¡A DARLE CONTINUIDAD AL
LEVANTAMIENTO POPULAR JUNTO A LOS PUEBLOS Y TRABAJADORES DE CHILE!
Movimiento
de Izquierda Revolucionaria MIR
27 de octubre, 2019
Compañeras
y Compañeros:
El potente proceso de movilización político-social
de los explotados y oprimidos que conmueve a Chile hace más de una semana, un
verdadero levantamiento popular, ha implicado –en los hechos- que los pueblos y
los trabajadores hicieran añicos el cuadro de una sociedad idílica, la cual sólo
sirve a los intereses de una mezquina y excluyente minoría. En unos pocos días,
nuestra formación se ve trastornada nada menos que por el alumbramiento de un
nuevo período en la lucha de clases. Este llega en brazos de un renovado
movimiento popular, capaz de desplegar, mediante múltiples y novedosas
prácticas concretas, una coyuntura caracterizada por la agudización de las
contradicciones clasistas y de cuestionamiento de la legitimidad del modelo y
sus adalides. Sin embargo, luego de la meteórica y extensa explosión de rabia acumulada,
los amplios sectores movilizados se encuentran en la difícil hora de lograr
articular una propuesta que pueda dar continuidad al proceso en curso. Resulta
perentorio que el instinto clasista de cientos de miles de ofendidos y
excluidos escale a un nivel de conciencia de clase superior y se logre plasmar en
una alternativa política con sello popular.
Y esa colosal tarea, la de transformar un
gran movimiento social popular en sí en uno de carácter cualitativamente
superior, de fuerza social para sí, se ve dificultada por variados,
concurrentes y complejos factores: su heterogeneidad político-social e
ideológica (aunque ésta, paradojalmente, sirvió de elemento aglutinador en la
etapa de despegue del empeño), la que se ve expresada en una variada y larga
lista de demandas; el letargo y la dislocación político-ideológica impuesta a
nuestro pueblo por la represión dictatorial y luego, por casi tres décadas de
gobiernos animados por dar gobernabilidad al sistema de dominación que
gustosamente heredaran; la debilidad con que encuentra la coyuntura a los
sectores revolucionarios y aquellos más avanzados al interior del movimiento
popular; los cantos de sirena de la izquierda reformista, la neorreformista y
aún de aquellos grupos mantenedores del sistema de dominación que encarna la
exNM; la represión de las FFAA y de Orden, que luego de la brutalidad inicial
dará lugar a una de tipo más sibilina; y la estrategia del lobo con piel de
oveja que emprenden las derechas económica y política, lo que incluye ciertos
cambios cosméticos por parte del gobierno patronal.
Lo
de siempre: ¿Qué hacer?
Evidentemente, para lograr avanzar a grados
superiores de organización y lucha, el Movimiento Popular (MP) debe tratar de
enfrentar y sortear con éxito los retos anotados antes. Y aunque la ocasión la
pintan calva (claro, aquellos que la dejan pasar), es esta una oportunidad
histórica para lograr tal cometido.
Resulta
urgente que la Izquierda Revolucionaria (IR) se una, aunque sea a un nivel
federativo, y logre construir propuestas claras y asequibles al interior mismo
del MP en ciernes. Para esto último, debe echar mano de todos sus vínculos con
los elementos más avanzados de los diversos sectores en pie de lucha,
intentando ganar la conducción de los frentes y las organizaciones que los
integran, saliéndole al paso a aquellas fuerzas que van desde el reformismo y
el neorreformismo (léase la naciente US y el FA, respectivamente) a los grupos
mantenedores (exNM). Levantar políticas y estrategias que potencien el actual y
masivo movimiento de los pueblos y los trabajadores requiere de mucha humildad
y afán unitario por parte de l@s revolucionari@s, pero, a su vez, el
compenetrarse con los activos democráticos y los sectores más rupturistas de
los movilizados les puede convencer de reemprender la senda de la unidad en la
acción, la cual nunca debieron abandonar.
El
aspecto centrífugo inherente de éste MP, relacionado con su miscelánea
heterogeneidad, podría salvarse mediante una campaña político-ideológica
apoyada en todos los medios y plataformas posibles y echando mano de las
escasas fuerzas humanas disponibles por parte de la IR y el campo popular, que
apunte a hacer conciencia que quien no lucha por todo no lucha por nada.
Sectorizar las demandas sólo nos puede llevar al presentismo y a la dispersión
de los esfuerzos y recursos que debieran estar concentrados en dar forma a la
alternativa y al programa de los pueblos y los trabajadores de Chile. Tal
heterogeneidad está siendo aprovechada, tanto por fuerzas políticas que se dicen
populares como por aquellas ligadas a la derecha, y en los próximos días veremos
una profundización del intento por desmembrar la impresionante unidad social y
política alcanzada por el MP.
