lunes, 6 de enero de 2020

¿Y DESPÚES DEL 18 DE OCTUBRE DE 2019 QUÉ?: EL OBJETIVO POLÍTICO DEL CAMPO POPULAR ES FUERA EL TIRANO AHORA.


¿Y DESPÚES DEL 18 DE OCTUBRE DE 2019 QUÉ?: EL OBJETIVO POLÍTICO DEL CAMPO POPULAR ES FUERA EL TIRANO AHORA.

Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficaciaErnesto Ché Guevara.

Gobierno Popular.  Asamblea Popular Plurinacional Paritaria Constituyente.

Apuntes de un lugareño

Algo de lo económico

Hemos tomado la idea planteada por el Maestro Luis Vítale para dar título a estas palabras, que son sólo eso, algunas palabras, un mero intento de aporte al debate intenso que se ha desatado luego del inicio del alzamiento popular del 18 de octubre de 2019.  Vítale escribió un pequeño texto denominado “¿Y después del 4, qué”[1].  Recomendamos su lectura.  Leer no deja ciego y aporta a comprender el presente para transformarlo, no para quedarse con esquemas y manuales.

Recordemos, de entrada, que en 2019 hubo a lo menos 1.132 empresas que quebraron antes del alzamiento popular[2].  Era un nuevo paso en el fenómeno económico que se viene dando desde fines de 1974 en Chile: el predominio o hegemonía de la burguesía monopólico-financiera.  Es decir, el proceso de concentración y centralización económica que demuestra que en nuestro país no existe el libre mercado o la libre competencia o los precios de equilibrio.  Aquí existe el peso fundamental de lo monopólico y eso se refleja en lo político-jurídico incluso plasmado en la criminal constitución política de 1980.  Es tanto lo real de lo monopólico, que contrasta con lo ideológico del discurso de la patronal que habla de la libre competencia (sabiendo que no existe), que hasta los economistas al servicio de los que mandan han sacado un epíteto denominado “colusión”.  Lo sufriste con los pollos, con las farmacias, con el confort y lo sufres y vives a diario…Pero millones siguen hablando y escribiendo que el capitalismo es “neoliberal”, bueno hay quienes todavía creen en el viejo pascuero.

Lo esencial de la discusión es que el sistema económico y su reflejo político-jurídico actual sólo está al servicio de las familias o grupos económicos dueños de Chile, supeditados esos grupos al imperialismo.  La negociación que lleva adelante el congreso nacional, sumando a sectores del Campo Popular que tienen por costumbre creer que lo electoral es una forma de lucha, quiere mantener la institucionalidad tal cual, pero haciendo creer que participando algo ha de cambiar.  Gatopardismo le llaman a eso.  No lo olvides.

La cesantía es un tema nodal en estas notas.  Recordemos que desde el segundo semestre de 1986 a la fecha, las cifras de cesantía se acercan al 10% y ello marca un guarismo que ha permitido una frontera estructural que ha permitido al conjunto de la burguesía crecer en forma impresionante, acumulando estratosféricas ganancias, la plusvalía.  En 2019 no ha sido diferente[3].  165 mil personas han sido despedidas “por necesidad de la empresa” desde el alzamiento popular y las cifras porcentuales se acercan al 7%.  No nos detendremos mucho en este punto, pues recordemos que la burguesía requiere del ejército industrial de reserva que le permite bajar el precio de la fuerza de trabajo y con ello aumentar sus ganancias.



Capitalismo monopólico-financiero y NO NEOLIBERAL

Repetiremos hasta el cansancio, y más allá incluso, de que no existe un capitalismo “neoliberal”.  Y no es un juego de palabras o gimnasia intelectual o crear novísimas ideas, es tan simple como ver la Realidad, la que está ahí.  Si el capitalismo fuera “neoliberal” cualquier hijo de vecino podría acceder a los derechos de agua o instalar empresas de todo tipo.  Si existiera la libre competencia usted podría acceder a precios de equilibrio, o sea fijados por el cruce de la oferta y la demanda, pero si usted cree en eso mejor vaya a darse una vuelta a un terapeuta.  Si el capitalismo fuera neoliberal, el sistema política permitiría la sana competencia y la representación equitativa de las expresiones políticas y sociales de la Sociedad, lo que no ocurre, o sino consulte cuántos “independientes” han sido electos en el congreso nacional.

