ANÁLISIS SITUACIÓN POLÍTICA: SECTORES DOMINANTES NIEGAN DERECHOS A
LA MAYORIA NACIONAL Y SE JUSTIFICAN.
PARTE VI.
Análisis del Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera
Fernández
Análisis
de la Situación Política Nacional, Chile, Marzo-Abril
Abril 2020
Pero, en lo que va
de marzo-abril, podemos constatar que tampoco
el BPE y los sectores dominantes se la jugarán por otro de los derechos fundamentales
para la mayoría nacional: la salud, ni siquiera en medio de una crisis
sanitaria. Y ello queda en evidencia cuando el Senado rechaza, el 8/4 [18], un proyecto que pretendía congelar por un año
el alza de los planes de salud de las Isapres, tirándole la pelota al ejecutivo
sobre el particular al considerarlo como un tema de “seguridad nacional” (¡!).
Pero, tan sólo una semana antes [19], los
mismos senadores –transversalmente- habían rasgado vestiduras frente al alza
promedio de un 4,5% de esos planes. ¿Qué pasó? Pues, que el lobby de los
optimates del negocio sanitario privado fue más poderoso que todos los remilgos
senatoriales.
Y como poderoso
caballero es don dinero y las Isapres
son celosas en su cuidado, la segunda semana de éste mes la Superintendencia de
Seguridad Social hizo llegar a la comisión de Salud del Senado un informe, en
el cual se señala que 1/3 de las licencias por COVID-19 están siendo rechazadas
por ellas [20]. Ello es, sin duda,
inmoral y viene a dejar muy en claro que estas empresas siempre antepondrán
criterios financieros por sobre los que debieran ser sanitarios, pero, al mismo
tiempo y en el actual contexto, su actitud debe ser considerada como un intento
de asesinato para los afectados, sus familias y sus entornos laborales. No
obstante, esa Superintendencia, con mucha seguridad, nada hará para contrariar
los designios de una de las industrias de servicios más poderosas del país,
luego de las AFP.
Como una muestra de
la visión antihumana y clasista de nuestra burguesía y sus mentores, en éste caso,
respecto de las consecuencias económico-sociales derivadas de la presente pandemia,
de antología fue la siniestra aseveración del director de inversiones de la
empresa LarraínVial Asset Management,
José Manuel Silva, quien, entre otras joyas del neomaltusianismo, se atrevió a decir
que: “En los próximos meses lo que va a
ocurrir, (…) es ok, asumamos que logramos controlar la pandemia y ganamos
tiempo para que llegue la vacuna, pero
no podemos seguir parando la economía y por lo tanto tenemos que tomar riesgos,
y esos riesgos significan que va a morir gente” [21]. Por cierto, cuando Silva dice que “va a morir
gente” y habida consideración de lo ocurrido estas semanas (el traslado privado
en vuelo de la FACH de un contagiado VIP, otros VIPs arrancados fuera de
Santiago en helicóptero, etc.), lo que
quiere decir es que quienes deben morir son los pobres y no ellos, los ricos.
Con sus dichos, el gestor del capital financiero empata con lo que ha sido el
quehacer sibilino y displicente del Gobierno empresarial respecto del manejo de
la crisis sanitaria: son víctimas de sus sesgos ideológicos. Su dios no es, por
ponerlo en una parábola, el Dios de los cristianos, sino los mercaderes, el
sistema de injusticia congénita al que rinden tributo bajo una máxima
maquiavélica. Cometen lo que los estudios actuales del comportamiento grupal,
sobre la base del desarrollo de la psicología cognitiva, denomina “sesgo de
taller” [22] o la incapacidad de poder ver
“fuera de la caja”. En otras palabras, en el desmayo por sustentar su plan,
hoja de ruta o ideario, la empresa que encarna el Gobierno chileno (y otro
tanto le debe ocurrir a LarraínVial y sus negociados) empieza a tropezar, como
el hámster apremiado dentro de la rueda giratoria, con sus propios pasos, con
el peligro de derrumbarse [23]. Se muestra
incapaz de someter a reflexión su accionar y por eso incurre, una y otra vez,
en las mismas artimañas y sencillamente falla.
Debemos consignar y
destacar que la conciencia moral de la amplia mayoría de nuestra población va
en contrario sensu, tanto de lo expuesto antes como respecto del pensamiento
oficial de las bestias humanas que lideran el BP. Tanto es así que en una
encuesta surgida al cierre de éste trabajo, un 54,9% de
la población prefiere medidas que prioricen el cuidado de la salud de las personas
por sobre la economía, en el contexto de la crisis sanitaria
en curso, mientras que un 40% se inclinó por medidas que equilibren cuidar la
salud de las personas y la economía del país. Apenas un 5,1% prioriza la economía
y la riqueza antes que la salud [24].
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