A Miguel y al Ché: No inmemoriam, sino que en las luchas
actuales.
“Y
sepan que sólo muero si ustedes van aflojando” Los Olimareños.
Hablar
del Ché Guevara y de Miguel Enríquez en las actuales condiciones de avance del
capitalismo en su segunda fase imperialista es, inevitablemente, referirse a un
deber ser. Hablar sobre los dos
revolucionarios desde el presente, es ubicarse en el avance gigantesco y
colosal de la refundación social burguesa habida no sólo en Chile, sino que a
escala planetaria. Luego de 1990, a
nivel mundial se impone la hegemonía imperialista, en donde a través de la
entrega en módicas cuotas mensuales de las “delicias del capitalismo” arrebató
a millones y millones las ganas de seguir peleando por algo mayor como es el
Socialismo sustentado en el Poder Popular, respetuoso del Ser Humano y de la
Naturaleza.
Hablar
de Miguel y el Ché en el presente es tener que desarrollar millones de
profundos estudios sobre cómo el capitalismo ha logrado introducir en el Campo
Popular ideas que sólo tienden a fragmentar y paralizar a quienes quieren
superar las actuales condiciones de vida.
Y es en ese plano en donde podemos situar el primer elemento que liga a
los dos revolucionarios en comento con el presente: El Revolucionari@ debe ser
un cuadro en donde el estudio, la investigación, el análisis concreto de la
situación concreta, la autoformación, la lectura de los clásicos del Marxismo,
el estudio de la formación social donde se lucha, debe ser uno de los
principales impulsos. Y el estudio debe
ser algo personal, que surge de la propia voluntad de aprender y aprehender,
debe ser un deber ineludible y obligatorio, no puede ser algo que se posponga
para después o esperar que otr@s te expliquen.
Y no bastan los extensos diagnósticos que puedan surgir tras esa
formación política, pues salta el segundo elemento a visibilizar: es en la
práctica política en donde se debe expresar el análisis logrado. O sea, la praxis, la unidad de la teoría con
la práctica.
Y
es en estos tiempos, en donde la información circula segundo a segundo, y se
encuentra en fácil acceso, curiosamente no se profundiza en el estudio, sino
que millones se quedan con los titulares, con los comentarios de las opiniones,
con la charla fácil o con diagnósticos que sólo hacen repetir la información de
la prensa.
Hablar
del Ché y Miguel en el presente es comprender que la actual fase
capitalista-imperialista nada tiene que ver con un desarrollo liberal ni menos
puede ser neoliberal. Recordemos que el
modo de producción capitalista no puede existir con la librecompetencia o el
libremercado, no puede existir con los precios de equilibrio o con un mercado
perfecto. El capitalismo-imperialista no
es neoliberal, porque el neoliberalismo simplemente no existe. Motejar de neoliberal al capitalismo es
ocultar la dominación de clase, es asignarle a la dominación una especie de
bondad, es postular que mejorando las “atrocidades” del neoliberalismo se puede
acceder a una sociedad mejor. Eso no es
más que reeditar la revolución por etapas postulada por el Reformismo clásico y
que es tomado por el Neo Reformismo que desde el mismo Campo Popular hace daño
a las posiciones Revolucionarias, pues, bajo retorcidos argumentos, reconoce lo
electoral como “una forma de lucha”.
Para
Miguel y el Ché el enemigo era y es el capitalismo inserto en el imperialismo,
que transita desde 1980-1990 en su segunda fase. Y esto lo define todo.
Para
el Ché y Miguel la lucha armada era la posibilidad histórica para destrozar el
Estado del capital y comenzar a construir el Estado Socialista como forma de
transición a la Sociedad Comunista. Así
de simple y así de complejo.
Sabemos
que el horno no está para bollos. Hoy,
como lo dijimos al comienzo, atravesamos un largo periodo de reflujo de la
lucha de clases, y recordemos que Miguel señaló que la “lucha de clases es
siempre una guerra encubierta”. En
Chile, por ejemplo, desde el 11 de marzo de 1990 la derecha, la ex concertación
hoy nueva mayoría y el frente amplio –sumados aquellos que desde el Campo
Popular languidecen por lo electoral- hacen creer a millones que existe
democracia. Por otro lado, los millones
que viven a diario la opresión capitalista, debido a los mecanismos de control
social y el acceso a las “delicias del capitalismo” nada quieren saber de lucha
frontal. A lo anterior, tenemos que
adicionar la crisis política de much@s, que cayendo en el derrotismo, alientan
luchas parciales, levantando luchas aisladas por demandas específicas.
Por
todo lo anterior, y por otros miles de elementos, el Ché y Miguel en el presente,
debe ser el Militante que participa y fortalece la Organización Revolucionaria,
que la extiende, que entiende que el Partido es el instrumento capaz de
multiplicar las energías. El Ché y
Miguel hoy es el que va planteando la necesidad de golpear el corazón de la
dominación capitalista a través de la unidad de todas y cada una de las
demandas sociales y populares y que para este periodo levanta con fuerza la
necesidad de la realización de una serie de huelgas generales con carácter
anticapitalista que combinada con la protesta popular vaya despertando al
dormido, sumando fuerza social, fuerza política y fuerza material, esa que será
la decisiva. El Ché y Miguel hoy es el
Militante que va sumando más Militancia, que convence a un Compañero o Compañera,
que genera ayudistas, aspirantes, periferia.
El
Ché y Miguel hoy es el Militante que sabe, tras un profundo análisis personal y
colectivo, que sólo la lucha, la unidad y la creación de la fuerza material nos
hará libres.
COORDINADORA
NACIONAL DEL MIR.
Octubre 04 de 2019.
Desobediencia al capitalismo imperialista
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