Hoy 26 de julio se recuerda el
inicio de la gesta Histórica de la Revolución Socialista cubana. En todo el mundo y en Chile se ha de recordar
ese hecho. Sin embargo, y precisamente
en estos tiempos que corren en Chile tras el 18 de octubre de 2019 se vuelve
necesario contemplar lo que significó esa Revolución, no sólo para comprender
la Realidad, sino que para transformarla radicalmente, desde la raíz.
Hoy en Chile, como siempre se
abren dos caminos: O se profundiza la lucha callejera, fortaleciendo las
Asambleas Populares, las Asambleas Territoriales, como órganos de Poder
Popular, convirtiendo a cada Población en una Primera Línea y avanzando al
derrocamiento del actual gobierno, cerrando el congreso nacional, instaurando
un Gobierno Popular que de paso a una Asamblea Popular Plurinacional
Constituyente Autoconvocada o se hipoteca, quizá por 30 años más, los destinos
de millones al caer en el chamullo constituyente que el propio Tirano Asesino
Piñera convoca.
Algunos planteamientos de nuestro
Secretario General, MIGUEL ENRÍQUEZ, los hemos subrayado y ennegrecido,
entendiendo que pueden dar luces a lo que ocurre hoy en Chile.
Brigada de Propaganda MIR Luis
Alberto Barra García.
Julio 26 de 2020.
Discurso
del 26 de julio de 1971 en homenaje a la Revolución Cubana. Miguel Enríquez: “Hay que crear una nueva
legalidad"(Punto Final N° 136, 3 de agosto de 1971)
Nos
hemos reunido hoy para rendir homenaje a la primera república socialista de
América: la Cuba Revolucionaria. Un homenaje a la Revolución Cubana hoy en
Chile sólo puede hacerse destacando las lecciones que nos entrega y en referencia a los logros, avances y dificultades que el proceso de la Revolución
chilena encuentra en este instante, proceso que recién comienzan los
trabajadores hoy en Chile. La Revolución Cubana es revolución, y la saludamos
hoy aquí, porque golpeó implacablemente a los dueños del poder y la riqueza y
porque puso ese poder y riqueza al servicio de los intereses de los trabajadores
del campo y la ciudad. La Revolución Cubana es revolución porque golpeó,
denunció, destruyó y aplastó el poder norteamericano en Cuba. Es revolución
porque comprendió que no se pueden hacer revoluciones
hoy en el
mundo sin entrar
a enfrentar y
combatir al imperialismo norteamericano. No se limitó a
cambiar el régimen de propiedad jurídica; no se limitó simplemente a cambiar de
propietario las empresas
norteamericanas que habían
en Cuba sino
que, además, denunció al
imperialismo como el principal enemigo de los trabajadores del mundo; además
llamó al pueblo, a los
dos mil millones
de humillados y
ofendidos del mundo,
no solamente de
Cuba, a combatir al principal
enemigo de los trabajadores: el imperialismo norteamericano. "Sólo es
revolución la que
denuncia y combate
como enemigo del pueblo
a los dueños
de las empresas norteamericanas,
de los bancos, de las fábricas y los fundos".
La Revolución Cubana es revolución porque
golpeó, destruyó y denunció a los dueños de los fundos, a los
terratenientes que había en
Cuba, a los
dueños de la
tierra, a los
que explotaban a los campesinos. La
Revolución Cubana es
revolución porque golpeó,
destruyó, denunció y
aplastó implacablemente a los dueños de las fábricas, a los que
explotaban obreros en Cuba. La Revolución Cubana es una revolución de verdad,
porque golpeó y denunció a los dueños de los bancos, porque golpeó y destruyó la
propiedad sobre los bancos privados, porque avanzó por el camino destruyendo enemigos,
golpeando enemigos y mostrando enemigos. Es
revolucionario el proceso
cubano porque hizo
propiedad de todo
el pueblo la
tierra, porque entregó a los campesinos la tierra, no
de algunos fundos,
sino de todos
los fundos. Entregó
las fábricas a los obreros, no algunas fábricas, sino que todas las
fábricas, todas las grandes fábricas a todos los obreros. Es revolucionario el proceso cubano
porque entregó los bancos a propiedad de
todo el pueblo, porque hizo del pueblo cubano dueño de todas las fábricas, todos
los fundos y todos los bancos.
