A
construir el Pliego de los Pueblos y Explotad@s de Chile:
Se nos ha
hecho llegar por parte de los Compañer@s del Círculo de Estudios Políticos
MIGUEL CABRERA FERNÁNDEZ (Paine), el siguiente análisis de coyuntura,
correspondiente a los meses de enero-marzo de 2021. Es fundamental, al interior del proceso del
alzamiento popular iniciado el 18 de Octubre de 2019, donde ya se realizaron
las elecciones a través de la acción directa, que se pueda teorizar en torno a
los caminos posibles para destrozar esta democracia asesina, terrorista,
patronal. Teorizar, desde abajo, en
medio de la Vida misma, con obligaciones sociales de por medio y con la mente y
el corazón puesto en un proyecto de clase, la de los explotad@s.
A la propuesta
de los Compañer@s del Círculo de Estudios Políticos que señalan “A construir el Pliego de los Pueblos y Explotad@s de Chile”,
nosotr@s agregamos: Para organizar y ejecutar la Huelga
General Popular, desde abajo, sin permiso, que golpee el corazón de la
dominación capitalista.
Ante tanta
vacilación, ante tanto querer ocupar el espacio que dejo el reformismo y que se
lo pelean organizaciones genuinas del Campo Popular y que languidecen ante el
camino electoral, que no es más que el itinerario político de la clase
dominante, es hora de unirnos en la acción y disponernos a vencer.
BRIGADA DE
PROPAGANDA MIR LUIS ALBERTO BARRA GARCÍA.
ABRIL 06 DE
2021.
ANALISIS Y PERSPECTIVAS DE LA SITUACION POLITICA NACIONAL, CHILE, ENERO-MARZO
2021
2021 arranca con el
sello heredado de su predecesor; el impasse entre las tres fuerzas políticas protagonistas
del último tiempo: Gobierno/Derecha (G/D); los Grupos Mantenedores y
Reproductores del Sistema (GMRS), o sea la autodenominada “oposición”; y el
Movimiento Popular (MP), todas ellas agitadas a su vez por contradicciones
internas. Las dos primeras, que con el gran empresariado conforman el Bloque
Político de Estado (BPE), se muestran incapaces de levantar estrategias que las
puedan sacar de su impotencia política y que conciten algún grado importante de
adhesión social tras sus propuestas. Tampoco el MP se muestra indemne, siendo evidente
que el ala conformada por sectores del reformismo/neorreformismo desertó de toda
movilización social para irse no sólo a apoyar la salida seudoconstitucional montada
por aquel BPE para quitarle presión a la rebelión surgida el 18-O, sino que
francamente a participar de ese juego y alentar a otros a hacerlo, mientras que
en la franja restante de activos político-sociales reina la desorientación y una
alarmante incapacidad para elaborar políticas claras que ofrecer al conjunto de
los pueblos y explotados/as de Chile.
Dichas tendencias discurren
teniendo como telón de fondo el recrudecimiento de la pandemia por COVID-19, lo
que vino a instalar una especie de stand by
al enfrentamiento clasista. Aunque la verdad sea dicha, es el G/D quien se ha atrevido
a usufructuar del argumento sanitario para imponer sus fines político-sociales,
lo que no ha hecho más que empeorar la catástrofe sanitaria. Y como no, si la
pésima gestión del ministro Paris y las chapuceras e interesadas medidas oficiales
han allanado el camino para ello: apertura de fronteras, sin controles de salud
a los viajantes durante el período; cuarentenas móviles, las que sólo producen
hastío y complicaciones sociales; escasos aportes en personal y recursos para la
implementación de la estrategia de Trazabilidad, Testeo y Aislamiento de los
casos reportados; permisos de vacaciones a destajo; laissez faire para la gran industria y el retail, etc. Todo ello
explica el boom de contagios desde mediados de marzo, en un drama que no tiene
fecha próxima de resolución.
Es evidente que las
fuerzas coaligadas del G/D han intentado aprovecharse políticamente de los
efectos sociales provocados por el masivo ataque del SARS-Cov-2, utilizándolo como
colchón para detener la ofensiva del MP iniciada en octubre de 2019, coartando
crecientemente las libertades públicas y toda expresión de protesta popular,
como se pudo apreciar con la orden de prolongar el estado de excepción (a
comienzos de marzo) y relacionándolo abiertamente como una medida de control
social; para combatir con saña el levantamiento del pueblo Mapuche en Arauco y
la Araucanía, militarizando aún más esos territorios, no descartando el estado
de sitio y atropellando los derechos y la dignidad de las comunidades al sur
del Biobío (como los ‘operativos’ en Temucuicui y Riñimapu). Pero, también,
buscan aprovechar el contexto impuesto por la virosis universal para esquivar el
drama representado por una cesantía que supera el 10% (casi 12% en la R.
Metropolitana) y un trabajo “informal” (léase precario) que se empina sobre el
26% (espacio reproductor del ‘precariado’, al decir de Guy Standing); una
economía que cae bajo 0% en 11 de los últimos 12 meses (BC); alzas insoportables
en los precios de alimentos y transportes; el endeudamiento de más de un 70% de
los hogares; etc. Los representantes del G/D venden la imagen que en esta crisis
económica los afectados no son tantos porque –aducen- se han recuperado casi
800 mil empleos, pero el problema es que desconocen lo precario de estos y el
drama previo a la pandemia de cientos de miles de hogares y que se agudiza ahora.
Luego, si bien existe una gran cantidad de familias que no han visto reducidos
sus ingresos, es tal el nivel de su endeudamiento que presionan por medidas
tipo salvavidas de plomo, como resultan ser los retiros de fondos previsionales
y el pago de sueldos con sus propios ahorros del seguro de desempleo, para
compensar dificultades que arrastran por años.
Ajustado en su rol
de garante de los negocios de la gran burguesía, el gobierno patronal se afana
por dejar todo bien amarrado, tanto por si las cosas fueran mal en adelante
como si no, jugándosela por no afectar un ápice el modelo monopólico-financiero:
pone suma urgencia al acuerdo TPP-11 (ensalzado por la administración de
Bachelet y aceptado por congresistas exNM), para dejar la economía en línea con
el capital transnacional; ofrece ‘ayudas’ sociales, como los bonos y el IFE
COVID, en base a autopréstamos y probables alzas del IVA, lo que terminará
afectando a los sectores postergados y precarizados, puesto que estos deberán
pagar proporcionalmente más, y da preponderancia a los impuestos indirectos,
como es el IVA. Seguramente intentará hacer algunos trucos con los mayores
ingresos por concepto de exportaciones de minerales, en especial cobre y
hierro, y frutícolas, incrementando los subsidios a privados. Permitirá a estos
acceder directamente a algunas áreas consideradas públicas, vía concesiones, o
de forma indirecta, mediante los negocios que esa apertura trae de la mano,
como eventualmente podría acaecer con la anunciada reforma al FONASA y que
permitirá traspasar jugosos montos del fisco a las clínicas e Isapres. Echa a
correr un proyecto de ‘reforma’ que mejoraría marginalmente la exigua pensión
básica universal que actualmente se entrega, pero a cuenta de reasignaciones de
dineros públicos, de un alza de 1% del regresivo IVA y a partir de otras
fuentes de financiamiento, que no han sido capaces de transparentar.
Los bullados retiros
desde las cuentas previsionales (apropiadas desde 1980 por las AFP), con el fin
de paliar la crisis social reinante, sólo terminará –a la larga- haciendo más
pobres a las/os pensionados que hoy tienen menores salarios. Y como no, si los
que perciben mayores ingresos ya se han beneficiado con 3 exenciones tributarias
con los 2 retiros (el 1º auspiciado por los GMRS y el 2º por el G/D), mientras
que los menos favorecidos, aparte de no aprovechar tales franquicias, al final se
quedarán con unas escuálidas pensiones. Por eso el grito de guerra de algunos
integrantes de Unidad Constituyente (UC, exNM), del Frente Amplio (FA) y
sectores escindidos de este último, de ir por un 3er retiro, es sólo pan para
hoy y hambre para mañana para la clase trabajadora. De lo que se trata es de
otorgar ayudas directas a las familias cuyos integrantes carecen de trabajo
estable, lo perdieron o están a medio pago: $500 mil mensuales sin devoluciones
o intereses, por lo menos durante los próximos 5-6 meses, a cargo de mayores y
permanentes impuestos directos a capitales monopólicos nacionales y extranjeros.
A la par de ello, resulta urgente terminar con el nefasto régimen previsional
basado en las AFP y retomar la lucha por una verdadera estructura de protección
social, la cual incluya un sistema previsional que permita acceder a un 100% de
tasa de reemplazo.
Respecto de la
economía, deformada como está por la concentración y centralización extrema de
los capitales en pocas manos, de llegar a existir un crecimiento de 6-7% durante
2021 (como auguran el BC y otros entes financieros), ello no se verá reflejado
en el reajuste de las remuneraciones generales, tanto del sector privado como público,
por lo que la totalidad de esa prosperidad irá a parar a los bolsillos del
capital monopólico-financiero. Es importante que el sindicalismo clasista y
rupturista considere ese factor en el contexto de la demanda por el
mejoramiento de los salarios, toda vez que jamás la CUT se la ha jugado en
serio por rescatar esa componente generada por el esfuerzo de las/os propias/os
trabajadores.
En la arena de la
política, Chile Vamos se muestra en
su mayoría llana a mantener y profundizar el programa que ha venido desplegando
en las dos administraciones Piñera: de renovadas oportunidades de negocios para
el capital monopólico con una demanda social contenida (más bien sometida).
Sólo el P. Republicano, de J. A. Kast, se ve animado a agitar un programa más
fiel al ideario de la derecha doctrinaria: elitista, discriminatorio y autoritario,
pero sin dejar de ofrecerse a conformar listas de candidatos con el conjunto de
la derecha y repartirse así los cargos y las influencias políticas.
Los GMRS, en donde
incluimos a UC, FA, una miríada de grupúsculos neorreformistas y –como que no
quiere la cosa- al PC/US, despuntan durante el período sólo por sus disputas
internas y entre conglomerados. Y es que la posibilidad de acceder a tanto
cargo oficial, mediante múltiples votaciones, hace que afloren ambiciones y
celos hasta ahora desconocidos. No fueron capaces de acordar primarias nacionales
y a todo evento, de conformar listas unitarias y de montar un circo electorero
conjunto. Véase el ridículo espectáculo de sus franjas en TV, ofreciendo lo que
nunca han pensado en realizar, ya sea por un
franco desinterés o por un transformista pragmatismo.
Las tradicionales
huestes que componen UC, donde gravita el eje PDC-PS, prometen más de lo mismo
que han auspiciado por 3 décadas; el FA y sus múltiples gemaciones intentan, en
vano, mostrarse diferentes al conglomerado mencionado, pero de más en más su programa
se aleja de sus posturas primigenias, cuando juraban representar las demandas
de amplios sectores sociales, y es por esto que la candidatura de Boric no pasa
de ser un hecho pintoresco; el PC, conjuntamente con su satélite US, se ha
desdibujado a un nivel impensable hace unos años atrás, demostrando una anomia
y falta de carácter que evidencia –meridianamente- el error estratégico de su
dirigencia, la que sólo lo está conduciendo a una muerte sin pena ni gloria,
apartado de los movimientos sociales y populares y de sus mismas bases.
Con todo, los GMRS
se mantienen a flote mediante un discurso aparentemente contestatario al
oficialismo, ondeando las banderas de retiros de fondos de las AFP (pero sin
terminar con estas) y por la extensión y profundización de bonos autopagados
por las/os mismas/os trabajadores. A la par, insisten con el sueño del pibe de
la Convención Constitucional (que no Asamblea ni Constituyente), con el fin de
prolongar la paz social que pueda mantenerles a la cabeza del poder político y
usufrutuando del mismo. En rigor, hace rato que se agotó su papel en la farsa
acordada en las postrimerías de la dictadura cívico-militar y que debutara el
11 de marzo de 1990: la democracia de baja intensidad o gorila, soporte para la
continuidad del modelo afín al capital monopólico-financiero. Pero he aquí la
importancia que asume un nuevo pacto ‘por arriba’, el del 15/11/19, el “Acuerdo por la Paz
Social y la Nueva Constitución” y sus efectos prácticos: el plebiscito del
25 de octubre y el posterior proceso seudoconstituyente.
En el período,
prosiguen los acuerdos ‘de caballeros’ entre los GMRS y la derecha, tal como el
proyecto de perdonazo de intereses por préstamos bancarios (fuente de ingresos
para todos ellos) a causa de la prórroga de las elecciones fijadas para
mediados de abril; aprobación inicial para un 3er retiro de fondos de las AFP;
y mostrar indiferencia (cuando no oposición) frente a la propuesta de aplicar
impuestos a los súperricos y elevar el royalty minero.
No obstante hacer
un paréntesis al finalizar 2020, durante el 1er trimestre de 2021 el MP volvió
a demostrar parte de su rupturista accionar y potencial de lucha, al desplegar
varias y combativas movilizaciones y choques con las fuerzas represivas que
infestaban las calles de las principales ciudades del país, en un contexto
marcado por la desbocada pandemia.
El primer día hábil
de 2021, el lunes 4/1, es inaugurado por las protestas y la toma del MINEDUC,
en Santiago, por cientos de estudiantes secundarios liderados por la ACES. Se
manifiestan contra la PTU y exigiendo, “acceso a la educación universitaria
universal y gratuita”.
En enero, también, varios
fueron los hitos del combate popular por las/os Presos Políticos de la rebelión
de octubre y las/os que han sido apresadas/os posteriormente, porque se les
reconozca ese estatus y presionando para obtener su libertad incondicional,
poniendo de paso fin a la prisión preventiva, utilizada como método de coerción
política. Destacaron en esto las asociaciones de familiares y compañeras/os de
las/os rebeldes apresados, acompañadas por organizaciones político-sociales del
campo popular.
A comienzos de
febrero, el asesinato del malabarista Francisco Martínez, por Carabineros de Panguipulli,
llevó el enardecimiento popular a un nivel tal que sacudió esa ciudad y el
país. Mientras varios edificios públicos ardían en la cordillerana localidad,
cientos de miles en varias ciudades del país se movilizaron como un relámpago tras
la exigencia de justicia para el joven artista callejero. Con dicho crimen, se
repuso en la discusión política la problemática del control preventivo de
identidad y, nuevamente, el actuar impúdicamente criminal de la
paramilitarizada policía uniformada. Era el momento de presionar a fondo por la
reestructuración de esta, pero los GMRS no dieron su apoyo a la moción y la
“justicia” rechazó la prisión preventiva del homicida y seguramente quedará
libre de culpa.
Luego, en el 1er
día de marzo y cuando se daba inicio al año judicial, familiares y compañeros de
las 119 víctimas de la denominada Operación Colombo se manifestaron a las
afueras de la Corte Suprema en repudio al fallo que absolvió a 61 ex agentes de
la DINA como autores de los secuestros de 16 compañeros del MIR. Los
manifestantes y varias organizaciones de defensa de los DDHH denunciaron,
además, la falta de justicia que ha existido desde el levantamiento popular del
18-O, tanto para los casos de las/os PP cómo para las víctimas de trauma
ocular. No olvidemos que el 2/2, el INDH había presentado su 1er “Informe de
Seguimiento a las Recomendaciones” que entregara en su Informe de 2019, en que precisaba
que del total de las 2.969 personas que denunciaron vulneraciones de derechos
tras la rebelión, sólo un uniformado ha sido condenado por agredir a un
manifestante.
El 8 de marzo, Día
Mundial de la Mujer, significó el predominio de estas ocupando las principales
calles de la mayor parte de las ciudades de Chile, exigiendo igualdad y respeto
a sus derechos. Lamentablemente, en Santiago, al intentar desarrollar una inmensa
marcha desde Plaza de la Dignidad hacia el centro capitalino, fueron reprimidas
por las fuerzas policiales. Igualmente, los paños morados y verdes se
desparramaron por todo el entramado alrededor de la Alameda y se concentraban y
replegaban en diversos sitios. Por la noche, fue la oportunidad de combatir
juntos, ellas y ellos, en los territorios populares, inscribiendo sus demandas
en las banderas unitarias del MP.
Desde el 15 de
enero y hasta finalizar marzo, las tardes de los viernes se han destacado por
los enconados combates librados por vastos contingentes de activas/os democráticas/os
y revolucionarias/os en contra de las fuerzas represivas de Carabineros, los
que se producen a lo largo de la principal vía de la capital, la Alameda, en el
tramo que va desde la Plaza de la Dignidad hasta La Moneda (esta última rodeada
de un cerco policial impresionante). Allí se concentran todas las fuerzas
político-sociales populares que tienen una demanda que defender o exigir:
estudiantes secundarios y universitarios, feministas, cesantes, jubiladas/os,
profesores/as, sin casa o allegadas/os, jóvenes a los que el sistema les cierra
la puerta, dueñas de casa hartas de las alzas, ‘barras bravas’, etc., a los que
se unen militantes y simpatizantes de las organizaciones políticas de la
izquierda revolucionaria; a veces todas/os juntas/os, otras por separado, pero
siempre en una disposición que deja en claro que la lucha de las/os de abajo
continúa. Por cierto, como un logro de las/os combatientes populares fue visto
el retiro de Baquedano y su caballo desde la renombrada Plaza de la Dignidad.
Sin duda que la
principal jornada de enfrentamiento y acciones directas masivas del período fue
la del lunes 29 de marzo, Día de el/la Joven Combatiente. Ese día, las
manifestaciones y combates con las fuerzas represivas se extendieron desde
Arica a Puerto Montt, comenzando desde la madrugada de ese día y hasta la del
martes 30. Como siempre, el territorio más destacado fue el de Villa Francia,
cuna de la familia y de los inmortales hermanos Vergara Toledo, donde policías
y militares tendieron un cerco permanente, con uso de tanquetas, helicópteros y
decenas de vehículos para el transporte de represores. Asimismo, se destacan
sectores combativos de Conchalí, Huechuraba, Peñalolén, San Bernardo, El
Bosque, Cerro Navia, Renca, La Pintana, etc., y fuera de la capital Antofagasta,
Temuco, Melipilla y Coquimbo.
Ciertamente que la deserción
de las movilizaciones y manifestaciones callejeras (o dejar de brindar su apoyo
explícito a las mismas) por parte de las fuerzas reformistas/neorreformistas y
vacilantes, con ocasión de su franca suscripción y promoción del inconducente
tongo constitucional, dejó algún nivel de desánimo y confusión entre los
amplios sectores que integran lo que denominamos MP. Afortunadamente, al calor
de las docenas de Asambleas Populares Territoriales, Comunales y Provinciales
existentes, de Comités y Colectivos de Solidaridad social y política, etc., así
como de los combates en contra de las fuerzas represivas, se ha ido conformando
una delgada pero firme franja de fuerzas de la izquierda anticapitalista para
ofrecer una senda realmente alternativa al sofisma maniqueo del BPE, de estar a
favor o en contra de su inconducente proceso constitucional. Esas fuerzas están
convocando a luchar sin descanso desde marzo, desplegando todas las formas de
lucha en los territorios populares y en los centros urbanos. Dicho llamado
implica, en un mismo movimiento, unificar tras un Pliego Común de los Pueblos y
Oprimidas/os las diversas demandas que cruzan nuestra formación, así como activar
a los sectores sociales que las enarbolan: cesantes, estudiantes, trabajadoras/es
flexibilizadas/os y precarizadas/os, pobladoras/es sin casa y allegadas/os,
antipatriarcales, pensionadas/os, ambientalistas, temporeras/os, pequeña
burguesía asalariada, endeudadas/os de todo tipo, etc. Es desde ésta cantera
que se prefigura el sujeto capaz de cuestionar el poder del bloque dominante, el
que dará la continuidad política a las jornadas de movilizaciones sociales; en
suma, el que encarnará el contrapoder que protagonice un nuevo ciclo de asonada
popular. El 1º de Mayo, histórica jornada de combate de los pueblos y
explotados/as, será una nueva demostración que Chile despertó y que ya no
volveremos a bajar la cabeza.
Círculo de Estudios Políticos
Miguel Cabrera Fernández
Abril, 2021
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