jueves, 31 de diciembre de 2020

EL MIGUEL LE RINDE HOMENAJE A CUBA Y PLANTEA EL PROYECTO POLÍTICO DE L@S EXPLOTAD@S EN CHILE

El pensamiento político del Secretario General, Miguel Enríquez, es claro y es el pensamiento histórico del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR.  En las sentidas palabras de homenaje a la Revolución cubana, entregadas el 26 de julio de 1971, se encuentra no sólo la mirada respetuosa hacia lo ocurrido en la isla, sino que podemos apreciar las tareas pendientes en Chile.

 

En el Chile de 2021, la labor sigue, y seguirá, pendiente, si el conjunto de la Izquierda Revolucionaria, de la Izquierda anticapitalista, de los libertarios, no apuntan a contribuir a la unidad en la acción de quienes quieren destrozar radicalmente la forma de existencia a la que nos somete el conjunto de la patronal y sus empleados en el escenario político, o sea los partidos políticos de la derecha, la ex concertación hoy nueva mayoría, el frente amplio y unidad social.

 

Es fácil escribir que se debe tender a una Asamblea Nacional de Asambleas Populares y Territoriales, pero terriblemente difícil que ello ocurra en lo concreto.  Una Asamblea Nacional que acuerde un programa mínimo, un cronograma de lucha y objetivos políticos concretos.  De lo contrario, el alzamiento popular (que se debe enfrentar a los efectos “anestesiantes” del sistema de dominación, como el chamullo constitucional, el 10%, la continuación del exitismo-egoísmo-de ser ganadores, de considerar lo electoral como “forma de lucha”, en suma la permanencia de los valores que la clase dominante introduce en el campo popular), sólo seguirá siendo una respuesta desordenada a la infame opresión del conjunto de la patronal.

 

2021 debiese ser el año de la huelga general anticapitalista, combinada con la protesta popular, permanente, ininterrumpida, que golpee el corazón de la dominación capitalista.  Pero, para eso, como todo en la Vida, requiere de voluntades, de preparación y organización, y, por sobre todo, de decisión política.  Y en ese caminar de construcción, de preparación, es ostensible que debe ser la Población, el espacio natural donde esencialmente se reúnen los explotados, donde se hagan los principales esfuerzos de quienes quieren poner fin a esta historia sin perdón, hasta que la Vida sea digna vivirla.

 

No podemos terminar estas palabras, sin hacer la reflexión de que en dos momentos en que el Tirano Asesino Piñera ha estado en su punto más bajo de aprobación (en 2019 y 2020), han sido no sólo los mecanismos históricos de la dominación los que le salvaron la raja, sino que, además, y fundamentalmente, la acción de partidos políticos, frentes intermedios, agrupaciones, que viven de la “actual democracia” y en el chamullo constitucional se la jugarán para que todo cambie, para que todo siga igual.  No es menor la tarea política, la tarea ideológica, contra esos referentes, al igual que, lamentablemente, al interior del propio campo popular ante quienes prosiguen con la cantinela de que votar es “una forma de lucha”, cuando en el fondo con esa práctica sólo se fortalece a los ya poderosos.  No sería negativo levantar la consigna, así como se hizo en medio de la Unidad Popular: “avanzar, sin pensar, a la huelga general”.

 

BRIGADA DE PROPAGANDA MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA.

DICIEMBRE 31 DE 2020

 

Discurso del 26 de julio de 1971 en homenaje a la Revolución Cubana. Miguel Enríquez: “Hay que crear una nueva legalidad"(Punto Final N° 136, 3 de agosto de 1971)

 

Nos hemos reunido hoy para rendir homenaje a la primera república socialista de América: la Cuba Revolucionaria. Un homenaje a la Revolución Cubana hoy en Chile sólo puede hacerse destacando las lecciones que nos entrega y  en referencia a los logros, avances y  dificultades que el proceso de la Revolución chilena encuentra en este instante, proceso que recién comienzan los trabajadores hoy en Chile. La Revolución Cubana es revolución, y la saludamos hoy aquí, porque golpeó implacablemente a los dueños del poder y la riqueza y porque puso ese poder y riqueza al servicio de los intereses de los trabajadores del campo y la ciudad. La Revolución Cubana es revolución porque golpeó, denunció, destruyó y aplastó el poder norteamericano en Cuba. Es revolución porque comprendió que no se pueden  hacer  revoluciones  hoy  en  el  mundo  sin  entrar  a  enfrentar  y  combatir  al  imperialismo norteamericano. No se limitó a cambiar el régimen de propiedad jurídica; no se limitó simplemente a cambiar  de  propietario  las  empresas  norteamericanas  que  habían  en  Cuba  sino  que,  además, denunció al imperialismo como el principal enemigo de los trabajadores del mundo; además llamó al pueblo,  a  los  dos  mil  millones  de  humillados  y  ofendidos  del  mundo,  no  solamente  de  Cuba,  a combatir al principal enemigo de los trabajadores: el imperialismo norteamericano. "Sólo  es  revolución  la  que  denuncia  y  combate  como  enemigo del  pueblo  a  los  dueños  de  las empresas norteamericanas, de los bancos, de las fábricas y los fundos".

 

 La Revolución Cubana es revolución porque golpeó, destruyó y denunció a los dueños de los fundos, a  los  terratenientes  que había  en  Cuba,  a  los  dueños  de  la  tierra,  a  los  que  explotaban  a  los campesinos.  La  Revolución  Cubana  es  revolución  porque  golpeó,  destruyó,  denunció  y  aplastó implacablemente a los dueños de las fábricas, a los que explotaban obreros en Cuba. La Revolución Cubana es una revolución de verdad, porque golpeó y denunció a los dueños de los bancos, porque golpeó y destruyó la propiedad sobre los bancos privados, porque avanzó por el camino destruyendo enemigos, golpeando enemigos y mostrando enemigos. Es  revolucionario  el  proceso  cubano  porque  hizo  propiedad  de  todo  el  pueblo  la  tierra,  porque entregó  a  los campesinos  la  tierra,  no  de  algunos  fundos,  sino  de  todos  los  fundos.  Entregó  las fábricas a los obreros, no algunas fábricas, sino que todas las fábricas, todas las grandes fábricas a todos los  obreros. Es revolucionario el proceso cubano porque entregó los  bancos a propiedad de todo el pueblo, porque hizo del pueblo cubano dueño de todas las fábricas, todos los fundos y todos los bancos.