De la
Revolución Cubana debemos aprender
lecciones. Es la
única revolución que se
ha hecho en América latina. Es la vanguardia hoy en
América latina y es la primera república socialista de América. Y es
revolución porque comprendió
que sólo puede
hacerse una revolución
en el mundo, una revolución en
América, sólo si se golpea al
enemigo; no sólo si
se le quita
la propiedad sobre
los medios de producción, sino también si destruye su propiedad, si
denuncia al mundo la explotación imperialista
de los países
de América, si
al mismo tiempo
llama al mundo
entero al camino
de la revolución. Si le muestra
al mundo, como habría que hacerlo en Chile, que una revolución comienza hoy en
Chile y ese es el camino de todo el pueblo, de toda América, de toda América
latina, y de Chile también.
Sólo
es revolución la que enfrenta y combate públicamente, la que denuncia a
los yanquis, la que denuncia como
enemigos del pueblo a los dueños de las fábricas, a los dueños de los fundos, a
los dueños de los bancos." Sólo destruyendo la legalidad y las
instituciones que impidan el avance de los trabajadores, puede avanzarse en el
camino de la revolución". Pero, para hacer una revolución en Cuba,
no bastó exclusivamente la intención, no bastó solamente denunciar, no
bastó solamente pronunciar
cuál era el
camino del pueblo
cubano, sino que la
revolución cubana, al mismo tiempo su dirección, Fidel Castro y el Partido
Comunista Cubano, fueron destruyendo la legalidad, las ataduras que el sistema
tenía. Para poder avanzar el pueblo, para poder construir el socialismo, fueron
avanzando y caminando al mismo tiempo que iban destruyendo todas las ataduras,
toda la legalidad,
todo el sistema
que era anterior
a ellos. Ese
fue el camino
de la revolución, ese es el único
camino en América, el único camino en Chile, el único camino en Cuba.
Cuando
en Cuba se tomó el poder, todas las leyes, todas las instituciones, toda la
justicia, todas las Fuerzas Armadas del régimen anterior estaban intactos.
Existía un régimen anterior que era el que definía cuáles eran las relaciones, cuál
era el camino, qué es lo que era legítimo y qué es lo que era ilegítimo. Los
revolucionarios cubanos no sólo fueron golpeando a los enemigos, no sólo fueron
caminando por el camino de la revolución. Los revolucionarios cubanos fueron
rompiendo y destruyendo todas las ataduras que impedían el avance del pueblo,
todo lo que impedía el camino de los trabajadores al socialismo.
Rompieron amarras,
destruyeron limitaciones; barrieron
con las barreras
que les impedían avanzar;
rompieron y crearon
nuevas leyes; las
leyes que les
impedían avanzar fueron destruidas y
aniquiladas. Toda muralla, todo
obstáculo al avance
de los trabajadores fue
roto, fue pasado a llevar. La Revolución
Cubana sabía dónde iba, sabía lo que tenía que hacer y rompió toda muralla que
se le puso en el camino. Nada podía impedir en Cuba el avance de los
trabajadores, el avance del pueblo. Sabían los revolucionarios cubanos que las leyes, las instituciones, todo lo que
heredaron del régimen
anterior fue construido
por los dueños
de los fundos
y las fábricas,
fue construido por los
norteamericanos, fue construido
por los que
vivían del goce
del privilegio y la riqueza.
