martes, 11 de agosto de 2020

NO EN NOMBRE DE NOSOTR@S: PLEBISCITO DE 1988, PROCESO CONSTITUYENTE 2020 NI APRUEBO NI RECHAZO, TODO SE CONQUISTA EN LAS CALLES


LAS ELECCIONES YA SE REALIZARON EL 18 DE OCTUBRE DE 2019: FUERA PIÑERA, A CERRAR EL CONGRESO NACIONAL, CONSTITUIR UN GOBIERNO POPULAR, ASAMBLEA POPULAR PLURINACIONAL PARITARIA CONSTITUYENTE AUTOCONVOCADA.

«Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano».    Mit der Dummheit kämpfen Götter selbst vergeben”.  Friedrich von Schiller.

No en nombre de nosotr@s: Plebiscito de 1988, proceso constituyente 2020.

El mismo von Schiller nos señala que “hablar con mucha cortesía a veces conquista y otras empalaga”.  No nos compromete ningún cálculo electoral o de otra índole.  Nuestra posición es insobornable junto a la dura caminata de los Pueblos y l@s Trabajador@s por su emancipación humana y social.  Nuestros 55 años de existencia como Organización Política situada en el Campo Popular, nuestra práctica política y teórica, nos avalan para señalar nuestra política ante la coyuntura.  Lo hicimos en 1988 y lo hacemos en este 2020.  Nuestra posición no surge de cabezas afiebradas o descerebrados, no nace de visiones aventureristas.  No somos iluminados y no pretendemos suplantar al movimiento popular en su devenir concreto.  Y así como no inventamos la toma de fábricas y fundos, así como no inventamos las corridas de cerco, en un pasado reciente, tampoco somos la causa del alzamiento popular iniciado el 18 de octubre de 2019 ni tampoco somos el origen de las Asambleas Populares o las Asambleas Territoriales como órganos que encauzan el contrapoder de l@s populares en el presente.  Simplemente somos, diseminados en diversas expresiones rojinegras, parte de ese proceso que busca sepultar el sistema de dominación capitalista monopólico-financiero y parir un nuevo tipo de Estado sustentado en el poder popular, respetuoso del Ser Humano y la Naturaleza.  Estado que debe comenzar a extinguirse apenas nazca, para dar paso a una sociedad comunista.

En el segundo semestre de 1986 comenzó a fraguarse el acuerdo para que la dictadura militar hiciera el traspaso de sus funciones a civiles.  En ese contubernio participó Estados Unidos, la iglesia católica, la propia dictadura a través de sus testaferros civiles y la alianza democrática que supo sumar a partidos políticos del Movimiento Democrático Popular, en específico al Partido Socialista y al Partido Comunista.  De esa forma, entre 1986 a 1989 se verificó la “transición a esta democracia” que nos gobierna desde el 11 de marzo de 1990 y que se sustenta en la constitución política de 1980.  Todo esto tras el “Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia (agosto de 1985)”[1].  La Historia se repite, primero como tragedia, luego como una mera comedia.

Triunfó el NO en las urnas, pero finalmente ganó el SÍ en términos estratégicos: era el SÍ  a la constitución política de 1980 y todo el andamiaje institucional que permitía la plena dictadura militar del conjunto de la burguesía, pero ahora validada por la manifestación de voluntad de millones.  El engaño fue perfecto.  30 años demoró la respuesta, un 18 de octubre de 2019.

Sin embargo, un aspecto sustancial de este proceso fue la consolidación de la refundación social burguesa iniciada a fines de 1974 por la fracción monopólico-financiera, que requería para su proyecto histórico de la paz social, que le aseguró la “democracia” desde el 11 de marzo de 1990.  Se consolidó el exitismo, el egoísmo, el salvarse en forma individual, la negación de la participación política y social, la dicotomía que se levantó entre lo social y lo político, el consumismo.  Aparecieron los gigantescos mall, los megasúpermercados, las tarjetas de crédito, el sueño del auto y la casa pagados en módicas cuotas mensuales, la casa en la playa, la Educación en colegios-liceos-universidades privadas, la Salud privada, ya había ocurrido el ingreso obligado a las AFP (aspecto que a nadie preocupó, sino después de 25 años).  De hecho en la franja televisiva del NO ya aparecía el nuevo chileno, ganador, talentoso, sin miedo, exitoso.  Comenzó a aflorar el chileno ganador, apolítico, que sólo se interesaba por el fútbol, las teleseries.  Podríamos multiplicar los ejemplos por miles (pasar de consumir aceite en bolsas de un ¼ a botellas de litro; de la citroneta a vehículos todo terreno).  El sueño duró 30 años (un sueño en donde los medios de comunicación oficiales, y no tanto, se dedicaban a blindar una “cultura” del exitismo, del egoísmo, del hedonismo, en donde se llegó a tener como una sola utopía el llegar al viernes para olvidar la brutal y bestial semana laboral).  30 años que no debemos olvidar jamás, 30 años de injusticias, de impunidad, de vergüenza, de tanta traición, en donde sólo un puñado de luchador@s se atrevió a cuestionar lo que estaba ocurriendo.  Las futuras generaciones deberán hacer un fenomenal esfuerzo para entender cómo se aguantó 30 años de imposturas, de fraude, de humillación ocultada en una seudodemocracia.