 

De  la  Revolución Cubana  debemos  aprender  lecciones.  Es  la  única  revolución que  se  ha  hecho  en América latina. Es la vanguardia hoy en América latina y es la primera república socialista de América. Y  es  revolución  porque  comprendió  que  sólo  puede  hacerse  una  revolución  en  el mundo,  una revolución  en  América,  sólo  si  se  golpea  al  enemigo; no  sólo  si  se  le  quita  la  propiedad  sobre  los medios de producción, sino también si destruye su propiedad, si denuncia al mundo la explotación imperialista  de  los  países  de  América,  si  al  mismo  tiempo  llama  al  mundo  entero  al  camino  de  la revolución. Si le muestra al mundo, como habría que hacerlo en Chile, que una revolución comienza hoy en Chile y ese es el camino de todo el pueblo, de toda América, de toda América latina, y de Chile también.

 

Sólo es revolución la que enfrenta y combate públicamente, la que denuncia a los  yanquis, la que denuncia como enemigos del pueblo a los dueños de las fábricas, a los dueños de los fundos, a los dueños de los bancos." Sólo destruyendo la legalidad y las instituciones que impidan el avance de los trabajadores, puede avanzarse en el camino de la revolución". Pero, para hacer una revolución en Cuba, no bastó exclusivamente la intención, no bastó solamente denunciar,  no  bastó  solamente  pronunciar  cuál  era  el  camino  del  pueblo  cubano,  sino  que  la revolución cubana, al mismo tiempo su dirección, Fidel Castro y el Partido Comunista Cubano, fueron destruyendo la legalidad, las ataduras que el sistema tenía. Para poder avanzar el pueblo, para poder construir el socialismo, fueron avanzando y caminando al mismo tiempo que iban destruyendo todas las  ataduras,  toda  la  legalidad,  todo  el  sistema  que  era  anterior  a  ellos.  Ese  fue  el  camino  de  la revolución, ese es el único camino en América, el único camino en Chile, el único camino en Cuba.

 

Cuando en Cuba se tomó el poder, todas las leyes, todas las instituciones, toda la justicia, todas las Fuerzas Armadas del régimen anterior estaban intactos. Existía un régimen anterior que era el que definía cuáles eran las relaciones, cuál era el camino, qué es lo que era legítimo y qué es lo que era ilegítimo. Los revolucionarios cubanos no sólo fueron golpeando a los enemigos, no sólo fueron caminando por el camino de la revolución. Los revolucionarios cubanos fueron rompiendo y destruyendo todas las ataduras que impedían el avance del pueblo, todo lo que impedía el camino de los trabajadores al socialismo.

 

  Rompieron   amarras,   destruyeron   limitaciones;   barrieron   con   las   barreras   que   les impedían  avanzar;  rompieron  y  crearon  nuevas  leyes;  las  leyes  que  les  impedían  avanzar  fueron destruidas  y  aniquiladas. Toda  muralla, todo obstáculo  al  avance  de  los trabajadores fue roto,  fue pasado a llevar. La Revolución Cubana sabía dónde iba, sabía lo que tenía que hacer y rompió toda muralla que se le puso en el camino. Nada podía impedir en Cuba el avance de los trabajadores, el avance  del  pueblo. Sabían los  revolucionarios cubanos que  las leyes, las  instituciones, todo  lo  que heredaron  del  régimen  anterior  fue  construido  por  los  dueños  de  los  fundos  y  las  fábricas,  fue construido  por  los  norteamericanos,  fue  construido  por  los  que  vivían  del  goce  del  privilegio  y  la riqueza.  

 

Sabían   los   revolucionarios   cubanos   que   todo   el   régimen,   todas   las   leyes,   todas   las instituciones fueron construidas para defender la riqueza de unos pocos. Sabían que todas las leyes, todas las instituciones, todo lo que era el régimen legal y jurídico de Cuba, estaba construido para oprimir al pueblo, para explotarlo, para mantenerlo en la miseria, para que unos pocos gozaran de la riqueza a costa de muchos que trabajaban. Por eso destruyeron las instituciones del régimen anterior y  crearon  nuevas,  al  servido  del  pueblo,  al  servicio  de  los  trabajadores.  Destruyeron  el  Estado, destruyeron  las  leyes;  construyeron  nuevas  leyes,  construyeron  un  nuevo  Estado,  nuevas  Fuerzas Armadas,   construyeron   nuevas   instituciones ,que   se   pusieron   al   servicio   del   avance   de   los trabajadores. Crearon una nueva legalidad, crearon una nueva justicia, crearon un nuevo gobierno, crearon  un  nuevo  Estado.  La  justicia,  el  Estado  y  la  legalidad  de  los  revolucionarios.  La  justicia,  el Estado y la legalidad de los trabajadores. Sólo así se pudo hacer una revolución, destruyendo la ley que había sustentado la riqueza de unos pocos, destruyendo las instituciones que amparaban el lujo y  los  privilegios  de  unos  pocos,  creando  otras  nuevas,  creando  los  caminos  que  los  trabajadores necesitaban para hacer una revolución. Sólo así se  hacen revoluciones en el mundo y  en América. Sólo  así  es  posible  hacer  revoluciones  en  Chile,  en  Cuba,  en  Vietnam,  en  China  o  en  la  Unión Soviética.

