PLIEGO DEL PUEBLO Y MI PENSAMIENTO ACTUAL
Al iniciar la escritura de este
documento pensé hacerlo teniendo como referentes a dos grandes dirigentes del
MIR con los que me tocó compartir la dirección del Partido en los años de mayor
represión a su dirección y militantes, en los años 1974 y 1975
En un mes de Octubre, pero en
años distintos, murieron estos dos grandes revolucionarios del MIR: Miguel
Enríquez y Dagoberto Pérez.
Los dos eran miembros de la
Comisión Política del MIR. Miguel Enríquez Secretario General al momento de su
muerte y Dagoberto Pérez encargado Nacional de Organización, anteriormente
Secretario del Regional Santiago, el regional con mayor trabajo político social
del MIR
Los dos fueron dirigentes
estudiantiles de sus respectivas Universidades. Miguel dirigente de la
Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Dagoberto presidente
del Centro de Alumnos de Sociología de la Universidad de Chile.
Los dos, una vez egresados de sus
respectivas universidades, decidieron dedicar sus vidas a la lucha libertaria
de los trabajadores y el pueblo.
Los dos murieron en combate. La
resistencia armada de Miguel y su decisión de no rendirse permitió la sobrevida
de otros militantes y dirigentes del MIR. La resistencia armada de Dagoberto
hizo posible que otros dirigentes y compañeras, pudieran escapar y romper el
acoso represivo.
Como un pequeño homenaje a estos
dos grandes dirigentes del MIR, quiero referirme en esta ocasión a lo que desde
mi punto de vista significó el Pliego del Pueblo levantado por el MIR en el
período pre revolucionario durante el gobierno de Salvador Allende en
contraposición al programa Reformista de la UP, así como algunas conclusiones y
enseñanzas que me parecen pueden ser importantes para un futuro proyecto
libertario de los Trabajadores y el Pueblo. Miguel y Dagoberto fueron parte de
la generación y el impulso del Pliego del Pueblo en las organizaciones
populares. Los dos fueron duros críticos de la política reformista de la UP. No
creo equivocarme en que ninguno de los dos estaría hoy bajo el alero de
proyectos abierta o veladamente neoliberales.
Para no interpretar demasiado,
tanto la política del MIR, como la política de la Unidad Popular, lo mejor es comparar
ambos programas. Se adjuntan a este escrito el Pliego del Pueblo levantado por
el MIR en 1973 y el Programa de la Unidad Popular.
De contrastar ambos documentos se
puede concluir lo siguiente:
El programa del MIR, y en
particular el Pliego del Pueblo levantado por el partido y los revolucionarios
de la época, es mucho más que la mera defensa del programa reformista de la
Unidad Popular, y menos aún puede ser reducido a una propuesta de defensa
armada y militar del gobierno de ese gobierno, como lo han insinuado Andrés
Pascal Allende y otros ex dirigentes del MIR en entrevistas de prensa. El
Pliego del Pueblo era un programa que levantaba la expropiación y control de
todos los grandes medios de producción, distribución y comunicación, no para pasarlos
a la administración del Estado Burgués existente, o al gobierno de la Unidad
Popular, sino para que fueran dirigidos y controlados por los incipientes
órganos de poder popular que fueron desarrollándose durante los años 72-73. Es
decir, el Pliego del Pueblo, tenía una direccionalidad de poder que debía
residir en los propios trabajadores y el pueblo organizado, incluyendo a los
suboficiales y soldados democráticos y antigolpistas de la época.
El Pliego del Pueblo y el
programa del MIR es mucho más que el programa reformista de la Unidad Popular
impulsado con otras formas de lucha: la lucha armada y militar, como
vulgarmente se ha propagandizado en distintos medios de comunicación y
difusión, interesados en tergiversar la esencia del programa revolucionario
desarrollado por el MIR. El Pliego del Pueblo es un pliego económico, político
y social, impulsado desde abajo con una nueva institucionalidad de los
trabajadores y el pueblo.
Por el contrario el programa de
la Unidad Popular, buscaba traspasar al área social solo una minoría de las
grandes empresas nacionales y trasnacionales, dejando el grueso de la economía
y de las grandes empresas productivas, distribuidoras y los medios de
comunicación, así como la mayoría de los latifundios productores de alimentos,
en manos de los grandes empresarios nacionales y extranjeros. Era un programa
dirigido desde arriba y apoyándose en la propia institucionalidad burguesa y no
buscando generar una fuerza propia de los trabajadores y el pueblo para
realizar la transformación. Esta concepción reformista, es lo que dejó
importantes espacios libres a los políticos golpistas de la época (Jarpa, Frei,
Zaldívar y Aylwin, entre otros), a los grandes empresarios nacionales y
extranjeros que al mantener el control de la mayor parte de la economía,
pudieron desarrollar el sabotaje a la producción, el acaparamiento, el mercado
negro, para culminar con el paro de los camioneros y el llamado a los altos
mandos de la FF.AA. para que instauraran la dictadura militar. La dictadura militar
fue la dictadura de los grandes patrones nacionales y extranjeros, de los
políticos de derecha y de la mayoría de la dirigencia de la DC identificada con
intereses de esos grandes patrones al momento del golpe. El programa reformista
de la UP, abrió importantes espacios políticos, económicos, sociales y
militares para que las clases dominantes generaran las condiciones que
culminaron con el golpe de Estado.
El más grave error del MIR antes
e inmediatamente después del golpe, fue el subvalorar las fuerzas que mantenían
las clases dominantes y, por otro lado, sobrevalorar las fuerzas acumuladas por
los trabajadores y el pueblo en los incipientes órganos de poder popular que se
estaban conformando. Si bien el Pliego del Pueblo era un llamado a iniciar una contraofensiva
popular y revolucionaria cuyo objetivo era el control territorial para
arrebatarle el poder económico y político a las clases dominantes, en la
práctica, solo puntualmente los trabajadores y el pueblo tuvieron algún grado
de control de la producción, distribución y medios comunicacionales. Mucho
menor aún fue lo que se logró en cuanto a la constitución de milicia y a la
defensa armada de estos órganos de poder germinal a nivel territorial. Esta
sobrevaloración de las fuerzas del pueblo y subvaloración de la fuerza de las
clases dominantes, tuvo como consecuencia el no preparar adecuadamente y con
anticipación, el repliegue ordenado y apoyado en una retaguardia social
clandestina legal, compartimentada (entre estructuras y entre militantes) y
territorial, que permitiera proteger al partido (sus militantes, dirigentes
medios y nacionales) de la contraofensiva represiva que se desató con especial
fuerza contra el MIR y los revolucionarios, inmediatamente después del golpe.
Lo anterior significó, que el MIR tuviera en gran medida que improvisar desde
el mismo 11 de Septiembre su defensa y su repliegue, prácticamente sin
retaguardia social organizada y en base a fachadas artificiales para la mayoría
de sus dirigentes, cuadros medios y también un porcentaje importante de sus
militantes. La entrega, el compromiso y la voluntad a toda prueba de la gran
mayoría de los militantes del MIR resultaron insuficientes para enfrentar la
ofensiva contrainsurgente. Acosados por los servicios de inteligencia, durante
los años 73, 74 y 75, fueron encarcelados y torturados cientos de sus
militantes y dirigentes. Muchos de ellos hoy no están con nosotros, fueron
asesinados o están desaparecidos.
Aun así, el gran mérito de la
propuesta política del MIR, que se fue desarrollando durante el período de la
Unidad Popular, es haber planteado, anticipadamente al derrumbe del socialismo
real, que solo el “socialismo podría resolver los problemas de la clase
obrera, los trabajadores y el pueblo” pero bajo la relevante advertencia
de que “solo el socialismo es el poder para el pueblo, es el pueblo hecho
poder”, como lo señala el Pliego del Pueblo. La advertencia es clara,
sin “pueblo hecho poder”, no hay socialismo (y esto no era ni es equivalente a
decir que el pueblo “se haga del poder”, pues implicaría tomarse algo ya
construido por otra fuerza distinta al pueblo). Lo que no alcanzó a prever la
propuesta y la práctica del MIR, antes del golpe y durante el período de la
dictadura, es que la concepción vanguardista y leninista de conducción era una
de las causas que impedía ponderar, no solamente en Chile donde los
revolucionarios alcanzaron una incipiente acumulación de fuerzas, sino que en
todos los procesos revolucionarios desarrollados en el mundo durante el siglo XX,
incluidos los triunfantes, que también llevaban en su interior el germen de
un proceso regresivo hacia el capitalismo, la dialéctica del revisionismo,
entendido como el reemplazo de los trabajadores y el pueblo por una burocracia
dirigencial que decían ser los representantes de los primeros. El MIR no estaba
exento de estas concepciones, fuimos educándonos y formándonos bajo la
concepción del centralismo democrático heredada del leninismo. Bajo estas
concepciones de conducción, en ningún proceso revolucionario del siglo XX y lo
que va del XXI, la clase obrera, los trabajadores y el pueblo, se han
transformado en clase para sí, es decir, en lo que planteaba el pliego del
pueblo meses antes del golpe de estado “el socialismo es el poder para el
pueblo, es el pueblo hecho poder”.
Personalmente hasta antes del
inicio del derrumbamiento del socialismo real, pensaba que los errores del MIR,
estaban concentrados en una equivocada estrategia de acumulación de fuerzas.
Formado bajo las concepciones leninistas, pensaba que el error estaba en la
conducción de la vanguardia, que para nosotros era el MIR y otros
revolucionarios de la izquierda. El derrumbamiento del socialismo real, nos
hace ver que las “vanguardias”, en todos los países donde supuestamente triunfó
el “socialismo” (entre comillas, porque el socialismo todavía no triunfa en
ninguna parte), seguía la misma lógica de acumulación económica que la
desarrollada por el capitalismo. Seguía la misma lógica de aumentar la
producción de mercancías y bienes de consumo, dirigidos centralmente por la
burocracia estatal, que es la misma lógica del capitalismo que dirige la
economía centralmente a través de las grandes empresas nacionales y
trasnacionales. La misma lógica de la producción de mercancías como únicos incentivos
materiales, que son la causa de la enajenación de los trabajadores y el pueblo.
