El pensamiento político del
Secretario General, Miguel Enríquez, es claro y es el pensamiento histórico del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR.
En las sentidas palabras de homenaje a la Revolución cubana, entregadas
el 26 de julio de 1971, se encuentra no sólo la mirada respetuosa hacia lo
ocurrido en la isla, sino que podemos apreciar las tareas pendientes en Chile.
En el Chile de 2021, la
labor sigue, y seguirá, pendiente, si el conjunto de la Izquierda
Revolucionaria, de la Izquierda anticapitalista, de los libertarios, no apuntan
a contribuir a la unidad en la acción de quienes quieren destrozar radicalmente
la forma de existencia a la que nos somete el conjunto de la patronal y sus
empleados en el escenario político, o sea los partidos políticos de la derecha,
la ex concertación hoy nueva mayoría, el frente amplio y unidad social.
Es fácil escribir que se
debe tender a una Asamblea Nacional de Asambleas Populares y Territoriales,
pero terriblemente difícil que ello ocurra en lo concreto. Una Asamblea Nacional que acuerde un programa
mínimo, un cronograma de lucha y objetivos políticos concretos. De lo contrario, el alzamiento popular (que
se debe enfrentar a los efectos “anestesiantes” del sistema de dominación, como
el chamullo constitucional, el 10%, la continuación del exitismo-egoísmo-de ser
ganadores, de considerar lo electoral como “forma de lucha”, en suma la
permanencia de los valores que la clase dominante introduce en el campo
popular), sólo seguirá siendo una respuesta desordenada a la infame opresión
del conjunto de la patronal.
2021 debiese ser el año de
la huelga general anticapitalista, combinada con la protesta popular,
permanente, ininterrumpida, que golpee el corazón de la dominación
capitalista. Pero, para eso, como todo
en la Vida, requiere de voluntades, de preparación y organización, y, por sobre
todo, de decisión política. Y en ese
caminar de construcción, de preparación, es ostensible que debe ser la
Población, el espacio natural donde esencialmente se reúnen los explotados,
donde se hagan los principales esfuerzos de quienes quieren poner fin a esta
historia sin perdón, hasta que la Vida sea digna vivirla.
No podemos terminar estas
palabras, sin hacer la reflexión de que en dos momentos en que el Tirano
Asesino Piñera ha estado en su punto más bajo de aprobación (en 2019 y 2020),
han sido no sólo los mecanismos históricos de la dominación los que le salvaron
la raja, sino que, además, y fundamentalmente, la acción de partidos políticos,
frentes intermedios, agrupaciones, que viven de la “actual democracia” y en el
chamullo constitucional se la jugarán para que todo cambie, para que todo siga
igual. No es menor la tarea política, la
tarea ideológica, contra esos referentes, al igual que, lamentablemente, al
interior del propio campo popular ante quienes prosiguen con la cantinela de
que votar es “una forma de lucha”, cuando en el fondo con esa práctica sólo se
fortalece a los ya poderosos. No sería
negativo levantar la consigna, así como se hizo en medio de la Unidad Popular:
“avanzar, sin pensar, a la huelga general”.
BRIGADA DE
PROPAGANDA MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA.
DICIEMBRE 31
DE 2020
Discurso del
26 de julio de 1971 en homenaje a la Revolución Cubana. Miguel Enríquez: “Hay
que crear una nueva legalidad"(Punto Final N° 136, 3 de agosto de 1971)
Nos hemos reunido hoy para
rendir homenaje a la primera república socialista de América: la Cuba
Revolucionaria. Un homenaje a la Revolución Cubana hoy en Chile sólo puede
hacerse destacando las lecciones que nos entrega y en referencia a los logros, avances y dificultades que el proceso de la Revolución
chilena encuentra en este instante, proceso que recién comienzan los
trabajadores hoy en Chile. La Revolución Cubana es revolución, y la saludamos
hoy aquí, porque golpeó implacablemente a los dueños del poder y la riqueza y
porque puso ese poder y riqueza al servicio de los intereses de los
trabajadores del campo y la ciudad. La Revolución Cubana es revolución porque
golpeó, denunció, destruyó y aplastó el poder norteamericano en Cuba. Es
revolución porque comprendió que no se pueden
hacer revoluciones hoy en el
mundo sin entrar
a enfrentar y
combatir al imperialismo norteamericano. No se limitó a
cambiar el régimen de propiedad jurídica; no se limitó simplemente a
cambiar de propietario
las empresas norteamericanas que
habían en Cuba
sino que, además, denunció al imperialismo como el
principal enemigo de los trabajadores del mundo; además llamó al pueblo, a
los dos mil
millones de humillados
y ofendidos del
mundo, no solamente
de Cuba, a combatir al principal enemigo de los
trabajadores: el imperialismo norteamericano. "Sólo es
revolución la que
denuncia y combate
como enemigo del pueblo
a los dueños
de las empresas norteamericanas,
de los bancos, de las fábricas y los fundos".