 

  Sólo  destruyendo  las  limitaciones  al  avance  de  los  trabajadores,  puede  avanzarse  en  el camino  de  la  revolución.  Los  trabajadores  conquistarán  el   poder,  los  trabajadores  realmente terminarán con el régimen de explotación cuando destruyan todo lo que los limite, todo lo que los frene, todo lo que impida su avance. Eso es lo que debemos aprender de Cuba. Esas son las lecciones de la Revolución Cubana; por eso Cuba es una Revolución; por eso Cuba es la vanguardia de América; por eso Cuba es la vanguardia de los movimientos revolucionarios de América latina; por eso Cuba es atacada; por eso Cuba sufre el cerco económico del imperialismo; por eso Cuba es combativa; por eso Cuba tiene que defender del imperialismo y de las agresiones; por eso respetamos a Cuba, por eso saludamos a Cuba, por eso hoy día rendimos un homenaje a Cuba.

 

Cuba no es solamente otra revolución; Cuba no es sólo una isla que está alejada de nosotros; Cuba es un  ejemplo  que  los  trabajadores,  los  obreros,  los  campesinos,  los  pobladores  y  los  estudiantes quieren seguir, se  disponen a seguir y  seguirán por todos los medios... Romperán los  trabajadores chilenos todos los obstáculos que se les opongan a] avance de ellos, todos los obstáculos que se les pongan por delante. Lo fundamental del 4 de septiembre en adelante es la capacidad de iniciativa y movilización ganada por los trabajadores.

 

Como  dijimos,  no  es  posible  hoy  en  Chile  saludar  a  la  Revolución  Cubana,  hacer  ningún  tipo  de homenaje a la Revolución Cubana, si no nos referimos al proceso revolucionario que recién comienza en  Chile.  No  es  posible  hablar  de  Cuba  sin  hablar  de  Chile  hoy.  No  es  posible  hablar  de  Cuba  sin hablar de los logros, los avances, que ha hecho el pueblo en Chile hoy y las tremendas dificultades y las tareas que tienen los trabajadores por delante. El  4  de  septiembre,  el  pueblo  y  la  izquierda  chilena  conquistaron  el  gobierno.  Conquistaron  una porción de poder, una parte del acceso a niveles de decisión. No conquistaron el poder. Los trabajadores de Chile no tienen aún el poder en sus manos. Tienen un instrumento eficaz, tienen en sus manos un instrumento importante que es el gobierno, y que si es bien utilizado, si es tomado como un instrumento de los trabajadores y de los revolucionarios podrá constituir un elemento, un instrumento que desarrolle e] trabajo y el camino hacia la revolución. Eso es  importante.

 

Y  por  eso  el  Movimiento  de  Izquierda  Revolucionaria  defiende  la  estabilidad  del gobierno. Desde el 4 de septiembre el gobierno ha venido tomando una serie de medidas en el cobre, sobre los bancos que eran de unos pocos, ha venido golpeando algunas industrias y pasándolas a propiedad de todo el pueblo; algunos fundos han pasado a propiedad de los campesinos y de todo el pueblo. Esas son cuestiones que aplaudimos en el gobierno, y que los trabajadores apoyan y defienden. Por eso ,defendemos la estabilidad del gobierno, defendemos al gobierno contra las agresiones de la reacción y apoyamos las medidas positivas que toma este gobierno. Mucho más  importante que eso,  desde el 4  de septiembre en adelante los obreros se  han venido movilizando por sus reivindicaciones; han venido luchando por sus derechos los campesinos, primero los mapuches–pequeños propietarios del sur de Chile– se han venido movilizando por el derecho a la tierra,  por conquistar  el  derecho a  lo  que  es  de ellos,  por  combatir  la explotación y  la miseria. Lo hemos  impulsado  y  en  muchas  oportunidades  lo  hemos  dirigido.

 

Más  aun,  posteriormente,  los obreros agrícolas del centro del país, Linares, Nuble, Talca, Colchagua, los campesinos gritan por el derecho a la tierra, quieren que la tierra sea de ellos, quieren terminar con el régimen de oprobio y miseria que les imponen los latifundistas. Eso es lo más positivo que ha engendrado este gobierno. Los  pobladores  también  se  han  movilizado  por  sus  intereses,  los  estudiantes  también.  Eso  es  lo importante que ha ocurrido desde el 4 de septiembre en adelante. Los obreros, los campesinos, los pobladores y los estudiantes han ganado una capacidad de iniciativa, una capacidad de movilización, una  capacidad  de  organización,  un  nivel  de  conciencia  que  es  históricamente  significativo.  Nunca Chile había tenido tantos obreros y tantos campesinos movilizados, nunca el pueblo de Chile había tenido tanta conciencia por sus derechos, nunca se ha movido con tanta fuerza, nunca había tenido la  fuerza suficiente  para  moverse  solo,  independiente;  hoy  como  nunca  los  trabajadores  en  Chile saben para dónde van, saben lo que quieren, saben quiénes son sus enemigos, saben lo que tienen que hacer. Eso es lo fundamental del 4 de septiembre en adelante, más que todo lo anterior, más que todo lo que se diga. Son los trabajadores, confiando en sí mismos, en sus propias organizaciones, en sus propias formas de lucha, eligiendo y golpeando ellos a sus enemigos, los que podrán seguir avanzando  por  el camino que  hará  de  ellos  los  fundos  y  las  fábricas. Eso  es  la movilización de  los trabajadores,  los  niveles  de  combatividad  y  organización  y  conciencia;  eso  es  lo  que  permite fundamentalmente  hablar  hoy  en  Chile  de  que  se  está  iniciando  un  proceso  revolucionario.  Una revolución  empieza,  un  camino  empieza.  Los  obreros,  los  campesinos  y  los  pobladores  están abriendo las puertas a un nuevo proceso en Chile.

