martes, 13 de septiembre de 2022

SEÑORES: FUNDACIÓN MIGUEL ENRÍQUEZ PRESENTE CARTA ABIERTA A PASCAL ALLENDE

 

SEÑORES FUNDACIÓN MIGUEL ENRÍQUEZ PRESENTE

 CARTA ABIERTA A PASCAL ALLENDE

 

Con motivo del lanzamiento del libro “La primavera del MIR” donde participa como presentador Andrés Pascal Allende, quien ante la pregunta: ¿Qué pasó en Neltume?, entrega una serie de argumentos que, por decir lo menos, no se corresponden con la verdad histórica que está implícita en este importante y valioso acontecimiento correspondiente al que hacer de la lucha consecuente de la historia de nuestro Partido y que por lo mismo, merece ser tratado con la máxima rigurosidad ética y política por parte de los miembros de esta organización revolucionaria y más aún si se trata de un compañero que por largos años ejerció como Secretario General.

 

Decir que el Proyecto Guerrillero “Toqui Lautaro” fue concebido como “un trabajo preparativo de una zona de retaguardia y para lo cual se destinó un pequeño grupo de compañeros (5)”; sostener que “esto no era una guerrilla, que no había una columna guerrillera”. Decir que “algunos compañeros habían tenido que replegarse a la montaña al no ser acogidos por los campesinos de la zona, sumándose al grupo de los 5”. “Que los combatientes integrantes del DGTL habían recibido instrucción guerrillera por si se extendía el accionar armado”, entre otras cosas, es faltar a la verdad, y lo que es más grave es que se distorsiona y manipulan las decisiones estratégicas impulsadas por el MIR y que se corresponden con los Principios Fundacionales de su nacimiento.

 

Quizás sería bueno recordarle a Pascal, por si se le olvidó, que en varios documentos partidarios se habla de que nuestra estrategia para la revolución chilena es la estrategia de la Revolución Proletaria, concebida como un proceso de acumulación de fuerza social revolucionaria y que, armada moral y materialmente, será capaz de enfrentarse a la dominación burguesa e imperialista, derrotando y destruyendo su poder político y militar para conquistar el poder para las clases populares. Y se agregaba: la revolución proletaria en nuestro país solo se puede materializar a través de la Guerra Popular y Prolongada, única manera de enfrentar la violencia reaccionaria y derrotar a las fuerzas militares del régimen sobre las cuales se sustenta la dominación burguesa.

 

En el desarrollo de esta línea estratégica, nuestro Partido, el año 1978, formuló un Plan Táctico-Estratégico, conocido por el mundo mirista como el “Plan 78”. Este Plan se sustentaba en una serie de constataciones que el MIR hacía de la situación política nacional que básicamente tenían que ver con a partir del 1977 se comenzaba a producir una inversión en las tendencias de la lucha de clases: se detenía el avance de la contrarrevolución, poniéndose fin al reflujo de masas; las fuerzas del campo popular empezaban a tomar la iniciativa, a recuperar fuerzas, a desarrollar enfrentamientos tácticos contra la Dictadura; se reanimaba el movimiento sindical y de los cesantes y adquiría fuerzas la lucha por los Derechos Humanos. Se decía que nuestro Partido, pequeño y débil aún, ya había salido del repliegue y empezaba a tomar la iniciativa a


través de la propaganda armada menor y el impulso de las primeras manifestaciones abiertas de la lucha democrática independiente.

 