Sabían los
revolucionarios cubanos que
todo el régimen,
todas las leyes,
todas las instituciones fueron
construidas para defender la riqueza de unos pocos. Sabían que todas las leyes,
todas las instituciones, todo lo que era el régimen legal y jurídico de Cuba,
estaba construido para oprimir al pueblo, para explotarlo, para mantenerlo en
la miseria, para que unos pocos gozaran de la riqueza a costa de muchos que
trabajaban. Por eso destruyeron las instituciones del régimen anterior y crearon
nuevas, al servido
del pueblo, al
servicio de los
trabajadores. Destruyeron el
Estado, destruyeron las leyes;
construyeron nuevas leyes,
construyeron un nuevo
Estado, nuevas Fuerzas Armadas, construyeron nuevas
instituciones ,que se pusieron
al servicio del avance de
los trabajadores. Crearon una nueva legalidad, crearon una nueva
justicia, crearon un nuevo gobierno, crearon
un nuevo Estado.
La justicia, el
Estado y la
legalidad de los
revolucionarios. La justicia,
el Estado y la legalidad de los trabajadores. Sólo así se pudo hacer una
revolución, destruyendo la ley que había sustentado la riqueza de unos pocos,
destruyendo las instituciones que amparaban el lujo y los
privilegios de unos
pocos, creando otras
nuevas, creando los
caminos que los
trabajadores necesitaban para hacer una revolución. Sólo así se hacen revoluciones en el mundo y en América. Sólo así
es posible hacer
revoluciones en Chile,
en Cuba, en
Vietnam, en China
o en la
Unión Soviética.
Sólo
destruyendo las limitaciones
al avance de
los trabajadores, puede
avanzarse en el camino
de la revolución.
Los trabajadores conquistarán
el poder, los
trabajadores realmente terminarán
con el régimen de explotación cuando destruyan todo lo que los limite, todo lo
que los frene, todo lo que impida su avance. Eso es lo que debemos aprender de
Cuba. Esas son las lecciones de la Revolución Cubana; por eso Cuba es una
Revolución; por eso Cuba es la vanguardia de América; por eso Cuba es la
vanguardia de los movimientos revolucionarios de América latina; por eso Cuba
es atacada; por eso Cuba sufre el cerco económico del imperialismo; por eso
Cuba es combativa; por eso Cuba tiene que defender del imperialismo y de las
agresiones; por eso respetamos a Cuba, por eso saludamos a Cuba, por eso hoy
día rendimos un homenaje a Cuba.
Cuba
no es solamente otra revolución; Cuba no es sólo una isla que está alejada de
nosotros; Cuba es un ejemplo que
los trabajadores, los
obreros, los campesinos,
los pobladores y
los estudiantes quieren seguir,
se disponen a seguir y seguirán por todos los medios... Romperán
los trabajadores chilenos todos los
obstáculos que se les opongan a] avance de ellos, todos los obstáculos que se
les pongan por delante. Lo fundamental del 4 de septiembre en adelante es la
capacidad de iniciativa y movilización ganada por los trabajadores.
Como dijimos,
no es posible
hoy en Chile
saludar a la
Revolución Cubana, hacer
ningún tipo de homenaje a la Revolución Cubana, si no nos
referimos al proceso revolucionario que recién comienza en Chile.
No es posible
hablar de Cuba
sin hablar de
Chile hoy. No
es posible hablar
de Cuba sin hablar de los logros, los avances, que ha
hecho el pueblo en Chile hoy y las tremendas dificultades y las tareas que
tienen los trabajadores por delante. El
4 de septiembre,
el pueblo y
la izquierda chilena
conquistaron el gobierno.
Conquistaron una porción de
poder, una parte del acceso a niveles de decisión. No conquistaron el poder.
Los trabajadores de Chile no tienen aún el poder en sus manos. Tienen un instrumento
eficaz, tienen en sus manos un instrumento importante que es el gobierno, y que
si es bien utilizado, si es tomado como un instrumento de los trabajadores y de
los revolucionarios podrá constituir un elemento, un instrumento que desarrolle
e] trabajo y el camino hacia la revolución. Eso es importante.