Esta lógica no es la de la liberación de los trabajadores y el pueblo, es la
lógica y a la vez es el motor para que el capitalismo pueda seguir en su
proceso de acumulación de capital. La base económica material en el socialismo
real nunca estuvo en manos de los trabajadores y el pueblo, nunca se acercó a
ser parte integrante de un “poder para el pueblo y el pueblo hecho poder”.
Como siguió la misma lógica capitalista, fueron las propias burocracias
partidarias y estos “estados socialistas” sin excepción, los que ayudaron al
derrumbamiento del mal llamado socialismo y a la instalación del capitalismo en
la ex URRS, China, Vietnam y por último ahora en Cuba.
En plena crisis del capitalismo
en la década del 80 del siglo pasado, las burocracias del “socialismo real”
abrieron las puertas para que las trasnacionales fueran a instalarse a esos
países, poner a su disposición mano de obra especializada a bajo costo,
aumentar las tasas de explotación y de extracción de plusvalía de los
trabajadores de esos países, cuestión que ya no podían seguir haciendo en sus
países centrales (EEUU y Europa) y que veían restringida en sus periferias
tradicionales. Principalmente porque se produjo el derrumbe del “socialismo
real” dirigido por sus burocracias, es que fue posible la instauración del
nuevo modelo de acumulación capitalista y la globalización neoliberal que
todavía hoy impera en el mundo. Este derrumbamiento hizo posible también que el
capitalismo pudiera resolver una más de sus crisis cíclicas de acumulación. Los
trabajadores y los pueblos de esos países nunca estuvieron en el poder, nunca
se transformaron en clase para sí, que era supuestamente uno de los objetivos a
alcanzar en la transición del socialismo al comunismo y que debería haber sido
dirigido por estas “vanguardias”. Las “vanguardias”, o parte de ellas, en un
proceso de metamorfosis se transformaron en las mejores impulsoras y defensoras
del capitalismo. En Chile, en una escala minúscula, el neomirismo es parte de
este proceso más global. Por neomirismo se entiende al intento del Pro (Partido
Progresista) de incorporar corrientes ex miristas en su seno.
La producción de mercancía y su
venta es la esencia del sistema de reproducción del capitalismo. Y es la misma
lógica que siguió el socialismo real. A partir de la instauración del modelo
neoliberal, el gran capital nacional y trasnacional, han exacerbado su
producción y los grandes patrones nacionales y extranjeros han exacerbado, a
través de sofisticados medios de propaganda, su adquisición, vendiendo la
ilusión de que a través de su compra las personas serán cada vez más libres. La
esclavitud en pleno siglo XXI, se materializa a través de la ilusión de que con
la adquisición de más mercancías los trabajadores y los pueblos serán más
libres. Pero en realidad estamos siendo esclavos de una necesidad de los
grandes patrones nacionales y extranjeros para que no se interrumpa su proceso
de acumulación y concentración del capital, aumentando así exponencialmente la
desigualdad social a nivel planetario. La obtención febril de las mercancías es
lo que produce la enajenación y el impedimento para alcanzar la verdadera
libertad. Como parte de este proceso de obtención de mercancías en gran medida
superfluas, en los países centrales y en los sectores medios y altos de los
países en desarrollo, se incentiva la obtención, por ejemplo, de alimentación
cada vez más sofisticada y excesiva para las necesidades de una persona, siendo
parte del modelo de acumulación neoliberal y transformando dicha alimentación
en un fetiche más de reconocimiento social en la pirámide de dominación. La
irracionalidad de este orden de esclavitud, tiene como logro que se voten
toneladas de alimentos en los países centrales y en los sectores medios y altos
de los países en desarrollo, mientras millones de personas mueren de hambre en
África, Asia y aun en América Latina.
El proyecto libertario de los
trabajadores y el pueblo, debería liberarse radicalmente de la lógica de
producción capitalista, de las concepciones reformistas que durante el siglo
pasado y presente han ayudado a su consolidación y fortalecimiento, como
también de la lógica vanguardista, etapista y mecanicista de la revolución de
la cual el MIR no estuvo exento. El objetivo estratégico de la conquista del
poder, liderada por “vanguardias revolucionarias”, ha demostrado no ser un
proceso que permita la liberación de los trabajadores y el pueblo. Por el
contrario, las experiencias del siglo XX y lo que va del XXI, demuestran que
irremediablemente todos esos procesos tarde o temprano terminan en la
reinstalación del capitalismo. El objetivo estratégico del proyecto libertario
de los trabajadores y el pueblo debería ser el construir desde abajo, un poder
económico, político, social, educacional-cultural-científico y de preservación
del medio ambiente, con una lógica anticapitalista, donde la producción e
intercambio de mercancías no sea el motor de este nuevo poder. El objetivo, no
debería ser la conquista del poder, sino la construcción de un nuevo poder
en una praxis política, económica, social y
educacional-cultural-científica y con preservación del medio ambiente
totalmente distinta a la lógica capitalista. Esta nueva praxis de
construcción de un nuevo poder, debería ir permitiendo a la vez que los
trabajadores y el pueblo se transformen en clase para sí y no sean
manipulados por supuestas “vanguardias liberadoras”, que la práctica política
del siglo pasado demostró ser solo un camino de derrotas. Conquistas del poder
hubo en la revolución Rusa, en China, en Vietnam, en Cuba, en Nicaragua. En
todos esos países la acumulación de fuerzas política, social y militar fue
resuelta “correctamente” por las “vanguardias”. Vietnam es el ejemplo de una de
las estrategias más completas, masivas y diversas de acumulación de fuerzas,
capaz de derrotar en distintos momentos históricos al colonialismo Japonés,
Francés y posteriormente al imperialismo norteamericano. Pero el derrumbamiento
del “socialismo real” demuestra que el problema del poder por parte de los
trabajadores y el pueblo no estaba resuelto en esos países donde hubo una
“correcta” estrategia acumulación de fuerzas que permitió la conquista del
poder por parte de las “vanguardias” que suplantaron a los trabajadores y el
pueblo.
Por contrapartida observamos que
la burguesía fue transformándose en clase para sí, antes de las
revoluciones burguesas. El proyecto liberador de los trabajadores y el pueblo
también debería transformarse en clase para sí en un proceso ininterrumpido de
praxis y generación de poder popular con los contenidos señalados anteriormente
desde sus inicios. Suponer que la transformación en clase para sí es un
objetivo futuro y que debe ser dirigido exteriormente por una “vanguardia” de
los trabajadores y el pueblo es, a mi entender, un error histórico mecanicista
y etapista que deja para el futuro algo que se debe afrontar desde los inicios
de la generación de la institucionalidad alternativa. Si se supone que esto es
papel de la vanguardia una vez que se conquiste el poder, cualquier cosa
puede suceder en el camino, porque los trabajadores y el pueblo le estarían
delegando (al igual como sucedió en el siglo pasado) a terceros la
representatividad de sus objetivos de clase.
La rebelión no asegura la
liberación. La historia del siglo XX y lo que va del XXI demuestra que procesos
rebeldes pueden desembocar en procesos reformistas o de consolidación del
capitalismo. La rebeldía o formas de lucha armadas y militares no son garantía de
liberación por sí mismas y menos aún de que quienes las impulsan o dirigen
prolonguen en el tiempo su apoyo a procesos liberadores de los trabajadores y
el pueblo.
En el MIR, tres miembros de la
Comisión Política del tiempo de Miguel Enríquez: Andrés Pascal, Nelson
Gutiérrez y Roberto Moreno, fueron “fervientes impulsores” durante el período
de la dictadura y desde el exterior del país, de los frentes guerrilleros. Pero
además, los tres estuvieron con la Política de Salvación Nacional, que rebajaba
los contenidos del Programa Democrático, Popular y Revolucionario del Pueblo,
subordinándose a la política de acuerdos promovida por la oposición burguesa
para el término de la dictadura y de conciliación con la institucionalidad y el
programa económico neoliberal que posteriormente se consolidó. Roberto Moreno
fue uno de los dirigentes que encabezó el revisionismo y la posterior
generación del autollamado MIR Político. Recientemente, en un proceso
“autocrítico”, Moreno relata en su libro “Memorias Militantes”, cómo a través
de la metamorfosis, se puede “ser parte” de un proyecto revolucionario y
terminar dentro del modelo neoliberal asesorando al Ministerio del Interior,
aparato encargado del orden público y de la elaboración de las políticas de
contrainsurgencia y represión de los trabajadores. Andrés Pascal ha terminado
siendo uno de los dirigentes del neomirismo, bajo el alero del progresismo
socialdemócrata y neolioberal encabezado por Marco Enríquez Ominami. Nelson
Gutiérrez, murió hace unos años atrás, fue el principal ideólogo de la política
de Salvación Nacional y de los frentes guerrilleros, sus escritos muestran una
gran probabilidad de que hoy estaría dentro de algún proyecto reformista.
No basta con luchar. Así como la
rebelión y la lucha armada no asegura la liberación, la lucha social tampoco es
la varita mágica de la liberación. Incluso puede ser caldo de cultivo para
crear la ilusión que a través de nuevas conquistas económicas se avanza a un
proceso liberador, cuando en la práctica lo que permite es seguir en la carrera
por obtención de más mercancías y en un proceso más enajenante para los
trabajadores y los pueblos. Los dos últimos siglos, el planeta ha estado
plagado de luchas sociales y políticas, y lo anterior no significa que los
trabajadores y los pueblos hoy sean más libres que en el pasado y que la
desigualdad social a nivel planetario haya disminuido.
