MIR DE CHILE:
No
sólo lucha inclaudicable contra el poder de los ricos, sino que aporte a la Teoría
de la Revolución chilena. La lucha
continúa.
Cercanos
ya a cumplir 55 años como Organización Política, se vuelve imprescindible que
la Militancia vuelva su mirada no sólo hacía lo que fue el Congreso de
Fundación del MIR (efectuado en la calle San Francisco N° 269, local facilitado
por el anarquista Ernesto Miranda y en donde se aprobó el borrador de
Declaración de Principios redactada por Luis Vitale), sino que al contexto histórico
previo que permitió la creación de un instrumento político que señaló su
disposición de realizar, fuera de la vía electoral, la Revolución Social de
carácter Socialista en Chile.
Trotskistas,
anarquistas, sindicalistas, estudiantes, pobladores, sectores descontentos del
Partido Socialista y del Partido Comunista, fue el sustrato que permitió fundar
el MIR.
El
Chile actual es distinto, qué duda cabe, a lo que era a mediados de los ’60 e
incluso después de 1990. Recordemos que
entre la última fecha señalada y el 17 de octubre de 2019 los intentos de
cuestionamiento y de superación de la dictadura del capital, ahora revestida de
civiles, el Movimiento Popular sólo era una expresión difusa, con un avance
desigual, heterogéneo y combinado, con manifestaciones parceladas,
fragmentadas, casi testimoniales, hasta que llegó el 18 de octubre de 2019 en
donde se produce un salto cualitativo que se mantiene pese a la pandemia debida
al corona virus.
En
el Chile actual, las expresiones del nuevo poder que se está gestando, se
constituye en las Asambleas Populares y en las Asambleas Territoriales, órganos
que encauzan la rabia y el descontento, que están articulando su programa, su
táctica y estrategia. En esta nueva
caminata por la emancipación humana y social el MIR, los Miristas, el Pueblo y
Cultura Mirista, sólo deben contribuir a su fortalecimiento y no buscar su
control o hegemonía. Recordemos que el
propio Miguel señalaba en su momento que (en el Chile pretérito) las tomas de
fábricas, de fundos, las corridas de cercos, no fueron inventadas por el MIR,
que el MIR las potenció, alentó y desplego, después, debido a la decisión
política tomada desde el 15 de agosto de 1965.
Por
otro lado, es necesario que se vuelva a una clara política de formación
política entre la Militancia. Ya no
bastan los relatos personales, ya no cuadran las narraciones latas que se
realizan en cada encuentro. Las jinetas,
como siempre, se ganan aquí y ahora. Lo
fundamental es retomar la senda del estudio, de la lectura comprensiva, del
análisis de situación política y en ese plano felicitamos al Círculo de
Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández, que recuerda al querido Compañero
Paine, que está realizando un claro aporte a la comprensión de la coyuntura,
alertando, por ejemplo, en su momento, el verdadero carácter que tuvo el retiro
del 10% desde los fondos previsionales.
Se
dice que la derrota militar se puede superar.
Se sabe que la derrota ideológica es insuperable.
En
lo personal, quien escribe esta reseña, recuerda que a sus 9 años, el Compañero
Flaco Barra (o también llamado Alejandro, Toño, Alejo, Pepé), le dio a leer el
Tomo I de la Interpretación marxista de la Historia de Chile. Fue el incentivo, hecho a tiempo, para
comenzar a leer el maravilloso continente de la Teoría que se debe construir y
que se está construyendo.
Las
negritas y subrayados en el texto del Compañero Vitale corren por nuestra
cuenta.
BRIGADA DE PROPAGANDA
MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA.
Agosto 05 de 2020.
PORQUE EN CADA AGOSTO
RENACE LA ESPERANZA.
“Contribución a la H I S T O R I A DEL M I R. (1965 - 1970) por Luis Vitale[1].
Investigador-testigo de época Ed. Instituto de Investigación de Movimientos
Sociales "Pedro Vuskovic" Santiago, 1999
Capítulo I
El
proceso de unidad revolucionaria (1961-1965)
El
proceso de unidad revolucionaria (1961-1965) Este proceso se dio en un contexto
internacional-latinoamericano y nacional, que estimuló la formación de
organizaciones revolucionarias, alternativas a la política de la izquierda
tradicional. El hecho más trascendental fue el impacto de la Revolución Cubana,
la primera revolución socialista triunfante no sólo de América Latina sino también
del Hemisferio Occidental. En esa misma década se consolidó el proceso de
transición al socialismo en China, influenciando sobre todo a la juventud
latinoamericana con el llamado de Mao-tsé-Tung a que "florezcan cien
flores" en la estrategia por la toma del poder, como asimismo las
repercusiones de la "revolución cultural". También ejerció influencia
en nuestra América el avance de la revolución anticolonial en África,
especialmente en Argelia, y en Asia, sobre por los primeros éxitos de la lucha
guerrillera en Vietnam y otras partes de la península Indochina.