No podemos olvidar el rol que jugó el ex reformismo, que luego paso a formar parte del Bloque Político de Estado, a la contribución de la “paz social”.  Recordemos el papel de la Central Unitaria de Trabajadores, que negoció sueldos mínimos de hambre, que señaló que no se debían hacer olitas a la “democracia”.  No olvidar que fue el militante del Partido Comunista, Jaime Gajardo, que avaló con su firma la reforma educacional que destrozó la Educación, convirtiéndola en una mera correa transportadora de la ideología de la clase dominante.

El MIR, el Movimiento Juvenil Lautaro, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez-Autónomo, y tres fracciones del Partido Socialista (entre ellas el Partido Socialista Dirección Colectiva), llamaron a boicotear el plebiscito de 1988 y proseguir la lucha a través de la protesta popular, la cual básicamente se desarrollaba en las Poblaciones, aspecto que se debe recuperar y profundizar en el presente.

Coincidimos letra por letra, palabra por palabra, en lo señalado por el Comité Central del MIR de la época: “La imposición del plebiscito es el resultado de la ofensiva de las fuerzas del Régimen, de las clases dominantes y el imperialismo, para intentar consolidar en lo político, un modelo económico y social de superexplotación.  A través del plebiscito, los dueños del poder y la riqueza, pretenden dar además dar legitimidad a la institucionalidad construida por la dictadura a sangre y fuego[2].

2020

El 18 de octubre de 2019 se hizo trizas la “democracia” mentirosa, de baja intensidad, supeditada al imperialismo y que sólo beneficia al 1% de la población.  La acción directa ejercida por los estudiantes, por los jóvenes, simbolizada en la evasión en varias estaciones de metro, y en donde la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES, jugó un rol protagonista, encendió una pradera que ya no podía soportar tanta mala Vida.  De inmediato, los sectores más postergados, los más golpeados por el sistema de dominación, se sumaron a la acción directa, al ejercicio inmediato de la expresión de voluntad y salieron a las calles en busca de los siempre negado.  Esos hechos, esas expresiones de descontento, esa demostración de fuerza concreta, gatilló que amplios sectores de la pequeña burguesía se sumaran al descontento y bajo sus formas de lucha se plegaran al movimiento.   Los partidos políticos del congreso nacional, el propio Tirano Asesino Piñera, quedaron superados y marcados como los causantes de la injusticia y la impunidad prolongada por 30 años.

Sin embargo, la derecha, la ex concertación hoy nueva mayoría y sus hijos, la mesa de unidad social y el frente amplio, rápidamente se recuperaron del impacto y así surgió el “acuerdo por la paz y nueva constitución[3].  De inmediato señalar que este acuerdo que lleva envuelto el denominado “proceso constituyente” no es un triunfo del Pueblo, como se ha pretendido hacer pasar, sino que es la acomodación de la dominación a través de sus expresiones políticas para mantener la institucionalidad que permita la acumulación de capital, ganancias y utilidades a los grupos económicos verdaderos dueños de Chile.  Veremos cómo en este periodo encontramos dos acontecimientos que se hacen pasar como triunfos, como victorias, y en realidad no son más que derrotas para el Campo Popular.  Si se lee quienes firmaron el famoso acuerdo, se verá que es “pura buena gente” que nos han cagado la Vida durante 30 años, bueno, 47 para ser más exactos[4].  En tanto, el ex glorioso, es decir, el Partido Comunista, en una jugada que intentó no dejarlo tan en evidencia, y querer demostrar que le quedaba algo de decoro (nos referimos a su actual dirección política traidora y no a la Militancia honesta de las bases), no concurrió de inmediato a la firma del nefasto acuerdo[5].  Sin embargo, palabras más o palabras menos, se sumó gustoso a la convocatoria que hizo el Tirano Piñera (recordemos que en 1988 levantó la famosa consigna “NO, hasta vencer”, la cual todavía andan descifrando en su significado numerosos filósofos y sociólogos, además de historiadores).

Como señalábamos, con relación a hacer pasar como victorias lo que son derrotas en medio de la pandemia debido al corona virus y debido a la ineficacia brutal del gobierno de turno para atender las necesidades de millones azotados por la enfermedad, la cesantía y la falta de recursos, la ex concertación hoy nueva mayoría, junto al frente amplio, presentaron un proyecto de ley que permitiera sacar el 10% de los fondos previsionales desde las tristemente célebres AFP.   De inmediato se hizo pasar el proyecto “como un logro del alzamiento popular”.  Lo que escondía, en realidad, era que con ese hecho el 1% más rico de Chile se desligaba de aportar a la solución de apoyar a quienes lo necesitan y l@s propi@s Trabajador@s pasaban a pagar la crisis.  Vital resultó la opinión política, dicha a tiempo y a contrapelo, del Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández[6], quienes advirtieron el gato por liebre que significaba la ley (que después contó con votos incluso de la UDI).  En los mismos días, el congreso nacional, el mismo que aprobó cuanta ley represiva le envío el Tirano Asesino Piñera, le otorgaba créditos a los grupos económicos dominantes en Chile de los propios fondos de las AFP.  Y hoy, mientras se escribe este artículo,  José de Gregorio señala que los dineros frescos, resultantes del retiro del 10% de los fondos de los propios Trabajador@s van a impactar positivamente en los indicadores económicos: ¡¡¡l@s propi@s Trabajador@s salvando a la clase dominante!!!