La Revolución Cubana es revolución porque
golpeó, destruyó y denunció a los dueños de los fundos, a los
terratenientes que había en
Cuba, a los
dueños de la
tierra, a los que explotaban
a los campesinos. La
Revolución Cubana es
revolución porque golpeó,
destruyó, denunció y
aplastó implacablemente a los dueños de las fábricas, a los que
explotaban obreros en Cuba. La Revolución Cubana es una revolución de verdad,
porque golpeó y denunció a los dueños de los bancos, porque golpeó y destruyó
la propiedad sobre los bancos privados, porque avanzó por el camino destruyendo
enemigos, golpeando enemigos y mostrando enemigos. Es revolucionario el
proceso cubano porque
hizo propiedad de
todo el pueblo
la tierra, porque entregó a los
campesinos la tierra,
no de algunos
fundos, sino de
todos los fundos.
Entregó las fábricas a los
obreros, no algunas fábricas, sino que todas las fábricas, todas las grandes
fábricas a todos los obreros. Es
revolucionario el proceso cubano porque entregó los bancos a propiedad de todo el pueblo, porque
hizo del pueblo cubano dueño de todas las fábricas, todos los fundos y todos
los bancos.
De la
Revolución Cubana debemos aprender
lecciones. Es la
única revolución que se
ha hecho en América latina. Es la vanguardia hoy en
América latina y es la primera república socialista de América. Y es
revolución porque comprendió
que sólo puede
hacerse una revolución
en el mundo, una revolución en
América, sólo si
se golpea al
enemigo; no sólo si
se le quita
la propiedad sobre
los medios de producción, sino también si destruye su propiedad, si
denuncia al mundo la explotación imperialista
de los países
de América, si
al mismo tiempo
llama al mundo
entero al camino
de la revolución. Si le muestra
al mundo, como habría que hacerlo en Chile, que una revolución comienza hoy en
Chile y ese es el camino de todo el pueblo, de toda América, de toda América
latina, y de Chile también.
Sólo es revolución la que
enfrenta y combate públicamente, la que denuncia a los yanquis, la que denuncia como enemigos del
pueblo a los dueños de las fábricas, a los dueños de los fundos, a los dueños
de los bancos." Sólo destruyendo la legalidad y las instituciones que
impidan el avance de los trabajadores, puede avanzarse en el camino de la
revolución". Pero, para hacer una revolución en Cuba, no bastó
exclusivamente la intención, no bastó solamente denunciar, no
bastó solamente pronunciar
cuál era el
camino del pueblo
cubano, sino que la
revolución cubana, al mismo tiempo su dirección, Fidel Castro y el Partido
Comunista Cubano, fueron destruyendo la legalidad, las ataduras que el sistema
tenía. Para poder avanzar el pueblo, para poder construir el socialismo, fueron
avanzando y caminando al mismo tiempo que iban destruyendo todas las ataduras,
toda la legalidad,
todo el sistema
que era anterior
a ellos. Ese
fue el camino
de la revolución, ese es el único
camino en América, el único camino en Chile, el único camino en Cuba.
Cuando en Cuba se tomó el
poder, todas las leyes, todas las instituciones, toda la justicia, todas las
Fuerzas Armadas del régimen anterior estaban intactos. Existía un régimen
anterior que era el que definía cuáles eran las relaciones, cuál era el camino,
qué es lo que era legítimo y qué es lo que era ilegítimo. Los revolucionarios
cubanos no sólo fueron golpeando a los enemigos, no sólo fueron caminando por
el camino de la revolución. Los revolucionarios cubanos fueron rompiendo y
destruyendo todas las ataduras que impedían el avance del pueblo, todo lo que
impedía el camino de los trabajadores al socialismo.
