LA
ELECCIÓN POPULAR ES COMBATIR:
FUE IMPOSIBLE LA DERROTA POLÍTICA A
LA DICTADURA MILITAR Y LO ES HOY DE LA DICTADURA CIVIL. LA ELECCIÓN YA FUE EL 18 DE OCTUBRE DE 2019.
“Cómo voy a olvidarme, de todas las derrotas, de tantos
humillados, de las familias rotas. Cómo
voy a olvidarme, de sueños imposibles, de tantos invisibles y de tantas
victorias” Víctor Manuel.
“El
paro-protesta del 7 de octubre mostró lo que muchos no quieren ver; un pueblo
que arde por dentro ante tanta injusticia y que busca caminos de salida más
allá de las ilusiones que pretenden vender los claudicantes. Los requerimientos de distintos sectores
sociales, que no admiten esperas, confluyeron en la huelga general convocada
por el CNT. Los derechos al pan, al
trabajo, a sueldos dignos, a la vivienda, a la salud, a la educación, al
término de los endeudamientos, a una verdadera justicia, en fin, a la libertad,
fueron levantados por los trabajadores en paros parciales o totales y atrasos
laborales; por los gremios del transporte –que impidieron una actividad normal-
y del comercio; por profesores y estudiantes; por los trabajadores del campo;
por los cesantes, mujeres, jóvenes y cristianos en las poblaciones. Y ello se dio en un ambiente de fuerte
represión, con efectivos militares, policiales y de civil en las calles y
cercando poblaciones. Ello se dio en medio de una sostenida
campaña desmovilizadora por quienes propician la “derrota política” del régimen
pero que, de vez en cuando, no le hacen asco a la “movilización pacífica” como
forma de presión para sus fines.
Pero una y otra vez, al margen de intereses ajenos, el pueblo ha ido
rompiendo todas las barreras para exigir esos derechos que sólo podrán ser
rescatados con el fin de la dictadura y su régimen de contrainsurgencia”[1]. (las negritas y subrayado
lo han sido por mi).
Lo
anterior se puede leer en la edición número 244 de El Rebelde, correspondiente
a octubre de 1987. Te pedimos leer la
edición completa y sobre todo la Editorial, desde donde hemos extraído el párrafo
que inicia este Documento, pues en él, al final, se señala el camino, el único
camino posible para la liberación y emancipación plena, total, de l@s
explotad@s.
Sabemos
lo que ocurrió después. Vino la campaña
del NO y del SÍ, en donde en la primera se mostraba gente linda, exitosa,
ganadora, que sería la impronta de la “democracia de la alegría ya viene”. Ganó el NO en las urnas, pero se ratificó el
SÍ, el sí a la constitución política de 1980, que es la causa de la injusticia
y la impunidad entre 1990 a la fecha.
Hoy,
después del 18 de octubre de 2019, cuando el pueblo pobre, el más castigado por
la explotación capitalista salió a las calles y ejerció la acción directa,
impulsado por las manifestaciones juveniles, la clase dominante, y la pequeña
burguesía que es parte de la mantención del sistema de dominación, atemorizada
de perderlo todo, lanzó el anzuelo del cambio de constitución, que sabemos no
es más que un voladero de luces, en donde se pretende que todo cambie, para que
todo siga igual. La “nueva” constitución
que saldrá de una convención de noveles constituyentes, están limitados no sólo
por el mecanismo electoral dictatorial, sino que por el quórum de la misma índole. Lograr 2/3 o 3/5 o 4/7 o lo que sea será
imposible y el famoso “acuerdo de paz” señala que al no alcanzar la cifra
estimada quedará la letra señalada en la actual constitución.
No
fue posible la “derrota política” de la dictadura militar. No será posible la “derrota política” de la
dictadura del capital que se viste de ropaje civil. Es decir, es imposible vencer al enemigo de
clase utilizando sus mecanismos políticos.
La
salida es bien otra. Es un camino más
complejo, pero no por ello imposible. Y
desde el 18 de octubre de 2019 se está forjando la fuerza social, política y
material para primero derrocar al tirano asesino, generar un gobierno popular y
dar paso a una asamblea popular plurinacional paritaria constituyente. El resto es selva.
Marzo
ha de llegar. Todo está subiendo de
precio. Los grupos económicos siguen
acumulando cuantiosas ganancias. Por
eso, es esencial, fundamental, básico, que cada día de enero y febrero se
realicen acciones directas desde las más mínimas, actividades que vayan sumando
fuerza social organizada, foros, debates, conversatorios, murales, rayados,
pegatinas, repartir los volantes, utilizar las redes sociales. En definitiva, mantener la llama de la
Dignidad, que hoy significa derrocar al tirano asesino.
Andrés Morales
Enero
08 de 2019
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