Algunos de los lineamientos centrales que contenía el Plan 78 eran: como objetivo estratégico el avanzar hacia una creciente acumulación de fuerza social, política y militar que nos permitiera, a largo plazo, derrocar la Dictadura, desde abajo, y establecer un Gobierno Democrático Popular y Revolucionario. Como objetivo inmediato, se buscaba el empantanar el proceso de institucionalización del nuevo estado dictatorial. Se buscaba extender y fortalecer la Resistencia Popular como un movimiento de orientación democrático-revolucionario, de carácter anti dictatorial amplio. Se veía en el desarrollo de la resistencia armada no solo una línea estratégica fundamental, sino además como factor tácticamente decisivo para remontar la presencia política de la resistencia y abrir espacio al desarrollo de la lucha anti dictatorial de masas. La táctica de la lucha armada debía comenzar por la propaganda armada como factor de acumulación de la fuerza militar primaria y preparación de las condiciones para el paso a la lucha guerrillera urbana, suburbana y rural. El instrumento fundamental para el desarrollo de estos lineamientos era el Partido. El esfuerzo estaba en reorganizar y reconstruir el Partido nacionalmente. La prioridad estaba en los principales centros urbanos, en la zona campesina Sur y en el valle central, entre Santiago y Valdivia. Estas serían las zonas sociales, políticas y geográficas principales para el desarrollo de la Guerra Popular. Como apoyo importante a estos planes se alentó el retorno de cuadros desde el exterior y la construcción de una retaguardia de apoyo directo y especializado al Frente. Había expectativas de que se desarrollaría en Chile un proceso de remontamiento de la lucha reivindicativa y democrática de masas. Aprovechando esta tendencia histórica e interviniendo en ella para impulsar movilizaciones anti dictatoriales, ofensivas y directas, acumulando una fuerza militar inicial a través de la propaganda armada, se preveía que era posible llegar a producir, en un plazo de 3 años, una situación de extensa agitación social, de auge de la resistencia anti dictatorial y de quiebre del orden público impuesto por la Dictadura. Ello, más el trabajo preparativo militar, nos permitiría pasar a extender la lucha guerrillera y avanzar en el desarrollo social, político y militar de la Guerra Popular. Esta es la perspectiva estratégica y táctica que guió el desarrollo del trabajo de preparación, reconocimiento y habilitación de zonas y bases para la instalación de fuerzas militares y guerrilleras en el Sur de Chile.

 

De estos claros y convincentes argumentos políticos, tácticos-estratégicos se desprenden los proyectos de Neltume y Nahuelbuta. Este ambicioso plan estratégico consistía en la apertura de 2 frentes guerrilleros rurales en la zona Sur del país, asentados en los espacios favorables de la Cordillera de los Andes y de la Costa, respectivamente.

 

La apertura de frentes guerrilleros supone o implica la conformación de fuerzas permanentes, el desarrollo de combates ofensivos contra el enemigo, tendientes al aniquilamiento de sus fuerzas y destrucción de sus medios técnicos de combate. El desarrollo de combates defensivos contra el enemigo tendientes a la conservación de la fuerza propia y la disputa del espacio. Por otro lado, el desarrollo de un trabajo político


en las zonas de los frentes tendientes a ganar la población y organizar la sobrevida de las fuerzas. Por tanto, las fuerzas guerrilleras que operen allí, son en esencia fuerzas destinadas al combate y con la dedicación completa de su tiempo en función de la guerra y de la conformación del Ejército Revolucionario del Pueblo.

 

Son fuerzas permanentes en cuanto a su presencia en el espacio geográfico que se les ha definido, e irregulares en cuanto a su táctica y arte operativo que desarrollan y a la forma de combate con el enemigo, pero regulares en tanto su organización interna. Es así como se concebía el frente guerrillero y es lo que intentamos implementar. Estas fuerzas guerrilleras obedecían a un Mando Político-Militar dependiente directamente de la Dirección Nacional.

 

Se definieron para su implementación, a lo menos, 2 fases bien definidas, previas a la irrupción del accionar combativo: En la primera fase se deberían realizar tareas de reconocimiento, exploración y acondicionamiento de una zona base y en una segunda etapa, el acondicionamiento operativo del terreno: confección de mapas propios, establecimiento de rutas operativas, construcción de tatús, etc.

 

Las zonas geográficas escogidas para el asentamiento de las fuerzas guerrilleras fueron:

 

1)      Neltume, como Frente N°1: este frente dadas las condiciones geográficas de topografía y vegetación que la hacen defendible, presenta condiciones estratégicas que favorecen la lucha irregular y la táctica guerrillera. En esta zona existían antecedentes de una importante presencia partidaria y de una tradición de lucha del movimiento de masas (conformación del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli), a la vez que un elevado prestigio del MIR. Este frente era nuestra dirección del esfuerzo principal, aquí se conformaría una columna guerrillera del orden de una Compañía. (45 a 50 combatientes)

 