Y por
eso el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria defiende
la estabilidad del gobierno. Desde el 4 de septiembre el
gobierno ha venido tomando una serie de medidas en el cobre, sobre los bancos
que eran de unos pocos, ha venido golpeando algunas industrias y pasándolas a
propiedad de todo el pueblo; algunos fundos han pasado a propiedad de los
campesinos y de todo el pueblo. Esas son cuestiones que aplaudimos en el
gobierno, y que los trabajadores apoyan y defienden. Por eso ,defendemos la
estabilidad del gobierno, defendemos al gobierno contra las agresiones de la
reacción y apoyamos las medidas positivas que toma este gobierno. Mucho
más importante que eso, desde el 4
de septiembre en adelante los obreros se
han venido movilizando por sus reivindicaciones; han venido luchando por
sus derechos los campesinos, primero los mapuches–pequeños propietarios del sur
de Chile– se han venido movilizando por el derecho a la tierra, por conquistar el
derecho a lo que
es de ellos, por
combatir la explotación y la miseria. Lo hemos impulsado
y en muchas
oportunidades lo hemos
dirigido.
Más aun,
posteriormente, los obreros
agrícolas del centro del país, Linares, Nuble, Talca, Colchagua, los campesinos
gritan por el derecho a la tierra, quieren que la tierra sea de ellos, quieren
terminar con el régimen de oprobio y miseria que les imponen los latifundistas.
Eso es lo más positivo que ha engendrado este gobierno. Los pobladores
también se han
movilizado por sus
intereses, los estudiantes
también. Eso es lo importante
que ha ocurrido desde el 4 de septiembre en adelante. Los obreros, los campesinos,
los pobladores y los estudiantes han ganado una capacidad de iniciativa, una
capacidad de movilización, una
capacidad de organización,
un nivel de
conciencia que es
históricamente
significativo. Nunca
Chile había tenido tantos obreros y tantos campesinos movilizados, nunca el
pueblo de Chile había tenido tanta conciencia por sus derechos, nunca se ha
movido con tanta fuerza, nunca había tenido la
fuerza suficiente para moverse
solo, independiente; hoy
como nunca los
trabajadores en Chile saben para dónde van, saben lo que
quieren, saben quiénes son sus enemigos, saben lo que tienen que hacer.
Eso es lo fundamental del 4 de septiembre en adelante, más que todo lo
anterior, más que todo lo que se diga. Son los trabajadores, confiando en sí
mismos, en sus propias organizaciones, en sus propias formas de lucha,
eligiendo y golpeando ellos a sus enemigos, los que podrán seguir avanzando por el
camino que hará de
ellos los fundos
y las fábricas. Eso es la
movilización de los trabajadores, los
niveles de combatividad
y organización y
conciencia; eso es
lo que permite fundamentalmente hablar
hoy en Chile
de que se
está iniciando un
proceso revolucionario. Una revolución empieza,
un camino empieza.
Los obreros, los
campesinos y los
pobladores están abriendo las
puertas a un nuevo proceso en Chile.
Desde
septiembre las clases dominantes han venido tratando de frenar, detener y
combatir el avance de los trabajadores. Pero
desde septiembre, los
patrones, los dueños
de los fundos
y las fábricas,
los miembros de la Cámara Chilena
de la Construcción, el
Partido Demócrata Cristiano,
el Partido Nacional,
la Democracia Radical, los norteamericanos, se han venido oponiendo al
avance del gobierno, al avancede los trabajadores, al camino que toman los
trabajadores en Chile. Desde
septiembre en adelante,
la burguesía, los
dueños del poder
y la riqueza,
los que gozan
de privilegio y la riqueza, unos pocos que explotan al resto del pueblo
y que viven en función de lo que explotan,
han venido combatiendo
al gobierno, combatiendo
el avance de los trabajadores.