Las
movilizaciones de los trabajadores latinoamericanos y las acciones de los
primeros movimientos guerrilleros, bajo el influjo de la Revolución Cubana,
impactaron fuertemente a los grupos revolucionarios de Chile tanto por su
coraje y decisión como por sus frustradas experiencias foquistas de lucha
armada, con excepción del movimiento de Yon Sosa en Guatemala y de Hugo Blanco
en Perú que trataron de superar la concepción del "foco", combinando
las acciones armadas con un trabajo social en profundidad en el campesinado y
los pueblos originarios.
El
contexto chileno de ascenso popular -influenciado por estos sucesos de la contemporaneidad,
que vivió la anterior generación y la de Miguel- estimuló una salida
revolucionaria de otro tipo en Chile durante el gobierno autoritario del
representante de "los gerentes: Jorge Alessandri, y de las expectativas despertadas
en centenares de miles de obreros y campesinos por las promesas del flamante
gobierno reformista de la DC y de su presidente Eduardo Frei.
Jóvenes chilenos
pudieron haberse enmontañado sin base social, como otros hermanos
latinoamericanos, abrir un foco guerrillero y morir heroicamente, pero sin
incidir en el conjunto de los explotados. La aguda coyuntura de lucha de clases
chilena, en brazos del ascenso popular, hizo surgir organizaciones y tendencias
revolucionarias, fuera y dentro de los partidos de la izquierda tradicional.
El
primer paso hacia la unidad de las fuerzas revolucionarias lo dio el presidente
de la CUT, Clotario Blest, al formar el M3N -sigla surgida a raíz del gran Paro
general y la Concentración del 3 de noviembre de 1960 de cerca de 50.000
personas en Plaza Artesanos. Su manifiesto-saludo a los trabajadores decía:
"El M3N es un movimiento revolucionario que tiene por finalidad orientar
las luchas hacia la transformación sustancial del sistema capitalista por un
régimen revolucionario dirigido por los trabajadores. Rechaza toda teoría de
colaboración de clases que a través de la vía pacífica se pueda derrocar a la
burguesía. El M3N sólo confía en la movilización del pueblo para alcanzar el
poder para los trabajadores (...) El M3N no es un nuevo partido político, ni
tampoco es anti-partido; es un Movimiento que tratará de reagrupar a todos los
revolucionarios del país, sin distinción de tendencias (...)Lucha por el
fortalecimiento de la CUT y su unidad. 1961 debe ser el año en que la CUT
presente una batalla o Huelga General por los reajustes en que intervengan
obreros, campesinos y empleados del sector público y privado. Así, en su 8º
aniversario, la CUT podrá quebrarle la mano al gobierno derechista de
Alessandri y abrir la perspectiva para cumplir con sus postulados señalados en
su Congreso Constituyente de 1953: luchar por la transformación revolucionaria
del actual régimen capitalista".
En
su programa, el M3N proponía: "Nueva Constitución del Estado, surgida de
una Asamblea Constituyente del Pueblo, Reforma Agraria Integral, Reforma
Urbana, Abolición de los monopolios capitalistas y expropiación de las empresas
imperialistas, Expropiación de los Bancos particulares, de las fábricas y gran
comercio y administración de las mismas por los trabajadores, Dirección y Administración
de la economía del país por los Consejos de Obreros y Campesinos, Defensa activa
de la Revolución Cubana". Anótese
que estos puntos programáticos constituyeron la base política del proceso de
unificación revolucionaria que culminó en el MIR cuatro años después.
Clotario
organizó el M3N de una manera especial: un sector con apertura pública y otro
clandestino, integrado por socialistas de izquierda de la CUT, de Federaciones
y de sindicatos de base, agrupados en grupos concéntricos de a 5 personas, pero
secretos, con el fin de que unos socialistas no tuvieran conocimientos de otros
de su partido integrados al M3N. De esa manera, Clotario se aseguraba la
mayoría en la CUT.
Por
ejemplo, en un Consejo de Federaciones que se realizó a fines de diciembre de
1960 -al cual asistí en mi calidad de dirigente nacional de la CUT- se aceptó
la moción Blest de votar no a mano alzada sino en forma secreta la preparación
de una Huelga General, con la oposición del PC, el PR y la DC. Contados los
votos dieron una leve mayoría a la proposición Blest. Sorpresa, silencio en la
sala y luego cuchicheos; sindicalistas del PC salieron a buscar a sus
dirigentes políticos, al igual que unos pocos socialistas. Prestos vinieron sus
Secretarios Generales. El del PC increpó al del PS, diciéndole que no había
cumplido el acuerdo de ordenar a sus sindicalistas votar contra la Huelga
General. El del PS le respondió tajantemente que sí... ¿y entonces? La
explicación estaba en que los socialistas de izquierda de la CUT -adherentes
secretos del M3N- votaron bajo la orientación de Julio Benítez a favor de la
Huelga, desobedeciendo la orden de su partido. El plan orgánico de Clotario iba
funcionando bien, hasta que un día se le ocurrió invitar a incorporarse al M3N
a un dirigente socialista de la CUT, que era hombre de confianza del máximo
dirigente del PS, Raúl Ampuero, quien pronto llamó al orden a los sindicalistas
más izquierdistas de su partido.
Precisamente,
ese año Miguel y el Bauchi (Bautista van Schouwen) y otros ingresaron a la
Juventud Socialista, mientras Luciano Cruz Aguayo preparaba su ruptura con el
PC. A su vez, Marco Antonio era elegido vocal de la FEC y poco después
levantado por Miguel -que ya había iniciado su carrera de Medicina- como
Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción.
Marco Antonio se convirtió entonces no sólo en el principal maestro político de
Miguel y el Bauchi, sino también en el creador de una tendencia estudiantil
revolucionaria que abrió el camino para el ulterior triunfo de Luciano a la
presidencia de la FEC.
Mientras
tanto, Miguel y compañeros de Concepción, Santiago, Puerto Montt y otras
provincias preparaban la escisión de la Juventud Socialista, hecho que se
formalizó en el Congreso de 1964. El liderazgo de Miguel se reforzó a raíz de
su valiente polémica con Robert Kennedy, de visita en Concepción. Entonces fue
contactado por compañeros de Santiago que estaban estructurando el ERTE
(Ejército Revolucionario de Trabajadores y Estudiantes). El "pelao"
Zapata y el Chipo lograron incorporar a Miguel en este proyecto, alentado por
una tendencia trotskista, el PRT, que luego se integró a la VRM (Vanguardia
Revolucionaria Marxista), liderada por el Dr. Enrique Sepúlveda.
De
este modo, Miguel, el Bauchi y Luciano se integraron al proceso de unidad
revolucionaria que se estaba dando entre VRM y el PSP desde 1964, proceso que
condujo al Congreso de Fundación del MIR el 15 de agosto de 1965. Está probado
con documentos de la época, y demostrado, en la práctica política, que el MIR
no fue creado por un grupo de estudiantes de Concepción, mito levantado en el
exilio por dirigentes miristas de la FEC, después de la muerte de Miguel, quien
en vida jamás dijo semejante aberración, pues conocía por dentro el largo y
madurado proceso de unificación de 8 organizaciones.
Este
proceso de unificación se fue gestando, bajo la iniciativa de Clotario Blest,
primero a través de la creación del Movimiento de Fuerzas Revolucionarias en
1961, integrado básicamente por obreros sindicalizados; el grupo Libertario
liderado por Ernesto Miranda, dirigente Nacional de la CUT y de la Federación
del Cuero y Calzado; un sector escindido de la Juventud Radical, encabezado por
Julio Stuardo, creador del Movimiento Social Progresista; el Partido Obrero
Revolucionario y trabajadores sin partido.
Dos
años más tarde, varias organizaciones se reagruparon para constituir el Partido
Socialista Popular, en cuyo Congreso de Fundación (1963) participaron: el POR,
un sector del MIDI (Movimiento de Independientes de Izquierda, allendista,
dirigido por el Dr. Enrique Reyes), militantes del movimiento de pobladores
orientados por Víctor Toro, jóvenes de Santiago escindidos del PS, la OSI
(Organización Socialista de Izquierda, nucleada por Gonzalo Villalón); la
revista "Polémica", dirigida por Tito Stefoni; la mayoría del Comité
Regional Coquimbo del PS, encabezado por su secretario general, Mario Lobos;
gran parte del Comité Regional del PS de Talca y núcleos socialistas de base de
la zona sur, de Linares a Puerto Montt. Como secretario general del PSP fue
elegido el trotskista Humberto Valenzuela, dirigente nacional de los Obreros
Municipales. Su periódico oficial: "La Chispa", cuyo director fue
Dantón Chelén, luego de su ruptura con el PS.
