunos colegios nos han dado para descansar, pero en vez de
descansar, trabajamos.
Nos
ha tiritado el ojo, hemos tenido noches de insomnio, dolor de cuello, de
rodillas, de dedos, dolor de cabeza, pero eso a usted no le importa pues, “no
hacemos nuestro trabajo” y estamos “cómodos en nuestras casas”.
Señor
Ministro: usted se equivoca si cree que los profesores no queremos volver a las
clases presenciales. ¿Por qué se
equivoca?
Porque
los profesores sabemos que se aprende mas y mejor a través de la interacción
social (Vygotsky)
Porque
los profesores sabemos que se aprende más y mejor con los pares (aprendizaje
vicario)
Porque
los profesores sabemos que el aprendizaje experiencial en más profundo y
significativo (Ausubel)
Porque
los profesores sabemos que se aprende más y mejor cuando la emocionalidad está
en armonía (Casassus)
Hoy
señor Ministro esa emocionalidad no está en armonía, muchos de nuestros
familiares han muerto, muchos de nuestros apoderados están sin trabajo, muchos
de nuestros estudiantes son vulnerados.
Los
profesores hemos perdido mucho con esta modalidad de trabajo, no crea que no
queremos volver a las aulas.
Extrañamos
las interacciones efectivas con nuestros estudiantes, no tenemos sus diálogos,
ni sus risas ni sus gestos corporales que en la mayoría de las ocasiones hablan
más que sus palabras.
Extrañamos
los rostros entumecidos y somnolientos
de nuestros estudiantes por las mañanas que al pasar del día se transforman en
energía y calidez.
Extrañamos
nuestras pausas de recreo con los
colegas, que nos permitían conversar
sobre nuestros estudiantes y sobre nuestras clases.
Sabe
señor Ministro ahora nuestras pausas son para dar desayuno a nuestros hijos, para encender la lavadora o para preparar la comida.
Se
equivoca señor Ministro cuando nos juzga tan duramente. Detrás de las pantallas
de nuestros hogares hay un profesor o profesora haciendo clases con hijos en sus brazos, con labores
domésticas siempre pendientes, con largos trasnoches de preparación de clases
con un espíritu de enseñanza que usted ciertamente no comprende. Volveremos a
clases felices pero cuando nuestros niños, niñas, jóvenes y nosotros tengamos
las condiciones sanitarias necesarias
para hacerlo.
Espero
que pueda considerar que usted nos ha faltado el respeto a cada uno y una de los
docentes de Chile y el acto más humilde que podría tener, sería pedirnos perdón
por sus declaraciones desatinadas, desconocidas, fuera de toda lógica con la
realidad que vivimos los profesores y profesoras de Chile desde el lunes 16 de
marzo.
Saluda
a usted,
Cristián
Uribe Ramírez
Profesor
de este país.
Tiene
todo mi permiso para compartir.
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