Todo proyecto político que se
desarrolle dentro de la institucionalidad burguesa, termina temprano o tarde
siendo atrapado por la institucionalidad del sistema, y siendo afín al proceso
de reproducción del capital. La política reciente de nuestro país así lo
demuestra. Las tres grandes reformas de la nueva mayoría, apoyada por distintos
partidos y sectores reformistas han dejado en evidencia lo anterior, pero no
solo en el sentido genérico y abstracto de “reproducir el capitalismo”, sino en
el sentido más concreto e inmediato de intensificar el lucro a expensas del
endeudamiento de las familias trabajadoras y del traspaso de riquezas desde el
erario público al empresariado educacional formado por la Concertación. En los
años previos a la reforma educacional, se desarrollaron jornadas de lucha
estudiantil, una parte de esos dirigentes, están hoy instalados en el
parlamento, formando parte del proceso reformas neoliberales y de afianzamiento
del sistema. 7
La Asamblea Constituyente tampoco
es garantía de un proceso liberador de los trabajadores y el pueblo. Sus
impulsores nos dicen que es la hora de la quinta república. Antes habrían
existido cuatro períodos republicanos: la primera república desde 1810 hasta la
batalla de Lircay de 1830. La segunda república desde 1830 a 1970. La tercera
república, el gobierno de la Unidad Popular. La cuarta república, la neoliberal
que se prolonga hasta ahora. Proponen como parte del programa de la Asamblea
Constituyente la generación de la quinta república, no a partir de un nuevo
poder de los trabajadores y el pueblo, sino a partir de un nuevo programa
reformista a desarrollarse dentro del Estado Capitalista. Lo más probable es
que si se llega a desarrollar, será un proyecto político que termine reforzando
el sistema capitalista, como ha sucedido en otros países de América Latina.
La democracia representativa es
burguesa. El centralismo democrático y las formas de representación que se
dieron en la institucionalidad del socialismo real, heredaron la misma forma de
representación del capitalismo. Un proyecto liberador debería superar la
democracia representativa. La democracia representativa es engañosa, pues les
entrega a otros la representatividad de la clase. Es la misma lógica de la
empresa, donde el dueño del capital es el que representa el supuesto bien del
conjunto de los trabajadores. La democracia representativa es el traslado de la
realidad de la empresa, que es funcional a la reproducción del capital, al
conjunto de la sociedad. Es una necesidad, para mantener la dominación y hacer
creer que a través de la representatividad y la delegación podemos ser más
libres.
La autoconstrucción del poder
del pueblo para el pueblo, debería llevar implícita la idea de la soberanía
constituyente de carácter permanente y la representación, que debería ser solo
un mandato temporal esencialmente revocable, solo para la ejecución de la
deliberación y para la generación y recreación permanente de poder político,
económico, social y educacional-cultural-científica y de preservación del
medio ambiente alternativo a la institucionalidad existente.
De manera creciente se empiezan a
abrir esbozos de deliberación constituyente en la dirección anteriormente
señalada, la discusión está en muchas partes con diferentes grados de
desarrollo. En este proceso se debería ir construyendo soberanía del pueblo
y para el pueblo y dando solución aunque sea parcial y germinal en sus
inicios a las necesidades de los trabajadores y el pueblo. En esta
autoconstrucción del poder del pueblo y para el pueblo, los trabajadores y el
pueblo deberían ir constituyéndose a la vez en clase para sí.
El programa del MIR tenía como
direccionalidad estratégica la unidad de los proyectos liberadores de los
trabajadores y los pueblos de todos los países de América Latina.
Incipientemente a principios de la década del 70 el MIR participó en la
constitución de la Coordinadora Revolucionaria del Cono Sur con movimientos
revolucionarios de Argentina, Uruguay y Bolivia. Pero esta unidad, tenía la
misma lógica centralista y vanguardista señalada anteriormente. La
direccionalidad estratégica de la unidad de los proyectos liberadores del
futuro, debería ir concretándose en la medida que los trabajadores y los
pueblos de cada país vayan generando su propio poder y vayan siendo clase
para sí. Debería ser una unidad producto de procesos surgidos desde abajo,
de las praxis políticas, económicas, sociales y educacional-cultural-científica
y de preservación del medio ambiente, alternativas al capitalismo y en forma
natural (entendiendo “en forma natural” a procesos reales de clase para sí y
poder propio y no a coordinaciones de “vanguardias” que dicen representar a los
trabajadores y el pueblo), ir conformando el gran proyecto libertario de los
trabajadores y el pueblo de Latina América y el mundo. El proyecto libertario
de los trabajadores y el pueblo no tiene nacionalidad, las nacionalidades son
una necesidad para el desarrollo del capital y fundamentalmente para el
desarrollo de la industria armamentista, motor sin el cual el capitalismo no
puede existir. Las pugnas nacionalistas encubren a su vez, disputas entre
distintos grupos económicos nacionales y trasnacionales. La cuestión de la
salida al mar para Bolivia, por ejemplo, encubre solo la pugna entre intereses
económicos del proyecto neoliberal de Chile y la mezcla de un proyecto nacional
desarrollista con neoliberalismo que encabeza el gobierno de Evo Morales y su
vicepresidente García Linera. El proyecto de Evo Morales no es un proyecto
revolucionario y menos socialista, su modelo económico es el modelo capitalista
que hoy necesita Bolivia para su expansión y desarrollo. Los grupos económicos
nacionales y trasnacionales que operan en Bolivia, como todos los del mundo,
buscan expandir su influencia económica, en este caso, hacia el pacífico. Tomar
parte de esta pugna, es ponerse detrás de uno u otro modelo capitalista, el que
se desarrolla en Chile o el que se desarrolla en Bolivia. La unidad de los
proyectos liberadores de los trabajadores y los pueblos de América Latina no
debe tener fronteras y menos tomar partido por uno u otro modelo capitalista
que son absolutamente ajenos a su propio proceso de liberación. La frontera de
los proyectos liberadores no es entre naciones, la frontera es con las clases
dominantes de cada país, el fomento de los nacionalismos conllevan el
sometimiento para los trabajadores de ambos países, como ya ha quedado
demostrado históricamente. .
La lucha del pueblo mapuche
debería formar parte del mismo proceso libertario y de generación de poder. El
pueblo mapuche no será libre sin una integración recíproca de las praxis
sociales y políticas de generación de poder de los trabajadores y el pueblo del
país. La sociabilización de su praxis comunitaria ancestral, puede ayudar a
descubrir formas de generación de poder en otros sectores del pueblo.
La historia del siglo pasado y
nuestro presente demuestran que los estados, cuya naturaleza contrainsurgente
aflora una y otra vez en todos los países sin excepción, acuden a la violencia
para detener los procesos liberadores. ¿Cómo se va a conjugar la defensa de
este nuevo poder en una praxis política, económica, social y
educacional-cultural-científica y de preservación del medio ambiente? Es un
problema a resolver por el proyecto liberador de los trabajadores y el pueblo.
Como aporte a ese proyecto, y por lo señalado anteriormente, él no debería
fundarse en la misma lógica de la acumulación de fuerzas de los procesos
triunfantes del siglo pasado. No debería tener la lógica de la conquista del
poder, sino de generación de poder y de generación de clase para sí. No
debería tener la lógica de la acumulación de fuerzas dirigida por una
vanguardia, sino de generación de fuerza surgida de las organizaciones de los
trabajadores y el pueblo.
El proyecto liberador de los
trabajadores y el pueblo no requiere inmortalizar a dirigentes históricos,
menos aún cuando estos han sido reformistas. La única huella a seguir, debería
ser aquella que va marcando el propio proyecto liberador de los trabajadores y
el pueblo, hasta que éste se transforme en clase para sí y el
capitalismo haya sido abolido. Como dijeron los creadores del socialismo
científico, después vendrán otras contradicciones que no tendrán un contenido
de clase. 9
Recordando a estos dos grandes
dirigentes del MIR: Miguel Enríquez y Dagoberto Pérez, no los transformemos en
supuestos inmortales, tomemos su compromiso con el proyecto liberador de los
trabajadores y el pueblo. Que sea una nueva praxis, en los términos señalados
anteriormente, la que descubra y construya los paradigmas del futuro.
SOLO LA LUCHA NO HARÁ LIBRES
A LOS TRABAJADORES Y AL PUEBLO.
SOLO UN PROCESO DE PRAXIS SOCIAL
PROLONGADA DE CREACIÓN DE PODER POPULAR DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO HARÁN
POSIBLE LA GENERACIÓN DE UNA CLASE PARA SÍ Y PODRÁN ASEGURAR SU LIBERACIÓN
DEFINITIVA Y EL TÉRMINO DEL CAPITALISMO.
EL NUNCA MÁS NO ES POSIBLE MIENTRAS
EXISTAN LAS GRANDES EMPRESAS NACIONALES Y TRASNACIONALES GENERADORAS DE LAS
GUERRAS, DE LA INDUSTRIA ARMAMENTISTA Y DE LOS ESTADOS CONTRAINSURGENTES EN EL
MUNDO. EL NUNCA MÁS SOLO ES POSIBLE SI LA LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS
FORMA PARTE DEL PROCESO LIBERADOR DE LOS TRABAJADORES Y LOS PUEBLOS DE AMERICA LATINA
Y EL MUNDO
LA CONFORMACIÓN DE UNA CLASE PARA
SÍ, REQUIERE DE UNA BASE MATERIAL ECONÓMICA QUE NO TENGA LA LÓGICA DEL
INTERCAMBIO DE MERCANCIAS QUE TIENE EL CAPITALISMO Y QUE PROLONGARON LAS
BUROCRACIAS DEL SOCIALISMO REAL. ESTE PROCESO AUNQUE SEA GERMINAL DEBERÍA
IR GENERÁNDOSE SIMULTANEAMENTE CON EL PODER POLÍTICO, SOCIAL Y
EDUCACIONAL-CULTURAL-CIENTÍFICO Y DE PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE
ALTERNATIVO A LA INSTITUCIONALIDAD EXISTENTE. DEBERÍA SER PARTE DE LA PRAXIS
QUE REQUIEREN LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO PARA TRANSFORMARSE EN CLASE PARA
SI.
Hernán Aguiló Martínez
Ex Subsecretario General
del MIR
Ex Jefe del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria en Chile (1976-1986)
Noviembre 2015
EL PLIEGO DEL PUEBLO LEVANTADO
POR EL MIR
Junio 1973
FRENTE AL PLIEGO DE LOS
PATRONES LEVANTAMOS EL PLIEGO DE: LA CLASE OBRERA, LOS POBRES DEL CAMPO Y LA
CIUDAD DE TODOS LOS TRABAJADORES DE CHILE.
SOLO EL SOCIALISMO PODRÁ
RESOLVER LOS PROBLEMAS DE LA CLASE OBRERA, LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO, PORQUE
EL SOCIALISMO ES EL PODER PARA EL PUEBLO ES EL PUEBLO HECHO PODER
Experiencia reciente ha
demostrado que los trabajadores no necesitamos de los patrones para hacer
funcionar la economía.
En sus desesperados intentos por
paralizar el país solo han conseguido demostrar su carácter parasitario ante
los ojos de todo el pueblo.
LA CONCLUSION ES CLARA. SOBRAN
LOS PATRONES
Pretender volver, entonces volver
a la normalidad de ayer, es decidirse a retroceder, es regresar a la debilidad
de ayer.
ES MANTENER EN LAS MANOS DE
LOS PATRONES LAS HERRAMIENTAS QUE LES PERMITAN CONTINUAR SABOTEANDO LA
PRODUCCION, NO INVIRTIENDO, ESPECULANDO, DERROCHANDO, ENRIQUECIENDOSE AUN MAS A
TRAVES DEL MERCADO NEGRO.
Podrán crear así los patrones en
cualquier momento, las condiciones para derrocar al gobierno y reprimir
salvajemente a los trabajadores haciéndolos pagar con sangre el miedo que les
hecho pasar.
LAS TAREAS DE LOS TRABAJADORES
Las luchas de estos días nos han
fortalecidos extraordinariamente. Hemos reforzado nuestra organización y hemos
elevado nuestra conciencia política.
La clase obrera del campo y la
ciudad ha reforzado su papel dirigente ante las otras capas y clases populares
y frente a toda la sociedad.
Somos los trabajadores y el
pueblo la fuente fundamental de fuerza que permite avanzar, en enfrentar y
derrotar a los grandes patrones y sus politiqueros.
Durante el desarrollo de esta
lucha, hemos ido generando nuevas formas de organizarnos.
LOS CONSEJOS COMUNALES DE
TRABAJADORES, que irán aumentando enormemente nuestra fuerza.
Allí unidos obreros, campesinos,
pobladores, estudiantes y todo el pueblo en torno a este
PLIEGO DEL PLIEGO DEL PUEBLO. Haremos
sentir a nuestros enemigos el enorme peso de nuestra fuerza.
ABRAMOS EL CAMPO AL CAMINO
POPULAR}
1.- En las nuevas condiciones
políticas creadas de aislamiento y desenmascaramiento de los patrones y
fortaleza de la clase obrera, del pueblo, este PLIEGO NOS DARA UNIDAD y
nos señalara claramente la dirección de cada uno de nuestros golpes.
2.- los comités coordinadores
comunales, hoy organizados por decenas en las provincias de Valparaíso,
Santiago, Linares, Ñuble, Cautín, Concepción que en su desarrollo y
fortalecimiento están creando las condiciones para el nacimiento de los CONSEJOS
COMUNALES DE TRABAJADORES, nos darán la fuerza e irán abriendo el camino al
PODER POPULAR, que culminará en la creación de la ASAMBLEA DEL PUEBLO.
3.- Pero también es necesario
ahora que creemos otras formas de relaciones con el gobierno y sus
instituciones.
Nadie tiene derecho y menos aun
en nuestro nombre a actuar sin consultarnos. Ningún problema es tan complicado
como para que no pueda ser entendido y discutido por nosotros. Ningún
funcionario puede olvidar que su primera responsabilidad es con el pueblo y que
esta por lo tanto obligado a someterse a su control organizado.
4.- Los trabajadores no queremos
permanecer exclusivamente manteniendo la producción y a la defensiva.
Abriremos una contraofensiva
popular armados con este PLIEGO DEL PUEBLO que nos da la unidad y con los CONSEJOS
COMUNALES DE TRABAJADORES que nos darán la fuerza.
Pliegos como éste y embriones de
PODER POPULAR en las COMUNAS comienzan a aparecer en todas partes de Chile.
Este es pues, un movimiento ya en
marcha: nada ni nadie podrá detener
A- LOS DELITOS DE LOS PATRONES
La aristocracia del dinero,
pretende desvergonzadamente, imponer al pueblo el PLIEGO DE LA MISERIA, de
la explotación, de la opresión.
El pliego de la SNA, de la
SOFOFA, la CAMARA CHILENA DE LA CONSTRUCCION, la CAMARA CENTRAL DE COMERCIO,
etc.
Exigen la satisfacción de este
pliego, solo así están dispuestos a seguir cumpliendo con su papel de zánganos.
Ese es “el pliego de Chile” 12
El pueblo luchara por someter a
castigo los siguientes delitos de los explotadores:
- Es delito explotar impunemente
a los trabajadores y someterlos a salarios de hambre despidos arbitrarios,
cesantía, incumplimiento de las leyes sociales.
- Es delito enriquecerse,
superexplotar a los trabajadores cobrando precios exorbitantes
- Es delito acaparar, especular,
traficar, sobornar, desarrollar el mercado negro
- Es delito dejar sin
abastecimiento al pueblo cerrando el comercio paralizando las industrias, los
fundos, el transporte.
- Es delito que los dueños de las
fábricas y los fundos los grandes comerciantes y todos los explotadores eludan
impuestos o se los reduzcan, aprovechándose de la mayoría patronal que controla
el parlamento.
- Es delito grave contra el
patrimonio del pueblo que los patrones destruyan industrias, instituciones, y
maquinarias boicoteen la producción, no haciendo trabajar las empresas a toda
su capacidad.
- Es delito utilizar el crédito
para enriquecerse a costa del pueblo
- Es delito que los capitalistas
no inviertan las ganancias que extraen de la explotación de los trabajadores y
las utilicen en el tráfico de dólares, las envíen al extranjero, las utilicen
en el financiamiento de la sedición de los grupos armados derechistas en el
consumo o compra de mansiones y autos de lujo.
- Es delito explotar, subyugar a
los pueblos, robarles sus riquezas básicas, apropiarse de su industria,
estrangularlos financieramente, exigir indemnizar el robo y pretender someterlo
a su control económico.
- El imperialismo norteamericano
es el más grande enemigo del pueblo de Chile y de todos los pueblos.
B-EL PLIEGO DEL PUEBLO
HAY QUE EXPROPIAR A LOS
INSERVIBLES. HAY QUE TERMINAR CON LOS GRANDES CAPITALISTAS.
I. Asegurar la distribución y
abastecimiento adecuado y aportarlo al pueblo
Por eso exigimos y lucharemos por
la:
- Expropiación de todas las
grandes empresas distribuidoras
- Expropiación del comercio
exterior
- Expropiación de todas las
grandes empresas comerciales
- Control de los trabajadores y
los consumidores a través de los sindicatos de obreros del comercio, JAP y los
Consejos Comunales en el comercio que permanezca en el sector privado
- Integrar definitivamente al
área social las grandes empresas distribuidoras y comerciales que hayan sido
requisadas durante el para capitalista.
- Impulsar la formación de
almacenes populares en los barrios que dependen de los Consejos Comunales,
mantener y multiplicar las ferias populares.
- Fortalecer las JAP, las
cooperativas de consumo y economatos, en las fábricas y servicios públicos.
Apoyar al pequeño comercio
- Asegurar el abastecimiento
permanente de los productos esenciales a los trabajadores
II. Por un sistema de
transporte y movilización que resuelva las necesidades del pueblo
- Expropiar las grandes empresas
del transporte terrestre, marítimo de pasajeros y carga
- Crear empresas de transporte
dependientes de las empresas del Área Social
- Fortalecer la empresa de
transportes colectivos del estado
- Desarrollar empresas comunales
de transporte colectivo, dependientes de los Consejos Comunales y en las que
participan el Estado. La comuna los choferes y empleados y los pequeños
empresarios del transporte.
- Apoyar a los pequeños
empresarios del transporte asegurándoles los repuestos y reposición de los
equipos; agruparlos. Organizar a los choferes, empleados, cargadores y pionetas
y desarrollar allí formas de control obrero.
- Reorientar la producción de la
industria automotriz, destinándola a producir micros, liebres, camiones,
tractores y ambulancias para satisfacer las necesidades colectivas de los
trabajadores
- No devolver las grandes
empresas del transporte ni los camiones de los grandes empresarios que fueron
requisados durante el paro nacional.
III. Que todas las industrias
produzcan para el pueblo, bajo el control del pueblo
Los trabajadores llamamos a
luchar por la:
- Expropiación de todas las
grandes empresas y monopolios industriales
- Expropiación rápida y sin
indemnización de las inversiones norteamericanas en la industria
- Establecimiento del control
obrero de la producción en todas las industrias que permanezcan en el privada y
que exploten trabajo asalariado
- No devolución e incorporación
definitiva del Área Social de todas las grandes industrias que fueron
requisadas o intervenidas durante este intento de huelga patronal sediciosa
- Ilegalización de la SOFOFA
IV. El pueblo tiene derecho a
tener vivienda, hospitales, escuelas, campos deportivos y una ciudad igual para
todos.
- Por eso el pueblo reclama:
- La expropiación de las grandes
empresas de la construcción
- Formación de una empresa
estatal de la construcción y de empresas regionales y empresas comunales
- La no devolución de las
empresas constructoras requisadas e intervenidas
- La ilegalización de la Cámara
Chilena de la Construcción
V. Solo el pueblo puede
resolver el problema del campo y hacer producir la tierra
Por eso el pueblo lucha por:
- La expropiación de todos los
fundos de más de 40 HRB, a puerta cerrada (Hectáreas de Riego Básico)
- Eliminar el derecho a reserva y
la indemnización de la tierra
- Apoya técnico y crediticio a
los pequeños y medianos propietarios
- El control obrero de la
producción en los fundos de más de 20 HRB
- La Ilegalización de la SNA,
CAS, Sindicato de Empleadores Agrícolas.etc.