 

Desde septiembre las clases dominantes han venido tratando de frenar, detener y combatir el avance de los trabajadores. Pero  desde  septiembre,  los  patrones,  los  dueños  de  los  fundos  y  las  fábricas,  los  miembros  de  la Cámara   Chilena   de   la   Construcción,   el   Partido   Demócrata   Cristiano,   el   Partido   Nacional,   la Democracia Radical, los norteamericanos, se han venido oponiendo al avance del gobierno, al avancede los trabajadores, al camino que toman los trabajadores en Chile. Desde  septiembre  en  adelante,  la  burguesía,  los  dueños  del  poder  y  la  riqueza,  los  que  gozan  de privilegio y la riqueza, unos pocos que explotan al resto del pueblo y que viven en función de lo que explotan,  han  venido  combatiendo  al  gobierno,  combatiendo  el  avance  de  los  trabajadores.  Si  un campesino se toma un fundo, la burguesía agraria reclama y grita; si un obrero se toma una fábrica, es  denunciado  como  delincuente,  como  criminal  político,  como  un  enemigo  del  avance,  como  un enemigo de la legalidad, como un enemigo del orden.

 

Los  obreros  y  los  campesinos  han  seguido  avanzando,  pero  las  clases  dominantes,  los  dueños  del poder y la riqueza, desde el 4 de septiembre en adelante han venido levantando sus banderas; las banderas de la legalidad, las banderas del orden, las banderas de la propiedad privada, las banderas que esconden el derecho de unos pocos a gozar de la riqueza mientras otros viven en la miseria y el oprobio. Eso han venido haciendo los democratacristianos, los freístas, los nacionales, la Democracia Radical. La  izquierda  ha  conquistado  el  gobierno  pero  los  momios  y  la  derecha  todavía  tienen  posiciones importantes, todavía guardan ciertas reservas de fuerza y todavía tienen posiciones desde las cuales pueden  combatir  el  avance  del  pueblo.  Desde  allí  tratan,  los  momios,  la  Derecha,  los dueños  del cobre,   los   fundos   y   las  fábricas,   de   frenar,   dificultar,   deformar   y   detener   el   avance   de   los trabajadores. Los dueños de los fondos y las fábricas no se conforman con que el pueblo les quite su propiedad y su riqueza. Han venido durante meses conspirando, preparando asesinatos y ejecutando asesinatos,   conspirando   desde   la   clandestinidad   sediciosa,   combatiendo   el   avance   de   los trabajadores. Eso ha venido haciendo las clases dominantes, los dueños del poder y la riqueza en Chile.

 

Se trata fundamentalmente de impedir el avance de los trabajadores. Aquellos que son propietarios de  la  tierra,  los  terratenientes,  que  son  dueños  de  los  fundos,  sabotean  la  producción  agraria, no siembran,   matan   animales,   desmantelan   de   maquinaria   los   fundos,   despiden   trabajadores   y aumentan  la  cesantía  agraria,  bajando  la  producción  agropecuaria  y  creándole  problemas  de abastecimiento  alimenticio  al  pueblo.  Los  propietarios  de  las  fábricas  no  aumentan  en  forma suficiente  la  producción, despiden  obreros,  impiden por  el  hecho  de  ser  dueños  de  las  fábricas  la redistribución del crédito que la nacionalización de los bancos busca. Los dueños y los miembros dela Cámara Chilena de la Construcción, los dueños de las empresas constructoras impiden y sabotean la construcción de viviendas, la construcción de viviendas para el pueblo. Tratan de detener, tratan de impedir que el pueblo, las quinientas mil familias que en Chile no tienen vivienda, tengan acceso al más elemental derecho, el techo. Desde el Parlamento, la mayoría democratacristiana y nacional desfigura los proyectos de gobierno; cuando  el  Gobierno  lanza  un  proyecto  que  busca  permitir  que  Chile  no  pague  a  los  ladrones norteamericanos,  que  no  pague  ninguna  indemnización  como  todos  los  trabajadores  de  Chile reclaman, cuando  se  presenta  un  proyecto  que  permita  defender  la  riqueza  del  país,  la  que  han producido   los   trabajadores,   e   impida   que   los   ladrones   norteamericanos   tengan   derecho   a indemnización  que  no  merecen,  que  se  han  robado  más  de  lo  que  es  el  patrimonio  nacional, entonces la mayoría democratacristiana y nacional desfigura el proyecto, lo transforma, lo debilita, y lo  llena de ambigüedades, lo  llena de debilidades, para que el pueblo de Chile tenga que pagar.

 

Y desde ese instrumento, que ya es más débil, tratan de forzar al gobierno y al pueblo a que tenga que pagar mayores cantidades a los imperialistas, a los que han robado por décadas a Chile. Desde el Poder Judicial, los jueces, la Corte Suprema, Méndez Braña y compañía, persiguen obreros, detienen   campesinos que  se   toman  fundos,   llenan  las   cárceles   de  estudiantes  e   impiden  la movilización de los trabajadores. Buscan con la represión impedir la movilización de los trabajadores del campo y de la ciudad por sus derechos. Desde los aparatos represivos, donde todavía conservan algunas posiciones importantes, golpean a los campesinos que luchan por la tierra o detienen estudiantes que van a concientizar campesinos y a enseñarles el camino. Se toman de la ley y tratan de dificultar el avance del pueblo. A través de la Contraloría  dificultan  hacer  las  fábricas  propiedad  de  todo  el  pueblo.  Impiden  el  avance  de  los obreros por sus fábricas, impiden que la propiedad de las fábricas sea de todo el pueblo, tratan de detener, frenar y amarrar el avance del pueblo. A  través  de  la  prensa,  de  los  grandes  consorcios  periodísticos,  tratan  de  impedir  que  el  pueblo conozca la verdad, desfiguran y engañan al pueblo, tratan de mentirles sobre lo que ocurre, elevan a primer plano problemas que son secundarios, elevan a primer plano problemas que tratan de dañar la causa del pueblo sobre la base de la propiedad de los medios de producción. Nada ni nadie puede detener el avance de los trabajadores.