Rompieron
amarras, destruyeron limitaciones; barrieron
con las barreras
que les impedían avanzar;
rompieron y crearon
nuevas leyes; las
leyes que les
impedían avanzar fueron destruidas y
aniquiladas. Toda muralla, todo
obstáculo al avance
de los trabajadores fue
roto, fue pasado a llevar. La Revolución
Cubana sabía dónde iba, sabía lo que tenía que hacer y rompió toda muralla que
se le puso en el camino. Nada podía impedir en Cuba el avance de los
trabajadores, el avance del pueblo. Sabían los revolucionarios cubanos que las leyes, las instituciones, todo lo que
heredaron del régimen
anterior fue construido
por los dueños
de los fundos
y las fábricas,
fue construido por los
norteamericanos, fue construido
por los que
vivían del goce
del privilegio y la
riqueza.
Sabían los
revolucionarios cubanos que
todo el régimen,
todas las leyes,
todas las instituciones fueron
construidas para defender la riqueza de unos pocos. Sabían que todas las leyes,
todas las instituciones, todo lo que era el régimen legal y jurídico de Cuba,
estaba construido para oprimir al pueblo, para explotarlo, para mantenerlo en
la miseria, para que unos pocos gozaran de la riqueza a costa de muchos que
trabajaban. Por eso destruyeron las instituciones del régimen anterior y crearon
nuevas, al servido
del pueblo, al
servicio de los
trabajadores. Destruyeron el
Estado, destruyeron las leyes;
construyeron nuevas leyes,
construyeron un nuevo
Estado, nuevas Fuerzas Armadas, construyeron nuevas
instituciones ,que se pusieron
al servicio del
avance de los trabajadores. Crearon una nueva
legalidad, crearon una nueva justicia, crearon un nuevo gobierno, crearon un
nuevo Estado. La justicia, el
Estado y la
legalidad de los
revolucionarios. La justicia,
el Estado y la legalidad de los trabajadores. Sólo así se pudo hacer una
revolución, destruyendo la ley que había sustentado la riqueza de unos pocos,
destruyendo las instituciones que amparaban el lujo y los
privilegios de unos
pocos, creando otras
nuevas, creando los
caminos que los
trabajadores necesitaban para hacer una revolución. Sólo así se hacen revoluciones en el mundo y en América. Sólo así
es posible hacer
revoluciones en Chile,
en Cuba, en
Vietnam, en China
o en la
Unión Soviética.
Sólo
destruyendo las limitaciones
al avance de
los trabajadores, puede
avanzarse en el camino
de la revolución.
Los trabajadores conquistarán
el poder, los
trabajadores realmente terminarán
con el régimen de explotación cuando destruyan todo lo que los limite, todo lo
que los frene, todo lo que impida su avance. Eso es lo que debemos aprender de
Cuba. Esas son las lecciones de la Revolución Cubana; por eso Cuba es una
Revolución; por eso Cuba es la vanguardia de América; por eso Cuba es la
vanguardia de los movimientos revolucionarios de América latina; por eso Cuba
es atacada; por eso Cuba sufre el cerco económico del imperialismo; por eso
Cuba es combativa; por eso Cuba tiene que defender del imperialismo y de las
agresiones; por eso respetamos a Cuba, por eso saludamos a Cuba, por eso hoy
día rendimos un homenaje a Cuba.
Cuba no es solamente otra
revolución; Cuba no es sólo una isla que está alejada de nosotros; Cuba es
un ejemplo que
los trabajadores, los
obreros, los campesinos,
los pobladores y
los estudiantes quieren seguir, se disponen a seguir y seguirán por todos los medios... Romperán
los trabajadores chilenos todos los
obstáculos que se les opongan a] avance de ellos, todos los obstáculos que se
les pongan por delante. Lo fundamental del 4 de septiembre en adelante es la
capacidad de iniciativa y movilización ganada por los trabajadores.