Si un campesino se toma un fundo,
la burguesía agraria reclama y grita; si un obrero se toma una fábrica, es denunciado
como delincuente, como
criminal político, como
un enemigo del
avance, como un enemigo de la legalidad, como un enemigo
del orden.
Los obreros
y los campesinos
han seguido avanzando,
pero las clases
dominantes, los dueños
del poder y la riqueza, desde el 4 de septiembre en adelante han venido
levantando sus banderas; las banderas de la legalidad, las banderas del orden,
las banderas de la propiedad privada, las banderas que esconden el derecho de
unos pocos a gozar de la riqueza mientras otros viven en la miseria y el oprobio.
Eso han venido haciendo los democratacristianos, los freístas, los nacionales,
la Democracia Radical. La izquierda ha
conquistado el gobierno
pero los momios
y la derecha
todavía tienen posiciones importantes, todavía guardan
ciertas reservas de fuerza y todavía tienen posiciones desde las cuales pueden combatir
el avance del
pueblo. Desde allí
tratan, los momios,
la Derecha, los dueños
del cobre, los fundos
y las fábricas,
de frenar, dificultar,
deformar y detener
el avance de
los trabajadores. Los dueños de los fondos y las fábricas no se
conforman con que el pueblo les quite su propiedad y su riqueza. Han venido
durante meses conspirando, preparando asesinatos y ejecutando asesinatos, conspirando
desde la clandestinidad sediciosa,
combatiendo el avance
de los trabajadores. Eso ha
venido haciendo las clases dominantes, los dueños del poder y la riqueza en Chile.
Se
trata fundamentalmente de impedir el avance de los trabajadores. Aquellos que
son propietarios de la tierra,
los terratenientes, que
son dueños de
los fundos, sabotean
la producción agraria, no siembran, matan
animales, desmantelan de
maquinaria los fundos,
despiden trabajadores y aumentan
la cesantía agraria,
bajando la producción
agropecuaria y creándole
problemas de abastecimiento alimenticio
al pueblo. Los
propietarios de las
fábricas no aumentan
en forma suficiente la
producción, despiden
obreros, impiden por el
hecho de ser
dueños de las
fábricas la redistribución del
crédito que la nacionalización de los bancos busca. Los dueños y los miembros
dela Cámara Chilena de la Construcción, los dueños de las empresas
constructoras impiden y sabotean la construcción de viviendas, la construcción
de viviendas para el pueblo. Tratan de detener, tratan de impedir que el
pueblo, las quinientas mil familias que en Chile no tienen vivienda, tengan
acceso al más elemental derecho, el techo. Desde el Parlamento, la mayoría democratacristiana
y nacional desfigura los proyectos de gobierno; cuando el
Gobierno lanza un
proyecto que busca
permitir que Chile
no pague a
los ladrones norteamericanos, que
no pague ninguna
indemnización como todos
los trabajadores de
Chile reclaman, cuando se presenta
un proyecto que
permita defender la
riqueza del país,
la que han producido los
trabajadores, e impida
que los ladrones
norteamericanos tengan
derecho a indemnización que
no merecen, que se han
robado más de
lo que es
el patrimonio nacional, entonces la mayoría
democratacristiana y nacional desfigura el proyecto, lo transforma, lo
debilita, y lo llena de ambigüedades,
lo llena de debilidades, para que el
pueblo de Chile tenga que pagar.
