miércoles, 5 de agosto de 2020

PRELUDIO A LA FUNDACIÓN DEL MIR: Periodo 1961-1965 POR LUIS VITALE.


MIR DE CHILE: No sólo lucha inclaudicable contra el poder de los ricos, sino que aporte a la Teoría de la Revolución chilena.  La lucha continúa.

Cercanos ya a cumplir 55 años como Organización Política, se vuelve imprescindible que la Militancia vuelva su mirada no sólo hacía lo que fue el Congreso de Fundación del MIR (efectuado en la calle San Francisco N° 269, local facilitado por el anarquista Ernesto Miranda y en donde se aprobó el borrador de Declaración de Principios redactada por Luis Vitale), sino que al contexto histórico previo que permitió la creación de un instrumento político que señaló su disposición de realizar, fuera de la vía electoral, la Revolución Social de carácter Socialista en Chile.

Trotskistas, anarquistas, sindicalistas, estudiantes, pobladores, sectores descontentos del Partido Socialista y del Partido Comunista, fue el sustrato que permitió fundar el MIR. 

El Chile actual es distinto, qué duda cabe, a lo que era a mediados de los ’60 e incluso después de 1990.  Recordemos que entre la última fecha señalada y el 17 de octubre de 2019 los intentos de cuestionamiento y de superación de la dictadura del capital, ahora revestida de civiles, el Movimiento Popular sólo era una expresión difusa, con un avance desigual, heterogéneo y combinado, con manifestaciones parceladas, fragmentadas, casi testimoniales, hasta que llegó el 18 de octubre de 2019 en donde se produce un salto cualitativo que se mantiene pese a la pandemia debida al corona virus.

En el Chile actual, las expresiones del nuevo poder que se está gestando, se constituye en las Asambleas Populares y en las Asambleas Territoriales, órganos que encauzan la rabia y el descontento, que están articulando su programa, su táctica y estrategia.  En esta nueva caminata por la emancipación humana y social el MIR, los Miristas, el Pueblo y Cultura Mirista, sólo deben contribuir a su fortalecimiento y no buscar su control o hegemonía.  Recordemos que el propio Miguel señalaba en su momento que (en el Chile pretérito) las tomas de fábricas, de fundos, las corridas de cercos, no fueron inventadas por el MIR, que el MIR las potenció, alentó y desplego, después, debido a la decisión política tomada desde el 15 de agosto de 1965.

Por otro lado, es necesario que se vuelva a una clara política de formación política entre la Militancia.  Ya no bastan los relatos personales, ya no cuadran las narraciones latas que se realizan en cada encuentro.  Las jinetas, como siempre, se ganan aquí y ahora.  Lo fundamental es retomar la senda del estudio, de la lectura comprensiva, del análisis de situación política y en ese plano felicitamos al Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández, que recuerda al querido Compañero Paine, que está realizando un claro aporte a la comprensión de la coyuntura, alertando, por ejemplo, en su momento, el verdadero carácter que tuvo el retiro del 10% desde los fondos previsionales.

Se dice que la derrota militar se puede superar.  Se sabe que la derrota ideológica es insuperable.

En lo personal, quien escribe esta reseña, recuerda que a sus 9 años, el Compañero Flaco Barra (o también llamado Alejandro, Toño, Alejo, Pepé), le dio a leer el Tomo I de la Interpretación marxista de la Historia de Chile.  Fue el incentivo, hecho a tiempo, para comenzar a leer el maravilloso continente de la Teoría que se debe construir y que se está construyendo.

Las negritas y subrayados en el texto del Compañero Vitale corren por nuestra cuenta.

BRIGADA DE PROPAGANDA MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA.
Agosto 05 de 2020.
PORQUE EN CADA AGOSTO RENACE LA ESPERANZA.


“Contribución a la H I S T O R I A DEL M I R. (1965 - 1970) por Luis Vitale[1]. Investigador-testigo de época Ed. Instituto de Investigación de Movimientos Sociales "Pedro Vuskovic" Santiago, 1999


Capítulo I

El proceso de unidad revolucionaria (1961-1965)

El proceso de unidad revolucionaria (1961-1965) Este proceso se dio en un contexto internacional-latinoamericano y nacional, que estimuló la formación de organizaciones revolucionarias, alternativas a la política de la izquierda tradicional. El hecho más trascendental fue el impacto de la Revolución Cubana, la primera revolución socialista triunfante no sólo de América Latina sino también del Hemisferio Occidental. En esa misma década se consolidó el proceso de transición al socialismo en China, influenciando sobre todo a la juventud latinoamericana con el llamado de Mao-tsé-Tung a que "florezcan cien flores" en la estrategia por la toma del poder, como asimismo las repercusiones de la "revolución cultural". También ejerció influencia en nuestra América el avance de la revolución anticolonial en África, especialmente en Argelia, y en Asia, sobre por los primeros éxitos de la lucha guerrillera en Vietnam y otras partes de la península Indochina.