Como dijimos,
no es posible
hoy en Chile
saludar a la
Revolución Cubana, hacer
ningún tipo de homenaje a la Revolución Cubana, si no nos
referimos al proceso revolucionario que recién comienza en Chile.
No es posible
hablar de Cuba
sin hablar de
Chile hoy. No
es posible hablar
de Cuba sin hablar de los logros, los avances, que ha
hecho el pueblo en Chile hoy y las tremendas dificultades y las tareas que
tienen los trabajadores por delante. El
4 de septiembre,
el pueblo y
la izquierda chilena
conquistaron el gobierno.
Conquistaron una porción de
poder, una parte del acceso a niveles de decisión. No conquistaron el poder.
Los trabajadores de Chile no tienen aún el poder en sus manos. Tienen un
instrumento eficaz, tienen en sus manos un instrumento importante que es el
gobierno, y que si es bien utilizado, si es tomado como un instrumento de los
trabajadores y de los revolucionarios podrá constituir un elemento, un
instrumento que desarrolle e] trabajo y el camino hacia la revolución. Eso
es importante.
Y por
eso el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria defiende
la estabilidad del gobierno. Desde el 4 de septiembre el
gobierno ha venido tomando una serie de medidas en el cobre, sobre los bancos
que eran de unos pocos, ha venido golpeando algunas industrias y pasándolas a
propiedad de todo el pueblo; algunos fundos han pasado a propiedad de los
campesinos y de todo el pueblo. Esas son cuestiones que aplaudimos en el
gobierno, y que los trabajadores apoyan y defienden. Por eso ,defendemos la
estabilidad del gobierno, defendemos al gobierno contra las agresiones de la reacción
y apoyamos las medidas positivas que toma este gobierno. Mucho más importante que eso, desde el 4
de septiembre en adelante los obreros se
han venido movilizando por sus reivindicaciones; han venido luchando por
sus derechos los campesinos, primero los mapuches–pequeños propietarios del sur
de Chile– se han venido movilizando por el derecho a la tierra, por conquistar el
derecho a lo que
es de ellos, por
combatir la explotación y la miseria. Lo hemos impulsado
y en muchas
oportunidades lo hemos
dirigido.
Más aun,
posteriormente, los obreros
agrícolas del centro del país, Linares, Nuble, Talca, Colchagua, los campesinos
gritan por el derecho a la tierra, quieren que la tierra sea de ellos, quieren
terminar con el régimen de oprobio y miseria que les imponen los latifundistas.
Eso es lo más positivo que ha engendrado este gobierno. Los pobladores
también se han
movilizado por sus
intereses, los estudiantes
también. Eso es lo
importante que ha ocurrido desde el 4 de septiembre en adelante. Los obreros,
los campesinos, los pobladores y los estudiantes han ganado una capacidad de
iniciativa, una capacidad de movilización, una
capacidad de organización,
un nivel de
conciencia que es
históricamente significativo. Nunca Chile había tenido tantos obreros y
tantos campesinos movilizados, nunca el pueblo de Chile había tenido tanta
conciencia por sus derechos, nunca se ha movido con tanta fuerza, nunca había
tenido la fuerza suficiente para
moverse solo, independiente; hoy
como nunca los
trabajadores en Chile saben para dónde van, saben lo que
quieren, saben quiénes son sus enemigos, saben lo que tienen que hacer. Eso es
lo fundamental del 4 de septiembre en adelante, más que todo lo anterior, más
que todo lo que se diga. Son los trabajadores, confiando en sí mismos, en sus
propias organizaciones, en sus propias formas de lucha, eligiendo y golpeando
ellos a sus enemigos, los que podrán seguir avanzando por el
camino que hará de
ellos los fundos y
las fábricas. Eso es la
movilización de los trabajadores, los
niveles de combatividad
y organización y
conciencia; eso es
lo que permite fundamentalmente hablar
hoy en Chile
de que se
está iniciando un
proceso revolucionario. Una revolución empieza,
un camino empieza.
Los obreros, los
campesinos y los
pobladores están abriendo las
puertas a un nuevo proceso en Chile.