 

Los obreros, los campesinos, los pobladores y los estudiantes saltarán y harán barrer hecho añicos cualquier barrera, sea el Parlamento, sea el Poder Judicial, sea la legalidad burguesa, sea la ley de los ricos, sea la ley de los patrones; las harán destruir, las hará saltar hecha añicos para avanzar sobre sus derechos, para caminar por los derechos que le corresponde a todo el pueblo en la propiedad del cobre, de los fundos y las grandes fábricas. Sólo  aumentará  la  producción  en  Chile  cuando  la  propiedad  de  los  fundos  y  las  fábricas  sean  del pueblo, cuando los grandes fundes y las fábricas sean propiedad de los trabajadores del campo y la ciudad.  No  es  posible  convencer  a  los  dueños  de  las  fábricas,  a  los  monopolios,  a  los  que  han explotado  por  años  a  los  trabajadores,  que  aumenten  la  producción.  Ellos  están  saboteando  la producción.  La  batalla  por  la  producción  no  es  más  que  una  parte  de  la  batalla  por  el  poder  que convierta a los trabajadores del campo y la ciudad en dueños de las fábricas, el cobre y los fundos.

 

Sólo aumentará la producción de las fábricas cuando los obreros sean dueños de ellas, cuando se les quite a los patrones la propiedad de las fábricas, cuando se les quite a los terratenientes la propiedad de los fundos, cuando los grandes fundos sean propiedad de todo el pueblo. Sólo habrá viviendas en Chile cuando se denuncie y se combata a los miembros de la Cámara Chilena de la Construcción, sólo habrá viviendas para el pueblo y techo para el pueblo, cuando se combata el sabotaje de los momios desde la Cámara Chilena de la Construcción. Y el Parlamento, si los diputados y la mayoría parlamentaria democratacristiana y nacional se pone al servicio de los intereses norteamericanos, si la mayoría democratacristiana y nacional del Parlamento defiende  los  intereses  de  los  dueños  de  grandes  fábricas,  y  los  dueños  de  los  grandes  fundos, entonces el Parlamento habrá de ser combatido, vigilado y denunciado y si es necesario disuelto y reemplazado por organizaciones que realmente representen al pueblo.

 

Y si el Poder Judicial, si los jueces persiguen a los trabajadores y a los campesinos, si siguen dejando libres  a  los  asesinos  de  Schneider,  a  todos  los  conspiradores  en  Chile,  y  detienen  a  estudiantes, obreros y campesinos, entonces una Justicia del Pueblo habrá de implantarse en Chile y entonces el Poder Judicial habrá de ser reemplazado por una justicia realmente del pueblo que persiga a los que explotan y a los que realmente asesinan en Chile. Si la ley en Chile, si la legalidad que levantaron, los dueños de los fundos, de las fábricas y del cobre sigue oponiéndose a los avances de los trabajadores, si la ley  que levantaron los  yanquis, si la ley  que defiende la riqueza de unos pocos, sigue siendo instrumento de la burguesía, sigue siendo instrumento de quienes explotan y masacran al pueblo, entonces una ley revolucionaria habrá de implantarse en Chile y una nueva legalidad de los trabajadores habrá de imponerse hoy en Chile. Nada puede detener ni nada debe detener el avance de  los  trabajadores.

 

No  hay  razón  alguna  que  impida  el  avance  de  los  trabajadores  o  que  los trabajadores  deban  medir  en  ningún  sentido.  Si  la  ley,  si  los  jueces,  si  el  Parlamento  impiden  el avance del pueblo, habrán de ser barridos por el pueblo y reemplazados por nuevas formas. Habrá que transformar la ley, reemplazar el Parlamento, reemplazar los jueces, reemplazar la legalidad y el Poder  Judicial,  y  construir  el  Poder  Judicial,  la  ley,  la  justicia  y  los  organismos  que  realmente representen los intereses del pueblo. Si los consorcios periodísticos, si las grandes empresas periodísticas, si el clan de los Edwards, si las empresas  periodísticas  quieren  defender  los  intereses  de  los  patrones,  que  son  minoría  en  Chile, entonces esas empresas periodísticas habrán de pasar a manos de los trabajadores que allí laboran y de todo el pueblo de Chile.

 

No puede permitir el pueblo que la verdad sea distorsionada por la sola propiedad  de  los  medios  de  difusión,  que  la  prensa,  los  diarios,  las  radios,  engañen  al  pueblo,  y mostrarle problemas que no existen. Si es así, los medios periodísticos, la prensa y la radio habrán de ser también del pueblo. La fuente fundamental de fuerza que tiene la izquierda son las masas movilizadas. No basta sólo la intención de transformar el país, no basta solamente convocar al pueblo en plazas, no  basta  sólo  mostrar  a  los  enemigos  siquiera,  no  basta  sólo mostrar  lo  que hay  que  hacer.  Cada paso, cada avance que el pueblo dé, tiene que estar de acuerdo a la fuerza que los trabajadores hoy día  tengan  en  Chile.  La  burguesía,  la  clase  dominante,  los  dueños  del  poder  y  la  riqueza  todavía tienen fuerza en Chile. Los trabajadores deben acumular la fuerza suficiente para combatirlos en el momento necesario, con la fuerza suficiente. Más aún: la única fuente posible de fuerza de los trabajadores, la única fuerza que puede destruir a la burguesía,  la  fuente  fundamental  de  fuerza  que  tiene  la  izquierda  son  los  trabajadores,  son  las masas, son los obreros, son los campesinos, son los pobladores, son los estudiantes.

 

Sólo la fuerza delos trabajadores puede romper las barreras que hemos mencionado. Sólo movilizando, organizando, elevando la conciencia de los trabajadores, es posible combatir a las clases dominantes en las posiciones que todavía sustentan. La única forma de movilizar al pueblo es por sus intereses y reivindicaciones. A partir de sus frentes, en contra de sus patrones, mostrándoles al enemigo. El MIR apoya e impulsa las formas de lucha que movilizan al pueblo. Por eso, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria apoya las formas de lucha que el pueblo levanta. Por eso, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria apoya cuando los campesinos se toman el fundo de un terrateniente que sabotea la producción, que no siembra, que disminuye la producción, que no cosecha, que combate las movilizaciones del pueblo, que impide el aumento de la producción.

 

Por  eso,  el  Frente  de  Trabajadores  Revolucionarios  y  el  Movimiento  de  Izquierda  Revolucionaria apoyan las fábricas que son tomadas por los obreros, cuando éstos combaten un patrón, un dueño de  una  gran  fábrica,  que  no  aumenta  la  producción,  que  despide  a  los  obreros,  que  aumenta  la cesantía,  que  no  levanta  las  líneas  de  producción  que  deben  satisfacer  las  necesidades  de  los trabajadores.  Por  eso,  el  MIR  proclama  el  derecho  de  los  trabajadores  del  campo  y  la  ciudad,  a movilizarse, a levantar las formas de lucha que son necesarias. Si son las tomas de fundos, si son las tomas de fábricas, ése es un camino justo, si se está combatiendo el sabotaje de los momios, si se está combatiendo a la derecha y al imperialismo.”


martes, 22 de diciembre de 2020

MIR: 55 AÑOS JUNTO AL PUEBLO, HACIENDO CONCIENCIA Y LUCHANDO POR LA REVOLUCION – Parte XII

"Dos tácticas se ofrecen a la clase obrera y al pueblo. Una, que establece que no es posible profundizar la ofensiva popular, pues encendería de inmediato el enfrentamiento, que es necesario ganar tiempo; se mantiene al interior de la institucionalidad burguesa, a la que no deja de criticar, pero al no dar una salida alternativa a ésta, se abren al diálogo con sectores del campo contrario, el que sólo pueden construir devolviendo empresas y haciendo concesiones. Esta táctica está irremediablemente condenada al fracaso, pues buscando aliados en el campo contrario los pierde en el propio.

La otra táctica es la táctica revolucionaria. (…) que ha puesto en práctica la clase obrera y el pueblo en las semanas recientes. [Ella] consiste en reforzar y ampliar la toma de posiciones en las fábricas, fundos y distribuidoras. (…)

Desarrollando la fuerza de los trabajadores fuera de la institucionalidad burguesa, estableciendo el Poder Popular en los Comandos Comunales, los Comités de Defensa, multiplicando y extendiendo la ofensiva popular”

–Miguel Enríquez, discurso en el Teatro Caupolicán, 17 de julio 1973

 

 

El período prerrevolucionario, de la esperanza popular a la hecatombe golpista: Julio – Agosto 1973

 

Luego de producido el “Tanquetazo”, 29/6, las fuerzas de la izquierda revolucionaria intentan lanzar una contraofensiva desde las organizaciones naturales de las clases subalternas y los embriones de poder popular que se habían ido creando en el período prerrevolucionario. Sin embargo, la reacción había conseguido escalar y extender su complot hasta la cabeza de las FF.AA. y de Orden, y estaba logrando su objetivo de “hacer chillar” la economía. Por su parte, la UP y los sectores reformistas cedían terreno en la defensa del proceso y optaban por vanos acuerdos con el PDC, retardando y entorpeciendo cualquier acción de franca resistencia popular a la arremetida opositora.

 

Tanto en el campo como en las ciudades, había miles de hombres y mujeres dispuestos a empuñar las armas en defensa del gobierno popular y los derechos conquistados. En varias ocasiones el MIR solicitó al comandante Fidel Castro su apoyo en armamento para el desarrollo de milicias populares, pero –según Pituto (A. Pascal, Apuntes para una historia del MIR)- invariablemente el líder cubano respondió que lo haría siempre que Allende lo autorizara. Y éste jamás aceptó. Salvo armamento menor e instrucción para la seguridad personal de Allende (GAP), junto con el resguardo de algunos locales, el gobierno nunca optó por formar mandos militares propios o por traer medios para armar a los sectores populares. El poder disponer de tales recursos, en la práctica, hubiera permitido construir una capacidad propia de defensa del gobierno legítimo apoyándose en palancas institucionales, pero -sobre todo- en la disposición de lucha del pueblo organizado. Se argumentará que ello hubiera precipitado un quiebre de las FF.AA. y una guerra civil, pero la historia ha demostrado que la renuencia del reformismo a desarrollar la suficiente capacidad material para la defensa del gobierno popular, la incorporación de los militares al gobierno, y las concesiones a la reacción, como la devolución de empresas, la Ley de Control de Armas (LCA), etc., no impidieron el derrocamiento del gobierno y que la oficialidad golpista, alentada por el conjunto de la reacción, desatara una sangrienta guerra contra un Movimiento Popular (MP) desarmado.

 

Fue tarea de Miguel, Arturo Villabela AraujoCoño Aguilar- y el Pituto, todos de la dirección nacional mirista, elaborar el plan estratégico de lucha político-material contra el golpismo, el que fuera aprobado por el CC en febrero del 72. Se redactó sobre la base de factores que cambiaban vertiginosamente dentro del período prerrevolucionario, en lo que explica también la incertidumbre relativa que tuvo el desempeño estratégico del MIR durante aquella etapa. En lo central, se apoyaba en la posibilidad de ser capaces de ganar la carrera contra el tiempo en la acumulación de fuerza revolucionaria, social, política, material e ideológica, superando la conducción reformista del MP y tomando la iniciativa en el enfrentamiento directo al golpismo, logrando el triunfo o -al menos- una continuidad de la lucha en condiciones de cierto equilibrio de fuerzas político-materiales. Para encarar la disyuntiva, el diseño en cuestión contemplaba la constitución de fuerzas que operasen en zonas geográficas y condiciones alternativas. El problema era que para tomar la iniciativa y golpear ofensivamente a los golpistas y derrotarlos había que hacerlo en los espacios urbanos, constituyendo amplias unidades milicianas regulares, articuladas con las tropas militares que pudiéramos desgajar de las FF.AA., todo ello acompañado por la fuerza organizada en torno a los embriones de poder popular (Poder Popular: Unión y lucha del Pueblo”, Melinka, PF Nº 185). Alternativamente, sí apostábamos a que no habría tiempo para acumular la fuerza para derrotar de inmediato al golpismo, nuestra estrategia debía ser defensiva, centrando esfuerzos en preparar condiciones para el repliegue a territorios rurales más favorables para la resistencia mediante unidades guerrilleras irregulares, junto con el despliegue de grupos clandestinos que operaran en espacios urbanos y suburbanos. Además, había que prepararse para una resistencia en condiciones represivas muy duras, lo cual era casi imposible en momentos que el MP estaba desplegando una extensa y abierta lucha.

