domingo, 12 de abril de 2020

A DESTROZAR LA DESIGUALDAD, A CONSTRUIR EL SOCIALISMO


SOCIALISMO: ÚNICA SOLUCIÓN HISTÓRICA POSIBLE ANTE EL EVIDENTE FRACASO DEL CAPITALISMO EN SU SEGUNDA FASE IMPERIALISTA

LA IGUALDAD: EL CUENTO MEJOR VENDIDO POR EL CAPITALISMO A LA HUMANIDAD.

Entre 1789-1799 se produce en Francia un proceso de revolución social, es decir, el proceso colosal del cambio de dirección del Estado de una clase social por otra.  La burguesía capitalista intentó desplazar a la nobleza feudal de la dirección del Estado.  Dicha revolución fracasó.  La burguesía tuvo que esperar hasta mediados del siglo XIX cuando Luis Bonaparte efectivamente impone el modo de producción capitalista como la forma hegemónica de conducción.

Sin embargo, la gloriosa revolución (la fallida), como se le conoce, la de 1789-1799, logró introducir cuatro conceptos que son propios de la dominación capitalista hasta hoy: libertad, igualdad, fraternidad, propiedad privada.  Por lo tanto, los conceptos señalados y el de Derechos Humanos, son parte de la imago mundi, del Mundo de la Burguesía, en donde el mundo de la cosas que provenían desde Roma y Grecia, desde la Edad Media, se transformaba ahora en el mundo de las cosas, pero disfrazado bajo la “igualdad de los seres humanos”.

La burguesía requería para su modo de producción, para la apropiación privada de las fuentes y medios de producción y distribución, dar la impresión de que los hombres y mujeres eran libres, eran iguales.  Y el cuento quedo.  Fue tan repetido, es tan repetido, que se cree el cuento, se volvió creencia e incluso los de abajo, la clase dominada, las clases subalternas, lo creen.  En su lucha en contra de la nobleza feudal, la burguesía capitalista debía crear un estatuto jurídico que permitiera liberar al obrer@, al trabajad@r, de sus ataduras a la nobleza feudal.  Para establecer el contrato de trabajo era necesario que las dos partes fueran iguales en términos jurídicos.  Pero sabemos que las dos partes contratantes no son iguales: una de ellas tiene la necesidad de firmar el contrato de trabajo o de lo contrario queda despojado de medios de vida, despojado de Dignidad.

La burguesía capitalista en su apuro por derrocar al antiguo orden feudal, en 1789 en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en su artículo 1° declaró: “Los hombres nacen y PERMANECEN libres e iguales en derechos.  Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad pública”[1] (el subrayado y la mayúscula son nuestras).  En algún momento de la Historia se borró el PERMANECEN, pero esa es otra Historia.

Para justificar su dominación, la clase dominante, o sea la burguesía capitalista, que en este momento es la burguesía monopólico-financiera a nivel planetario inserta en la segunda fase del imperialismo, introduce, machaca, todos los días, aquello de la “igualdad”.  Incluso recordemos eso de “crecer con igualdad”.  A cada momento nos dicen que somos “iguales” y con ese pensamiento nos hacen creer que no tenemos nada que pelear “porque somos todos iguales” y bien sabemos, en lo concreto, en la vida cotidiana, que la Vida no es así.  EXISTE LA DESIGUALDAD Y TENEMOS QUE SUPRIMIRLA.

La cantinela cotidiana de que “somos todos iguales” se introduce incluso entre los desposeídos, los explotados.  Incluso es tanta la ideología dominante, que millones de explotados se piensan a sí mismo como perteneciendo a la “clase media”.  Y en este rollo, cumplen bien su tarea los intelectuales orgánicos pagados por la clase dominante.  Veamos un ejemplo entre millones: “En el siglo XVIII, y a la luz de los principios filosóficos de la Ilustración, se consagra y reafirma que el hombre es libre en todo el ámbito de su actuar. Como supremo juez de sus actos, el hombre se vincula con otros y compromete su libertad personal sólo si así lo quiere…En el campo jurídico este concepto tan amplio de la libertad personal se manifiesta en el denominado principio de la autonomía de la voluntad, en virtud del cual se considera que el hombre se relaciona y se obliga con otros porque tal ha sido su voluntad. De esta manera, se entiende que las personas tienen plena libertad para realizar los actos jurídicos que estimen adecuados para la satisfacción de sus intereses, pudiendo, asimismo, determinar el contenido y los efectos de dichos actos.”[2].  Te pedimos que leas la cita y formes tu propia opinión.

Otro punto en donde se puede apreciar lo bestial del capitalismo, es la consagración del robo en el Código Civil chileno.  En el artículo 1815 del citado código podemos leer: “La venta de cosa ajena vale, sin perjuicio de los derechos del dueño de la cosa vendida, mientras no se extingan por el lapso de tiempo”.  Desde los tiempos de la conquista española la clase dominante chilena ha sido punga, cogotera, ratera.

Nuestra lucha no es por la igualdad.  Nuestra lucha es por destrozar la desigualdad.  Por ello el Socialismo, como primera fase de construcción, está señalado con el pensamiento: “De cada quien según sus capacidades, a cada quien según sus necesidades”.  Todo esto para arribar al Comunismo, que con todo no será la última fase de la Humanidad.

El 18 de octubre de 2019 en Chile, y con el corona virus a nivel mundial, es más que evidente que el modo de producción capitalista, que cristalizó desde el siglo XVI, ya está caduco.  La dominación capitalista burguesa ha durado más de 400 años.  Es el momento de sepultarlo.  Sólo la Revolución Socialista mundial, comenzada en cada formación social, logrará tal tarea necesaria.  El ejército de sepultureros y sepultureras debe, en cada país, luchar radicalmente para pasar a una nueva fase de la Vida.

Andrés Morales.
Abril 12 de 2020.

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