sábado, 11 de diciembre de 2021

RAFAEL AGACINO: Chile, segunda vuelta: Cunde el pánico en la granja

¿Qué es lo que está en juego en las elecciones del 19 de diciembre? Depende de los intereses de los jugadores. Para los que juegan por apropiarse del botín del Estado, se trata de los votos, sólo de los votos, ni siquiera de las y los electores. En esta granja incluimos las diferentes especies de la derecha, el progresismo, la izquierda confiada (institucional) y los advenedizos que hacen negocios aprovechando las oportunidades del sistema electoral y la precariedad cognitiva de la sociedad chilena.

Por el contrario, quienes nos jugamos porque el pueblo tome la política en sus propias manos, nos afanamos por sortear las trampas, las emboscadas y los chantajes que los residentes de la granja tienden para contener las potencialidades subjetivas y organizativas mostradas por anchas franjas del pueblo desde octubre de 2019; resistimos las jaulas y bozales con que quieren controlar, acallar y disipar el impulso popular, esos corsés institucionales que imponen un orden (y una paz) social que, sabemos, no es más que el orden (y la paz) del capital. Y en esta coyuntura de segunda vuelta - cancha rayada a conveniencia por la elite que reduce la política a la cuestión electoral-, el recurso privilegiado ha sido el miedo: miedo al comunismo, miedo al fascismo, una inédita doble campaña del terror.

En memoria del viejo Orwell y sin ánimo de ofender a los animales, diríamos que los cerdos y sus funcionarios, los perros, aterran con el fantasma del comunismo, mientras los burros y sus invitados, lobos con piel de oveja, con el espectro del fascismo. "Todos contra el comunismo" gruñen unos, "no pasarán" aúllan otros. En este último caso, con acento de pánico, se llama por todo el país a “defender la democracia y a combatir el fascismo”. ¿Pero de que democracia y fascismo nos hablan? Vamos por parte.

¿Democracia?

Hace rato que la democracia, esa promesa liberal burguesa, ya no tiene objetivamente ningún viso de realidad. La libertad de elegir gobernantes y legisladores no se condice con una libertad real, plena, sustantiva. Si bien en condiciones normales podemos elegir por quién votar y qué comprar, el capitalismo no permite a la gran mayoría elegir dejar de trabajar, dejar de vender el talento y capacidades propias liberándolas de las condiciones que impone el comprador. Desde los albores del capitalismo sabemos que la libertad de elegir de las y los no propietarios es incompleta y formal: para vivir están obligados a renunciar al libre uso de su tiempo de vida y vender una fracción significativa de este al capital que lo consume para realizar su propia libertad. Peor aún en el capitalismo del siglo XXI. Ya ni siquiera esa formalidad de libertad política-electoral es real, pues, mirando bien las cosas, aunque elijamos autoridades ejecutivas o legislativas declaradamente independientes y al servicio de la ciudadanía sus esfuerzos pueden ser anulados por los “poderes facticos”.

La evidencia muestra que la institucionalidad política formal tiende a ser neutralizada o capturada por una esfera nucleada fuera del Estado, por las corporaciones empresariales y los think tank financiados por ellas, que se constituyen de facto en un poder político en tanto pueden ejercer una influencia determinante sobre las políticas económicas y de orden público interno. Variables macroeconómicas clave como la tasa de interés, el tipo de cambio o el nivel de precios, pueden ser de hecho alteradas por decisiones de inversión, de compra o venta de papeles o movimiento de capitales de algunos de los principales grupos empresariales. Y ni que decir cuando actúan de consuno, intencionadamente, por ejemplo, frente a reformas sectoriales como la ley de pesca -firmada por Longueira pero digitada por las siete familias, la fijación de royalty a la explotación de recursos naturales, el impuesto a los ricos o las campañas contra los retiros y la defensa cerrada de las AFP. Se trata de un desplazamiento del poder real posibilitado por la hiper centralización y concentración de capital que tendencialmente equilibra o supera el peso relativo de las instituciones públicas en muchos ámbitos, instalando un cuasi “poder dual burgués” frente y/o en connivencia con el Estado. Este poder político de facto - una sibilina máquina que digita ex ante las políticas y decisiones de la tecnocracia ejecutiva o legislativa- se opone al poder político de jure y hace de la democracia una burla para la mayoría de los electores que honestamente creen en el discurso del ciudadano y la ciudadanía. Entonces ¿qué democracia nos llaman a defender? ¿Defender esta burla?

¿Fascismo?

Por otra parte ¿a qué se refieren con “fascismo”? Si se trata de la forma policial cada vez más acentuada que asume la administración estatal del orden interior, habrá que reconocer que esta está instalada hace mucho rato en el país. Prácticas como detenciones ilegales, torturas, asesinatos, ejecuciones sumarias y montajes a cargo de las policías estatales, así como la privatización de la represión -policías privadas con licencia para matar, incluido el sicariato- están casi naturalizadas y junto al sistema carcelario y judicial, son parte del complejo policiaco-represivo construido y fortalecido desde 1990 en adelante. Se inició con la impunidad de los criminales civiles y militares de la dictadura, continuó con la Oficina de Seguridad Pública, se mantuvo con la represión sistemática contra las franjas rebeldes y se actualizó con los asesinatos, mutilaciones, torturas y encarcelamientos prolongados de la juventud en la revuelta y con los estados excepción que rigen en el Wallmapu. Las formas policiales violentas del actuar estatal podrán parecer fascismo, pero no lo son. Dicho actuar es más bien resultado del desplazamiento del poder político hacia los “poderes fácticos” y no de un régimen fascista. En efecto, si el Estado es controlado externamente y tiende a operar como mero cascarón político-jurídico al servicio del capital otorgándole administrativa o jurídicamente legalidad a las decisiones corporativas, entonces los órganos ejecutivos y legislativos pierden majestad y dejan campo libre para la autonomización de los aparatos que monopolizan el uso de la fuerza legitima. Por ello, estas prácticas, cubiertas por un manto de impunidad, se multiplican y más que fascismo son síntomas del creciente proceso de lumpenización del Estado, de sus instituciones y de la tecno-burocracia que lo administra por encargo del capital. Y es esa recurrencia de las practicas policiacas y de violencia sistemática – muchas veces fuera del control político- la que crea una atmosfera represiva de apariencia fascista, de apariencia porque el clima represivo no es expresión ni anticipo de un régimen fascista en acto o en potencia, sino el verdadero rostro de esa falsa democracia a la que apeló la contrarrevolución neoliberal chilena desde la Transición y que ha sostenido hasta hoy. Entonces, si esas prácticas “fascistas” no son más que el otro rostro de esa democracia, menos puede afirmarse que éstas atentan contra aquella. Así, llamar a combatir este “fascismo” para defender esa democracia es un error en toda la línea, pues, ingenua o intencionadamente, se está llamando a defender y validar un régimen autoritario, despótico y lumpen.