Y
desde ese instrumento, que ya es más débil, tratan de forzar al gobierno y al
pueblo a que tenga que pagar mayores cantidades a los imperialistas, a los que
han robado por décadas a Chile. Desde el Poder Judicial, los jueces, la Corte
Suprema, Méndez Braña y compañía, persiguen obreros, detienen campesinos que se
toman fundos, llenan
las cárceles de
estudiantes e impiden
la movilización de los trabajadores. Buscan con la represión impedir la
movilización de los trabajadores del campo y de la ciudad por sus derechos. Desde
los aparatos represivos, donde todavía conservan algunas posiciones
importantes, golpean a los campesinos que luchan por la tierra o detienen estudiantes
que van a concientizar campesinos y a enseñarles el camino. Se toman de la ley
y tratan de dificultar el avance del pueblo. A través de la Contraloría dificultan
hacer las fábricas
propiedad de todo
el pueblo. Impiden
el avance de los
obreros por sus fábricas, impiden que la propiedad de las fábricas sea de todo
el pueblo, tratan de detener, frenar y amarrar el avance del pueblo. A través
de la prensa,
de los grandes
consorcios periodísticos, tratan
de impedir que
el pueblo conozca la verdad,
desfiguran y engañan al pueblo, tratan de mentirles sobre lo que ocurre, elevan
a primer plano problemas que son secundarios, elevan a primer plano problemas
que tratan de dañar la causa del pueblo sobre la base de la propiedad de los
medios de producción. Nada ni nadie puede detener el avance de los trabajadores.
Los
obreros, los campesinos, los pobladores y los estudiantes saltarán y harán
barrer hecho añicos cualquier barrera, sea el Parlamento, sea el Poder Judicial,
sea la legalidad burguesa, sea la ley de los ricos, sea la ley de los patrones;
las harán destruir, las hará saltar hecha añicos para avanzar sobre sus
derechos, para caminar por los derechos que le corresponde a todo el pueblo en
la propiedad del cobre, de los fundos y las grandes fábricas. Sólo
aumentará la producción
en Chile cuando
la propiedad de
los fundos y
las fábricas sean
del pueblo, cuando los grandes fundes y las fábricas sean propiedad de
los trabajadores del campo y la ciudad.
No es posible
convencer a los
dueños de las
fábricas, a los
monopolios, a los
que han explotado por
años a los
trabajadores, que aumenten
la producción. Ellos
están saboteando la producción. La
batalla por la
producción no es
más que una
parte de la
batalla por el
poder que convierta a los
trabajadores del campo y la ciudad en dueños de las fábricas, el cobre y los
fundos.
Sólo
aumentará la producción de las fábricas cuando los obreros sean dueños de
ellas, cuando se les quite a los patrones la propiedad de las fábricas, cuando
se les quite a los terratenientes la propiedad de los fundos, cuando los
grandes fundos sean propiedad de todo el pueblo. Sólo habrá viviendas en Chile
cuando se denuncie y se combata a los miembros de la Cámara Chilena de la
Construcción, sólo habrá viviendas para el pueblo y techo para el pueblo,
cuando se combata el sabotaje de los momios desde la Cámara Chilena de la
Construcción. Y el Parlamento, si los diputados y la mayoría parlamentaria
democratacristiana y nacional se pone al servicio de los intereses
norteamericanos, si la mayoría democratacristiana y nacional del Parlamento defiende los
intereses de los
dueños de grandes
fábricas, y los
dueños de los
grandes fundos, entonces el Parlamento
habrá de ser combatido, vigilado y denunciado y si es necesario disuelto y reemplazado
por organizaciones que realmente representen al pueblo.
Y
si el Poder Judicial, si los jueces persiguen a los trabajadores y a los
campesinos, si siguen dejando libres
a los asesinos
de Schneider, a
todos los conspiradores
en Chile, y
detienen a estudiantes, obreros y campesinos, entonces
una Justicia del Pueblo habrá de implantarse en Chile y entonces el Poder Judicial
habrá de ser reemplazado por una justicia realmente del pueblo que persiga a
los que explotan y a los que realmente asesinan en Chile. Si la ley
en Chile, si la legalidad que levantaron, los dueños de los fundos, de las
fábricas y del cobre sigue oponiéndose a los avances de los trabajadores, si
la ley que levantaron los yanquis, si la ley que defiende la riqueza de unos pocos, sigue
siendo instrumento de la burguesía, sigue siendo instrumento de quienes
explotan y masacran al pueblo, entonces una ley revolucionaria habrá de implantarse
en Chile y una nueva legalidad de los trabajadores habrá de imponerse hoy en
Chile. Nada puede detener ni nada debe detener el avance de los
trabajadores.