- Entregar el poder suficiente a
los Consejos Comunales para que dirijan todas estas informaciones y la
producción en la comuna apoyados por los aparatos técnicos del estado
VI. A terminar con la
explotación del imperialismo en Chile
- No al pago de la deuda externa
al imperialismo norteamericano
- La nacionalización de todas las
empresas e inversiones norteamericanas en Chile.
VII. No más créditos a los
patrones ladrones
- Completar la nacionalización de
toda la banca privada y las actividades financieras de todo tipo
- La creación del Banco Nacional
Único
- La abolición del secreto
comercial y bancario
- La cuenta bancaria única
- La reorientación del crédito
hacia la satisfacción de las necesidades del pueblo y hacia los pequeños y
medianos empresarios
- La supresión de todas formas de
crédito a los empresarios que participaron en la huelga patronal
VIII. Que los grandes
capitalistas financien las necesidades y derechos de pueblo
Por eso el pueblo lucha por:
- Un nuevo sistema de de
tributación e impuesto, que recaiga sobre los grandes capitales nacionales y
extranjeros
IX. Obligar a ahorrar e
invertir a los capitalistas
- Poner un límite a las ganancias
de los capitalistas
- Obligar a los patrones a
invertir bajo el control de los trabajadores y del Estado
X. Una política de reajustes
con sentido de clase
Por eso los trabajadores luchamos
por
- Reajustes automáticos cada vez
que el costo de la vida suba más del 5%
- Que los reajustes salgan
siempre del bolsillo del capitalista para que los trabajadores reciban cada vez
una mayor porción del ingreso nacional
- Que los reajustes sean discriminatorios,
pues es justo que los que ganan menos reciban mas en comparación a los que
tienen altos sueldos
XI. La mujer tiene derecho a
una vida digna
Por eso los trabajadores llamamos
a luchar por:
1. Crear la condiciones para
liberar a la mujer de la pesada carga que representan las tareas del trabajo
domestico
a) Creando en las fabricas,
fundos y oficinas, poblaciones y barrios y en todas las comunas, guarderías y
jardines infantiles, comedores y lavanderías populares
b) Construyendo mejores casas
para el pueblo y mejorando sus instalaciones de agua y luz, dotándolas de un
buen baño y de una cocina cómoda y confortable
c) Construyendo almacenes
populares en los barrios cooperativas y economatos en las industrias;
fortalecimiento a las JAP para asegurar un abastecimiento normal, regular,
seguro, completo y barato al hogar del pueblo.
2. Establecer la igualdad de
derechos del hombre y la mujer. Modificar el actual código civil
- Crear las condiciones para que
la mujer se incorpore masivamente al trabajo en las fábricas, fundos, oficinas,
servicios, etc.
- Establecer la igualdad de
sueldos y salarios para el hombre y la mujer.
3. Luchar por la creación del
Ministerio de la Mujer que oriente la acción del Estado a crear las condiciones
para que la mujer se libere materialmente y no esté atada al trabajo domestico
4. Salario para las dueñas. Las
dueñas de casa de la familias obreras, campesinas y de trabajadores, desempeñan
un trabajo esencial para el funcionamiento de la sociedad , pero es un trabajo
no remunerado , es un trabajo no pagado el que ellas realizan , este trabajo
deba pagarse. Que paguen los capitalistas
5. Luchar por la organización de
la mujer en Comités de mujeres, Centros de madres e incorporarlos a los
consejos comunales.
XII. Por una educación
abierta, popular e igualitaria Por eso los trabajadores luchamos por:
1. Una nueva educación de
carácter popular, igualitaria y ligado al trabajo productivo
2. Nuevo sistema educativo que
establezca:
- Establecimiento de un sistema
nacional único de educación dependiente del estado y supresión de la enseñanza
particular
- La dirección democrática del
sistema educativo a través de los Consejos Nacionales, provinciales, comunales
y locales de educación. Estos consejos deben estar integrados por el gobierno,
los trabajadores de la educación, los estudiantes y la clase obrera y los
trabajadores en general a través de sus organizaciones representativas. El
Consejo Comunal debe establecer una dirección y control general sobre la
educción de la comuna a través de un Comité de Educación. Abrir, democratizar,
la enseñanza asegurando en todos sus niveles el ingreso masivo de los hijos de
obreros campesinos y trabajadores en general, Abriendo al mismo tiempo, ampliar
posibilidades de estudio para todos los trabajadores.
- La gratuidad y obligatoriedad
de la enseñanza parvularia, básica y media para todos los niños de Chile.
- Crear guarderías y jardines
infantiles en todas las poblaciones y barrios populares, en todos los fundos,
en las fabricas, y servicios públicos para que todos los niños tengan acceso a
ellas
- Levantar un centro de
enseñanza, básica en cada barrio y población y en las zonas agrarias.
- Levantar a lo menos un centro
de enseñanza media en cada comuna rural y urbana
3. Ampliar las construcciones y
matriculas en las universidades
4. Un mayor presupuesto para la
educación
XIII. El pueblo tiene derecho
a la salud
Por eso el pueblo llama a luchar
por:
1. Terminar con la medicina
privada y a socializar la medicina
2. A construir un servicio
nacional único de salud
3. La democratización del SNS.
Estableciendo un sistema de dirección a través de un Consejo Nacional y
consejos provinciales y locales de salud en que participen los profesionales y
técnicos, los trabajadores de la salud, el Gobierno y los trabajadores en
general. Establecer comités de salud en cada Consejo Comunal de trabajadores,
que dirigen y controlan las áreas de la salud en la comuna
4. La construcción de más
hospitales en las zonas urbanas para la atención de los sectores populares, la
construcción de hospitales rurales, la construcción masiva de policlínicos en
todas las comunas
5. La construcción de farmacias
populares dependientes de los Consejos Comunales de los barrios y campos
6. La nacionalización de toda la
industria farmacéutica para que el pueblo produzca medicamentos para el pueblo
7. La nacionalización de las
grandes farmacias y el control obrero del resto.
C. DERECHOS Y TAREAS DEL
PUEBLO
I. El derecho del pueblo a la
contraofensiva política
1. Los patrones recurren al paro
patronal la asonada callejera, el terrorismo y las maniobras golpistas en su
afán de derribar el Gobierno e instaurar una dictadura antipopular
- A defendernos en todos los
terrenos
- A responder golpe por golpe a
los patrones
- Y a tomar en nuestras propias
manos la contraofensiva a la envestida patronal.
2. Los patrones reclaman
impunidad para los asesinos de un general y de decenas de campesinos, para los
que conspiran contra el pueblo, para los que incitan a las Fuerzas Armadas y a
los soldados al golpe reaccionario y para los que llaman a reprimir al pueblo.
Frente a esto los trabajadores proclamamos nuestro derecho:
- A vigilar cada paso de los
patrones y los sirvientes políticos
- A reclamar el máximo castigo y
desenmascaramiento de los asesinos, cómplices y encubridores
- Y llamar a las fuerzas armadas
y los soldados a rechazar los llamados de los patrones y a ponerse al lado del
pueblo.
3. las empresas imperialistas
yanquis se confabulan con los grandes patrones para hacer piratería con las
riquezas de Chile desatar el caos, la violencia y el hambre en el país. Frente
a esto los trabajadores proclamamos nuestro derecho:
- A golpear el imperialismo
yanqui y los grandes patrones en sus intereses económicos
- A revisar todos los pactos
económicos, militares, diplomáticos y culturales con los yanquis
- las fuerzas armadas y los
soldados no estarán contra el pueblo en esta tarea y emplearan los recursos que
nuestro trabajo les ha entregado para defender la soberanía y enfrentar a los
trabajadores y agresores de la patria y del pueblo
5. los patrones manejan una parte
importante de los medios de comunicación de masas orquestan campañas
publicitarias mentirosas contra el pueblo y convierten su prensa y su radio en
altoparlantes, de sus cochinos intereses y en voceros del golpismo, el caos y
la incertidumbre
Frente a esto los trabajadores
proclamamos nuestro derecho:
- A implantar el control y la
fiscalización por parte de los trabajadores de todos los medios de comunicación
de masas, incluidos sus aspectos contables y financieros
- A exigir la expropiación de
aquellos diarios y radios que persistan en mentir y desinformar
6. Los patrones utilizan el poder
judicial como instrumento para favorecer a los ricos y poderosos contra el
pueblo. Frente a esto los trabajadores proclamamos nuestro derecho de a denunciar
esta manipulación de la justicia a favor de los patrones, a luchar por
fiscalizarla y por crear una autentica justicia al servicio del pueblo.
7. Los patrones utilizan la
burocracia de los distintos aparatos del estado para postergar y tramitar los justos
derechos del pueblo con la disculpa del papeleo, el timbre y la estampilla.