La irracionalidad, base de una sociedad decadente

No obstante, el peligro fascista late en otra esfera: en la vida cotidiana. Casi 50 años de sacrificios humanos frente al Dios mercado no son neutrales. Su racionalidad ha colonizado la vida de amplias franjas de la sociedad generando en ellas un modo de sociabilidad empobrecido y mecánico, y como consecuencia directa, una regresión cognitiva cuyo producto estrella es una personalidad megalómana y narcisista, un ser a medias y despolitizado. Contribuyen a ello la educación basura, la intoxicación medial, la inmediates de las RR.SS. y los videos juegos que inculcan una subjetividad simplificada y excitante a jóvenes y niñxs. Las adicciones, el consumismo gatillado por la pulsión del deseo o el auto encierro por el miedo al otro, etc., son síntomas de una patología social que, disimulada por el sistema, deja el paso libre a otras reacciones irracionales desproporcionadas y violentas. En efecto, las conductas gatilladas por el odio o el miedo ocurren frecuentemente y son realizadas por personas comunes y corrientes. El asesinato a golpes del joven homosexual Mauricio Zamudio (2012), las torturas y amputación de ojos a Nabila Rifo (2016), los ataques xenófobos y quema de enseres en Iquique (2021) y un largo etcétera, fueron ejecutados por civiles inspirados en el odio y no por los aparatos represivos del Estado al amparo de la doctrina de la seguridad nacional. Y aquí radica el problema, pues lo que estamos viviendo es una extensión y validación social de la irracionalidad, especialmente en las franjas medias y populares, que alimentan una atmosfera propicia para el surgimiento del fascismo de masas, el verdadero peligro que puede incubar la crisis política en ausencia de alternativas populares. Así, si acaso algún sentido tuviera enarbolar hoy el antifascismo, el llamado no sería defender la democracia sino a combatir lo que posibilita esa irracionalidad y hace plausible una eventual emergencia fascista: la base tóxica de una sociedad decadente que estimula el narcicismo y el individualismo que atentan contra la organización y lo colectivo, y que proclama el discurso del “ciudadano” que domestica, despolitiza e impide el desarrollo de la soberanía y autonomía populares.

Con todo, es claro entonces que el llamado a “defender la democracia para frenar al fascismo” –una invitación a votar Boric contra Kast- es simplemente una nueva estafa, tanto como la invitación contraria. Y lo es no porque Boric y Kast sean lo mismo. Es una estafa porque la democracia ya no sólo es palabra huera sino también objetivamente falsa, y porque las prácticas policiacas y represivas – eso que llaman fascismo- no son sino su otra cara, una cara violenta más visible ahora dada la creciente lumpenizado del Estado. Y salvo un cambio radical o una revolución, asuntos muy ajeno a los planes de la administración Boric-Kast, estas tendencias y la crisis seguirán su curso. Por ello mismo, si bien votar no cambiará nada, tampoco será un acto neutral: otorgará legitimidad, validará, dará aire a un régimen agotado que debiera dar paso a otro orden político. Los votos, usando otra vez sin ninguna animosidad la estratificación orwelliana, servirán para que los cerdos y sus perros o los burros y sus lobos, se vistan de demócratas mientras el país seguirá de tumbo en tumbo con todos los efectos lacerantes para los pueblos.

Pero no seamos tan pesimistas: antes que la utopía de la granja fuera traicionada, primero por la renovación y luego por la conversión de cerdos y burros, hubo una rebelión, un proyecto emancipatorio contra los otros opresores. Habrá que darle entonces una vuelta a la historia y recuperarla, por cierto, sacando las lecciones para no reincidir y cual ovejas caminar en círculos.


viernes, 3 de diciembre de 2021

CHILE: ANÁLISIS DE SITUACIÓN POLÍTICA OCTUBRE-NOVIEMBRE 2021 DEL CÍRCULO DE ESTUDIOS POLÍTICOS MIGUEL CABRERA FERNÁNDEZ

 

Se nos ha hecho llegar este análisis de situación política nacional por parte del Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández, que pasamos a compartir.

 

 

ANALISIS Y PERSPECTIVAS DE LA SITUACION

POLITICA NACIONAL, CHILE, OCTUBRE-NOVIEMBRE 2021

 

Pareciera que el período estuviera signado solamente por la algarabía electorera, así como por los malos resultados logrados en las urnas por los Grupos Mantenedores y Reproductores del Sistema (GMRS) y por el eje político Reformismo-Neorreformismo (R-N). Además, da la impresión que al interior del dúo Gobierno/Derecha (G/D) surgiera una excrecencia que supera a sus progenitores, una especie de mesías investido del rol de árbitro de la contienda social y que se alza por sobre las diferencias políticas y de clase de la formación. Pero un análisis más exhaustivo de esta nos demuestra que existen más fuerzas agitando las aguas, intentando orientarlas en un sentido u otro: de un lado, las poderosas fuerzas detentoras del poder y la riqueza, que se vinculan a las orgánicas políticas más sistémicas para dar vida al Bloque Político de Estado (BPE); y del otro, un disgregado Movimiento Popular (MP) y sectores activados de l@s explotad@s y oprimid@s. En medio, se ubican las expresiones del R-N, empecinadas en allegar agua para su molino en la forma de apoyo electorero y con esto instalarse en propiedad dentro del sistema político institucional. A despecho de estos esfuerzos, en que se convida a los sectores populares a participar de unas desgastadas pero hoy reanimadas formas pacíficas, electoreras, clientelísticas de llevar adelante la lucha política, el grueso de la población se abstiene de acudir a las urnas y se mantienen niveles mínimos de actividad del MP, que aunque no extendidos ni muy coordinados, demuestran que es posible avanzar en la construcción del sujeto popular de cambio en Chile a partir de la defensa del nivel de vida de la población y de la exigencia del respeto por los pocos derechos que se han conquistado. Lo anterior, independientemente de lo que determinen o puedan pontificar las domesticadas fuerzas que juegan a mostrarse los dientes en la arena de la política.  