 

Sin duda, fue un error estratégico-político no decidirnos por una opción e intentar prepararnos para las dos, ya que no había tiempo y fuerzas suficientes para ocupar todos esos espacios y, a su vez, constituir los distintos tipos de fuerza. En vez de concentrarla, dispersamos nuestra limitada capacidad y nos organizamos de forma híbrida, lo que después neutralizaría la eficiencia táctica al optar por una u otra posibilidad. Ello constituye una lección para las fuerzas revolucionarias protagonistas de un período de extrema agudización de la lucha de clases.      

 

En el mes de julio, se evidencian la descomposición y también el descaro delincuencial de los baluartes del orden burgués: absurdas acusaciones constitucionales de la CODE en el Congreso; la Corte Suprema se veía comprometida en cobros ilegales de dinero y aplicación torcida de justicia a acusados de sectores populares, mientras absolvía a conspiradores y terroristas de la reacción, como los que asesinaran al internacionalista brasileño y mirista Nilton Da Silva, el 15/6; elementos golpistas aprovechaban reivindicaciones económicas entre uniformados de menor graduación de la FACH, Ejército y Carabineros, con el fin de hacerlos desobedecer a los mandos constitucionalistas, incluso intentando un cuartelazo en una unidad capitalina; elementos de P y L y mercenarios de “El Mercurio”, en un operativo frustrado, intentan agredir al Comandante del Ejército, Carlos Prats; oficiales de las FF.AA., aprovechando la declaración de Zona de Emergencia a raíz del ‘Tanquetazo’ se ensañaban con los medios de izquierda, censurándolos o allanándolos, pero daban libertad para mentir a los de oposición etc.

 

Se imponía la necesidad de una respuesta sólida y masiva por parte de los sectores populares y la izquierda, en la forma de un aplastamiento de todos los centros de poder desde donde les atacaban impúdicamente sus enemigos: el Congreso, los Tribunales y apoyarse en los sectores democráticos de las FF.AA. y de Orden para combatir y anular a la oficialidad golpista. Ya el 29 de junio, las fuerzas populares se habían ampliamente activado y movilizado sin la conducción visible de la UP, y esa misma noche, frente a La Moneda, cientos de miles de gargantas reclamaron la clausura del Congreso. Pero el gobierno y la UP se mostraban impávidos frente a los hechos. Entre el 22-24 de éste mes, la UP había realizado su 1er Congreso Nacional (“Un Congreso fuera de onda”, PF Nº 187), superestructural, el que nada aportó a la indecisión oficial respecto de varias materias, pero –sobre todo- mostró su incapacidad para erigirse en aquel momento crucial como una vanguardia revolucionaria. Y es que sus sectores reformistas y tecnócratas sólo aspiraban al diálogo con la oposición, la que nunca actuó de buena fe y que logró mantenerlos paralizados chantajeándolos con la guerra civil.      

 

También en julio, recrudece la aplicación de la clasista y contrainsurgente LCA, la nueva “Ley Maldita”, la que permitía a la fuerza armada oficial, literalmente, acosar y perseguir a los trabajadores y sectores populares (ya por entonces, organizaciones populares de San Antonio denunciaban las arbitrariedades y prepotencia del Comandante del Regimiento Tejas Verdes, teniente coronel Manuel Contreras -“Arbitrariedades de oficial reaccionario”, PF Nº 189). Con violencia y abuso se allanan poblaciones, locales de la CUT y partidos de izquierda, industrias y recintos sindicales, etc. Se hostiga a los defensores del gobierno legítimo y del proceso político abierto por él, mientras los reaccionarios lanzan a los uniformados a reprimir al MP mediante denuncias sin razón, respaldados por el “secreto del sumario”. Los sectores dominantes saben que por esa vía pueden debilitar el incipiente Poder Popular, así como distanciar a la tropa de las ramas castrenses y policiales de la población.

 

Y es en el 7º mes del 73, que Miguel declara que la UP, en vez de convocar a un diálogo al PDC (Allende hace un llamado público para ello el 25/7), que él inserta dentro de un proyecto de conciliación de clases antagónicas llevado a cabo por sectores reformistas de la UP desde el comienzo del período, antes debía atender a que en un contexto de crisis del sistema de dominación capitalista, como el que se atravesaba, ello no era factible (Que el gobierno dialogue con los trabajadores”, PF Nº 189). Auguraba que, “Toda táctica que ofrezca concesiones no tendrá destino histórico, sólo alcanzará a dividir al pueblo y a la izquierda, y por esa brecha intentará irrumpir el golpismo” (íd.). En cuanto a la correlación de fuerzas, Miguel observaba que está era, en ese momento, más favorable a la clase trabajadora y al MP, que lo que sería más adelante, luego que se le hicieran concesiones a las clases patronales y de permitirles, por acción u omisión, escalar en su ofensiva reaccionaria. La táctica que sostenía el MIR –y por extensión l@s revolucionari@s- era la de la, “Contraofensiva Revolucionaria y Popular, que enarbolando el Programa Revolucionario del Pueblo, luchando por la Democratización de las Fuerzas Armadas y desarrollando el Poder Popular, permita acumular rápidamente fuerzas” (Ibíd.), y a la cual debían unirse la movilización y la acción directa popular; una paro nacional convocado por la CUT, que sirviera para desbaratar las amenazas del golpismo, fortalecer y multiplicar los Comandos Comunales y los embriones de Poder Popular, unificando a todas las clases y capas subalternas, que también resolviera los graves problemas de abastecimiento e ingresos de los trabajadores e incluso de la FF.AA.; que pasara al área social a todas las grandes empresas e impusiera el control y la dirección obrera; que allanase la reagrupación de l@s revolucionari@s y la acción común de la izquierda. En suma, una táctica que terminase con las vacilaciones y el defensismo, que atajara al golpismo y evitara la catástrofe. Aún era tiempo.     

