CARLOS
MARX: 1818-1883 UNA VIDA CONSAGRADA A LA REVOLUCIÓN.
A
201 un años de tu partida física, la lucha sigue, a no bajar la mirada…
“De
suyo el valor de la mercancía sólo representa trabajo humano, pura y
simplemente despliegue de trabajo humano” MARX.
O sea, el CAPITAL NO SON COSAS, NO SON LAS COSAS
(como parecen creer algunos), el capitalismo es relaciones sociales
garantizadas y aseguradas por la institucionalidad patronal.
Para el actual periodo de la lucha de clases en
Chile (aunque suene añeja la frase), una de las formas posibles para “hacer
estallar esa lucha de clases siempre encubierta” es la ejecución de una Huelga General de carácter anticapitalista (con un
Programa mínimo que tenga ese sello).
Ello podrá permitir elevar los niveles de lucha y enfrentamiento. Lo central es avanzar tras todas y cada una
de las demandas sociales y populares, permitir la Unidad en la Acción del
anticapitalismo, del conjunto de la Izquierda Revolucionaria y golpear en el
corazón a la dominación.
En el horizonte ya se levantan los cantos salvadores
para la dominación capitalista que constituyen las elecciones (que algunos muy
frescos de cuerpo denominan “forma de lucha” ¿?). Ya se les ve en las marchas, en las protestas,
esperando volver al ejecutivo para asegurar sus prebendas. Ya se les ve, a otros, desde el propio Campo
Popular afilando sus ansias de poder ocupar ese espacio que sólo hace más
poderosos a los ya hegemónicos.
Todo se
conquista en las calles.
Avanzar
a la Huelga General Anticapitalista
Por el
Pan, por la Vida, por el Socialismo.
Carlos Marx: Una Vida al servicio de los Trabajadores, los Pueblos,
los Explotados Del Mundo.
El 5 de Mayo de 1818 nació en Tréveris, ciudad de Alemania, en el territorio de
Renania-Palatinado, a orillas del Mosela, el “MONUMENTO DE LA INTELIGENCIA
HUMANA”, Carlos Marx, al decir de ese otro revolucionario, Ernesto Che Guevara.
Marx nació en el seno de una familia judía de clase media. En 1835
concluyó sus estudios secundarios en Tréveris. En ese mismo año ingresa a
la Universidad de Bonn para seguir estudios de Derecho y se compromete,
secretamente, con Jenny von Westphalen. Al año siguiente se instala en
Berlín para proseguir sus estudios de Derecho.
El año 1838 junto a Bruno y Edgar Bauer funda el Club de los Doctores, que
aglutina a los hegelianos de izquierda. Comienza sus estudios acerca de
la Filosofía y la Historia, ambas Ciencias que junto con la Economía serán los
puntales de su futura creación. Lo anterior cristaliza en 1841 cuando se
Doctora con la tesis “Diferencias entre las filosofías de la naturaleza de
Demócrito y Epicuro”. Decide, el mismo año, renunciar a seguir la carrera
universitaria.
En 1842, en Octubre, es designado redactor jefe de la Rheinische Zeitung, de
Colonia, órgano de oposición de la burguesía renana radical. El siguiente
año abandona el cargo de redactor jefe ante las dificultades de la censura
prusiana. Se casa con Jenny von Westphalen. En otoño emigra a
París, donde entra en contacto con sociedades revolucionarias como la
clandestina Liga de los Justos. Traba amistad con el poeta Heinrich Heine
y redacta la “Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel”.
En 1844 en colaboración con Arnold Ruge publica el primer y único volumen de
los Anales franco-alemanes y al mismo tiempo redacta los “Manuscritos
económicos-filosóficos, conocidos como los “Manuscritos del 44”. Conoce a
Luis Blanc, Proudhon, e inicia su amistad con Federico Engels. Nace Jenny,
su primera hija.
Durante el año 1845, a petición del gobierno prusiano, es expulsado de Francia
como revolucionario peligroso. Se establece en Bruselas. Junto con
Engels, escribe “La Sagrada Familia” y “La ideología alemana”; formula las
tesis sobre Feuerbach. En septiembre nace Laura, su segunda hija, y a
finales de año renuncia a la nacionalidad prusiana.