Pero no más bla bla.  Los datos duros son públicos, son conocidos por todos (sólo decir, que son datos que no reflejan en lo concreto lo que de verdad ganan los grupos económicos dueños de Chile).  En un listado de 44 grupos económicos, se concentran US$1.306 millones[4] (o sea lo que no ganaremos nosotros en miles de años y estos grupos lo obtienen en uno).  La cifra contrasta con el 2018 en donde la cifra fue de US$1.497 millones.  Los grupos económicos Luksic, Matte, Angelini, concentran US$800 millones de la cifra citada para 2019.  Si esto es capitalismo “neoliberal” el Papa Francisco es el Ché.

Lo político (bueno, si es que se puede llamar política a tanta mierda desde 1990 a la fecha)

Un viejo campesino hoy en Calera de Tango me dijo: “oiga ahora nadie dice que votó por Piñera” y con ello lo dice todo, resume 30 años de un país de mierda, un país plástico, que se acostumbró a ser ganador, a esconder lo que realmente piensa y se suma a las mayorías.  Fue un trabajo de lujo el que hizo la clase dominante.  Un trabajo de joyería.  En 1988 ganó el NO en las urnas y resulta que triunfó el SÍ, el sí a la constitución política de 1980.  Durante 30 años diputados, senadores, alcaldes, concejales y presidentes lo han sido por el respeto, aceptación, aplicación de la constitución dictatorial y con ese hecho le dieron legitimidad a un cuerpo jurídico ilegal.  Y ahora resulta que algunos carerraja de marca mayor “se dieron cuenta que había que cambiar la constitución”.  Da asco ver y escuchar a quienes son cómplices y culpables de la injusticia y la impunidad.  Y los carerrajas, los sirvientes de la patronal se dan el lujo de hablar de 2/3, de 3/5, de 4/7 y una serie de condiciones para crear una “nueva” constitución que no es más que el mismo proceso que en 1988, pero al revés, pero donde todo quedará igual.  Y la ex concertación hoy nueva mayoría, o como se llame, le dejó en bandeja 2 veces el gobierno a la derecha.

Los partidos políticos de la derecha, la ex concertación hoy nueva mayoría (Unidad Social), el frente amplio y algunos sectores del campo popular, más las iglesias, los medios de comunicación, las universidades, son el bloque político de Estado.  El bloque en el poder es el conjunto de las fracciones de la clase dominante en donde una fracción tiene la hegemonía.  Son dos cosas distintas.  Uno obedece (con cierta autonomía), el otro manda.

No tenemos que ser cientistas políticos o haber estudiado en Harvard para comprender que del congreso nacional no saldrá nada favorable para los intereses de millones.  Por ello, nada, absolutamente nada, se le debe pedir a un espacio al servicio de la patronal, pagados por los grupos económicos, hecho que la propia justicia burguesa ha ratificado.

Asamblea Popular Plurinacional Paritaria Constituyente debe ser la consigna por la cual se debe luchar y combatir.  A la par de que el primer objetivo es derrocar al tirano asesino y a todo su gobierno, cerrar el congreso nacional y el tribunal constitucional.  Luchar por un Gobierno Popular.