Desde septiembre las clases
dominantes han venido tratando de frenar, detener y combatir el avance de los
trabajadores. Pero desde septiembre,
los patrones, los
dueños de los
fundos y las
fábricas, los miembros
de la Cámara Chilena
de la Construcción, el
Partido Demócrata Cristiano,
el Partido Nacional,
la Democracia Radical, los norteamericanos, se han venido oponiendo al
avance del gobierno, al avancede los trabajadores, al camino que toman los
trabajadores en Chile. Desde
septiembre en adelante,
la burguesía, los
dueños del poder
y la riqueza,
los que gozan
de privilegio y la riqueza, unos pocos que explotan al resto del pueblo
y que viven en función de lo que explotan,
han venido combatiendo
al gobierno, combatiendo
el avance de los trabajadores.
Si un campesino se toma un fundo,
la burguesía agraria reclama y grita; si un obrero se toma una fábrica, es denunciado
como delincuente, como
criminal político, como
un enemigo del
avance, como un enemigo de la legalidad, como un enemigo
del orden.
Los obreros
y los campesinos
han seguido avanzando,
pero las clases
dominantes, los dueños
del poder y la riqueza, desde el 4 de septiembre en adelante han venido
levantando sus banderas; las banderas de la legalidad, las banderas del orden,
las banderas de la propiedad privada, las banderas que esconden el derecho de
unos pocos a gozar de la riqueza mientras otros viven en la miseria y el
oprobio. Eso han venido haciendo los democratacristianos, los freístas, los
nacionales, la Democracia Radical. La
izquierda ha conquistado
el gobierno pero
los momios y
la derecha todavía
tienen posiciones importantes,
todavía guardan ciertas reservas de fuerza y todavía tienen posiciones desde
las cuales pueden combatir el
avance del pueblo.
Desde allí tratan, los
momios, la Derecha,
los dueños del cobre, los
fundos y las
fábricas, de frenar,
dificultar, deformar y
detener el avance
de los trabajadores. Los dueños
de los fondos y las fábricas no se conforman con que el pueblo les quite su
propiedad y su riqueza. Han venido durante meses conspirando, preparando
asesinatos y ejecutando asesinatos,
conspirando desde la
clandestinidad sediciosa, combatiendo
el avance de
los trabajadores. Eso ha venido haciendo las clases dominantes, los
dueños del poder y la riqueza en Chile.
Se trata fundamentalmente de
impedir el avance de los trabajadores. Aquellos que son propietarios de la
tierra, los terratenientes, que
son dueños de
los fundos, sabotean
la producción agraria, no siembran, matan
animales, desmantelan de
maquinaria los fundos,
despiden trabajadores y aumentan
la cesantía agraria,
bajando la producción
agropecuaria y creándole
problemas de abastecimiento alimenticio
al pueblo. Los
propietarios de las
fábricas no aumentan
en forma suficiente la
producción, despiden
obreros, impiden por el
hecho de ser
dueños de las
fábricas la redistribución del
crédito que la nacionalización de los bancos busca. Los dueños y los miembros
dela Cámara Chilena de la Construcción, los dueños de las empresas
constructoras impiden y sabotean la construcción de viviendas, la construcción
de viviendas para el pueblo. Tratan de detener, tratan de impedir que el pueblo,
las quinientas mil familias que en Chile no tienen vivienda, tengan acceso al
más elemental derecho, el techo. Desde el Parlamento, la mayoría
democratacristiana y nacional desfigura los proyectos de gobierno; cuando el
Gobierno lanza un
proyecto que busca
permitir que Chile
no pague a
los ladrones
norteamericanos, que no
pague ninguna indemnización
como todos los
trabajadores de Chile reclaman, cuando se
presenta un proyecto
que permita defender
la riqueza del
país, la que
han producido los trabajadores, e
impida que los
ladrones norteamericanos tengan
derecho a indemnización que no merecen,
que se han
robado más de
lo que es
el patrimonio nacional, entonces la mayoría democratacristiana
y nacional desfigura el proyecto, lo transforma, lo debilita, y lo llena de ambigüedades, lo llena de debilidades, para que el pueblo de
Chile tenga que pagar.