2)     Nahuelbuta, como Frente 2: concebido como una fuerza que en lo estratégico tenía un importante rol: era una fuerza que mediante su accionar debía provocar la desconcentración y dispersión de la fuerza represiva del enemigo. A su vez, por su elevada densidad poblacional, esta zona representa potencialidades para el rápido crecimiento de unidades combativas menores y muy móviles y el empleo activo del apoyo de la población circundante. La columna constituida en este frente sería del orden de un Pelotón. (15 a 20 combatientes)

 

La apertura de los frentes guerrilleros supone elevar a un nivel superior el desarrollo de la lucha militar (urbana y suburbana), lo que a la vez supone también la existencia de una serie de condiciones previas, políticas, sociales y militares a nivel nacional y regional, además de una serie de condiciones específicas locales en función de lo frentes o guerrilla misma. Esas condiciones nacionales apuntan sintéticamente a que: en su globalidad y con el esfuerzo partidario en su conjunto político, el frente guerrillero sea parte, continuidad, o esté en correspondencia con el proceso de lucha política y militar que el Pueblo esté desarrollando en ese momento contra la Dictadura. A que en lo social


la guerrilla sea asimilada, aceptada y apoyada por las masas populares, tanto a recibirla como propia, como su participación en ella. A que en lo militar el enemigo no pueda articular o disponer del conjunto de sus recursos para cercar, neutralizar y aniquilar a las fuerzas del frente, sino que, al contrario, se vea sometido a un constante desgaste y dispersión de fuerzas y medios, producto del accionar militar de todo tipo de fuerzas y en todo tipo de terreno.

 

A partir de estas definiciones, durante el segundo semestre del año 1978 se comienza a poner en práctica el “Plan 78” y que contó con una primera acción de carácter simbólico altamente valorado por la militancia radicada en la Retaguardia que fue el ingreso clandestino al país del Secretario General (Pascal Allende). Se comienzan a conformar una gran cantidad de Unidades de Traslado al Frente, en todos los países en donde había miristas y en donde el Partido se encontraba organizado. Esta tarea fue asumida por miembros del Comité Central que se desplegaron por todo el exilio y la convocatoria tenía que ver con asumir el reingreso enmarcados en distintas tareas y responsabilidades. Es así como el compañero Paine asume la responsabilidad de visitar a los compañeros que conformarán el futuro Destacamento Guerrillero, que en el tiempo pasó a llamarse Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro. Y a quiénes convocó el Paine? A compañeros que reunieran a lo menos las siguientes características: a) militancia comprobada b) experiencia en el trabajo campesino, c) algún nivel de instrucción militar,

c) dentro de lo posible ser de la zona elegida.

 

Operatividad: todos los convocados deben estar en condiciones de traslado y abandono de sus respectivos países a partir del marzo del año 1979. El destino sería una Escuela de Instrucción Guerrillera en Vietnam, pero luego de que se presentaran algunos problemas de coordinación con los compañeros vietnamitas, la Escuela es trasladada a Cuba donde llegan todos lo convocados y ya en julio de ese mismo año se daba comienzo a la instrucción, instrucción que tiene que ver, básicamente, con “Guerrilla Rural”: Principios, Fundamentos, Táctica, Armamento, manejo de Explosivos, elementos de Topografía. Hay que precisar que en esa Escuela; que llevó por nombre “Luciano Cruz” la cual estuvo conformada por 3 Pelotones (22 combatientes cada uno, organizados en Escuadras) y cada uno de ellos se correspondía con tareas específicas: Pelotón 1 conformado por los compañeros destinados al Frente Nahuelbuta, Pelotón 2 integrado por compañeros destinados al Frente Neltume y el Pelotón 3 integrado por compañeros destinados a distintas tareas de apoyo a los Frentes Neltume y Nahuelbuta.

 

Yo, como integrante del Pelotón 2: Frente Neltume, luego denominado Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, a cargo del compañero Paine, asumo responsabilidades específicas que tienen que ver con la tarea de abrir un frente guerrillero en las montañas de Neltume. (Nunca se me dijo que yo ingresaba al Frente para “hacer trabajo campesino”).