El año 1847 se afilia a la Liga de los Justos, a la que propone el nombre de
Liga de los Comunistas, y participa en el primer congreso de esa organización
celebrado en Londres. La Liga le encomienda, al igual que a Engels, la
redacción de un Manifiesto del Partido Comunista. Publica “Miseria de la
Filosofía”.
En febrero de 1848 aparece en Londres la primera edición de “El Manifiesto
Comunista”. Poco después estalla la revolución y es expulsado de
Bélgica. Se traslada a París. Se opone al envío de guerrilleros a
Alemania y redacta las “Reivindicaciones del Partido Comunista en
Alemania”. Al cabo de unas semanas llega a Colonia, donde en junio asume
la jefatura de redacción de la Neue Rheinische Zeitung. Ataca a la
burguesía alemana y propugna la resistencia armada en unos disturbios acaecidos
en Colonia.
El año 1849 triunfa la contrarrevolución en Alemania. Marx es juzgado en
febrero por su participación en los disturbios de Colonia. Resulta
absuelto, pero en mayo es expulsado del país. Poco antes han aparecido
publicadas sus charlas sobre “Trabajo asalariado y capital”. El gobierno
francés le prohíbe establecerse en París, y Marx, cuya situación económica es
angustiosa, marcha a Londres, donde residirá hasta el final de su vida.
El año 1850 le depara una vida penosa y mísera en Londres; es desahuciado de su
casa por impago. Con todo, participa en la reorganización de la Liga de
los Comunistas y escribe “La lucha de clases en Francia”.
El año 1852 aparece “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”. Se acepta su
propuesta de disolver la Liga de los Comunistas. Empieza a colaborar en
el New York Daily Tribune. Interrumpe sus estudios económicos. Dos
años después aprende español y lee a Calderón y a Cervantes. Publica
algunos artículos sobre la revolución española en el New York Daily Tribune.
El año 1855 nace Eleanora, el sexto de sus hijos y la única que sobrevivió
junto con Jenny y Laura.
El año 1857 reemprende sus estudios sobre economía en la Biblioteca del British
Museum. Dos años más tarde publica la “Contribución a la crítica de la
economía política”.
El año 1862 su situación económica es asfixiante. Intenta obtener un
puesto de escribiente en los ferrocarriles, pero no consigue ingresar a causa
de su mala letra. El siguiente año, en una situación casi al borde de la
miseria, Marx inicia la redacción de “El capital”.
Durante el año 1864 se funda en Londres la Asociación Internacional de
Trabajadores, para la cual redacta, como miembro de su comité provisional, los
Estatutos, el primer manifiesto y gran número de acuerdos, declaraciones y
llamamientos.
El año 1865 finaliza la primera redacción de “El capital”, al tiempo que
participa activamente en la Internacional. Dos años más tarde aparece en
Hamburgo el primer libro de El capital. Marx se ve obligado a paralizar
su trabajo a causa del insomnio y de la furunculosis que padece desde hace
años.
El año 1869 viaja a París de incógnito. A partir de este año, los apuros
económicos de Marx se verán aliviados gracias a la ayuda constante de
Engels. Ello le permitirá seguir trabajando en la continuación de El
capital. Dos años después se le encuentra en una gran actividad en la
Internacional a favor de la Comuna de París (1871), cuya evolución sigue
atentamente. Publica “La guerra civil en Francia”.
El año 1872 se realiza el Congreso de la Internacional en La Haya, en el cual
son derrotadas las posiciones de los bakuninistas después de su enfrentamiento
con Marx. Este consigue que la organización se traslade a Nueva York.
Durante el año 1875 redacta el importante libro para la teoría marxista
“Crítica del programa de Gotha”, de la socialdemocracia alemana.
El año 1881 fallece su mujer, Jenny von Westphalen.
1883. En enero muere su hija Jenny. Marx, muy abatido y aquejado de
una grave enfermedad pulmonar, muere en Londres el 14 de marzo. Su cuerpo
recibe sepultura en el cementerio de Highgate.
CARLOS MARX EN
SU TIEMPO: En Carlos Marx confluyeron tres corrientes de
pensamiento: la de la filosofía clásica alemana, la del socialismo utópico
francés e inglés y la de la economía política británica.