Y desde ese instrumento, que
ya es más débil, tratan de forzar al gobierno y al pueblo a que tenga que pagar
mayores cantidades a los imperialistas, a los que han robado por décadas a
Chile. Desde el Poder Judicial, los jueces, la Corte Suprema, Méndez Braña y
compañía, persiguen obreros, detienen campesinos
que se
toman fundos, llenan
las cárceles de
estudiantes e impiden
la movilización de los trabajadores. Buscan con la represión impedir la
movilización de los trabajadores del campo y de la ciudad por sus derechos.
Desde los aparatos represivos, donde todavía conservan algunas posiciones
importantes, golpean a los campesinos que luchan por la tierra o detienen
estudiantes que van a concientizar campesinos y a enseñarles el camino. Se
toman de la ley y tratan de dificultar el avance del pueblo. A través de la
Contraloría dificultan hacer
las fábricas propiedad
de todo el
pueblo. Impiden el
avance de los obreros por sus fábricas, impiden que la
propiedad de las fábricas sea de todo el pueblo, tratan de detener, frenar y
amarrar el avance del pueblo. A través de
la prensa, de
los grandes consorcios
periodísticos, tratan de
impedir que el
pueblo conozca la verdad, desfiguran y engañan al pueblo, tratan de
mentirles sobre lo que ocurre, elevan a primer plano problemas que son
secundarios, elevan a primer plano problemas que tratan de dañar la causa del
pueblo sobre la base de la propiedad de los medios de producción. Nada ni nadie
puede detener el avance de los trabajadores.
Los obreros, los campesinos,
los pobladores y los estudiantes saltarán y harán barrer hecho añicos cualquier
barrera, sea el Parlamento, sea el Poder Judicial, sea la legalidad burguesa,
sea la ley de los ricos, sea la ley de los patrones; las harán destruir, las
hará saltar hecha añicos para avanzar sobre sus derechos, para caminar por los
derechos que le corresponde a todo el pueblo en la propiedad del cobre, de los
fundos y las grandes fábricas. Sólo
aumentará la producción
en Chile cuando
la propiedad de
los fundos y
las fábricas sean
del pueblo, cuando los grandes fundes y las fábricas sean propiedad de
los trabajadores del campo y la ciudad.
No es posible
convencer a los
dueños de las
fábricas, a los
monopolios, a los
que han explotado por
años a los
trabajadores, que aumenten
la producción. Ellos
están saboteando la producción. La
batalla por la
producción no es
más que una
parte de la
batalla por el
poder que convierta a los
trabajadores del campo y la ciudad en dueños de las fábricas, el cobre y los
fundos.
Sólo aumentará la producción
de las fábricas cuando los obreros sean dueños de ellas, cuando se les quite a
los patrones la propiedad de las fábricas, cuando se les quite a los
terratenientes la propiedad de los fundos, cuando los grandes fundos sean propiedad
de todo el pueblo. Sólo habrá viviendas en Chile cuando se denuncie y se
combata a los miembros de la Cámara Chilena de la Construcción, sólo habrá
viviendas para el pueblo y techo para el pueblo, cuando se combata el sabotaje
de los momios desde la Cámara Chilena de la Construcción. Y el Parlamento, si
los diputados y la mayoría parlamentaria democratacristiana y nacional se pone
al servicio de los intereses norteamericanos, si la mayoría democratacristiana
y nacional del Parlamento defiende
los intereses de
los dueños de
grandes fábricas, y
los dueños de
los grandes fundos, entonces el Parlamento habrá de ser
combatido, vigilado y denunciado y si es necesario disuelto y reemplazado por
organizaciones que realmente representen al pueblo.
Y si el Poder Judicial, si
los jueces persiguen a los trabajadores y a los campesinos, si siguen dejando
libres a
los asesinos de
Schneider, a todos
los conspiradores en
Chile, y detienen
a estudiantes, obreros y
campesinos, entonces una Justicia del Pueblo habrá de implantarse en Chile y
entonces el Poder Judicial habrá de ser reemplazado por una justicia realmente
del pueblo que persiga a los que explotan y a los que realmente asesinan en
Chile. Si la ley en Chile, si la legalidad que levantaron, los dueños de los
fundos, de las fábricas y del cobre sigue oponiéndose a los avances de los
trabajadores, si la ley que levantaron
los yanquis, si la ley que defiende la riqueza de unos pocos, sigue
siendo instrumento de la burguesía, sigue siendo instrumento de quienes
explotan y masacran al pueblo, entonces una ley revolucionaria habrá de
implantarse en Chile y una nueva legalidad de los trabajadores habrá de
imponerse hoy en Chile. Nada puede detener ni nada debe detener el avance de los
trabajadores.