Las movilizaciones de los trabajadores latinoamericanos y las acciones de los primeros movimientos guerrilleros, bajo el influjo de la Revolución Cubana, impactaron fuertemente a los grupos revolucionarios de Chile tanto por su coraje y decisión como por sus frustradas experiencias foquistas de lucha armada, con excepción del movimiento de Yon Sosa en Guatemala y de Hugo Blanco en Perú que trataron de superar la concepción del "foco", combinando las acciones armadas con un trabajo social en profundidad en el campesinado y los pueblos originarios.

El contexto chileno de ascenso popular -influenciado por estos sucesos de la contemporaneidad, que vivió la anterior generación y la de Miguel- estimuló una salida revolucionaria de otro tipo en Chile durante el gobierno autoritario del representante de "los gerentes: Jorge Alessandri, y de las expectativas despertadas en centenares de miles de obreros y campesinos por las promesas del flamante gobierno reformista de la DC y de su presidente Eduardo Frei.

Jóvenes chilenos pudieron haberse enmontañado sin base social, como otros hermanos latinoamericanos, abrir un foco guerrillero y morir heroicamente, pero sin incidir en el conjunto de los explotados. La aguda coyuntura de lucha de clases chilena, en brazos del ascenso popular, hizo surgir organizaciones y tendencias revolucionarias, fuera y dentro de los partidos de la izquierda tradicional.

El primer paso hacia la unidad de las fuerzas revolucionarias lo dio el presidente de la CUT, Clotario Blest, al formar el M3N -sigla surgida a raíz del gran Paro general y la Concentración del 3 de noviembre de 1960 de cerca de 50.000 personas en Plaza Artesanos. Su manifiesto-saludo a los trabajadores decía: "El M3N es un movimiento revolucionario que tiene por finalidad orientar las luchas hacia la transformación sustancial del sistema capitalista por un régimen revolucionario dirigido por los trabajadores. Rechaza toda teoría de colaboración de clases que a través de la vía pacífica se pueda derrocar a la burguesía. El M3N sólo confía en la movilización del pueblo para alcanzar el poder para los trabajadores (...) El M3N no es un nuevo partido político, ni tampoco es anti-partido; es un Movimiento que tratará de reagrupar a todos los revolucionarios del país, sin distinción de tendencias (...)Lucha por el fortalecimiento de la CUT y su unidad. 1961 debe ser el año en que la CUT presente una batalla o Huelga General por los reajustes en que intervengan obreros, campesinos y empleados del sector público y privado. Así, en su 8º aniversario, la CUT podrá quebrarle la mano al gobierno derechista de Alessandri y abrir la perspectiva para cumplir con sus postulados señalados en su Congreso Constituyente de 1953: luchar por la transformación revolucionaria del actual régimen capitalista".

En su programa, el M3N proponía: "Nueva Constitución del Estado, surgida de una Asamblea Constituyente del Pueblo, Reforma Agraria Integral, Reforma Urbana, Abolición de los monopolios capitalistas y expropiación de las empresas imperialistas, Expropiación de los Bancos particulares, de las fábricas y gran comercio y administración de las mismas por los trabajadores, Dirección y Administración de la economía del país por los Consejos de Obreros y Campesinos, Defensa activa de la Revolución Cubana".  Anótese que estos puntos programáticos constituyeron la base política del proceso de unificación revolucionaria que culminó en el MIR cuatro años después.

Clotario organizó el M3N de una manera especial: un sector con apertura pública y otro clandestino, integrado por socialistas de izquierda de la CUT, de Federaciones y de sindicatos de base, agrupados en grupos concéntricos de a 5 personas, pero secretos, con el fin de que unos socialistas no tuvieran conocimientos de otros de su partido integrados al M3N. De esa manera, Clotario se aseguraba la mayoría en la CUT.

