sábado, 18 de abril de 2020

PARTE VII: SIPONA-SIPOIN MARZO-ABRIL 2020 CIRCULO DE ESTUDIOS POLÍTICOS MIGUEL CABRERA FERNÁNDEZ, PAINE

   ANÁLISIS SITUACIÓN POLÍTICA: MEDIDAS ECONÓMICAS DE LA DICTADURA DERECHISTA HUNDIRÁN A LA MAYORÍA NACIONAL.  PARTE VII.


Análisis del Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández

Análisis de la Situación Política Nacional, Chile, Marzo-Abril
Abril 2020

Frente a la cuestión de aplicar medidas epidemiológicas de contención efectivas aunque drásticas, tipo Cuarentena o Cierre Total Obligatorio, diremos lo nuestro más abajo, aunque adelantemos que ésta es la más adecuada en las actuales circunstancias. Respecto de aquellas de mitigación económica y a cargo del fisco, es menester aclarar que es desde el punto de vista del cómo se constituyen sus montos (o lo que es lo mismo, de donde se obtienen y en qué medida) y a qué sectores benefician/afectan, donde tenemos nuestras aprehensiones. Por cierto, si en la suma final de lo que el gobierno ofrece una parte mayoritaria corresponde a aportes de quienes detentan la riqueza, creemos que eso sería el escenario más justo y congruente. En tanto que, si la proporción se da a la inversa, por supuesto que no es conveniente, ni en términos morales ni económicos. Y es precisamente dentro de éste último tipo de conformación que se inscriben los dos paquetes de ayuda económica fiscal que, con tanta alharaca, han sido ofertados por el gobierno derechista y empresarial: el primero, del 19/3 y el segundo, del 8/4.

Nuestra crítica a dichas medidas, desde el punto de vista del cómo se constituyen las sumas puestas en juego, se basa en que no corresponden a verdaderas inversiones para un potenciamiento social efectivo y en donde el sector privado haga un real esfuerzo, sino a simples redistribuciones de los recursos de los que dispone el fisco, que, como se sabe, son aportados en más de un 90% por la mayoría nacional a través de impuestos: en parte importante, por el regresivo IVA (que contribuye con un 41%, el más alto de la OCDE) [26]; el de 2ª Categoría y otros, como el específico a los combustibles, y en donde el gran empresariado, las empresas nacionales y de dueños extranjeros, sólo se pone con el 9,8%, en la forma de impuesto a la Renta de Primera Categoría (en Dinamarca, por ejemplo, alcanza a un 55,2%). En rigor, el verdadero ‘sueldo de Chile’ no es el cobre, sino que es el IVA, toda vez que los adinerados pagan unos impuestos miserables. Más aun, mientras más poderoso es el capital empresarial, mayor es el porcentaje de la evasión y elusión, como que el impuesto a la renta -que lo paga sólo el 19% de más altos ingresos- llegaría a tener una evasión del 34%, mientras que en el caso del IVA apenas llega a un 8% [27]. De lo anterior, se puede inducir que cuando Piñera y su equipo económico lanzan con gran aspaviento sus ‘planes de emergencia’ o ‘paquetes de medidas por la crisis’, sólo están poniendo sobre la mesa dineros que extrae desde el saco que contiene –en más de un 90%- lo que aportó la mayoría nacional. En concreto, el primer paquete fiscal consultó la activación del consabido 2% constitucional para casos de catástrofes (por un monto de US11.750 millones) [28], un gasto que ya podemos considerar ordinario en nuestro aporreada formación; un ‘bono COVID-19’, autofinanciado por quienes más pagan IVA; entrega de US$2.000 millones para el fondo de cesantía “solidario”, estando éste último y el tradicional conformados, principalmente, por aportes de los mism@s trabajador@s, una parte fiscal y la miseria de un 0,2% por el empleador; y como no se debe molestar con impuestos a los más ricos, el gobierno prefirió aumentar el endeudamiento externo de tod@s los habitantes vía emisión de bonos soberanos.

Por otra parte, nuestra detracción a las medidas económicas con que la dictadura derechista pretende paliar las complicaciones derivadas de la pandemia, ahora desde el punto de vista de a cuáles sectores sociales ellas benefician (y afectan), dice relación con las siguientes implicancias: en el primer paquete fiscal se determinó posponer el pago de diversos tributos y compromisos a las empresas, lo que corre para casi todas ellas (lo cual, en última instancia, beneficia a las más grandes y no a las PYMES) y aplicando techos relacionados con las ventas, que de tan amplios igualmente cubren a casi todo el espectro (ídem), pero he aquí que semejante contribución a los más grandes se justifica mediante el farisaico argumento del gran capital que afirma que tales medidas son, “muy necesarias, especialmente en relación a las pequeñas y medianas empresas” [29]; las PYMES no se benefician de medidas como las mencionadas, puesto que, en medio de la conmoción, no tienen capacidad para ahorrar lo suficiente (lo que les permitiría invertir en bienes de capital, así como mejorar los salarios que entregan), y resulta que dicha incapacidad no se está viendo paliada por ninguno de las medidas anunciadas, toda vez que, si bien en el segundo paquete se les entregan créditos a través de la banca privada (que los dejarán más en manos de ésta, en el mejor de los casos) y con aval del Estado, éste lo hará en rangos de garantías que van desde el 60 al 85%, para las empresas que generen desde 100 mil UF por año a las que lo hagan por 25 mil [30], cifras que escapan absolutamente del horizonte de las PYMES y más todavía de los miniempresari@s.

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