Sabemos que millones irán a votar por una “nueva” constitución.  Eso es inevitable.  Sin embargo, eso no indica que los sectores que luchan por transformar radicalmente las condiciones de existencia levanten un camino propio, alienten la independencia de clase, propongan la autonomía y el combate por destrozar el capitalismo.  Si un millón de moscas comen mierda, no indica que la caca sea buena.  Se debe denunciar cada día la negociación que existe entre la derecha (que va a levantar el show de votar por el NO), la oposición (que ni siquiera es oposición burguesa, sino que una mera sirviente y mantenedora del sistema de dominación capitalista) y algunos sectores del Campo Popular que tienen trabajo en los frentes sociales, pero que tienen fe en el ámbito electoral (para agarrar algún puestito, el que sea).  Otra vez florecerán las frases ya comunes: “hay que votar para tener opinión”; “hay que ir a votar como lo hace la derecha”; “hay que votar porque es una oportunidad”, “hay que votar y después luchar para defender el resultado” (algo así como lo fue el “no hasta vencer” ja ja ja).

Lo social (lo sabroso del periodo)

Los primeros días del alzamiento popular mostró la capacidad de reacción de los sectores más golpeados por el sistema de dominación.  Su acción directa aterró a la clase dominante e incluso a la pequeña burguesía.  Las actividades de los explotados generaron tal conmoción que dejó sin capacidad de respuesta al Estado e incluso a los opinologos de toda laya.  Luego, vino el anzuelo del “cambio de la constitución” y sectores de la pequeña burguesía y del propio campo popular cedieron, una vez más, a ese canto de sirena ya putrefacto.

La acción de esperar el año 2020 en la Plaza de la Dignidad fue la confesión de que existe una franja de luchadores y luchadoras sociales que no ceden ante el llamado de un cambio del sistema de dominación dentro del propio sistema de dominación.  La quema de casetas de peaje, las barricadas en homenaje a Matías Catrileo, la toma de colegios y liceos en donde se debe rendir la PSU, demuestran a las claras cuán es el camino.  Aquí no caben tantos diagnósticos.

Conclusiones, siempre provisorias

Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia, dice el Ché.  Y debemos recordar lo siguiente: la inexistencia de una Organización o Vocería del alzamiento popular ha sido una de las características que ha permitido su continuidad (fue chistoso cuando los primeros días del alzamiento invitaron a la TV a dos dirigentes sociales, a quienes intentaron darle el carácter de voceros del movimiento o cuando van a la moneda los de unidad social y sólo relataron lo que ocurría en el país en vez de pedir la renuncia del tirano asesino).  Sin embargo, debido a la dialéctica propia del avance popular, se ha de generar la confluencia de los que luchan.  La propia coyuntura, signada por abril de 2020 con lo del tongo plebiscitario, ha de definir quién es quién.

En enero y febrero se deben mantener las acciones directas y las actividades (cacerolazos, velatones, barricadas, marchas, murales, rayados y todo lo que las capacidades e imaginación nos dicten, además de la rica experiencia acumulada en la lucha antidictatorial).  ESTO ES LO ESENCIAL, ES LO FUNDAMENTAL y vale más que un millón de palabras o diagnósticos.  Sabemos que habrá miles de conversatorios, foros, encuentros, escuelas de verano, pero esos momentos de debate deben apuntar a cómo acumular más fuerza social y disponerla a la lucha.  2020 debe ser el año en donde se vaya avanzando a la huelga general anticapitalista y ya está demostrado que la paralización total de las actividades depende de los cortes de pasajes, calles, avenidas, carreteras, autopistas y medios de transporte público y eso sólo será el efecto concreto de personas, miles y miles, dispuestas al hecho.  Apelar a un solo sector social es improductivo, por ejemplo, los trabajadores de la minería son grandes ausentes de la lucha.  O sea, huelga general anticapitalista, combinada con la protesta popular, la insolencia popular, la desobediencia civil.  Por otro lado, es necesario aumentar los niveles de autodefensa y pasar a acciones directas que golpeen el corazón de la dominación.

La Organización del alzamiento popular pasa por la unidad en la acción de todos y cada uno de l@s que luchan, poniendo en cada acción directa, en cada actividad, el objetivo central político del momento: derrocar al tirano asesino ahora y luchar por un gobierno popular que conduzca a la asamblea popular plurinacional paritario constituyente.

Andrés Morales.
Enero 06 de 2019

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