Por ejemplo, en un Consejo de Federaciones que se realizó a fines de diciembre de 1960 -al cual asistí en mi calidad de dirigente nacional de la CUT- se aceptó la moción Blest de votar no a mano alzada sino en forma secreta la preparación de una Huelga General, con la oposición del PC, el PR y la DC. Contados los votos dieron una leve mayoría a la proposición Blest. Sorpresa, silencio en la sala y luego cuchicheos; sindicalistas del PC salieron a buscar a sus dirigentes políticos, al igual que unos pocos socialistas. Prestos vinieron sus Secretarios Generales. El del PC increpó al del PS, diciéndole que no había cumplido el acuerdo de ordenar a sus sindicalistas votar contra la Huelga General. El del PS le respondió tajantemente que sí... ¿y entonces? La explicación estaba en que los socialistas de izquierda de la CUT -adherentes secretos del M3N- votaron bajo la orientación de Julio Benítez a favor de la Huelga, desobedeciendo la orden de su partido. El plan orgánico de Clotario iba funcionando bien, hasta que un día se le ocurrió invitar a incorporarse al M3N a un dirigente socialista de la CUT, que era hombre de confianza del máximo dirigente del PS, Raúl Ampuero, quien pronto llamó al orden a los sindicalistas más izquierdistas de su partido.

Precisamente, ese año Miguel y el Bauchi (Bautista van Schouwen) y otros ingresaron a la Juventud Socialista, mientras Luciano Cruz Aguayo preparaba su ruptura con el PC. A su vez, Marco Antonio era elegido vocal de la FEC y poco después levantado por Miguel -que ya había iniciado su carrera de Medicina- como Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Marco Antonio se convirtió entonces no sólo en el principal maestro político de Miguel y el Bauchi, sino también en el creador de una tendencia estudiantil revolucionaria que abrió el camino para el ulterior triunfo de Luciano a la presidencia de la FEC.

Mientras tanto, Miguel y compañeros de Concepción, Santiago, Puerto Montt y otras provincias preparaban la escisión de la Juventud Socialista, hecho que se formalizó en el Congreso de 1964. El liderazgo de Miguel se reforzó a raíz de su valiente polémica con Robert Kennedy, de visita en Concepción. Entonces fue contactado por compañeros de Santiago que estaban estructurando el ERTE (Ejército Revolucionario de Trabajadores y Estudiantes). El "pelao" Zapata y el Chipo lograron incorporar a Miguel en este proyecto, alentado por una tendencia trotskista, el PRT, que luego se integró a la VRM (Vanguardia Revolucionaria Marxista), liderada por el Dr. Enrique Sepúlveda.

De este modo, Miguel, el Bauchi y Luciano se integraron al proceso de unidad revolucionaria que se estaba dando entre VRM y el PSP desde 1964, proceso que condujo al Congreso de Fundación del MIR el 15 de agosto de 1965. Está probado con documentos de la época, y demostrado, en la práctica política, que el MIR no fue creado por un grupo de estudiantes de Concepción, mito levantado en el exilio por dirigentes miristas de la FEC, después de la muerte de Miguel, quien en vida jamás dijo semejante aberración, pues conocía por dentro el largo y madurado proceso de unificación de 8 organizaciones.

Este proceso de unificación se fue gestando, bajo la iniciativa de Clotario Blest, primero a través de la creación del Movimiento de Fuerzas Revolucionarias en 1961, integrado básicamente por obreros sindicalizados; el grupo Libertario liderado por Ernesto Miranda, dirigente Nacional de la CUT y de la Federación del Cuero y Calzado; un sector escindido de la Juventud Radical, encabezado por Julio Stuardo, creador del Movimiento Social Progresista; el Partido Obrero Revolucionario y trabajadores sin partido.

Dos años más tarde, varias organizaciones se reagruparon para constituir el Partido Socialista Popular, en cuyo Congreso de Fundación (1963) participaron: el POR, un sector del MIDI (Movimiento de Independientes de Izquierda, allendista, dirigido por el Dr. Enrique Reyes), militantes del movimiento de pobladores orientados por Víctor Toro, jóvenes de Santiago escindidos del PS, la OSI (Organización Socialista de Izquierda, nucleada por Gonzalo Villalón); la revista "Polémica", dirigida por Tito Stefoni; la mayoría del Comité Regional Coquimbo del PS, encabezado por su secretario general, Mario Lobos; gran parte del Comité Regional del PS de Talca y núcleos socialistas de base de la zona sur, de Linares a Puerto Montt. Como secretario general del PSP fue elegido el trotskista Humberto Valenzuela, dirigente nacional de los Obreros Municipales. Su periódico oficial: "La Chispa", cuyo director fue Dantón Chelén, luego de su ruptura con el PS.