La ley 21200[7] (y ojalá quienes quieren contribuir con su manifestación de voluntad sea aprobando o rechazando el mentado y julero chamullo, la leyeran a lo menos una vez), es el marco regulador del proceso constituyente convocado por Piñera, la derecha, la ex concertación hoy nueva mayoría, el frente amplio y la mesa de unidad social.  En lo esencial, el llamado se realiza para paralizar y desarticular el alzamiento popular en marcha.

Nos equivocábamos cuando decíamos que “si votar sirviera de algo, estaría prohibido”.  Votar sirve de algo: permite que los ya poderosos digan una vez realizadas las elecciones “ahora te podemos explotar tranquilo, tú ya nos diste tu permiso”.

Sin embargo, sabemos que el apruebo va a resultar ganador en el chamullo constituyente.  No es fácil romper con las leyendas, los mitos, las creencias, que la propia clase dominante va inoculando en el conjunto de las clases sociales subalternas.  Son décadas, siglos, de dominación, lo cual no concluye en 9 meses.  Con ese resultado, los partidos políticos sirvientes (que constituyen el Bloque Político de Estado) del Bloque en el Poder (constituido por los grupos económicos dueños de Chile), han de redactar un nuevo engendro, que en esencia ha de mantener la institucionalidad establecida en la dictatorial constitución política de 1980.

Con todo, para el Campo Popular el camino está trazado desde el 18 de octubre de 2019 y sólo ha de concluir con el derrocamiento de Piñera, de todo su gobierno y sepultando todo y cada uno de los elementos del sistema de dominación capitalista y para que eso ocurra se debe continuar con las acciones directas, desde las más simples a las más complejas, de un modo permanente e ininterrumpido y no participar en el chamullo constituyente.  Es la hora de los de abajo, de los nada, de los nadie, de los ninguneados, de los humillados y marginados de siempre.

En estos 55 años de existencia el MIR no sólo ha sido valentía, heroísmo, arrojo, sino que también aporte teórico, aporte en el campo de las ideas.  Hemos nacido porfiados y seguiremos tercos.  Ello valió la persecución brutal de la dictadura militar a través de la dina-cni-sifa-dine.  Las ideas y la práctica político-teórico del MIR siguieron presentes, incluso luego de la penosa división ocurrida en 1987.  Terminamos estas palabras con algunas de la declaración del Comité Central en 1988: “Levantamos nuestra posición frente a la situación política actual y al plebiscito, con la certeza moral y política de un partido del campo popular que desde los primeros momentos de golpe militar ha luchado con todas sus fuerzas y medios por conquistar una democracia sin restricciones para nuestro pueblo”[8].

NI APRUEBO NO RECHAZO, TODO SE CONQUISTA EN LAS CALLES

FUERA PIÑERA, A CERRAR EL CONGRESO NACIONAL, CONSTITUIR UN GOBIERNO POPULAR, ASAMBLEA POPULAR PLURINACIONAL PARITARIA CONSTITUYENTE AUTOCONVOCADA

“Dixi el Salvavi animan meam” (lo digo y he salvado mi alma, lo decimos y salvamos nuestra alma”.


BRIGADA DE PROPAGANDA MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA

Agosto 11 de 2020.

PD: Dedicamos estas letras a nuestro Compañero, padre y amigo, Luis Barra García; a nuestro Compañero y amigo Tobías Mijail Valenzuela Aguayo, a todas y todos los Militantes anónimos, de base, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a los ayudistas, a los que siguen en pie luchando no sólo por lo que fue el Partido, sino que por lo que debe entregar en el presente.  A todos los Militantes del conjunto de los destacamentos revolucionarios chilenos, el MJL, el FPMR-A, las fracciones del PS consecuentes, a los Anarquistas, a las Organizaciones Sociales anticapitalistas, al Hermano Pueblo-Nación Mapuche.


“Fuad Chain, presidente del Partido Demócrata Cristiano; Álvaro Elizalde, presidente del Partido Socialista de Chile; Heraldo Muñoz, presidente del Partido por la Democracia; Luis Felipe Ramos, presidente del Partido Liberal; Catalina Pérez, presidenta del Partido Revolución Democrática; Jacqueline van Rysselberghe, presidenta del Partido Unión Demócrata Independiente; Mario Desbordes, presidente del Partido Renovación Nacional; Hernán Larraín, presidente de Evópoli; Javiera Toro, presidenta del Partido Comunes; Carlos Maldonado, presidente del Partido Radical y Gabriel Boric”.

2 comentarios:

  1. No se transará con los grupos económicos..ya que nuestro fin es destruirlos.

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