Paralelamente
se fueron unificando fuerzas en Vanguardia Revolucionaria Marxista, entre ellas
la mayoría de la Vanguardia Nacional del Pueblo, liderada por Enrique
Sepúlveda, sectores disidentes del PC, que años antes había formado el MRA
(Movimiento de Resistencia Antiimperialista) dirigido por Luis Reinoso,
Benjamín Cares, J. Pilowsky, Ernesto Benado y Martín Salas; en 1963 se integró
el PRT (Partido Revolucionario Trotskista), orientado por Jorge Cereceda, y en
1964 el MRC (Movimiento Revolucionario Comunista, escindido de la Juventud
Comunista, orientado por Gabriel Smirnow). A la VRM se integraron en 1964
Miguel, el Bauchi, Marco Antonio y otros estudiantes de Concepción.
A este proceso de
unificación, uno de los pocos investigadores del tema, Carlos Sandoval, lo
denomina "Prehistoria", tomando este concepto de la clasificación
tradicional de los historiadores europeos de la Historia Universal que
estimaban que la historia comenzó con la escritura, colocando equivocadamente
el prefijo "pre", sin advertir que todo es historia a partir de la
aparición de los primeros seres humanos y de su contacto con la naturaleza.
Nadie puede negar que nuestros Pueblos Originarios hicieron historia; bastaría
con señalar un sólo ejemplo: la invención del número cero por los mayas, siglos
antes que los europeos, cuando éstos ya tenían la escritura.
No
corresponde caracterizar de "prehistoria" al proceso de unificación
de la izquierda revolucionaria (1961-1965) por varias razones: a) porque los
principales fundadores del MIR fueron los mismos que lideraron los diversas
organizaciones que dieron nacimiento al Movimiento de Izquierda Revolucionaria;
b) porque el carácter Socialista de la Revolución, la necesidad de la lucha
armada e insurreccional para la toma del poder y el programa del Congreso de
Fundación del MIR se basó en los programas que tenían el POR, el PRT, VRM y
PSP, que muchos años antes hacían uso de la "escritura" y de acciones
relevantes en el movimiento obrero; c) porque los principales dirigentes
sindicales y del movimiento de Pobladores que asistieron al Congreso de
Fundación, provenientes de las anteriores organizaciones citadas, fueron los
mismos que tuvo el MIR en sus comienzos; d) porque el periódico "El
Rebelde" se editaba por la VRM varios años antes de que el MIR lo adoptara
como su órgano oficial, haciendo uso obviamente de la "escritura".
Nos permitimos hacer estas aclaraciones no sólo para demostrar que antes del
MIR las organizaciones mencionadas ya hacían historia, sino porque Sandoval
sólo menciona como referencia teórico-política a VRM en su libro, páginas 7 a
12.
Todos
las organizaciones que confluyeron en el PSP y VRM se autodisolveron con la decisión
de constituir un solo partido de la revolución. Con este objetivo central se
convocó al Congreso de Fundación del MIR. Queda así demostrado, con documentos
de la época, que el MIR no fue creado por un grupo de estudiantes de Concepción
sino por las numerosas organizaciones citadas, de larga trayectoria en el
movimiento sindical y poblacional, a través de un proceso de discusión y
acciones comunes que duró 4 años, de 1961 a 1965. Como prueba irrefutable
podemos decir que el MIR, 15 días después de su fundación, llevó más de 25
delegados al IV Congreso Nacional de la CUT, efectuado el 30 de agosto de 1965.
La conclusión es obvia: es imposible
que un grupo de estudiantes de Concepción pudiera haber elegido más de 25
delegados obreros entre el 15 y 30 de agosto, que presentaron un programa de
lucha que sólo pueden elaborado por trabajadores experimentados, como consta en
el documento que obra en nuestro poder.
Cabe
destacar que Andrés Pascal A. fue el único en reconocer oficialmente en 1986 en
un documento interno del MIR, elaborado en Buenos Aires, que el MIR no fue
creado por un grupo de estudiantes de Concepción sino por un proceso previo de
unificación de varias organizaciones revolucionarias.
Por
lo demás bastaría con señalar que en el Congreso de Fundación del MIR fueron
elegidos al Comité Central personas como Clotario Blest (9 años presidente de
la CUT y primer y único Partido en el que militó) y Humberto Valenzuela,
candidato obrero a la Presidencia de Chile en 1942, para demostrar rotundamente
que el MIR no fue fundado por un grupo de estudiantes de Concepción. No
obstante, Sandoval coloca en su libro, al final del capítulo sobre los
fundadores del MIR, solamente las fotos de estudiantes de Concepción, no por azar
sino porque sabe que la imagen refuerza los mitos.””
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