No hay
razón alguna que
impida el avance
de los trabajadores
o que los trabajadores deban
medir en ningún
sentido. Si la
ley, si los
jueces, si el
Parlamento impiden el avance del pueblo, habrán de ser barridos
por el pueblo y reemplazados por nuevas formas. Habrá que transformar la ley,
reemplazar el Parlamento, reemplazar los jueces, reemplazar la legalidad y el
Poder Judicial, y
construir el Poder
Judicial, la ley,
la justicia y
los organismos que realmente
representen los intereses del pueblo. Si los consorcios periodísticos, si las
grandes empresas periodísticas, si el clan de los Edwards, si las empresas periodísticas
quieren defender los
intereses de los
patrones, que son
minoría en Chile, entonces esas empresas periodísticas
habrán de pasar a manos de los trabajadores que allí laboran y de todo el
pueblo de Chile.
No puede permitir el pueblo
que la verdad sea distorsionada por la sola propiedad de
los medios de
difusión, que la
prensa, los diarios,
las radios, engañen
al pueblo, y mostrarle problemas que no existen. Si es
así, los medios periodísticos, la prensa y la radio habrán de ser también del
pueblo. La fuente fundamental de fuerza que tiene la izquierda son las masas
movilizadas. No basta sólo la intención de transformar el país, no basta
solamente convocar al pueblo en plazas, no
basta sólo mostrar
a los enemigos
siquiera, no basta
sólo mostrar lo que hay
que hacer. Cada paso, cada avance que el pueblo dé,
tiene que estar de acuerdo a la fuerza que los trabajadores hoy día tengan
en Chile. La
burguesía, la clase
dominante, los dueños
del poder y
la riqueza todavía tienen fuerza en Chile. Los
trabajadores deben acumular la fuerza suficiente para combatirlos en el momento
necesario, con la fuerza suficiente. Más aún: la única fuente posible de fuerza
de los trabajadores, la única fuerza que puede destruir a la burguesía, la
fuente fundamental de
fuerza que tiene
la izquierda son
los trabajadores, son
las masas, son los obreros, son los campesinos, son los pobladores, son
los estudiantes.
Sólo la fuerza delos
trabajadores puede romper las barreras que hemos mencionado. Sólo movilizando,
organizando, elevando la conciencia de los trabajadores, es posible combatir a
las clases dominantes en las posiciones que todavía sustentan. La única forma
de movilizar al pueblo es por sus intereses y reivindicaciones. A partir de sus
frentes, en contra de sus patrones, mostrándoles al enemigo. El MIR apoya e
impulsa las formas de lucha que movilizan al pueblo. Por eso, el Movimiento de
Izquierda Revolucionaria apoya las formas de lucha que el pueblo levanta. Por
eso, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria apoya cuando los campesinos se
toman el fundo de un terrateniente que sabotea la producción, que no siembra,
que disminuye la producción, que no cosecha, que combate las movilizaciones del
pueblo, que impide el aumento de la producción.
Por eso,
el Frente de
Trabajadores Revolucionarios y
el Movimiento de
Izquierda Revolucionaria apoyan
las fábricas que son tomadas por los obreros, cuando éstos combaten un patrón,
un dueño de una gran
fábrica, que no
aumenta la producción,
que despide a
los obreros, que
aumenta la cesantía, que
no levanta las
líneas de producción
que deben satisfacer
las necesidades de los
trabajadores. Por eso,
el MIR proclama
el derecho de
los trabajadores del
campo y la
ciudad, a movilizarse, a levantar
las formas de lucha que son necesarias. Si son las tomas de fundos, si son las
tomas de fábricas, ése es un camino justo, si se está combatiendo el sabotaje
de los momios, si se está combatiendo a la derecha y al imperialismo.”
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