 

La economía: entre el cuco de los ricos y las dificultades para el pueblo trabajador

 

En el plano externo, las perspectivas para la actividad económica mundial se han moderado como consecuencia de las limitaciones asociadas a rebrotes de la Covid-19 en algunas formaciones y de ciertos atascos productivos a nivel del Sistema Capitalista Mundial, limitándose así la ampliación de ciertos sectores y la demanda de variadas materias primas, sobre todo en el centro del sistema. A nivel global, recrudece la inflación, cierto temor en torno a las complicaciones –reales o fantaseadas- del sector inmobiliario chino, el incremento de las tasas de interés en diversas formaciones del capitalismo central e intermedio y se mantienen al alza los precios de los combustibles (el barril de petróleo OPEP supera hace rato los US$75). Con todo, un aspecto positivo para las arcas chilenas (y para el gobierno que venga) es que el precio del cobre se mantiene en torno a US$4,2 la libra.

 

Anualizado, el BCCh informa una notoria mejoría en cuanto al desempeño del PIB para 2021, de algo más de un 22% si se compara con 2020 (aunque se debe atender a las características especiales de ambos períodos a cotejar). Sin embargo y era de esperar, al despuntar el último trimestre de este año la gran burguesía efectuó un eficaz “ruido de sables” para notificar su molestia frente al cuestionamiento que la mayor parte de la población hace de su injusto modelo, engendrado en dictadura, y de paso aprovechó de hacerle un guapo a aquellas campañas electorales que pretendían salirse de ciertos esquemas canónicos, a algunas posturas “populistas” de la Convención Constitucional (CC) y de cara a la posibilidad de un nuevo retiro de los fondos de las AFP, los ‘chiches’ del modelo. Y no fue sólo ‘ruido’, puesto que rápidamente comenzó a actuar la “mano invisible” de los dueños del capital financiero y con ello empezaron a deteriorarse las condiciones de este tipo de mercado, ubicándose en los extremos de los movimientos internacionales y haciendo saltar las tasas de interés en lo relativo a productos y operaciones de renta fija y también la de tipo nominal; se incentivó el alza de precios en la mayor parte de los sectores donde opera la nunca objetiva ley de la oferta/demanda; se incitó la incertidumbre sobre el futuro, anunciando que un 70% de las empresas no estaba planificando inversiones para 2022; el tipo de cambio continuó subiendo, acumulando una depreciación de más de 5% relativo al dólar, el IPSA disminuyó cerca de 8% y el riesgo país aumentó en torno al 0,25%; y con respaldo en todo lo anterior, además del concurso de la derecha política y mediática, los que aportaron llevando al paroxismo las problemáticas de la delincuencia y el “narco-terrorismo”, los dueños del país echaron a andar con fuerza un discurso que alertaba frente a lo que denominaban el socavamiento de las bases estructurales de un modelo al que divinizan, lo que no sólo permeó hasta la esfera político-legislativa, particularmente respecto de nuevos retiros de ahorros previsionales, sino que contribuyó también a morigerar notoriamente las propuestas económicas de las cartas presidenciales.     

 

Con ese telón de fondo, que sin duda provocó más que inquietud en la media de los votantes, es fácil inducir que la situación para los sectores que viven de un sueldo continúa siendo incierta. El IFE se despide la primera semana de diciembre; son cerca de 890 mil personas las que perciben el salario mínimo (Fundación SOL), el que luego del “aumento” en $10 mil propuesto por Piñera y aprobado mayoritariamente por el Congreso en julio, apenas llega a los $337 mil; al 4° retiro no se le augura un resultado positivo, luego que gran parte de la “oposición” aprobara aplicarle impuestos, se negara a incorporar las rentas vitalicias y se cerrase a la posibilidad de futuros auto-empréstitos por parte de l@s trabajador@s (aunque sea a cuenta de sus propios fondos de pensiones); se observa un aumento importante de la morosidad en los hogares endeudados, y un 30% de los grupos familiares (y subiendo) se ha endeudado en el sistema informal, lo que se explica –en gran parte-  por las restricciones al crédito formal; el consumo interno, que contribuía al alza considerable que venía presentando el PIB, decae desde el 2º al 3er trimestre, de un 32,1% a un 23,7%, caída que se mantendrá debido a la contracción y encarecimiento del crédito y a lo que debemos sumar un nulo mejoramiento salarial en el mediano plazo.   

 

En suma, la mayoría nacional requiere respuestas concretas y prontas para hacer frente a la acuciante situación socioeconómica actual y futura, la cual es producto del antipopular modelo económico y de la guerra que le ha declarado la patronal. Para aminorar los efectos de tal flagelo, una medida acertada –lo hemos dicho antes- sería el otorgamiento de una Renta Básica Universal, la que asegure un ingreso de, al menos, $700.000 para una familia de cuatro integrantes de los quintiles más carenciados; finiquitar los incentivos estatales a las grandes empresas (forestales, mineras, Isapres, etc.); suprimir la exención tributaria por uso de petróleo que beneficia a la mafia de los camioneros, empresas de transporte, gran minería, etc.; liquidar la elusión y evasión tributarias, de las que el gran capital es el principal culpable; aplicación de un royalty minero ad valorem o escalonado al cobre, del 2% al 20%, según el valor con que sea transado; desarrollo de un gran plan nacional de obras públicas a cargo de empresas de Estado, con énfasis en las comunas o agrupaciones de estas con mayores tasas de cesantía y bajos salarios. Un programa económico-social mínimo como este, el que no será levantado por las fuerzas del R-N y menos ahora cuando estas han pedido su bendición a los GMRS para la 2ª vuelta, sólo será posible de enarbolar por los pueblos y explotad@s de Chile, organizados en sus instancias naturales y político-sociales, así como en las de coordinación sectorial y territorial. Para esto, no nos sirve ir a dejar un voto y esperar que otr@s hagan algo al respecto; se requiere de la lucha consecuente y la decisión de vencer de l@s mism@s oprimid@s y excluid@s de este país, que somos la mayoría.    