 

Y el mismo Miguel, el 17/7, en un repleto Teatro Caupolicán, afirmaba:

 

La situación sólo ofrece dos caminos: la capitulación reformista o la contraofensiva revolucionaria y, si esta última desencadenara un intento golpista, habrá fuerzas de sobra para aplastarlo. Toda forma de capitulación, (…) conducirá, más temprano que tarde, al aplastamiento de los trabajadores, a través de una dictadura reaccionaria y represiva (Discurso de Miguel Enríquez”, 17/7/73, CEME)

           

Entre julio y agosto, el MIR concentra su política respecto del MP en tratar de organizar y fortalecer los Comandos Comunales. Para ello, se debía aprovechar la experiencia y autonomía ganada por la clase trabajadora en los Cordones levantados hasta entonces, no hacia la institucionalización de un poder político u organizacional oficial y formal, sino hacia el desarrollo de un poder independiente; de un poder autónomo (El Poder Popular y la lucha del proletariado chileno”, PF Nº 190). Conjuntamente con el impulso a la creación de tales embriones, se aspiraba a avanzar a la conformación del Comité Coordinador de Comandos Comunales, Cordones y Consejos Comunales Campesinos. No obstante, el partido ve limitado su accionar producto de una oleada represiva ‘legal’, mediante la cual decenas de militantes, en diversas ciudades, son detenid@s o acusados de realizar propaganda antigolpista, en tanto que su dirección debe afrontar las querellas presentadas por oficiales del Ejército (incluso por el mismo Prats) y la FACH (Pérez, 3f).         

 

El 27 de julio es asesinado, de un disparo, el Edecán Naval de Allende, capitán Arturo Araya, en un atentado dirigido a provocar un estado de conmoción interna, justificativo para un Golpe de Estado. Cínicamente, la derecha política y mediática acusó a la izquierda, pero bien pronto caen detenidos los 8 autores materiales, pertenecientes al grupo derechista y terrorista P y L (aunque detrás se notaba la mano del PN y de la CIA). Organismos financieros yanquis, públicos y privados, exacerban el bloqueo económico a Chile. Tampoco se pueden importar repuestos para camiones y buses. Los camioneros reinician su paralización, pese a acuerdos previos alcanzados con el gobierno, lo que lleva a un mayor desabastecimiento y a detener algunas actividades industriales. Arrecian los atentados terroristas contra camioneros MOPARE, puentes, gasoductos, etc., con saldo de 5 muertos y varios heridos. A fines de agosto, antes que lograran obtener mayor información sobre la planificación golpista, la Armada detiene y tortura a un grupo de suboficiales, marineros y trabajadores de ASMAR, Talcahuano, acusándoles de pertenecer a partidos de izquierda y de ficticios planes para apoderarse de buques de la escuadra.  Al final, el Fiscal Naval debe contentarse con acusarlos de “incumplimiento de deberes militares”, disimulando el odio de la rama castrense hacia quienes se oponen a sus planes golpistas (Marineros torturados”, PF Nº 191).

 

El 14 de agosto, frente a una serie de hechos que demostraban el sometimiento oficial a los chantajes de la reacción (aceptación de ley Hamilton-Fuentealba, que limitaba el Área de Propiedad Social; aplicación brutal de la LCA, debilidad frente al golpismo, etc.) y la imposición de un artificioso gabinete FF.AA.-UP (exigido por Aylwin), el MIR declara que el Gobierno se ha rendido frente a un sector de los sectores dominantes y que, “esta verdad, sin tapujos de ninguna especie, debe ser proclamada al pueblo de Chile y a los pueblos del mundo. Comienza a desmoronarse la esperanza que un día las masas desposeídas de este país depositaron en este Gobierno” (Pérez, 3g).

 

Al finalizar agosto (29) y en relación con las acusaciones de “intento de subversión en la Armada”, el Fiscal Naval de Valparaíso emite una orden de detención contra Miguel. Asimismo, solicitaba el desafuero parlamentario contra los dirigentes del PS, Carlos Altamirano y el MAPU, Guillermo Garretón. A raíz del requerimiento, el líder del mirismo debe pasar a una semi-clandestinidad y anuncia que, "el MIR, sus militantes y dirigentes, (…) están listos para luchar en todos los terrenos cuando las circunstancias lo hacen necesario". Y cierra, afirmando que:

 

Hoy, cuando la amenaza gorila se cierne sobre la clase obrera y el pueblo, cuando otros vacilan y retroceden desarmando y confundiendo a los trabajadores y cuando comienza a imponerse, por presión reaccionaria y debilidad reformista, una escalada represiva sobre los trabajadores y los revolucionarios, los dirigentes y militantes del MIR estamos en nuestros puestos de lucha (…), e impulsando con más fuerza que antes nuestro trabajo revolucionario entre los obreros, campesinos y pobladores, apoyando decididamente y en las formas que sean necesarias la lucha antigolpista de marineros, carabineros, soldados, clases, suboficiales y oficiales antigolpistas de las FF.AA. y levantando el derecho legítimo a organizar la lucha antigolpista de todos los sectores del pueblo (Frente a la Orden de Detención”,  CEDEMA)

 

 

Movimiento de Izquierda Revolucionaria

MIR