Frente a esto los trabajadores proclamamos para nuestro derecho a controlar de
cerca a la burocracia a denunciar los malos funcionarios a exigirles cuentas
públicas frente al pueblo a remover de sus cargos en caso necesario y a abrir
el camino a la designación democrática de los funcionarios por el pueblo
8. Los patrones utilizan el
parlamento como tribuna de sus intereses, como centro de operaciones para
planear la ofensiva contra el pueblo como instrumento para hacer leyes contra
las mayorías como trinchera contra el avance de las masas como defensor de los
parásitos y explotadores. Frente a esto los trabajadores proclamamos nuestro
derecho a desfilar en las calles para protestar, a convertir cada fabrica,
fundo, mina, liceo o población en un centro de discusión y denuncia permanente
contra el parlamento a recurrir a todas nuestras organizaciones para controlar
la actividad del parlamento de los patrones a desplegar al máximo todas las
formas de democracia surgidas directamente del pueblo a levantar en todo Chile
los consejos Comunales de trabajadores como el instrumento de organización
popular mas legitimo, amplio y representativo y a acumular fuerza de masas para
ir abriendo el camino para la creación de la asamblea del pueblo
9. Los capitalistas y sus
partidos políticos utilizan el poder del Estado que aun conservan para
acrecentar sus riquezas y privilegios para mantener la miseria y la opresión de
millones. Frente a esto los trabajadores proclamamos el derecho irrefutable a
luchar por construir un Nuevo Poder que surja de y se perfeccione desde abajo,
que ponga en marcha una legalidad y una democracia de nuevo tipo revolucionaria
y popular. Un nuevo poder que por su fuerza imponga las condiciones al enemigo;
un nuevo poder para decidir, mandar, hacer y disponer lo que las masas crean
convenientes a sus intereses y que no es otra cosa que la conquista del poder
por los trabajadores.
II. Solo un mayor poder para
la clase obrera y el pueblo pueden detener la crisis que amenaza la economía
La clase obrera tiene que
tomar en sus manos el control de la situación y asumir un mayor control de la
situación y asumir un mayor control sobre el aparato productivo.
Esto solo se lograra:
a) Socializando una mayor parte
de la economía
1. Nacionalizar todas sus grandes
empresas industriales, agrícolas el transporte, comerciales y de la
construcción, etc.
2. Establecer la dirección obrera
en las fabricas incorporadas al área social de la economía, superando
definitivamente el esquema burocrático y limitado de la participación actual
b) Establecimiento del control
obrero de todas las empresas industriales, comerciales agrícolas, etc. Que
permanezcan en el área privada. Control obrero significa que el capitalista
mantiene la propiedad pero los obreros y trabajadores intervienen en el control
de toda la marcha de la empresa, la producción, los precios, las ganancias, la
distribución, los sueldos, los salarios, las inversiones, la contabilidad, la
organización del trabajo.
c) Control y dirección creciente
de los trabajadores sobre el conjunto de la economía
- En la planificación nacional
- En la fijación de precios y
salarios
- En la política de inversiones
- En la política de
nacionalizaciones, etc
- Solo la clase obrera y los
trabajadores asumen un mayor control sobre el funcionamiento de la economía y
sobre los excedentes será posible aumentar la producción y la productividad
puesto que el comenzara a producir para el pueblo
III. Las tareas inmediatas
a) Convocar el pueblo a un estado
de asamblea permanente en cada fabrica, fundo población, escuela, sindicato,
comités coordinadores, para discutir El Pliego del Pueblo. El pliego definitivo
se irá construyendo desde abajo recogiendo en iniciativa de las masas. Realizar
el programa inmediato del pueblo:
1. No devolver las industrias y
compañías distribuidoras, grandes empresas del comercio y del transporte
intervenidas requisadas y ocupadas durante la huelga capitalista e incorporarla
al área social de la economía
2. A no devolver las grandes
empresas agrícolas y los fundos de mas de 40HRB ocupados e intervenidos durante
el paro
3. A establecer
definitivamente el control obrero en todas aquellas empresas que permanezcan en
el área privada sean empresas industriales, agrarias, de transporte,
comerciales, etc. Donde los trabajadores han establecido de hecho una nueva
forma de relación con los patrones.
IV. Reformar la organización
del pueblo
a) Reforzar la organización de
los comités de autodefensa y vigilancia
b) Fortalecer las JAP y todas las
organizaciones que permitan asegurar, el efectivo abastecimiento y distribución
a la población; el control de los precios de los productos y la vigilancia de
los comerciantes
c) Formar los comités de control
obrero en los fabricas y empresas dende se han generado las condiciones de la
fuerza necesaria
d) Reforzar la organización de
los comités coordinadores ya existentes, acelerando su transformación en
consejos comunales definitivos, mediante la incorporación activa de todos los
sectores del pueblo
e) Formar los comités
coordinadores donde no existen. Hacerlo en primer lugar en base a la
organización de masas ya existentes en cada comuna. En una segunda fase la
directiva del comité coordinador debe promover una amplia discusión en la
asamblea de bases, elegir un consejo de delegados y levantar un programa de
lucha que permita movilizar a toda la comuna. En una tercera fase uniendo y
movilizando a los más amplios sectores desarrollando la democracia directa a
través de las asambleas de base y la asamblea popular de la comuna, será
posible establecer definitivamente el consejo comunal de trabajadores.
SOLO EL SOCIALISMO PODRÁ
RESOLVER LOS PROBLEMAS DE LA CLASE OBRERA, LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO, PORQUE
EL SOCIALISMO ES EL PODER PARA EL PUEBLO ES EL PUEBLO HECHO PODER
Programa de la Unidad Popular
Aprobado por los partidos:
comunista, socialista, radical y social-demócrata, el movimiento de acción
popular unificado (MAPU), y la acción popular independiente (API), el 17 de
diciembre de 1969 en Santiago de Chile.
Los partidos y movimientos que
integran el Comité Coordinador de la Unidad Popular, sin perjuicio de mantener
cada cual su propia filosofía y sus propios perfiles políticos, coinciden
plenamente en la caracterización de la realidad nacional expuesta a
continuación y en las proposiciones programáticas que serán la base de nuestra
acción común y que entregamos a consideración del pueblo.
Chile vive una crisis profunda
que se manifiesta en el estancamiento económico y social, en la pobreza
generalizada y en las postergaciones de todo orden que sufren los obreros,
campesinos y demás capas explotadas, así como en las crecientes dificultades
que enfrentan empleados, profesionales, empresarios pequeños y medianos y en
las mínimas oportunidades de que disponen la mujer y la juventud.
Los problemas en Chile se pueden
resolver. Nuestro país cuenta con grandes riquezas como el cobre y otros
minerales, un gran potencial hidroeléctrico, vastas extensiones de bosques, un
largo litoral rico en especies marinas, una superficie agrícola más que
suficiente, etc.; cuenta, además, con la voluntad de trabajo y progreso de los
chilenos, junto con su capacidad técnica y profesional. ¿Qué es entonces lo qué
ha fallado?
Lo que ha fracasado en Chile es
un sistema que no corresponde a las necesidades de nuestro tiempo. Chile es un
país capitalista, dependiente del imperialismo, dominado por sectores de la
burguesía estructuralmente ligados al capital extranjero, que no pueden
resolver los problemas fundamentales del país, los que se derivan precisamente
de sus privilegios de clase a los que jamás renunciarán voluntariamente.
Más aún, como consecuencia misma
del desarrollo del capitalismo mundial, la entrega de la burguesía monopolista
nacional al imperialismo aumenta progresivamente, se acentúa cada vez más en su
dependencia su papel de socio menor del capital extranjero.
Para la gran mayoría, en cambio,
vender a diario su esfuerzo, su inteligencia. Decidir por los demás es lo que
hacen todos los días.
Para la gran mayoría, en cambio,
vender a diario su esfuerzo, su inteligencia y su trabajo es un pésimo negocio,
y decidir sobre su propio destino es un derecho del cual, en gran medida, aún
están privados.
En Chile las recetas
reformistas y desarrollistas que impulsó la Alianza para el Progreso e hizo
suyas el gobierno de Frei no han logrado alterar nada importante. En lo
fundamental ha sido un nuevo gobierno de la burguesía al servicio del
capitalismo nacional y extranjero, cuyos débiles intentos de cambio social
naufragaron sin pena ni gloria entre el estancamiento económico, la carestía y
la represión violenta contra el pueblo. Con esto se ha demostrado, una vez más,
que el reformismo es incapaz de resolver los problemas del pueblo.
El desarrollo del capitalismo
monopolista niega la ampliación de la democracia y exacerba la violencia
antipopular.
El aumento del nivel de lucha del
pueblo, a medida que fracasa el reformismo, endurece la posición de los
sectores más reaccionarios de las clases dominantes que, en último término, no
tienen otro recurso que la fuerza.
Las formas brutales de la
violencia del Estado actual, tales como las acciones del Grupo Móvil, el apaleo
de campesinos y estudiantes, las matanzas de pobladores y mineros, son
inseparables de otras no menos brutales que afectan a todos los chilenos.
Porque violencia es que junto a
quienes poseen viviendas de lujo, una parte importante de la población habite
en viviendas insalubres y otros no dispongan siquiera de un sitio; violencia es
que mientras algunos botan la comida, otros no tengan cómo alimentarse.
La explotación imperialista de
las economías atrasadas se efectúa de muchas maneras: a través de las
inversiones en la minería (cobre, hierro, etc.), y en la actividad industrial,
bancaria y comercial mediante el control tecnológico que nos obliga a pagar
altísimas sumas en equipos, licencias y patentes, de los préstamos
norteamericanos en condiciones usurarias que nos imponen gastar en Estados
Unidos y con la obligación adicional de transportar en barcos norteamericanos
los productos comprados, etc.
Para muestra un solo dato. Desde
1952 hasta hoy, los norteamericanos invirtieron en América latina 7 mil 473
millones de dólares y se llevaron 16 mil millones de dólares.
De Chile el imperialismo ha
arrancado cuantiosos recursos equivalentes al doble del capital instalado en
nuestro país, formado a lo largo de toda su historia.
Los monopolios norteamericanos,
con la complicidad de los gobiernos burgueses, han logrado apoderarse de casi
todo nuestro cobre, hierro y salitre.
Controlan el comercio exterior y
dictan la política económica por intermedio del Fondo Monetario Internacional y
otros organismos. Dominan importantes ramas industriales y de servicios; gozan
de estatutos de privilegio, mientras imponen la devaluación monetaria, la
reducción de salarios y sueldos y distorsionan la actividad agrícola por la vía
de los excedentes agropecuarios.
Intervienen también en la
educación, la cultura y los medios de comunicación. Valiéndose de convenios
militares y políticos tratan de penetrar las FF. AA.
Las clases dominantes, cómplices
de esta situación e incapaces de valerse por ellas mismas, han intensificado en
los últimos diez años el endeudamiento de Chile con el extranjero. Dijeron que
los préstamos y compromisos con los banqueros internacionales podrían producir
un mayor desarrollo económico. Pero lo único que lograron es que hoy día Chile
tenga el récord de ser uno de los países más endeudados de la tierra en
proporción a sus habitantes. 23
En Chile se gobierna y se legisla
a favor de unos pocos, de los grandes capitalistas y sus secuaces, de las
compañías que dominan nuestra economía, de los latifundistas cuyo poder
permanece casi intacto.
A los dueños del capital les
interesa ganar siempre más dinero y no satisfacer las necesidades del pueblo
chileno. Si producir e importar automóviles de alto precio, por ejemplo, es un
buen negocio se desvían hacia ese rubro valiosos recursos de nuestra economía,
sin tener en cuenta que sólo un porcentaje ínfimo de chilenos están en
condiciones de adquirirlos y que hay necesidades mucho más urgentes que
atender; desde luego, en este mismo rubro, la de mejorar la locomoción
colectiva, dotar de maquinaria a la agricultura, etc.
El grupo de empresarios que
controla la economía, la prensa y otros medios de comunicación; el sistema
público, y que amenaza al Estado cuando éste insinúa intervenir o se niega a
favorecerlos, les cuesta muy caro a todos los chilenos.
Para que ellos se dignen seguir trabajando,
pues sólo ellos pueden darse el lujo de poder trabajar o no, es preciso:
- No darles toda clase de ayuda.
Los grandes empresarios estrujan al Estado bajo la amenaza que no habrá
inversión privada si las ayudas y garantías que piden no se les otorgan;
- No permitirles producir lo que
ellos quieran con el dinero de todos los chilenos, en lugar de elaborar lo que
necesita la gran mayoría del país;
- No dejarlos llevarse las
ganancias que obtienen a sus cuentas bancarias en el extranjero,
- No dejarlos despedir obreros si
éstos piden mejores salarios;
- No permitirles manipular la
distribución de alimentos, acapararlos para provocar escasez y de esta manera
subir los precios a fin de continuar enriqueciéndose a costa del pueblo.
Mientras tanto, buena parte de los que efectivamente producen experimentan una
difícil situación:
- Medio millón de familias
carecen de viviendas y otras tantas o más viven en pésimas condiciones en
cuanto a alcantarillado, agua potable, luz, salubridad.
- Las necesidades de la población
en materia de educación y salud son insuficientemente atendidas.
- Más de la mitad de los
trabajadores chilenos reciben remuneraciones insuficientes para cubrir sus
necesidades vitales mínimas. La desocupación y el trabajo inestable se sufre en
cada familia. Para innumerables jóvenes la posibilidad de empleo se presenta
muy difícil e incierta.
El capital imperialista y un
grupo de privilegiados que no pasa del 10 % de la población, acaparan la mitad
de la renta nacional. Esto significa que de cada cien escudos que los 24
chilenos producen, 50 van a parar
a los bolsillos de 10 oligarcas y los otros 50 deben repartirse entre 90
chilenos, del pueblo y de la clase media.
El alza del costo de la vida es
un infierno en los hogares del pueblo y, en especial, para la dueña de casa. En
los últimos 10 años, según datos oficiales, el costo de la vida ha subido casi
en un mil por ciento.
Esto significa que todos los días
se les roba una parte de su salario o de su sueldo a los chilenos que viven de
su trabajo. Igual como les ocurre a los jubilados y pensionados, al trabajador
independiente, al artesano, al pequeño productor, cuyas exiguas rentas son
recortadas a diario por la inflación.
Alessandri y Frei aseguraron que
pondrían término a la inflación. Los resultados están a la vista. Los hechos
demuestran que la inflación en Chile obedece a causas de fondo relacionadas con
la estructura capitalista de nuestra sociedad y no con las alzas de
remuneraciones corno han pretendido hacer creer los sucesivos gobiernos para
justificar la mantención del sistema y recortar los ingresos de los
trabajadores. El gran capitalista, en cambio, se defiende de la inflación y más
aún se beneficia con ella. Sus propiedades y capitales se valorizan, sus
contratas de construcción con el Fisco se reajustan, y los precios de sus
productos suben llevando siempre la delantera a las alzas de remuneraciones.
Un alto número de chilenos están
mal alimentados. Según estadísticas oficiales, el 50 % de los menores de 15
años de edad están desnutridos. La desnutrición afecta su crecimiento y limita
su capacidad de aprender, de instruirse.
Esto demuestra que la economía en
general y el sistema agrícola en particular, son incapaces de alimentar a los
chilenos, pese a que Chile podría sustentar ahora mismo una población de 30
millones de personas, el triple de la población actual.
Por el contrario, debemos
importar cada año centenares de miles de dólares en alimentos de origen
agropecuario.
El latifundio es el gran culpable
de los problemas alimentarios de todos los chilenos y responsable de la
situación de atraso y miseria que caracteriza al campo chileno. Los índices de
mortalidad infantil y adulta, de analfabetismo, de falta de viviendas, de
insalubridad son, en las zonas rurales, marcadamente superiores a las de las
ciudades. Estos problemas no los ha resuelto la insuficiente Reforma Agraria
del gobierno demócratacristiano.
Sólo la lucha del campesinado con
el apoyo de todo el pueblo puede resolverlos. El actual desarrollo de sus
combates por la tierra y la liquidación del latifundio abre nuevas perspectivas
al movimiento popular chileno.
El crecimiento de nuestra
economía es mínimo. En los últimos lustros hemos crecido, en promedio, apenas a
razón de un 2 % anual por persona; y desde 1967 no hemos crecido, más bien
hemos retrocedido, según las cifras del propio Gobierno (ODEPLAN). Esto quiere
decir que en 1966 cada chileno tenía una mayor cantidad de bienes de la que
tiene hoy. Ello explica que la mayoría esté disconforme y busque una
alternativa para nuestro país. 25
La única alternativa
verdaderamente popular y, por lo tanto, la tarea fundamental que el Gobierno
del Pueblo tiene ante sí, es terminar con el dominio de los imperialistas, de
los monopolios, de la oligarquía terrateniente e iniciar la construcción del
socialismo en Chile.
LA UNIDAD Y LA ACCION DEL
PUEBLO ORGANIZADO
El crecimiento de las fuerzas
trabajadoras en cuanto a su número, su organización, su lucha y la conciencia
de su poder, refuerzan y propagan la voluntad de cambios profundos, la crítica
del orden establecido y el choque con sus estructuras. En nuestro país son más
de tres millones; de trabajadores, cuyas fuerzas productivas y su enorme
capacidad constructiva, no podrán sin embargo liberarse dentro del actual
sistema que sólo puede explotarles y someterles.
Estas fuerzas, junto a todo el
pueblo, movilizando a todos aquellos que no están comprometidos con el poder de
los intereses reaccionarios, nacionales y extranjeros, o sea, mediante la
acción unitaria y combativa de la inmensa mayoría de los chilenos, podrán
romper las actuales estructura y avanzar en la tarea de su liberación.
Los imperialistas y las clases
dominantes del país combatirán la unidad popular y tratarán de engañar una vez
más al pueblo. Dirán que la libertad está en peligro, que la violencia se
adueñará del país, etc. Pero las masas populares creen cada vez menos en estas
mentiras. Diariamente crece su movilización social que hoy se ve reforzada y
alentada por la unificación de las fuerzas de izquierda.
Para estimular y orientar la
movilización del pueblo de Chile hacia la conquista del poder, constituiremos
por todas partes los Comités de la Unidad Popular, articulados en cada fábrica,
fundo, población, oficina o escuela por los militantes de los movimientos y de
los partidos de izquierda e integrados por esa multitud de chilenos que se
definen por cambios fundamentales.
Los Comités de Unidad Popular no
sólo serán organismos electorales.
Serán intérpretes y combatientes
de las reivindicaciones inmediatas de las masas y, sobre todo, se prepararán
para ejercer el Poder Popular.
Así, pues, este nuevo poder que
Chile necesita debe empezar a gestarse desde ya, dondequiera que el pueblo
se organice para luchar por sus problemas específicos y dondequiera que se
desarrolle la conciencia de la necesidad de ejercerlo.
Este sistema de trabajo común
será un método permanente y dinámico de desarrollo del Programa, una escuela
activa para las masas y una forma concreta de profundizar el contenido político
de la Unidad Popular en todos sus niveles.
En un momento dado de la campaña
los contenidos esenciales de este Programa, enriquecidos por la discusión y el
aporte del pueblo y una serie de medidas inmediatas de gobierno, serán
señaladas en un Acta del pueblo que se constituirá para el nuevo Gobierno
Popular y el Frente que lo sustenta, en un mandato irrenunciable. 26
Apoyar al candidato de la Unidad
Popular no significa, por tanto, sólo votar por un hombre, sino también
pronunciarse en favor del reemplazo urgente de la actual sociedad que se
asienta en el dominio de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros.
ELPROGRAMA: El Poder
Popular
Las transformaciones
revolucionarias que el país necesita sólo podrán realizarse si el pueblo
chileno toma en sus manos el poder y lo ejerce real y efectivamente.
El pueblo de Chile ha
conquistado, a través de un largo proceso de lucha, determinadas libertades y
garantías democráticas, por cuya continuidad debe mantenerse en actitud de
alerta y combatir sin tregua. Pero el poder mismo le es ajeno.
Las fuerzas populares y
revolucionarias no se han unido para luchar por la simple Sustitución de un
Presidente de la República por otro, ni para reemplazar a un partido por otros
en el Gobierno, sino para llevar a cabo los cambios de fondo que la situación
nacional exige sobre la base del traspaso del poder, de los antiguos grupos
dominantes a los trabajadores al campesinado y sectores progresistas de las
capas medias de la ciudad del campo.
El triunfo popular abrirá paso
así al régimen político más democrático de la historia del país.