No hay
razón alguna que
impida el avance
de los trabajadores
o que los trabajadores deban
medir en ningún
sentido. Si la
ley, si los
jueces, si el
Parlamento impiden el avance del pueblo, habrán de ser barridos
por el pueblo y reemplazados por nuevas formas. Habrá que
transformar la ley, reemplazar el Parlamento, reemplazar los jueces, reemplazar
la legalidad y el Poder Judicial, y
construir el Poder
Judicial, la ley,
la justicia y
los organismos que
realmente representen los intereses del pueblo. Si los
consorcios periodísticos, si las grandes empresas periodísticas, si el clan de
los Edwards, si las empresas
periodísticas quieren defender
los intereses de
los patrones, que
son minoría en
Chile, entonces esas empresas periodísticas habrán de pasar a manos de
los trabajadores que allí laboran y de todo el pueblo de Chile.
No
puede permitir el pueblo que la verdad sea distorsionada por la sola propiedad de
los medios de
difusión, que la
prensa, los diarios,
las radios, engañen
al pueblo, y mostrarle problemas que no existen. Si es
así, los medios periodísticos, la prensa y la radio habrán de ser también del
pueblo. La fuente fundamental de fuerza que tiene la izquierda son las masas
movilizadas. No basta sólo la intención de transformar el país, no basta
solamente convocar al pueblo en plazas, no
basta sólo mostrar
a los enemigos
siquiera, no basta
sólo mostrar lo que hay
que hacer. Cada paso, cada avance que el pueblo dé,
tiene que estar de acuerdo a la fuerza que los trabajadores hoy día tengan
en Chile. La
burguesía, la clase
dominante, los dueños
del poder y
la riqueza todavía tienen fuerza en Chile. Los
trabajadores deben acumular la fuerza suficiente para combatirlos en el momento
necesario, con la fuerza suficiente. Más aún: la única fuente posible de fuerza
de los trabajadores, la única fuerza que puede destruir a la burguesía, la
fuente fundamental de
fuerza que tiene
la izquierda son
los trabajadores, son
las masas, son los obreros, son los campesinos, son los pobladores, son
los estudiantes.
Sólo
la fuerza delos trabajadores puede romper las barreras que hemos mencionado. Sólo
movilizando, organizando, elevando la conciencia de los trabajadores, es
posible combatir a las clases dominantes en las posiciones que todavía
sustentan. La única forma de movilizar al pueblo es por sus intereses y
reivindicaciones. A partir de sus frentes, en contra de sus patrones,
mostrándoles al enemigo. El MIR apoya e impulsa las formas de lucha que
movilizan al pueblo. Por eso, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria apoya
las formas de lucha que el pueblo levanta. Por eso, el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria apoya cuando los campesinos se toman el fundo de un
terrateniente que sabotea la producción, que no siembra, que disminuye la
producción, que no cosecha, que combate las movilizaciones del pueblo, que
impide el aumento de la producción.
Por eso,
el Frente de
Trabajadores Revolucionarios y
el Movimiento de
Izquierda Revolucionario apoyan
las fábricas que son tomadas por los obreros, cuando éstos combaten un patrón,
un dueño de una gran
fábrica, que no
aumenta la producción,
que despide a
los obreros, que
aumenta la cesantía, que
no levanta las
líneas de producción
que deben satisfacer
las necesidades de los
trabajadores. Por eso,
el MIR proclama
el derecho de
los trabajadores del
campo y la
ciudad, a movilizarse, a levantar
las formas de lucha que son necesarias. Si son las tomas de fundos, si son las tomas
de fábricas, ése es un camino justo, si se está combatiendo el sabotaje de los
momios, si se está combatiendo a la derecha y al imperialismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario