domingo, 11 de agosto de 2019

HERNÁN AGUILÓ MARTINEZ: ¿QUIÉN DIRIGE VENEZUELA? ¿CASTA O BOLIBURGUESÍA?


Análisis político: ¿Quién dirige Venezuela? ¿Casta o boliburguesía?


http://cctt.cl/2019/06/29/analisis-politico-quien-dirige-venezuela-casta-o-boliburguesia/  


Al anterior análisis, creo que además le falta, la relación de la boli burguesía, no solo con transnacionales que ahí se mencionan, sino también con empresas trasnacionales de los imperialismos rusos y chinos. No es solo un problema nacional, sino también la disputa y repartija de la plusvalía Inter imperialista (sea capital financiero o productivo). Hay una fusión indisoluble entre cualquier fracción burguesa nacional (sea rentista o productiva) con el capital trasnacional de cualquier procedencia. No hay un imperialismo mejor que otro. En eso el análisis es truncado. 

De ese análisis se puede concluir que la solución es otro proyecto reformista con estatización de capital financiero y de grandes empresas nacionales y redistribución del ingreso. Proyectos reformistas que durante el siglo XX agudizaron la crisis del capitalismo, pero que fueron incapaces de resolver el problema del poder y en todos los casos, sin excepción, permitieron que el gran capital nacional y trasnacional, retomara la iniciativa e instalara dictaduras militares o democracias burguesas semidictatoriales en todos los países donde esas experiencias reformistas fueron aplicadas. El proyecto reformista de la UP en Chile, es una de esas experiencias fracasadas.

El problema de fondo de todos los procesos actuales y del siglo XX, incluyendo todos los socialismos reales, es quién tiene la base material del poder. Eso no fue resuelto por el socialismo real, incluyendo a Cuba y por eso todos regresan al capitalismo de distintas formas. 

El nuevo poder popular que surja en el futuro y que debe surgir de la organización político-social o social-político, debe resolver la gran contradicción del capitalismo y que no fue resuelta por el socialismo real, la producción es social y la apropiación es individual. El nuevo poder popular, que necesariamente tendrá que surgir desde abajo, tiene que plantearse desde un principio, que la producción sea social y apropiación también sea social. Además, este proceso no puede ser nacional, tiene que ser un proceso trasnacional. ¿Cuáles serán los mecanismos institucionales para lograrlo y no repetir el esquema leninista que fracasó estratégicamente? Eso se tendrá que ir descubriendo con el tiempo.

Si se vuelve a insistir en soluciones superestructurales de conducción, se repetirá una y otra vez la misma historia fracasada. No basta que un proyecto en determinado momento histórico tenga apoyo social manejado por supertructuras políticas y económicas. Esos proyectos ya fracasaron, tanto los que conquistaron el poder y como los que no conquistaron (unos más corruptos que otros). 

La causa de lo anterior es porque el poder nunca ha residido en los trabajadores y el pueblo. Por lo mismo, es que hoy procesos que tuvieron un gran apoyo social, como los de China, Vietnam y también Cuba, en la actualidad son parte de procesos capitalistas (en el caso de Cuba paulatinamente está volviendo al capitalismo), cuya esencia es la extracción de plusvalía y por ende explotación a nivel nacional y trasnacional. Millones de seres humanos murieron en esos procesos, para posteriormente formar parte de la extracción de plusvalía en la globalización actual del capitalismo.

Respecto a los anteriores comentarios sobre Venezuela, Andrés Pascal me señaló lo siguiente:

“Está bien lo que planteas, pero: no queda más que cruzarse de manos a esperar que ese poder popular global surja desde abajo simultáneamente y se articule en una intervención estratégica? Cómo preguntaba el pelado Lenin: qué hacer”?
“Cómo conjugar “poder popular” con “hacer”, poder hacer...”

Le respondí lo siguiente:

Lo único que sé, es que no se puede repetir el qué hacer leninista que fue en esencia aplicado con sus distintas variantes en las revoluciones que conquistaron el poder (me refiero al concepto de vanguardia de partido) y menos aún a proyectos reformistas de cualquier índole (populares, nacionalistas, burguesas, progresistas etc), porque históricamente ya está demostrado que terminan siendo subordinadas a proyectos y alternativas burguesas. Incluso terminan siendo en muchos casos con altos grados de corrupción como el venezolano y el nicaragüense.

Los llamados revolucionarios del siglo XX, incluyendo al MIR, estratégicamente no superaron el proyecto reformista y terminaron siendo igualmente reformistas o socialdemócratas, acoplándose a modelos de la acumulación capitalista en sus distintas versiones. Hoy todos los países que formaron parte del socialismo real, son parte de disputas Inter imperialistas y de extracción de plusvalía en distintas áreas geográficas del planeta y son parte y causantes de las guerras locales. En todas las guerras locales actuales está la disputa por la extracción de plusvalía de los distintos imperialismos. 

Si alguien logra nombrar una guerra actual que sea un proyecto liberador de los trabajadores y el pueblo el análisis anterior estaría errado.

Si alguien logra nombrar un proyecto reformista o progresista actual que avance hacia la liberación de los trabajadores y el pueblo, el análisis también estaría errado.


Hernán Aguiló Martínez
Ex dirigente del MIR

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