martes, 1 de septiembre de 2020

ANALISIS Y PERSPECTIVAS DE LA SITUACION POLITICA NACIONAL, CHILE, AGOSTO-SEPTIEMBRE 2020


Se nos ha hecho llegar por parte del Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández (que recuerda al querido Compañero Paine) este análisis de coyuntura correspondiente al mes de agosto y a las perspectivas para septiembre, que por su sentido y alcances para el Movimiento Popular nos parece oportuno difundir.


Brigada de Propaganda MIR Luis Alberto Barra García



Agosto pone fin al breve ciclo de reanimación del movimiento popular que viviéramos entre fines de junio y julio. Tal agitación estuvo signada por el despliegue de un extenso proceso de movilizaciones y fue espoleada, en parte, por demandas inmediatas ya atávicas, pero mayormente por las secuelas socioeconómicas ocasionadas por la pandemia por COVID-19, en donde estas últimas no hacen sino agudizar la ya de por sí difícil situación que vive la mayoría nacional. Las primeras, siguen sin resolución y lo seguirán estando mientras no exista un cambio radical del modelo de dominación/explotación vigente; en tanto que, frente a las segundas, mientras el gobierno patronal sólo acertó a ofrecer improbables bonos y préstamos varios, el mejor espaldarazo para paliar la zozobra popular fue aportado por l@s propi@s trabajador@s, a costa del retiro del 10% de sus fondos previsionales. Esto les alentó a manifestarse a lo largo de todo Chile, en pos de lograr la aprobación del proyecto que lo permitía y que había sido presentado por los Grupos Mantenedores y Reproductores del Sistema (GMRS); es decir, por la autodenominada “oposición”. Y la herramienta concebida por los supuestos representantes del ‘pueblo’ logró llevarse por delante no sólo las penurias del presente, sino también gran parte de las ganas de pelear de aquellos que lo hicieran hasta hace poco.

Los ausentes del período, los sectores de avanzada del Movimiento Popular (MP) y en especial la izquierda anticapitalista, a causa de sus altos grados de debilidad, confusión y aislamiento, observan inermes el decurso de los hechos y se muestran aún incapaces de acordar y desarrollar propuestas que –efectivamente- conduzcan a la conformación de una real alternativa política clasista al interior de los pueblos, las clases y capas subalternas. Si bien estuvieron en las calles, alentando las protestas e intentando encaminar el movimiento hacia objetivos más de fondo, verdaderamente políticos, de ‘No+AFP’ y que la ‘Crisis la paguen los ricos’, las causas anotadas simplemente hicieron que sus esfuerzos resultasen vanos o bastante limitados.  

No obstante, agreguemos que también la dupla gobierno/empresariado continúa exhibiendo un importante grado de debilidad política en el período. Contaron con una mayor capacidad de maniobra relativa hasta junio gracias a su aprovechamiento de la crisis sanitaria, aunque en mayor medida sustentaba en el apoyo otorgado por parte de los GMRS, quienes solícitos acudieron muchas veces a los llamados de los sectores dominantes para llegar a acuerdos que, en última instancia, sólo han servido para mantener o incluso acrecentar el poder de estos. Y fue en julio que el significativo soporte de los “opositores” tomó otro cariz. Ese mes, los GMRS lanzaron su propuesta relacionada con el retiro del 10% de los fondos previsionales y, entonces, resultó patético ver al fracasado gobierno patronal ofrecer caramelos, en forma de bonos y préstamos, en tanto los politicastros del bloque exNM-FA ofrecían un verdadero pastel (eso sí, a cuenta de los bolsillos de l@s mism@s trabajador@s). Además, los impulsores de aquella iniciativa, que inclusive contaron con el aval de una supuesta derecha ‘social’ (parte de RN, PRI y algun@s independientes), aparte que tod@s apuntaban a quedar bien posicionad@s frente a su potencial electorado, sabían que su papel resultaba fundamental para el logro de ciertas cuestiones de fondo, cruciales para la mantención del modelo: terminar con toda posibilidad de poner fin a las AFP –la sangre que irriga el sistema financiero- y dejar fuera de discusión cualquier carga o limitación que pudiera afectar al capital monopólico-financiero, interno o transnacional.        