Como es sabido, Marx entroncó con el pensamiento de Hegel ya desde su primera
juventud, en los años en que estudiaba en Berlín, donde entró en contacto con
los llamados hegelianos de izquierda. De éstos le interesó
particularmente Ludwig Feuerbach y su crítica de la religión. Al mismo
tiempo expresó su afinidad con el pensamiento materialista al organizar su tesis
doctoral sobre la filosofía de la naturaleza en Demócrito y Epicuro. No
obstante, la figura de Marx sería ininteligible sin la de Hegel: la
médula del razonamiento de tipo dialéctico es hegeliana en su origen; la idea
de la lucha de clases está prefigurada en la lucha entre el señor y el siervo
–esas autoconciencias contrapuestas, al decir de Hegel-, tal y como se
desarrolla en la “Fenomenología del espíritu”. Marx tomará a Hegel, en
suma, para invertirlo; como él mismo dijo, para colocarle los pies en tierra.
En otras palabras, para terminar con el filósofo que corona la tradición de la
filosofía occidental, esencialmente especulativa.
Desde el momento en que Marx preconizó una filosofía transformadora del mundo,
y no meramente interpretativa, se situó en la línea de secularización del saber
filosófico que ya habían emprendido los filósofos de la Ilustración. De
ahí que en Marx la filosofía se haga saber concreto- histórico, sociológico,
económico- y que en este sentido se aleje de Hegel y de la filosofía del
Idealismo alemán.
En el campo de las doctrinas sociales, Marx tiene como antecedentes a los
teóricos del socialismo utópico, desde Saint-Simon- que entrevió formas de
organización social anticapitalista- a la comunidad de trabajadores imaginada
por Fourier. Más cercanas a él fueron, sin embargo, las fórmulas
cooperativas de Robert Owen o la idea de colectivización de la tierra y de los
medios de producción preconizada por Etienne Cabet.
Por lo que respecta al campo de las doctrinas económicas, Marx enlazó con las
teorías de los economistas británicos de la escuela clásica, desde Adam Smith
hasta Ricardo, quizá el más próximo antecedente del autor de El capital, por el
tratamiento que había hecho de cuestiones tan cruciales para el pensamiento
marxista como la producción, el valor y el trabajo.
Marx vivió en un período histórico caracterizado por sus hondas
transformaciones. Entre 1818 y 1883 la Revolución Industrial se extendió
por Europa, modificando radicalmente las formas de la producción económica,
quebrando la antigua base social agraria y artesana y, sobre todo, en lo
político, alterando la naturaleza del poder. El absolutismo era
sucesivamente decapitado por una burguesía revolucionaria convertida en agente
de la transformación social. Las clases ligadas a los viejos modos de
producción decaían, al tiempo que surgía el proletariado al amparo de la
concentración en las ciudades de la mano de obra industrial.
El pensamiento de Marx se fue articulando en el curso de estas convulsiones
sociales de su tiempo; su conciencia fue reflejo del medio social en que vivió,
de su praxis revolucionaria. De ahí que captara con prontitud la
evolución de la burguesía revolucionaria –que en su empuje histórico se había
aliado con las clases populares- hacia posiciones a la defensiva, abdicando de
su papel histórico de agente de la transformación social. Y de que viera
en el proletariado al nuevo sujeto histórico. Pues su época le deparó también
el asistir al nacimiento de esta nueva clase social y a sus luchas
organizativas para constituirse en movimiento, desde la derrota de 1848 hasta
la plenitud del internacionalismo obrero y la experiencia de este Estado
dirigido por los trabajadores que fue la Comuna de París en 1871.
Ideas Matrices
del Marxismo: El marxismo está constituido por dos disciplinas
unidad pero distintas, cuya distinción se funda en la diferencia de su objeto:
el materialismo dialéctico y el materialismo histórico.
El materialismo histórico –o ciencia de la historia- tiene por objeto el
concepto de historia, a través del estudio de los diversos modos de producción
y formaciones sociales, de su estructura, de su constitución y de su
funcionamiento, y de las formas de transición de una formación social a otra.
El materialismo dialéctico –o filosofía marxista- tiene por objeto propio la
producción de los conocimientos, es decir, la estructura y el funcionamiento
del proceso de pensamiento. Propiamente hablando, el materialismo
dialéctico tiene por objeto la teoría de la historia de la producción
científica. En efecto, si el materialismo histórico fundó, en un mismo
movimiento teórico, el materialismo dialéctico como disciplina distinta es
porque la constitución de una ciencia de la historia, es decir, de una ciencia
que define su objeto como constitución del concepto de historia -materialismo
histórico-, condujo a la definición de una teoría de la ciencia, que comprende
la historia como parte integrante de su objeto propio.
Esas dos disciplinas son distintas: existen, en efecto, interpretaciones del
marxismo que reducen una disciplina a la otra. Ya sea el materialismo
dialéctico al materialismo histórico: es el caso de las interpretaciones
historicistas, tales como las del joven Lukács, de Korsch, para las cuales el
marxismo es una antropología histórica, pues la historia es una categoría
originaria y fundadora y no un concepto que haya que construir. La
reflexión de las estructuras, la “toma conciencia de su sentido”, es función,
por el sesgo de una interiorización mediadora, de esas mismas
estructuras. Ya sea el materialismo histórico al materialismo dialéctico:
se trata aquí de las interpretaciones positivistas-empiristas, que diluyen el
objeto propio del materialismo histórico subsumiendo todo objeto histórico en
la misma ley “abstracta”, universalmente válida, que regula toda “concreción”
histórica.
El materialismo histórico, como lo mostró Marx en la “Introducción del 57”, en
el “Prefacio a la contribución de la economía política” y en “El capital”,
contiene una teoría general que define conceptos que dominan todo su campo de
investigación (conceptos de modos de producción, de formación social, de
apropiación real y de propiedad, de combinación, de ideología, de política, de
coyuntura, de transición). Esos conceptos le permiten definir el concepto
de su objeto: el concepto de historia. El objeto del materialismo
histórico es el estudio de las diversas estructuras y prácticas enlazadas y
distintas (economía, política, ideología), cuya combinación constituye un modo
de producción y una formación social; pueden caracterizarse esas teorías como
teorías regionales. El materialismo histórico comprende igualmente teorías
particulares (teorías de los modos de producción esclavista, feudal,
capitalista, etc.), cuya legitimidad está fundada en la diversidad de las
combinaciones de las estructuras y prácticas que definen modos de producción y
formaciones sociales distintas.
Sabido es que las tres proposiciones fundamentales del materialismo (dialéctico
e histórico) son las siguientes:
1.-)
La distinción de los procesos reales y de los procesos de pensamiento, del ser
y del conocimiento.
2.-)
La primacía del ser sobre el pensamiento, de lo real sobre su conocimiento.
3.-)
La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las
luchas de clases.
El Marxismo en la estructura de lo político ha entregado, luego de un
desarrollo de la ciencia marxista, conceptos que son claves para establecer
estrategias políticas. Carlos Marx y Federico Engels, analizaron en
extenso el Estado de Excepción Constitucional tipificado como
BONAPARTISMO. Con posterioridad, en la medida del despliegue del Modo de
Producción Capitalista, surgen otras dos tipificaciones de Estados de Excepción
Constitucional: EL FASCISMO Y LA DICTADURA MILITAR. Además en la ciencia
marxista se encuentra un gran debate en torno al concepto de Democracia, entendida
como forma de dominación, en tiempos normales, por parte de la Burguesía y el
concepto de Democracia Popular.
Todo lo anterior nos lleva de plano a la influencia posterior de Carlos Marx,
en la medida de la aplicación correcta de la ciencia marxista. Por
ejemplo, el Partido Comunista chileno tipificó el Golpe de Estado del 11 de
Septiembre de 1973 como un alzamiento FASCISTA. Ello obliga, en los
hechos a aplicar una táctica y estrategia coherente para combatir ese tipo de
excepción constitucional. Nosotros, como Coordinadora Nacional del MIR,
concordamos con la conceptualización realizada por otros partidos y movimientos
de la izquierda chilena que tipificaron el Golpe de Estado como fundador de un
régimen de excepción constitucional cristalizado en una DICTADURA MILITAR, a la
cual se le debía oponer una táctica y estrategia determinada.
En la actualidad el reformismo tipifica el actual momento del MPC como
“neoliberal”, caracterización que es utilizada, asimismo, por un amplío
espectro de la izquierda en su conjunto. Para el CAD, y otras
organizaciones hermanas, el actual período debe ser caracterizado como los
inicios de la Segunda Fase del Imperialismo.
Recordemos, que una acertada caracterización permite establecer una acertada
táctica y estrategia de lucha contra el enemigo principal.
Carlos Marx, la ciencia a la cual fue capaz de construir sus principales
cimientos, contó con un desarrollo posterior a través de Hombres y Mujeres que hicieron
suyos sus postulados y decidieron al igual que él servir a los intereses de los
trabajadores y explotados del Mundo. Podríamos realizar un listado, pero
siempre sería incompleto o quizá sería subjetivo, pues de la gran cantidad de
continuadores del Marxismo se ha generado lo que se llaman los “Marxismos
Posibles”. De hecho, al leer esto último es casi seguro que algún lector
pensará: “Esto es revisionismo o, como se dice hoy, es posmodernista”.
Sin embargo, las lecturas del marxismo no son lecturas ingenuas, sino que son
lecturas culpables. Cada uno va creciendo a través de algún continuador
del marxismo y va excluyendo a otros. Lo correcto, palabra demasiado
cargada de subjetividad, es tender a ciertos puntos de unidad en la práctica,
pues en la teoría se hace casi imposible; coincidir, por ejemplo, en que
“filósofos e historiadores no han hecho más que interpretar de diversos modos
la realidad, cuando de lo que se trata es de transformarla”.
Federico Engels, F. Mehring, Plejanov, Kautsky, Berstein, Martov, Lenin,
Trotsky, Stalin, Mao, Ho-Chi-Min, Korsch, Rosa Luxemburgo, Riazánov, Gramsci,
Lukács, Dobb, Labriola, Mondolfo, Sweezy, Althusser, Balibar, Garaudy, Che
Guevara, Fidel Castro, Poulantzas, Sartre, Politzer, Lacan, Foucault,
Bettelheim. Podríamos seguir, pues existen aún muchos más que han
realizado algún aporte a la consolidación del marxismo como una ciencia, una
ciencia puesta al servicio de la Revolución Socialista, una ciencia siempre en
movimiento.
El conjunto de la Coordinadora Nacional del MIR rinde un sincero homenaje
al Revolucionario Carlos Marx, al que con sus ideas y acción iluminara el largo
y tortuoso camino a transitar por los explotados y marginados de siempre para
construir un nuevo Estado, el Estado Socialista, que de paso a la Sociedad
Comunista. Los repetidos esfuerzos de Marx para romper los límites
objetivos de lo Teórico existente, para forjar la materia con qué pensar el
problema que su descubrimiento científico planteaba a la filosofía, sus
fracasos, sus mismas recaídas, forman parte del drama teórico que vivió, en una
soledad absoluta, mucho antes que nosotros, que comenzamos solamente a
sospechar, bajo los signos de nuestro cielo, que su problema es nuestro, y por
mucho tiempo, y que orienta todo nuestro futuro. Solo, Marx buscó aliados
y apoyo a su alrededor: ¿quién puede reprocharle haberse apoyado en
Hegel? Por nuestra parte debemos a Marx el no estar solos: nuestra
soledad no se debió más que a nuestra ignorancia de lo que Marx había
dicho. Es a ella a la que hay que acusar, en nosotros y en todos aquellos
que piensan haberla superado, y no hablo sino de los mejores, cuando no están
sino en el umbral de la tierra que él nos descubrió y abrió. Le debemos
incluso el ver en él sus debilidades, sus lagunas, sus omisiones: ellas
concurren a su grandeza ya que retomándolas no hacemos sino retomar en su
origen un discurso interrumpido por la muerte. Sabemos cómo termina el
tercer libro de El capital. Un título: Las clases sociales. Veinte
líneas después, el silencio…Un silencio que nos grita, un silencio que nos
convoca, un silencio que nos llama. La Coordinadora Nacional del MIR
asume ese silencio, de a poco lo hace crecer, despacio lo va desparramando, lo
confronta para crecer, lo ejercita en la práctica para equivocarse y
aprender.
A CARLOS MARX toda la HISTORIA,
o la Utopía como le llaman ahora,
a CARLOS MARX toda la HISTORIA,
EL SUEÑO DE MUCHOS ELEVADO A MULTITUDES.
Coordinadora Nacional del M
I R
Movimiento de Izquierda Revolucionaria M
I R
Mayo
04 de 2019
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