 

La amenaza de la COVID-19, lejos de amainar, se hace más patente. El indicador de carga de infectad@s se alza a un 11,7 x 100 mil habitantes en la 3ª semana de noviembre (muy lejos de la meta de menos de 1x100 mil); el indicador de transmisión promedio se empina sobre 1 en ese mismo lapso (menor a 0,8); la positividad de los testeos varía entre 3,5 y 4% (ojalá 3% o menos durante 14 días); respecto a la velocidad y cobertura del aislamiento de casos y cuarentena de l@s contactos (donde la gestión del MINSAL ha sido nefasta), aún es débil, lo que se aprecia en una confirmación temprana que permanece atada al 60% (se espera que supere el 80%) y la consulta temprana nunca ha superado ese porcentaje; el uso de camas UCI (asociado a una mayor carga de la pandemia), luego de descender de un crítico 97%, apuntado en junio pasado, volvió a empinarse después de agosto (cuando marca una sima de 81%) y al finalizar el bimestre remonta a un 90%. Al cerrar este análisis, el precio del petróleo se alteraba y había inquietud en algunas potencias luego que el director ejecutivo de Moderna puso en duda la eficacia de las vacunas COVID-19 contra la nueva variante del coronavirus: Ómicron. Aún no está claro qué tan grave es la nueva variante, pero como nos advierte el seleccionado nacional de fútbol Gabriel Suazo, casi al finalizar noviembre, “El virus está presente. Lo puede tener mi madre que sale a vender, mi padre que sale a trabajar o mi hermano”. Y es verdad; nadie se salva. No obstante, todo lo dicho no impide que –con todas las medidas del caso- los sectores populares y más consecuentes del MP salgan a las calles a hacer valer sus derechos y demandas, movilizaciones que han sido preteridas por la pandemia, pero en mayor medida por el estrato político-civil, que lo hace en aras de la sacrosanta “gobernabilidad” y el circo electoral y constitucionalista.  

 

 

La política formal: ¿y por qué el electorado se volvió derechista?

 

Las fuerzas que componen la derecha política exhiben divergencias, sólo tácticas, con ocasión del reciente proceso electoral, para luego de acaecido este unirse firmemente con vistas a capturar el próximo gobierno. Sin duda que el candidato del oficialismo, Sichel, simplemente no pudo cargar con todo lo pésimo que ha sido la gestión de la coalición Chile Vamos (luego Chile Podemos Más), en tanto que el heraldo del ala más descarada del sector, José Antonio Kast, libre de ese óbice, pudo divulgar una fórmula que combina la ley y el orden de las clases dominantes (que lo serían por una suerte de mandato celestial), vitales condiciones para impedir la inestabilidad y la quiebra nacionales, con la idílica promesa de un homogeneizado Chile de “clase media”. Era esperable que tal mensaje prendiera profunda y ampliamente en un electorado aterrorizado por una crisis con la que se le impacta mediante todas las formas y soportes posibles, tanto así que ni siquiera fue necesario dar a conocer los contenidos y alcances del programa presidencial de Kast, porque lo importante era la impronta de su figura, devenida en el Moisés que nos llevaría a cruzar el Mar Rojo para escapar de nuestras penurias. Luego, no es de extrañar que muchas de las medidas que el adalid del modelo aseguraba que iba a tomar en sus primeros 100 días (y que la mayoría desconoce) se han debido quitar o moderar para intentar sumar a más incautos. Ciertamente que lo expuesto sirve para explicar, en gran parte, el giro derechista de un electorado que venía exhibiendo posiciones más progresistas, a lo que debemos agregar la también exitosa artimaña derechista de extremar el peligro representado por las propuestas de Boric, MEO y Artés, verdaderos agitadores de una crisis que debe ser conjurada.

 

Junto a lo señalado y teniendo en mente que un 53% de los potenciales votantes se abstuvo de formar parte de la “fiesta democrática” del 21/11, intentemos echar luz acerca de la desviación a derecha de la minoría del electorado que sí acudió a las urnas, lo cual -nos parece- es la resultante de variadas causas, las que se complementan y potencian:

 

a) La poderosa y extensa capacidad ideológico-política detentada por los sectores dominantes, en lo educativo, mediático, religioso, cultural, etc., que apunta majaderamente a resaltar su visión de mundo y los antivalores del capitalismo. De hecho, existe un listado de eventos recientes que apuntan para allá: la quema de enseres de los migrantes en Iquique, que debiera haberse convertido en un hecho de la mayor gravedad y acarreado un fuerte rechazo social; Parisi, que puede ser un delincuente y un pésimo padre proveedor, le parece elegible a una porción no menor de los votantes por ser un tipo exitoso y que sabe ganar plata fácilmente; Kast reitera hasta la saciedad los lemas de la ley y el orden, que puestos contra el fondo de una sociedad al borde del caos que el mismo BP ha logrado asentar en la opinión pública (en que se amalgaman narcos y mapuche, asaltantes con manifestantes político-sociales populares, etc.), prende en los sectores autodefinidos como 'clase media' y en la abundante masa de 'analfabetos políticos', etc.;

 

b) La constante conciliación y búsqueda de acuerdos con la derecha y el gran capital que por 31 años han desplegado los GMRS (que identificamos con la exNM), dejando espacio para el crecimiento de una corriente reaccionaria que defiende la dictadura y su 'obra'. En esa línea, podemos constatar que el 'negacionismo' de Kast, así como el ostentado por una activa franja de devotos de Pinochet, dimana al no haberse aplicado por parte de la exConcertación (y luego por la exNM), desde el comienzo y efectiva y sistemáticamente, la justicia a los criminales, civiles y uniformados, de la dictadura. Asimismo, los gobiernos desde Aylwin hasta Bachelet y los representantes políticos de los GMRS no han roto con la leyenda que asocia el supuesto adelanto y ‘bienestar’ económico con la necesidad que hubiera una dictadura cívico-militar;

 

c) Los acuerdos respecto de la reproducción y mantención del modelo económico, propiciado por el conjunto del BPE, permite a una aparentemente novedosa candidatura derechista, no ligada directamente al gran capital, mostrarse (aunque sólo nominalmente) preocupada por los problemas que ese modelo pudiera generar en la gente, pero a los que considera secundarios y como efectos colaterales;  

 

d) La casi nula expresión política y orgánica de la izquierda anticapitalista, inmersa aún en una lucha intestina de caudillos y detentadores de políticas poco consistentes, incapaz de levantar la alternativa político-social que demuestre a los amplios sectores de los pueblos y los explotados la validez de la lucha por una sociedad mejor y, lo más importante, que vaya construyendo junto a estos el poder que permita golpear eficazmente al enemigo común y despejando el camino de las posiciones que sólo sirven a los dueños del país;

 

e) El tristísimo papel de comparsa del PDC y su vil política por parte del PS, tarea que desarrolla por más de 3 décadas, así como la anodina e inconstante actuación del PC, que ha pasado de criticar a los GMRS a formar alianzas con ellos, alejándose de la organización y movilización popular para conseguir insertarse en el espurio sistema político;

 

f) Ya en 1850, Marx había distinguido con claridad lo que hasta entonces había deducido de un modo semiapriorista: que la crisis del comercio mundial producida en 1847 había sido la verdadera madre de las revoluciones de Febrero y Marzo de 1848, y que la prosperidad industrial, que había vuelto a producirse paulatinamente desde mediados de 1848 y que en 1849 y 1850 llegaba a su pleno apogeo, fue la que dio nuevos bríos a la reacción europea otra vez fortalecida. No queremos ser deterministas críticos (posición que debieron asumir Marx y Engels a la espera de un nuevo auge del movimiento popular europeo a partir de 1851), ni mucho menos, pero para nuestra realidad vernácula podríamos efectuar un símil con lo ocurrido entonces y así constatar que en 2019, año de la épica Rebelión Popular de Octubre y de un severo cuestionamiento general al sistema de dominación, la tasa de crecimiento de la economía chilena experimentó una dura caída y pasó del 4% en 2018 a un 0,8%, debido al menor dinamismo de la demanda interna y externa (CEPAL), para que, dos años después, esa economía nos sorprenda con un crecimiento de un 11% anual (FMI), lo que además se refuerza con los bonos recibidos por amplios sectores de la población, en la forma de IFE y retiros de las AFP, todo lo cual instiga un sentimiento conservador, propio de la pequeña burguesía (aunque sólo sea eso y no el reflejo de una real pertenencia de clase). La aparentemente caprichosa voluntad de los llamados “sectores medios”, con pertenencia o no a ellos, se explica por el inveterado objetivismo pequeñoburgués, “El demócrata, por cuanto representa a la pequeña burguesía; es decir, a una clase intermedia, en cuyo seno se embotan los intereses de las dos clases opuestas, cree estar por encima de los antagonismos de clase (Marx, “El 18 Brumario…”). Como la economía capitalista se muestra veleidosa en estos tiempos del COVID y más voluble que las posiciones que pueda adoptar la “clase media”, recordemos que hasta hace poco las IFI anunciaban para Chile un auge económico de 3,8% para 2022, pero ahora rebajan sus expectativas a un mísero 2,5% (bajo el promedio latinoamericano de un 3%), lo que abre las puertas a un ominoso descontento por parte de dichos sectores.      

 

Existen otros muchos antecedentes para explicar la desviación a derecha de l@s votantes, pero su exposición y discusión requieren de un espacio que excede los fines del presente análisis.

 

 

La política formal: el mal menor, el fascismo, la democracia y otras hierbas

 

Nos encontramos en el período electorero previo a la 2ª vuelta presidencial, en que los GMRS y el R-N esgrimen variadas razones para que las masas acudan a las urnas a dar su apoyo al tribuno que nos librará del tirano. Detengámonos en tratar de aclarar las fábulas que inventan:

 

1.- Kast es peor que Piñera: fue el gobierno de este último el que arrasó, con saldo de seis decenas de muertos y cientos de heridos, la legítima protesta y movilización populares con ocasión del levantamiento del 18-O, delitos por los cuales fue acusado constitucionalmente y fueron los mismos GMRS los que lo salvaron de esta; quien ha intentado privatizar las debilitadas Salud y Educación públicas; quien ha hecho negocios viles aprovechándose de su condición de presidente, contravenciones que le acarrearon una nueva acusación y, era que no, nuevamente los GMRS lo protegieron; el que no se la pudo con el narcotráfico y la delincuencia; el que llenó de Carabineros y PDI el Wallmapu, para luego asediar las comunidades Mapuche con las FFAA; el que puso por igual a quienes ejercían la violencia popular, expresión del legítimo hastío de grandes sectores de la población frente a tanto abuso y humillación, con los atropellos a los DDHH cometidos por las fuerzas materiales del orden burgués; el que se ha mostrado ineficiente y hasta criminal en el manejo de la pandemia; quien no ha reformado de arriba abajo a la ladrona y brutal institución de Carabineros. Sumando y restando, es poco probable que herr Kast lo haga peor;

 