No se piense que Piñera y consortes, a cargo de lo que de más en más se ha ido convirtiendo en una virtual dictadura disfrazada de gobierno democrático, dejarán la arena así nada más. Antes de eso, continuarán profundizando y extendiendo su política represiva antipopular, adornada de ‘defensa’ frente a la virosis en curso, e intentando todo lo que le pueda redituar apoyo ciudadano con la aplicación de una estrategia antidelincuencia que simplemente ataca –y de forma muy circunscrita- los efectos de la descomposición que los mismos sectores dominantes han provocado y, más encima, con un acento clasista y racista. Y como dichos sectores y sus medios oficiosos se juegan a fondo y constantemente por homologar las expresiones del lumpen con los justos reclamos populares, es dable esperar que el gobierno patronal, con la venía de la burguesía y la participación de sectores pequeño-burgueses reaccionarios, redoble la mano dura contra toda protesta o siquiera manifestación pública que reclame alguna carencia o un derecho conculcado, sea del pueblo chileno, del mapuche o de ambos; todas esas expresiones serán tildadas de ‘hechos delincuenciales’ y, por tanto, castigables; un ejemplo, los brutales desalojos de tomas mapuche de municipios de la IX Región. Es para esto que se han venido preparando, material y legalmente, desde octubre, contando muchas veces para ello con el apoyo inestimable de los partidos integrantes de la exNM (con Harboe, PPD, Walker, DC, y J. M. Insulza, PS, a la cabeza) y del FA (varios de sus diputados aprobaron la ley ‘antisaqueos’, que se vino a sumar a la criminalización de la legitima protesta social), o bien con su oportuna abstención (mismo caso de la ley ‘antisaqueos’). Una prueba al canto: para un muchacho acusado de lanzar molotov a los pacos (sin causar daños personales), en diciembre pasado, la Fiscalía estaba solicitando, con aplicación de la antisaqueos, ¡24 años de cárcel! (el 28/8, el tribunal se ‘apiadó’ y le dio ¡20 años!); en cambio, para los camioneros en paro, que han detenido el flujo de suministros en zonas cuarentenadas, con ocupación de carreteras, no se les aplica la misma legalidad antimanifestaciones y hasta se dan el lujo de pautear al gobierno en relación a una legislación que les convenga. Para efectos prácticos, el accionar terrorista de los camioneros, los latifundistas y tropas de asalto que desalojaron las tomadas Municipalidades de Victoria y Curacautín, viene a ser la continuidad de la política de la derecha en el gobierno y la económica por otros medios. Debe ser combatida, en las calles, por el MP y las fuerzas de la izquierda revolucionaria.     

Pero he aquí que respecto de sus perspectivas, les llueve y lloverá sobre mojado al ejecutivo manejado por Chile Vamos y a los optimates de la CPC, puesto que, durante agosto y septiembre, las evidencias y proyecciones exhiben un decrecimiento brutal de la economía y un desbocamiento de la virosis ocasionada por el nuevo Coronavirus.

La economía no se mantiene; se descalabra. Si medimos su desempeño en términos del PIB, el FMI augura que en 2020 se derrumbará a un valor cercano a -7% (nótese que la peor cifra histórica en éste aspecto se anotó durante la crisis de 1982-83, con un -5%); y si consideramos los últimos 3 meses (BCCh), nuestro país es el único de Sudamérica cuyo PIB sigue a la baja en dicho lapso y el 2º que lo hace en toda Latinoamérica (luego de México). Si evaluamos el deterioro en relación al IMACEC, éste decayó un 12,4% en junio, en comparación con igual mes de 2019 y 13,3% en un año, y si bien caen los servicios, no es menor el declive del área productiva; en suma, desde abril (-14,2%), con una sima en mayo (-15,2%), el indicador mensual de actividad se mantiene bajo el -14% y no se prevé que suba de ahí este año. Lo único que está salvando en algo las entradas fiscales es el precio del cobre (que se ha acercado a los US$ 3/libra), pero, si atendemos a la relación deuda externa y balance fiscal, Chile presenta la peor correlación de Latinoamérica (FMI), con lo cual los anuncios de gasto fiscal del gobierno seudodemocrático (7,7% del PIB) no hacen más que agravarla y con ello propician que el gasto público llegue a un punto muerto entre 2020-21. 

Eso sí, ya sabemos quiénes cargarán con el muerto: la clase trabajadora y las capas más precarizadas. Y una señal de emergencia al respecto viene a ser el incesante aumento de la cesantía: 13,1% para el trimestre mayo-julio (INE), luego de un 12,2% del anterior. Ante dicha bola de nieve, de poco valdrá la activación de pagos adicionales del Seguro de Cesantía u otros dispendios. La actual tasa de desocupación es casi el doble de la promedio de los últimos 4 años. En los últimos 12 meses, se han destruido 1,8 millones de puestos de trabajo y en el último trimestre l@s cesantes llegaron a 1,065 millones. Si a estos se les sumasen los ocupados ausentes, que son aquell@s surgidos de la implementación de la Ley de Protección al Empleo y que representaron el 18,9% del total de ocupados (con un crecimiento del 132,6%, equivalentes a 764 mil personas), la cesantía ascendería nada menos que a un 24,1%. En tanto, quienes se cabrearon de buscar pega y no encontrarla, la “fuerza de trabajo potencial”, se expandió un 31,8%, llegando a un 17,1% del total. Ahora bien, la tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó un ¡30,2%!; ¿qué tal?, como en los mejores tiempos del PEM y el POJH, que parece que se vienen nuevamente, si atendemos al anunció de Piraña (16/8) de crear 250 mil empleos, pero que nada asegura sean productivos y permanentes.

