SOCIALISMO: ÚNICA SOLUCIÓN HISTÓRICA POSIBLE ANTE EL EVIDENTE FRACASO
DEL CAPITALISMO EN SU SEGUNDA FASE IMPERIALISTA
LA
IGUALDAD: EL CUENTO MEJOR VENDIDO POR EL
CAPITALISMO A LA HUMANIDAD.
Entre
1789-1799 se produce en Francia un proceso de revolución social, es decir, el
proceso colosal del cambio de dirección del Estado de una clase social por
otra. La burguesía capitalista intentó
desplazar a la nobleza feudal de la dirección del Estado. Dicha revolución fracasó. La burguesía tuvo que esperar hasta mediados
del siglo XIX cuando Luis Bonaparte efectivamente impone el modo de producción
capitalista como la forma hegemónica de conducción.
Sin
embargo, la gloriosa revolución (la fallida), como se le conoce, la de
1789-1799, logró introducir cuatro conceptos que son propios de la dominación
capitalista hasta hoy: libertad, igualdad, fraternidad, propiedad privada. Por lo tanto, los conceptos señalados y el de
Derechos Humanos, son parte de la imago mundi, del Mundo de la Burguesía, en
donde el mundo de la cosas que provenían desde Roma y Grecia, desde la Edad
Media, se transformaba ahora en el mundo de las cosas, pero disfrazado bajo la “igualdad
de los seres humanos”.
La
burguesía requería para su modo de producción, para la apropiación privada de
las fuentes y medios de producción y distribución, dar la impresión de que los
hombres y mujeres eran libres, eran iguales.
Y el cuento quedo. Fue tan
repetido, es tan repetido, que se cree el cuento, se volvió creencia e incluso
los de abajo, la clase dominada, las clases subalternas, lo creen. En su lucha en contra de la nobleza feudal,
la burguesía capitalista debía crear un estatuto jurídico que permitiera
liberar al obrer@, al trabajad@r, de sus ataduras a la nobleza feudal. Para establecer el contrato de trabajo era
necesario que las dos partes fueran iguales en términos jurídicos. Pero sabemos que las dos partes contratantes
no son iguales: una de ellas tiene la necesidad de firmar el contrato de
trabajo o de lo contrario queda despojado de medios de vida, despojado de
Dignidad.
La
burguesía capitalista en su apuro por derrocar al antiguo orden feudal, en 1789
en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en su artículo 1°
declaró: “Los hombres nacen y PERMANECEN
libres e iguales en derechos.
Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad pública”[1] (el subrayado y la
mayúscula son nuestras). En algún
momento de la Historia se borró el PERMANECEN, pero esa es otra Historia.
Para
justificar su dominación, la clase dominante, o sea la burguesía capitalista,
que en este momento es la burguesía monopólico-financiera a nivel planetario inserta
en la segunda fase del imperialismo, introduce, machaca, todos los días,
aquello de la “igualdad”. Incluso
recordemos eso de “crecer con igualdad”.
A cada momento nos dicen que somos “iguales” y con ese pensamiento nos
hacen creer que no tenemos nada que pelear “porque somos todos iguales” y bien
sabemos, en lo concreto, en la vida cotidiana, que la Vida no es así. EXISTE
LA DESIGUALDAD Y TENEMOS QUE SUPRIMIRLA.
La
cantinela cotidiana de que “somos todos iguales” se introduce incluso entre los
desposeídos, los explotados. Incluso es
tanta la ideología dominante, que millones de explotados se piensan a sí mismo
como perteneciendo a la “clase media”. Y
en este rollo, cumplen bien su tarea los intelectuales orgánicos pagados por la
clase dominante. Veamos un ejemplo entre
millones: “En el siglo XVIII, y a la luz de los principios filosóficos de la
Ilustración, se consagra y reafirma que el hombre es libre en todo el ámbito de
su actuar. Como supremo juez de sus actos, el hombre se vincula con otros y
compromete su libertad personal sólo si así lo quiere…En el campo jurídico este
concepto tan amplio de la libertad personal se manifiesta en el denominado
principio de la autonomía de la voluntad, en virtud del cual se considera que el
hombre se relaciona y se obliga con otros porque tal ha sido su voluntad. De
esta manera, se entiende que las personas tienen plena libertad para realizar
los actos jurídicos que estimen adecuados para la satisfacción de sus
intereses, pudiendo, asimismo, determinar el contenido y los efectos de dichos
actos.”[2]. Te pedimos que leas la cita y formes tu
propia opinión.
Otro
punto en donde se puede apreciar lo bestial del capitalismo, es la consagración
del robo en el Código Civil chileno. En
el artículo 1815 del citado código podemos leer: “La venta de cosa ajena vale,
sin perjuicio de los derechos del dueño de la cosa vendida, mientras no se
extingan por el lapso de tiempo”.
Desde los tiempos de la conquista española la clase dominante chilena ha
sido punga, cogotera, ratera.
Nuestra
lucha no es por la igualdad. Nuestra
lucha es por destrozar la desigualdad.
Por ello el Socialismo, como primera fase de construcción, está señalado
con el pensamiento: “De cada quien según sus capacidades, a cada quien según
sus necesidades”. Todo esto para arribar
al Comunismo, que con todo no será la última fase de la Humanidad.
El
18 de octubre de 2019 en Chile, y con el corona virus a nivel mundial, es más
que evidente que el modo de producción capitalista, que cristalizó desde el
siglo XVI, ya está caduco. La dominación
capitalista burguesa ha durado más de 400 años.
Es el momento de sepultarlo. Sólo
la Revolución Socialista mundial, comenzada en cada formación social, logrará
tal tarea necesaria. El ejército de
sepultureros y sepultureras debe, en cada país, luchar radicalmente para pasar
a una nueva fase de la Vida.
Andrés Morales.
Abril 12 de 2020.
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