2.- Con Kast se viene el fascismo: El conjunto de las fuerzas detrás de Boric apelan a elementos de la subjetividad, del ideologismo, a fin de mover al electorado de izquierda que se abstuvo de sufragar en la pasada votación para que esta vez lo haga y así logremos detener el regreso del fantasma de Pinochet, evitando que los “fascistas” pongan fin –violentamente- al proceso de cambios en curso. Alertan que es el ejercicio de la violencia la esencia y práctica definitoria de aquella derecha fascistoide, pero si concordáramos con tal despropósito tendríamos que reconocer que un Estado de excepción como el fascista existía ya en el Mundo Antiguo, lo que sería un anacronismo, por decir lo menos. Antes bien, el carácter específico del fascismo reside en el hecho de que sobre esta agresividad encaja una forma particular, social, política y militar, que expresa un nuevo ordenamiento social. Consecuentemente con lo anterior, el fascismo no tiene nada que ver con el movimiento político-social levantado por el cruzado Kast, aun cuando este sea descendiente de un oficial de la Wehrmacht. Antes bien, debemos advertir que cuando la gran burguesía, que hegemoniza el Bloque en el Poder (BP) y a cuyo interés general se aviene el BPE, no puede mantener los niveles de dominación y de explotación con la necesaria tranquilidad, se saca su careta de ‘democrática’ y se ve impelida a recurrir a las formas de Estado de Excepción Constitucional, sean estos el Bonapartismo, el Fascismo o la Dictadura Militar, que responden en su aplicación a la situación y condicionantes de la lucha de clases específica, en una formación determinada. Como no es del caso una situación en que los sectores dominantes vean drásticamente cuestionado su poder y dominio por parte de las clases dominadas, ‘una crisis por abajo’, no existe necesidad de echar mano de alguno de esos Estados de Excepción. En lo esencial, el  programa de Kast y sus huestes es el mismo del ya habitual capital monopólico-financiero, disfrazado de salvavidas para que, supuestamente, todos salgamos flotando de la tempestad en curso;

 

3.- Estamos obligados a votar por Boric porque con Kast se acabará la democracia: En el análisis político-histórico marxiano la ‘Democracia’, entendida como la Democracia Moderna, es el fruto y justificación de las Revoluciones Democrático-Burguesas libradas por la burguesía en su conjunto y que tienen su desarrollo, en lo cronológico, desde 1380, en Portugal, hasta las revoluciones democrático-burguesas de 1830-1848, en Europa Occidental, las que finalmente determinan el sistema democrático como lo conocemos hoy: la realización de la organización de poder de la burguesía. A partir de ello, se dieron las condiciones para el alejamiento relativo de esta clase de lo político y la política en el marco de un Estado de clase ‘en forma’, lo que hace que hoy, por ejemplo, no veamos directamente a los Luksic o los Matte haciendo de las suyas en política. En esencia, por antonomasia, la “DEMOCRACIA” es la DEMOCRACIA BURGUESA, el sistema político mediante el cual normalmente la burguesía ejerce/oculta la dictadura de su dominación de clase en las formaciones capitalistas. Es la forma de Gobierno en donde la burguesía domina a la clase trabajadora, haciéndole creer que en él tiene cabida y participación, un Olimpo en donde puede ser qué tal vez los explotados tengan una remota posibilidad de hacer algo, llenos de la vacua ilusión que se les ha instilado de que pueden mejorarlo desde adentro. Chile, como sabemos, no escapa de tener su propia dictadura de clase disimulada, pero si analizamos con cuidado son varios los elementos que se le quitaron, con ocasión de la dictadura cívico-militar y la imposición de un ordenamiento legal seudodemocrático, a la democracia liberal en esta formación: “…que esto no es democracia, es dictadura sin Pinochet”, versaba acertadamente uno de los cánticos de la Rebelión de Octubre. De lo que se trata es de romper con el acatamiento de este ordenamiento, que no es ni siquiera la democracia de Rousseau, de Tocqueville, etc., sino un esperpento que no merece el respeto de la mayoría nacional y menos del MP. Al contrario, quien defienda este orden inicuo, simplemente se transforma en enemigo de los pueblos y explotad@s de Chile.    

 

4.- Debemos ganar a la “clase media” para Boric: En el período electorero en curso, tanto la dupla G/D como la “oposición” apuestan sus fichas a tratar de ganar ese apoyo. Los primeros, con un mensaje prístino, machacante y agorero: nuestro mundo se estaría yendo a la porra y debemos retornar al orden y la armonía entre las clases que integran nuestra formación (eso sí, orden y armonía establecidos por las clases dominantes), mientras que los GMRS lo hacen envolviendo con sus redes a Apruebo Dignidad (AD), el que rápidamente pasa a morigerar su ya de por si ponderado discurso, alejándose de la movilización y protesta populares para la consecución de derechos y demandas básicas, siempre dando pruebas de su ‘blancura’. Especialmente el neorreformismo, encarnado en el Frente Amplio (FA), prefiere sumar a más votantes recurriendo al electorado de la exNM (hoy NPS), invocando la necesidad de superar la crisis de gobernabilidad en Chile mediante un gobierno de unidad de la actual oposición. Tal convite, que recibe diversos grados de adhesión por parte de los GMRS: más enfático en el eje PS-PPD y menos entusiasta en los resabios de un extinto BP, como son la DC y el PR, igualmente se salda luego de pulimentar adecuadamente los últimos bordes afilados que tenía el programa de gobierno de AD e incorporándole los aderezos que lo dejarán más en línea con lo que ha sido el rol histórico de los firmantes del espurio acuerdo ‘por arriba’ con la dictadura cívico-militar, por allá por 1986-87. Es decir, los hechos demuestran que tratar de ganar el centro, a la ‘clase media’, significa que AD debe desmontar todavía más lo poco de ofensivo que le va quedando a su programa; que debe pasar a ser uno más de los GMRS, asumiendo hasta el fondo la estrategia de estos de lograr acuerdos 'por arriba' y a todo evento con los que mandan de verdad en Chile; que debe renunciar a ser expresión de los sectores populares y progresistas de nuestra formación; en fin, que se transforme en lo que, aparentemente, combatía. Aun considerando esta deriva hacia derecha de la candidatura de Boric, seguramente los que votaron por él no dejarán de hacerlo el 19/12 y serán más los que se sumarán en atención a los temores mencionados más arriba y le darán finalmente el triunfo, pero que quede claro que con eso del mal menor no ganan los excluid@s y los explotad@s, que son la mayoría y hacia los cuales deberían haber mirado Boric, AD y las fuerzas del R-N.