Paralelamente se fueron unificando fuerzas en Vanguardia Revolucionaria Marxista, entre ellas la mayoría de la Vanguardia Nacional del Pueblo, liderada por Enrique Sepúlveda, sectores disidentes del PC, que años antes había formado el MRA (Movimiento de Resistencia Antiimperialista) dirigido por Luis Reinoso, Benjamín Cares, J. Pilowsky, Ernesto Benado y Martín Salas; en 1963 se integró el PRT (Partido Revolucionario Trotskista), orientado por Jorge Cereceda, y en 1964 el MRC (Movimiento Revolucionario Comunista, escindido de la Juventud Comunista, orientado por Gabriel Smirnow). A la VRM se integraron en 1964 Miguel, el Bauchi, Marco Antonio y otros estudiantes de Concepción.

A este proceso de unificación, uno de los pocos investigadores del tema, Carlos Sandoval, lo denomina "Prehistoria", tomando este concepto de la clasificación tradicional de los historiadores europeos de la Historia Universal que estimaban que la historia comenzó con la escritura, colocando equivocadamente el prefijo "pre", sin advertir que todo es historia a partir de la aparición de los primeros seres humanos y de su contacto con la naturaleza. Nadie puede negar que nuestros Pueblos Originarios hicieron historia; bastaría con señalar un sólo ejemplo: la invención del número cero por los mayas, siglos antes que los europeos, cuando éstos ya tenían la escritura.

No corresponde caracterizar de "prehistoria" al proceso de unificación de la izquierda revolucionaria (1961-1965) por varias razones: a) porque los principales fundadores del MIR fueron los mismos que lideraron los diversas organizaciones que dieron nacimiento al Movimiento de Izquierda Revolucionaria; b) porque el carácter Socialista de la Revolución, la necesidad de la lucha armada e insurreccional para la toma del poder y el programa del Congreso de Fundación del MIR se basó en los programas que tenían el POR, el PRT, VRM y PSP, que muchos años antes hacían uso de la "escritura" y de acciones relevantes en el movimiento obrero; c) porque los principales dirigentes sindicales y del movimiento de Pobladores que asistieron al Congreso de Fundación, provenientes de las anteriores organizaciones citadas, fueron los mismos que tuvo el MIR en sus comienzos; d) porque el periódico "El Rebelde" se editaba por la VRM varios años antes de que el MIR lo adoptara como su órgano oficial, haciendo uso obviamente de la "escritura". Nos permitimos hacer estas aclaraciones no sólo para demostrar que antes del MIR las organizaciones mencionadas ya hacían historia, sino porque Sandoval sólo menciona como referencia teórico-política a VRM en su libro, páginas 7 a 12.

Todos las organizaciones que confluyeron en el PSP y VRM se autodisolveron con la decisión de constituir un solo partido de la revolución. Con este objetivo central se convocó al Congreso de Fundación del MIR. Queda así demostrado, con documentos de la época, que el MIR no fue creado por un grupo de estudiantes de Concepción sino por las numerosas organizaciones citadas, de larga trayectoria en el movimiento sindical y poblacional, a través de un proceso de discusión y acciones comunes que duró 4 años, de 1961 a 1965. Como prueba irrefutable podemos decir que el MIR, 15 días después de su fundación, llevó más de 25 delegados al IV Congreso Nacional de la CUT, efectuado el 30 de agosto de 1965. La conclusión es obvia: es imposible que un grupo de estudiantes de Concepción pudiera haber elegido más de 25 delegados obreros entre el 15 y 30 de agosto, que presentaron un programa de lucha que sólo pueden elaborado por trabajadores experimentados, como consta en el documento que obra en nuestro poder.

Cabe destacar que Andrés Pascal A. fue el único en reconocer oficialmente en 1986 en un documento interno del MIR, elaborado en Buenos Aires, que el MIR no fue creado por un grupo de estudiantes de Concepción sino por un proceso previo de unificación de varias organizaciones revolucionarias.

Por lo demás bastaría con señalar que en el Congreso de Fundación del MIR fueron elegidos al Comité Central personas como Clotario Blest (9 años presidente de la CUT y primer y único Partido en el que militó) y Humberto Valenzuela, candidato obrero a la Presidencia de Chile en 1942, para demostrar rotundamente que el MIR no fue fundado por un grupo de estudiantes de Concepción. No obstante, Sandoval coloca en su libro, al final del capítulo sobre los fundadores del MIR, solamente las fotos de estudiantes de Concepción, no por azar sino porque sabe que la imagen refuerza los mitos.””

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