Y para ahondar en la crisis económicosocial existente, digamos que, en cifras del INE y en el contexto de la crisis sanitaria por COVID-19, en el trimestre mayo-julio, del total de ocupados, el 33,8% declaró una contracción en sus ingresos; el 58,1% los mantuvo y sólo un 2,0% señaló un aumento. Cómo no, el impacto es mayor dentro de los ocupados informales (50,6%) que los formales (29,0%). Por su parte, más de la mitad de los ocupados que se desempeñaron en las categorías trabajadores por cuenta propia (68,2%) y empleadores (67,0%), declararon un descenso de sus ingresos frente a los habituales.

La otra situación que amaga las expectativas de los sectores dominantes, pero con un costo mucho peor para las clases y capas subalternas, vendrá dada por la exacerbación de la pandemia por Covid-19. Organizaciones como CEPAL y la OMS, ya habían advertido que es en América Latina donde las condiciones eran probablemente las más favorables para la expansión de la virosis y, junto con ello, la ocurrencia de una debacle económicosocial y sanitaria. Por ello, no es raro que nuestro país, que lo mismo que la mayoría de los del subcontinente carece de un sistema de seguridad social y de condiciones medianamente dignas para la población en general, avance al colapso de una estructura sanitaria que ya agonizaba y al cese de las pocas ayudas sociales existentes. El gobierno derechista corrió a levantar tempranamente las medidas de contención epidemiológicas, acicateado por la necesidad de revivir las actividades económicas, pues considera que la mantención de las ganancias de los sectores dominantes debe prevalecer por sobre todo lo demás. Tal estrategia, finalmente, conduce a rebrotes ‘dinámicos’ (que en eso se ha traducido su “paso a pasito”), obligando a imponer una y otra vez medidas de contención que la población se muestra cada vez más reacia a cumplir, creándose –en la práctica- un verdadero círculo vicioso.  

La supuesta “oposición” se afirma en su recobrada capacidad de iniciativa, presionando a la derecha política para que cumpla con el compromiso firmado con ellos a cambio de desalentar la rebelión popular del 18 de octubre: el que versa sobre un proceso seudoconstituyente. Pero, se debe ser tajantes: Chile no vive un momento pre-constituyente y menos constituyente; ¡por favor! Qué decir de aquell@s de l@s GMRS que andan propalando que, de ganar el apruebo así sin más en el plebiscito del 25 de octubre, con ello se dará vida a una “Asamblea Constituyente Soberana” o que éste verdadero fraude constitucional sería la ‘continuidad de un proceso iniciado el 18/10’ y hasta lo pintan como ‘el punto de inflexión transcurridos 4 décadas desde la Constitución del 80’. Menos mal que la mayoría nacional no se traga tamañas mentiras y seguramente la abstención será mayoritaria, con o sin medidas de confinamiento. 

Lamentablemente, hay algunos ilus@s en la izquierda que a estas alturas del partido aún creen que lo del plebiscito (que no es constitucional, ¡pero dele con que las gallinas mean!) compone una verdadera fisura para atacar al Bloque en el Poder (BP) y que si gana el ‘apruebo’, sería una derrota para éste. Otr@s (aglutinados en “Apruebo Chile Digno”), más gradualistas, reconocen que la cosa sólo da para una Convención Constitucional y que después, por el camino y en un plazo indeterminado, puede ser que tengamos una Asamblea Constitucional. Pues bien, l@s peligros@s y hoy bien posicionad@s personajes de los GMRS se la juegan a fondo por alentar dichos delirios, hacia su militancia y hacia la población en general. Utilizando elementos de una lógica simbólica básica, intentan hacer un símil entre éste plebiscito y el de 1988, pero su argumentación evita el significado connotativo en tal comparación, el que evidenciaría que tras el triunfo del NO nunca llegaron ni la alegría ni la justicia social, sino injusticias y penurias para la mayoría nacional durante 3 décadas, lo que condujera -por fin- a la sublevación popular del 18/10. Frente a aquellos en la izquierda que creen que con la pantomima constituyente se podrá cambiar algo, l@s revolucionari@s deben ser clar@s y taxativ@s: ni apruebo ni rechazo; los pueblos y l@s explotad@s ya eligieron, el 18 de octubre, en las calles y luchando, que quieren otro Chile y el fin del macabro sistema de los ricos, el mismo que ahora la exNM-FA pretenden adornar y perpetuar.     