 

Y por qué Neltume?: los argumentos centrales que le dan razón a esta decisión tienen que ver con: a) porque topográficamente es la mejor zona de todo el país, por extensión, espesura y rutas de entrada y salidas en todas direcciones. B) porque existe un


conocimiento básico del terreno dado a que 7 de los 15 integrantes del Destacamento son oriundos del lugar y c) porque se cuenta con un gran trabajo político social del MIR en la zona producto de todo lo que fue el proceso de “Tomas de Fundo”, conducidas por nuestros compañeros y que terminan con la conformación del COMFOMAP.

 

Estando en plena instrucción el Mando decide conformar una patrulla de avanzada, conformada por 7 compañeros (entre los cuales me encuentro) los cuales tendrán como misión ingresar a Chile por la montaña y directamente a la zona elegida para preparar condiciones para recibir al resto del contingente el cual comenzará a ingresar a Chile próximamente. Comenzamos a trasladarnos al Frente en enero de 1980 y ya en marzo nos encontramos instalados en la montaña (no todos porque algunos, por mala información acerca de la ruta de ingreso, tuvieron dificultades a la entrada por lo que se integran posteriormente)

 

Será en el mes de octubre de ese mismo año (1980) cuando, con el ingreso de Paine, se conforma el Destacamento del orden de un Pelotón, el cual está conformado por 15 compañeros y 1 compañera, organizados en 3 patrullas de 5 combatientes cada una.

Las tareas a desarrollar por la Fuerza serán: a) Exploraciones, b) Acondicionamiento del Terreno, c) Aprovisionamiento, d) Construcción de tatús.

 

Este es el cuadro real de lo existente en Neltume al momento de ser sorprendidos por el enemigo, con las consecuencias ya conocidas y que, en algún momento, pudiera ser sometido a una evaluación colectiva de todo lo sucedido, tanto en lo negativo como en lo que tiene que ver con las enseñanzas que quedan y que no son pocas.

 

Por todo lo dicho anteriormente, en lo personal, como sobreviviente a esa “compleja y dolorosa experiencia”, como dice Pascal, en honor a nuestros valiosos compañeros caídos en Neltume, siento que no puedo dejar pasar la afrenta que significa la “distorsión y postura revisionista” de la historia que hace públicamente Pascal Allende porque siento que Neltume es para la historia del MIR la plena consecuencia de lo que fue la esencia del mirismo, emanada de los fundamentos políticos e ideológicos que le dieron la razón de ser. Pudimos habernos equivocado en la implementación, pero nunca en lo que tiene que ver con nuestros principios. La guerrilla no es un invento de “los instructores cubanos”, como lo sugiere Pascal, definitivamente no es así, la Guerrilla siempre estuvo en las definiciones y planes del MIR y de todos los movimientos revolucionarios latinoamericanos.

 

Los compañeros caídos en Neltume fueron militantes revolucionarios y orgullosamente Guerrilleros del Mir y de nuestro Pueblo. Siempre nos preparamos para hacer la revolución y en el MIR aprendimos que para lograr el objetivo final deberíamos construir el Ejército Revolucionario del Pueblo con el fin de derrotar al ejército burgués y tomar el Poder.

 

Pascal Allende dice en esa intervención: “Neltume es un símbolo y debe seguir siendo un símbolo” y tiene razón, pero para que su sentencia no se trasforme en una frase sólo de


buena crianza, debe hablar con la verdad, porque la verdad es la base de la justicia y lo menos que reclaman y merecen nuestros compañeros y compañeras de nuestro Partido caídos, a través de toda nuestra historia, es ser tratados con justicia y respeto por su generosa entrega a la causa del MIR y de la revolución chilena.

 

PAINE, PEDRO, PABLO, CAMILO, GABRIEL, JORGE, VÍCTOR, RIGO, OSCAR caídos en las

montañas de Neltume, en palabras del CHE: alcanzaron el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana, el ser REVOLUCIONARIO Y GUERRILLERO y su ejemplo debe ser la luz que ilumine por siempre la historia de nuestro Partido y el necesario y urgente proceso revolucionario que haga posible liberar a la Humanidad de la esclavitud imperialista.

 

MOISÉS (Sobreviviente del DGTL.)

EN EL MES DE UN NUEVO ANIVERSARIO

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