 

5.- Boric debe incorporar las temáticas de seguridad y gobernabilidad: En estos días hemos podido escuchar al abanderado de AD que acepta que en su discurso y en su programa han estado ausentes los grandes temas de la "seguridad" y el “orden”, lo que en el contexto que la derecha y los empresarios han impuesto pareciera apuntar a contener los desbordes de los sectores populares y proseguir con la política de establecer Estados de Excepción y uso de la fuerza material estatal para acometer la paz social. En el fondo, pudiera ser el anuncio de una política más restrictiva respecto de las múltiples demandas populares y las movilizaciones en pos de su logro, consiguiendo la visa de demócrata de parte del BPE y contentando así a aquella masa de familias trabajadoras y potenciales votantes que, sin mayores conocimientos políticos y sin apreciar el fondo de la cuestión, se inquietan porque el país "va al precipicio". Es decir, profundiza su desvío a la derecha y legitima el injusto orden que dice combatir. 

 

 

La elección popular: a construir el poder de los pueblos y l@s explotad@s de Chile

 

Qué duda cabe que las jornadas de combate en torno al 2º año de la rebelión Popular del 18 de Octubre alertaron al G/D, a los GMRS y a los sector claudicantes del R-N que los pueblos y l@s explotad@s de Chile no olvidamos, no perdonamos ni tampoco negociamos; que existe una importante franja del MP decidida a no cejar en el combate por mejores condiciones de vida para la mayoría nacional y por el establecimiento de una sociedad mejor. En esos días, nuevamente reapareció el ánimo de lucha de jóvenes, mujeres, poblador@s, trabajador@s y estudiantes, los que marcharon y se enfrentaron contra las fuerzas represivas y por el control de los territorios populares y de los centros cívicos de las principales ciudades del país. 

 

Por un lapso importante, las fuerzas materiales del Estado de clase no pudieron doblegar el ímpetu que animaba a las fuerzas populares, activ@s democrátic@s e inclusive capas medias, así como tampoco sectores del R-N lograron moderar a l@s movilizad@s con promesas electoreras o de intercesiones en relación con sus aspiraciones sociales, políticas y económicas. Se mantuvo en alto y hasta hoy, una de la principales banderas de lucha del MP -y que cuenta con el apoyo generalizado de la población- de la libertad inmediata e incondicional de tod@s l@s Pres@s Polític@s, chilenos y Mapuche. Tampoco ha dejado de ser motivo de movilización el combate contra el manto de impunidad que el G/D aspira a imponer sobre el crimen de casi seis decenas de personas asesinadas por uniformados y agentes de civil desde la Rebelión del 18-O, así como en los muchos casos de torturas y ulceraciones (oculares en más de 400 casos) perpetradas por dichos peones del enemigo de clase. Celebramos la consecuencia y la fuerza expresada en la agitación y movilización del 17 al 19 de octubre por parte de l@s compañer@s de la Coordinadora 18 de Octubre y de las diversas Asambleas Populares y Territoriales a lo largo del país.    

 

Asimismo, todas las tardes de los viernes y en ocasiones también los jueves, la Plaza de la Dignidad de Santiago no ha dejado de ser escenario de las expresiones de protesta y de los enfrentamientos con las hordas represivas por parte de cientos y en ocasiones miles de compañer@s movilizad@s, organizad@s o no, a grito pelado o con lo suyo en las manos, a veces centrándose en ese punto y otras descolgándose hacia el centro cívico capitalino, donde la protesta adquiere ribetes de ocupación territorial popular y de sitio a los símbolos del poder político estatal. Tampoco podemos dejar de saludar los esfuerzos de l@s compañer@s más conscientes del movimiento estudiantil secundario: ACES, SER, CERC, etc., a veces coronados por el éxito y otras no tanto, con que en los últimos meses han buscado activamente organizar y dar conducción a ese alicaído sector, otrora motor de múltiples movimientos reivindicativos y políticos con sello popular. No menor resultan las acciones y la unidad alcanzadas por el Movimiento Feminista y Antipatriarcal, desplegadas con vistas a una educación no sexista, por el fin de la violencia sexual y misógina (con una jornada importante el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer), por el derecho a un aborto libre, seguro y gratuito, por la liberación incondicional de l@s PP, etc.

 

Contrariamente a lo esperado por el G/D, las grandes empresas forestales, energéticas, de transporte y latifundistas, la militarización y la imposición del estado de excepción constitucional en el Wallmapu, lejos de aplacar la legitima lucha llevada a cabo por el pueblo Mapuche, se ha traducido en el fortalecimiento y la ampliación de las acciones de resistencia de sus organizaciones político-materiales, además de la ocupación productiva de territorios ancestrales por parte de diversas comunidades. Ambos procesos, la resistencia y la recuperación de tierras, trastornan en grado extremo los planes del Estado patronal y de los dueños de las tierras y las plantaciones de pino, que intentan hacer caer todo el peso de la maquinaria represiva sobre el indómito pueblo y sus organizaciones. Estas endurecen su accionar y lo extienden más allá de la Región de Los Ríos y hasta Los Lagos, además de avanzar hacia el norte del territorio Lafquenche. Se requiere que el MP chileno solidarice con el Mapuche, sus luchas y reivindicaciones, que contribuya a evitar el cerco informativo que intenta imponer a este la prensa oficial, la derecha política y económica. Las luchas de los pueblos y los explotad@s de Chile deben sumarse, fortalecerse mutuamente y apuntar a socavar en conjunto las bases del modelo de dominación y explotación que los sectores dominantes nos hacen padecer por igual.

 

En el plano sindical y laboral, comenzó el proceso de negociación por un reajuste decente y mejoras laborales por parte de l@s trabajador@s del sector público, exigiendo de paso que se ponga fin al proceso de pauperización en que han devenido las negociaciones sectoriales de los últimos años. Con todo, sólo un lastre ha sido la ‘ayuda’ prestada por la CUT para coordinar las acciones de la Mesa del Sector Público, pues se coaligan sus dirigentes con los de ciertas directivas de las 16 organizaciones negociadoras, en especial las relacionadas con los partidos que conforman los GMRS y del R-N, con el fin de frenar las posibles movilizaciones y paralizaciones y de esa manera no dar muestras de ingobernabilidad achacables a la candidatura Boric de cara a la 2ª vuelta presidencial. Con mayor razón, será tarea de los sectores más conscientes políticamente entre las bases de los diferentes frentes movilizados los que den una conducción ofensiva y rupturista al interior de este movimiento y, con base en esta dinámica, lograr conquistas dignas para tod@s l@s servidor@s públic@s.   