En
el último tiempo, sólo algunos dentro de la IR dábamos cuenta de una explosiva acumulación
de aspiraciones y reclamos por parte de los explotados y postergados, proceso
que en algún momento iba a gatillar –como efectivamente ocurrió - algún
estallido social. Y esto aconteció por cuanto muchas de aquellas demandas no podían
–ni pueden- ser resueltas o siquiera cooptadas por el bloque político de Estado
en los marcos de la actual ‘democracia’ de baja intensidad (como, de una forma
u otra, pudieron hacerlo los sectores dominantes hasta el período
pre-revolucionario abierto durante el gobierno de la UP). Ahora bien, si estamos
interesados en subsanar la insensibilidad y la deformación político-ideológica
impuestas por los de arriba a nuestro pueblo durante cuatro décadas y media, es
evidente que potenciando la lucha popular unitaria y ofensiva, como la
emprendida en la última semana por las amplias masas, enfrentando en las calles
a las fuerzas represivas que sirven de guardianes del modelo de dominación, y
apuntando siempre a la consecución de tanta demanda postergada, ello servirá como
un intensivo proceso de aprendizaje político-ideológico, mucho más eficaz que
años de propaganda política ‘en frío’.
Ahora
que el período más álgido del estallido de la cólera social está declinando se
requiere que los revolucionarios y aquellos sectores más políticamente
conscientes de entre los movilizados impulsen mayores grados de unificación de
las demandas y luchas en cuestión, de ir desarrollando instancias concretas de
organización y de avanzar a la construcción de gérmenes de poder popular, entre
los cuales resulta fundamental la conformación -al calor de la lucha clasista-
de Asambleas Populares Locales, Comunales y Provinciales en todo el territorio
nacional. A la par de dichos esfuerzos, debemos impulsar con toda la fuerza posible
la realización de un gran Paro Nacional Productivo, de carácter indefinido, que
haga reventar las bases de sustentación económica del modelo antipopular
vigente y que permita dar paso a la crisis del sistema ‘por abajo’.
¡Adelante
con todas las fuerzas de la Historia!
El objetivo táctico-estratégico actual de la
IR y sus aliados sigue siendo evitar las salidas hacia la conciliación de
clases de éste gran movimiento y/o la lucha intestina que pugna por surgir entre
los diversos sectores que lo conforman. No debemos olvidar que las fuerzas que
dan vida al bloque político de Estado: las derechas política y económica, la
exNueva Mayoría y los neorreformistas del FA, se encuentran ávidas por desalentar
la extensa activación social popular y por continuar deleitándose con su acuerdo
de dominación ‘por arriba’ o pacto de gobernabilidad. Inclusive, el
Departamento de Estado yanqui entra a terciar en la coyuntura y se atreve a
exigir el cese de un movimiento político-social de masas que está poniendo en cuestión
el expoliador y excluyente sistema de dominación y explotación chileno.
Día tras día, las acciones directas de las
masas movilizadas en pos de sus legítimas aspiraciones y la desproporcionada
respuesta represiva estatal van dejando más que claro que éste sistema no es
una democracia, sino que la dictadura vil de los sectores dominantes, de los
defensores del capital monopólico-financiero, los cuales no dudan en apoyarse
en la represión y el crimen para defender sus intereses de clase. Surge una
exigencia que, aunque mínima, resulta perentoria: Piñera y su gobierno deben
renunciar y rápidamente se debe convocar a la instalación de un gobierno
provisorio, apoyado en representantes de las Asambleas Comunales y Provinciales
de todo el país.
No es éste el tiempo de vacilantes ni de conciliadores
de clase, sino de aquellos capaces de impulsar la resistencia popular y el
despliegue de todas las formas del enfrentamiento clasista. Es la hora de
recuperar la senda de la liberación social y de luchar hasta el fin por la
construcción de la sociedad socialista, la única que puede interpretar y dar satisfacción
a las justas y necesarias demandas de las grandes mayorías nacionales.
¡A convertir la ira social en
poder popular!
¡A unificar a los sectores de
vanguardia al fragor de la lucha popular!
¡Que se vaya Piñera, su lote de
ineptos, los pacos y los milicos, e instauración de un gobierno popular
provisorio!
¡A acompañar el levantamiento
popular con un gran paro nacional productivo e indefinido!
¡Sólo la lucha y la unidad nos harán
libres!
COORDINADORA NACIONAL DEL
MOVIMIENTO DE
IZQUIERDA REVOLUCIONARIA MIR
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