Producto de la debilidad y las inconsistencias que presenta la izquierda revolucionaria y la franja más consciente del MP, como decíamos antes, no fue posible dar continuidad al ciclo de movilizaciones y protestas populares vivido entre junio-julio. Sin embargo, no es menos cierto que la movida de los GMRS, de retiro de una parte de los fondos previsionales para paliar las angustias que deja el SARS-CoV-2, junto con permitir al grueso de la población pagar sus deudas (al menos eso hace un 50% de l@s casi 5 millones de chilen@s endeudad@s) y guardar algo (por siaca), redundó en quitar bastante presión a la creciente movilización social que remeció el país por un mes y medio. Claro que dicho relajo durará lo que dure ese 10% y los mezquinos bonos y préstamos de Piñera y Briones, para luego caer en cuenta que no habrá más estipendios ni formas de conseguir un trabajo decente como para parar la olla y hacerle frente al cataclismo sanitario que se impone. Con todo, dentro de ese MP destaca -con mucha dignidad y valentía- el pueblo Mapuche y su ofensiva liberadora, tanto por sus reivindicaciones históricas como por la pronta liberación de sus PP, sobre todo de aquellos que exponen sus vidas en una peligrosa y prolongada huelga de hambre. Asimismo, en una lucha política y por la vida se está transformando el rechazo a la insistencia oficial a reintegrarse a clases: ¡Nadie vuelve a las aulas éste año! Y se mantiene la exigencia de equipos y conexiones de red decentes para tod@s. 
   
Es una oportunidad, pero también una exigencia, que el MP y la izquierda revolucionaria se afanen a fondo en transformar la jornada del 11 de septiembre (antes, durante y después) en una verdadera asonada popular, que en un mismo movimiento permita unificar y potenciar las exigencias económicosociales más acuciantes de los pueblos Chileno y Mapuche, exacerbadas por la actual emergencia sanitaria, junto con las demandas de restitución de los derechos que por 47 años les han sido conculcados, primero por la dictadura cívico-militar y luego por los gobiernos de ésta democracia gorila, detrás de los cuales siempre han estado el capital monopólico-financiero y los intereses del capital transnacional. Y para ello, con ‘normalidad’ o no respecto de la pandemia por Covid-19, el MP debe incrementar su accionar callejero y logra articular -por la base- jornadas de lucha, estrategias y acciones de protesta. Asimismo, no perdemos la esperanza en que pronto pueda cuajar un mínimo de coordinación nacional entre las organizaciones político-sociales de los pueblos, explotad@s y discriminad@s, a la par de dotarse de una plataforma y un programa básico de lucha. De lo que se trata, es de avanzar a una crisis política ‘por abajo’, lo que permitirá debilitar en toda la línea las defensas del BP.   


¡Como el gobierno dictatorial insiste con su ‘mejoría’, a desplegar la unidad y el combate de la mayoría!

¡Libertad a todos l@s Pres@s Polític@s, Chilenos y Mapuche!

¡Los Pueblos no estamos ni con el Apruebo ni con el Rechazo; la elección es luchar en las calles por nuestros derechos!



Círculo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández


Agosto-septiembre, 2020


Cerramos éste trabajo lamentando la partida, 8/8, del reconocido cristiano de la liberación y obispo del pueblo PEDRO CASALDÀLIGA, català de nacimiento, pero que al hacerse uno con la causa de los campesinos y pueblos originarios de Brasil pasó a vivir y morir como un latinoamericano pobre.

Se celebró el 30 de agosto el Día Nacional de l@s Detenid@s Desaparecid@s. “Como el olvido está lleno de memoria”, lo hacemos evocando la entrega y el sacrificio de la compañera DIANA ARON SVIGILSKY y del compañero BAUTISTA VAN SCHOUWEN VASEY, ambos militantes del MIR. 

Asimismo, recordamos de pie y combatiendo éste 11 de septiembre, cuando se cumplen 47 años desde que en esa fecha, en 1973, las FFAA y de Orden llevaran a cabo un sangriento Golpe de Estado, azuzados por los dueños internos y extranjeros de la riqueza y el poder nacionales.

Y conmemoramos el que hace 55 años, un 15 de agosto de 1965, se fundara el MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA MIR, la primera organización política trascendente de la izquierda revolucionaria chilena. Son más de 1000 l@s militantes miristas que han regado con su sangre la tierra de este país y much@s más l@s torturad@s, tod@s luchando sin descanso por una sociedad sin injusticia ni explotación; en una palabra, por el Socialismo.

¡Que la rojinegra ondee alto por nuestr@s camaradas caíd@s en estos 55 años de lucha revolucionaria del MIR! ¡Honor y gloria para ell@s!


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