 

Los sectores más de avanzada del MP, la izquierda anticapitalista y l@s revolucionari@s no nos opondremos a que un/a compañer@, un/a vecin@ o un/a amig@ acuda a votar por Boric este 19/12. Sin embargo, ello no obsta a que critiquemos los intentos del reformismo y el neorreformismo por encauzar las demandas y aspiraciones populares en los estrechos y mezquinos cauces de la institucionalidad y la legalidad patronal, y cuando buscan hacernos creer que es en este espacio donde ellas serán resueltas. Además, continuaremos avanzado por la senda de la construcción del poder alternativo de l@s explotados y excluid@s para combatir las fuerzas que sostienen y apoyan al modelo de dominación capitalista en Chile, y para ello nos debemos fortalecer al interior del MP y de los sectores afectados por la crisis y los efectos del modelo: trabajador@s de sectores tradicionales, comunidades indígenas, trabajador@s subcontratados y precarizados, temporer@s, comunidades de espacios locales y regionales, herman@s migrantes, cesantes, estudiantes secundari@s y universitari@s, pensionad@s, ambientalistas, mujeres y disidencias sexuales.

 

Los pueblos, l@s explotad@s y l@s oprimid@s nos debemos organizar desde ahora para construir la alternativa verdaderamente popular y clasista para nuestra liberación social y humana y no esperar la instalación de gobiernos del tipo Boric para hacerlo. Tampoco será la Constitución de la Convención Constitucional la que signifique una salida democrática y popular a la crisis que afecta al modelo de dominación capitalista, puesto que toda verdadera superación de este sistema pasa por la fuerza organizada, por el poder político que logren construir l@s excluid@s y el MP para combatir y vencer a sus enemigos de clase. Estas y no otras premisas son las que evitarán la aparición de peleles tipo Kast y de las vanas apuestas al mal menor con que se engatusa a la población en cada elección oficial y sistémica.

 

Como ayer, urge que l@s revolucionari@s avancemos en la construcción de MP en cada población, en cada territorio, en cada frente social, reactivando y unificando las Asambleas Populares y las Territoriales, creando organización con quienes quieran superar, en lo concreto, la institucionalidad y legalidad burguesas. Será a partir de una delgada pero decidida franja de luchador@s sociales que debemos incidir en cada instancia y territorio popular, haciéndonos uno con las demandas que el conjunto del pueblo levanta día a día y que hoy pasan por la defensa de los niveles de vida, sumándoles aquellas con un mayor contenido político. Lucha, organización y voluntad de vencer son nuestro Sur.

 

 

 

Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández

 

 

Diciembre, 2021

miércoles, 1 de diciembre de 2021

10 DE DICIEMBRE DE 2021: A EJERCER LA PROTESTA POPULAR EN CONTRA DE LA SISTEMÁTICA VIOLACIÓN DE LOS DDHH EN CHILE

LLAMAMIENTO PARA EL 10 DE DICIEMBRE DE 2021 EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS: CONTRA LA IMPUNIDAD DE AYER, QUE PERMITE LAS INJUSTICIAS DEL PRESENTE.

 

A tod@s los que guardan esperanza en su corazón:

 

A tod@s quienes desde el 18 de octubre de 2019 sienten que es posible no sólo remecer esta falsa democracia, sino que, además, se puede construir un nuevo tipo de Sociedad.

A tod@s quienes sienten que desde el 18 de octubre de 2019 la democracia con botas se demostró tal cual, en su esencia, es decir, la democracia del 1% más rico de Chile, la democracia de las 7 familias dueñas de Chile.

A tod@s quienes, desde el inicio de la revuelta, del alzamiento popular, perciben que el sistema político impuesto desde el 11 de marzo de 1990 quiere prolongarse con la ayuda de los partidos políticos que han sido parte de más de 30AÑOS de impunidad e injusticia y que hoy llaman al engaño a través de la consigna de “defender esta democracia”.

A tod@s quienes saben que la revuelta, el alzamiento popular, no ha cuajado en un movimiento nacional y popular, que no ha dado a luz los instrumentos capaces de potenciar la lucha y darle un cauce permanente e ininterrumpido, que todavía no encuentra las formas para impulsar el poder popular, que todavía no ha sido capaz de sacudirse del lastre que significa el electoralismo; pese a todo, a pesar de los pesares, pese a que la revuelta se ha ido desarrollando a través de oleadas, como en los ’80, que se mueve con desorden, con mucho activismo, con dispersión, con la energía de la convicción interna, pese a todo, preferimos eso, sabiendo que no es perfecta, mas se acerca a lo que soñamos y se debe seguir hasta vencer.

10 DE DICIEMBRE DE 2021 a desatar la legítima protesta social y popular, por todas y cada una de las demandas sociales y populares ante la violación sistemática de los Derechos Humanos desde el 11 de septiembre de 1973 y que prosigue desde el 11 de marzo de 1990.  A expresar en acciones directas de protesta popular nuestra rabia en contra de una democracia que sólo blindó la impunidad que permite la injusticia e impide la felicidad de millones.

FIN AL ESTADO DE EXCEPCIÓN EN EL WALLMAPU Y SALIDA INMEDITA DE LAS FUERZAS REPRESIVAS UNIFORMADAS Y DE CIVIL.

LIBERTAD INMEDIATA Y SIN CONDICIONES A TOD@S L@S PRES@S POLÍTIC@S MAPUCHE Y CHILENOS.

JUICIO Y CASTIGO AL GENOCIDA PIÑERA Y A TODA ESTA DEMOCRACIA CON BOTAS.

NO+ALZAS.

POR UN SUELDO MÍNIMO DE $600.000.-

POR UN REAJUSTE DEL 7,5% A LOS TRABAJADOR@S DEL SECTOR PÚBLICO.

POR UN GOBIERNO POPULAR.

POR UNA ASAMBLEA POPULAR PLURINACIONAL PARITARIA CONSTITUYENTE AUTOCONVOCADA.

POR NUESTRA FELICIDAD AHORA.

A TOMAR LA VIDA POR ASALTO.

 

Diciembre 01 de 2021.