En materia de estructura política
el Gobierno Popular tiene la doble tarea de:
- Preservar, hacer más efectivos
y profundos los derechos democráticos las conquistas de los trabajadores; y
- Transformar las actuales
instituciones para instaurar un nuevo Estado donde los trabajadores y el pueblo
tengan el real ejercicio del poder.
La profundización de la
democracia y las conquistas de los trabajadores
El Gobierno Popular garantizará
el ejercicio de los derechos democráticos y respetará las garantías
individuales y sociales de todo el pueblo. La libertad de conciencia, de
palabra, de prensa y de reunión, la inviolabilidad del domicilio y los derechos
de sindicalización y de organización regirán efectivamente sin las cortapisas
con que los limitan actualmente las clases dominantes.
Para que esto sea efectivo, las
organizaciones sindicales y sociales de los obreros, empleados, campesinos,
pobladores, dueñas de casa, estudiantes, profesionales, intelectuales,
artesanos, pequeños y medianos empresarios y demás sectores de trabajadores serán
llamadas a intervenir en el rango que les corresponda en las decisiones de los
órganos de poder. Por ejemplo en las instituciones de previsión y de seguridad
social, estableceremos la administración por sus propios imponentes, asegurando
a ellos la elección democrática y en votación secreta de sus consejos
directivos. Respecto de las empresas del sector público, sus consejos
directivos y sus comités de producción deben contar con mandatarios directos de
sus obreros y empleados. 27
En los organismos habitacionales
correspondientes a su jurisdicción y nivel, las Juntas de Vecinos y demás
organizaciones de pobladores dispondrán de mecanismos para fiscalizar sus
operaciones e intervenir en múltiples aspectos de su funcionamiento. Pero no se
trata únicamente de estos ejemplos, sino de una nueva concepción en que el
pueblo adquiere una intervención real y eficaz en los organismos del Estado.
Asimismo, el Gobierno Popular
garantizará el derecho de los trabajadores al empleo y a la huelga y de todo el
pueblo a la educación y a la cultura, con pleno respeto de todas las ideas y de
las creencias religiosas, garantizando el ejercicio de su culto.
Se extenderán todos los derechos
y garantías democráticas entregando a las organizaciones sociales los medios
reales para ejercerlos y creando los mecanismos que les permitan actuar en los
diferentes niveles del aparato del Estado.
El Gobierno Popular asentará
esencialmente su fuerza y su autoridad en el apoyo que le brinde el pueblo
organizado. Esta es nuestra concepción de gobierno fuerte, opuesta por tanto a
la que acuñan la oligarquía y el imperialismo que identifican la autoridad con
la coerción ejercida contra el pueblo.
El Gobierno Popular será
pluripartidista. Estará integrado por todos los partidos, movimientos y
corrientes revolucionarias. Será así un ejecutivo verdaderamente democrático,
representativo y cohesionado.
El Gobierno Popular respetará los
derechos de la oposición que se ejerza dentro de los marcos legales.
El Gobierno Popular iniciará de
inmediato una real descentralización administrativa, conjugada con una
planificación democrática y eficiente que elimine el centralismo burocrático y
lo reemplace por la coordinación de todos los organismos estatales.
Se modernizará la estructura de
las municipalidades reconociéndoles la autoridad que les corresponde de acuerdo
a los planes de coordinación de todo el Estado. Se tenderá a transformarlas en
los órganos locales de la nueva organización política, dotándolas de
financiamiento y atribuciones adecuadas, a fin de que puedan atender, en
interacción con las Juntas de Vecinos y coordinadas entre sí, los problemas de
interés local de sus comunas y de sus habitantes. Deben entrar en funciones con
este mismo propósito las Asambleas Provinciales.
La policía debe ser reorganizada
a fin de que no pueda volver a emplearse como organismo de represión contra el
pueblo y cumpla, en cambio, con el objeto de defender a la población de las
acciones antisociales. Se humanizará el procedimiento policial de manera de
garantizar efectivamente el pleno respeto a la dignidad y a la integridad
física del ser humano. El régimen carcelario, que constituye una de las peores
lacras del actual sistema, debe ser transformado de raíz, con vista a la
regeneración y recuperación de los que hayan delinquido. 28
UN NUEVO ORDEN INSTITUCIONAL:
EL ESTADO POPULAR
La organización política
A través de un proceso de
democratización en todos los niveles y de una movilización organizada de las
masas se construirá desde la base la nueva estructura del poder.
Una nueva Constitución Política
institucionalizará la incorporación masiva pueblo al poder estatal.
Se creará una organización única
del Estado estructurada a nivel nacional, regional y local que tendrá a la
Asamblea del Pueblo como órgano superior de poder.
La Asamblea del Pueblo será la
Cámara Única que expresará nacionalmente la soberanía popular. En ella
confluirán y se manifestarán las diversas corrientes de opinión.
Este sistema permitirá suprimir
de raíz los vicios de que han adolecido en Chile tanto el presidencialismo
dictatorial, como el parlamentarismo corrompido.
Normas específicas determinarán y
coordinarán las atribuciones y responsabilidades del Presidente de la
República, ministros, Asamblea del Pueblo, organismos regionales y locales de
poder y partidos políticos con el fin, de asegurar la operatividad legislativa,
la eficiencia del gobierno y, sobre todo, el respeto a la voluntad mayoritaria.
A fin de establecer la debida
armonía entre los poderes que emanan de la voluntad popular y de que ésta pueda
expresarse de un modo coherente, todas las elecciones se efectuarán en un
proceso conjunto dentro de un mismo lapso de tiempo.
La generación de todo organismo
de representación popular deberá realizarse por sufragio universal, secreto y
directo de los hombres y mujeres mayores de 18 años, civiles y militares,
alfabetos y analfabetos.
Los integrantes de la Asamblea
del Pueblo y de todo organismo de representación popular estarán sujetos al
control de los electores, mediante mecanismos de consulta que podrán revocar
sus mandatos.
Se establecerá un riguroso
sistema de incompatibilidades que conduzca al término del mandato o de la
privación de su cargo cuando un diputado o un funcionario de altas
responsabilidades se desempeñe como gestor de intereses privados.
Los instrumentos de la política
económica y social del Estado constituirán un sistema nacional de
planificación, tendrán carácter ejecutivo y su misión será dirigir, coordinar y
racionalizar la acción del Estado. Los planes con los que opere deberán ser
aprobados por la Asamblea del Pueblo. Los organismos de los trabajadores
tendrán una intervención fundamental en el sistema de planificación.
Los organismos regionales y
locales de poder del Estado Popular ejercerán autoridad en el radio geográfico
que les corresponda y tendrán facultades económicas, políticas y sociales.
Podrán, además, entregar iniciativas y ejercer la crítica a los organismos
superiores. 29
Sin embargo, el ejercicio de las
facultades de los organismos regionales y locales deberá ajustarse a los marcos
fijados por las leyes nacionales y por los planes generales de desarrollo
económico y social.
En cada uno de los niveles del
Estado Popular se integrarán las organizaciones sociales con atribuciones
específicas. A ellas les corresponderá compartir responsabilidades y
desarrollar iniciativas en sus respectivos radios de acción, así como el examen
y solución de los problemas de su competencia. Estas atribuciones no implicarán
limitación alguna a la plena independencia y autonomía de las organizaciones.
Desde el día mismo, que asuma el
mando, el Gobierno Popular abrirá canales a fin de que se exprese la influencia
de los trabajadores y del pueblo, por intermedio de las organizaciones
sociales, en la adopción de decisiones y en la fiscalización del funcionamiento
de la administración estatal.
Estos serán pasos decisivos para
la liquidación del centralismo burocrático que caracteriza al sistema de
administración actual.
La organización de la justicia
La organización y administración
de la justicia debe estar basada en el principio de la autonomía, consagrada
constitucionalmente y en una real independencia económica.
Concebimos la existencia de un
Tribunal Supremo, cuyos componentes sean designados por la Asamblea del Pueblo
sin otra limitación que la que emane de la natural idoneidad de sus miembros.
Este tribunal generará libremente los poderes internos, unipersonales o
colegiados, del sistema judicial.
Entendemos que la nueva
organización y administración de justicia devendrá en auxilio de las clases
mayoritarias. Además será expedita y menos onerosa.
Para el Gobierno Popular una
nueva concepción de la magistratura reemplazará a la actual, individualista y
burguesa.
La Defensa Nacional
El Estado Popular prestará
atención preferente a la preservación de la soberanía nacional, lo que concibe
como un deber de todo el pueblo.
El Estado Popular mantendrá una
actitud alerta frente a las amenazas a la integridad territorial y a la
independencia del país alentadas por el imperialismo y por sectores
oligárquicos que se entronizan en países vecinos y que junto con reprimir a sus
pueblos alientan afanes expansionistas y revanchistas.
Definirá una concepción moderna,
patriótica y popular de la soberanía del país basada en los siguientes
criterios:
- Afianzamiento del carácter
nacional de todas las ramas de las Fuerzas Armadas. En este sentido rechazo de
cualquier empleo de ellas para reprimir el pueblo o participar en acciones que
interesen a potencias extrañas. 30
- Formación técnica y abierta a
todos los aportes de la ciencia militar moderna, y conforme a las conveniencias
de Chile, de la independencia nacional, de la paz y de la amistad entre los
pueblos.
- Integración y aporte de las
Fuerzas Armadas en diversos aspectos de la vida social. El Estado Popular se
preocupará de posibilitar la contribución de las Fuerzas Armadas al desarrollo
económico del país sin perjuicio de su labor esencialmente de defensa de la
soberanía.
Sobre estas bases, es necesario
asegurar a las Fuerzas Armadas los medios materiales y técnicos y un justo y
democrático sistema de remuneraciones, promociones y jubilaciones que
garanticen a oficiales, suboficiales, clases y tropas la seguridad económica
durante su permanencia en las filas y en las condiciones de retiro y la
posibilidad efectiva para todos de ascender atendiendo sólo a sus condiciones personales.
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