Hemos recibido un análisis muy certero de la actual coyuntura
nacional, con el cual concordamos ampliamente, y nos ha parecido pertinente y
necesario dar a conocer su contenido por este medio, y por todos los medios que
podamos y hacemos la invitación a todos y todas apoyar en la difusión del
documento que emana del Circulo de Estudios Políticos Miguel Cabrera Fernández,
el querido Compañero Paine. Como dice la
Confederación Nacional de Trabajadores CNT-Chile, es vital comprender que la
Vida está por encima de las miserables ganancias de la patronal. Y por encima de todo: la construcción de una
Sociedad puesta al servicio de las mayorías; el Socialismo.
Andrés Morales.
¡SI NO HAY
CUARENTENA PARA FRENAR EL CORONAVIRUS QUE VENGA LA HUELGA GENERAL!
¡A
PREPARARNOS PARA RETOMAR LA OFENSIVA POPULAR APENAS PASE LA PANDEMIA!
¡Sólo la Lucha y la
Unidad nos Harán Libres!
Marzo 2020
“La salud es
un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades”
- OMS
“Es nuestro
deber continuar en las calles por las personas que hemos sido violentadas por
el Estado. No hemos conseguido nada, (...) nuestra peor derrota sería volver a
la violenta normalidad impuesta en dictadura. Este es el momento, somos más, y
nos tienen miedo"
-Gustavo Gatica (21),
cegado por la violencia mercenaria de los pacos de Chile
Compañeras y Compañeros:
Cuando
el Movimiento Popular (MP) se encontraba en un período de reanimación y
reagrupamiento de sus fuerzas, a fin de dar continuidad a la heroica lucha
comenzada el 18 de octubre y luego de un verano para nada apacible, se nos vino
encima la pandemia del coronavirus llamado COVID-19. Tal indeseable intromisión
trajo aparejada –entre otras vicisitudes- un obligado repliegue de los sectores
sociales en proceso de rearticulación y de otros que se venían a sumar a la
gran protesta de los pueblos y l@s excluid@s de Chile, en lo que constituye una
esperable reacción frente a un peligro que se anuncia dantesco e impredecible.
Luego de
detonar el Levantamiento Popular de octubre, Piñera y su gobierno se hicieron
acreedores de un creciente y extendido repudio, ello debido a su brutal y
destemplada respuesta frente a la legítima demanda de l@s explotad@s y
oprimid@s de nuestra formación (llegando a anotar unos miserables 4 o 6% de
confianza en algunas encuestas). Quedaron en evidencia, entonces, las varias
carencias de Chile Vamos y su gobierno: la ínfima minoría que representan sus
fuerzas en la arena de la política, las que logran verse menos esmirriadas
gracias a la sobrerrepresentación que les brinda el sistema electoral binominal
y el pacto de gobernabilidad que implícitamente han asumido con la exNM y el FA;
la inutilidad e insulsez del programa que prometieron al país en la última
campaña presidencial; su compulsiva propensión a gobernar bajo formas
dictatoriales; en fin, el gran empresario –devenido politicastro- y la pandilla
de gánsteres de la derecha, se mostraron como lo que en realidad son: el brazo
político del capital monopólico-financiero en nuestra formación social.
Y es ese
gobierno, desacreditado y rechazado por la mayoría nacional, el que -en las
bocas de los nefastos Piraña y Mañalich- pretende tener toda la actual emergencia
sanitaria bajo control, y contar con una estrategia y recursos suficientes para
enfrentarla. Los hechos, la realidad, los desmienten.
Es tarea
del mismo MP (que acaba de cumplir cinco meses) y de los amplios sectores sociales
abusad@s y exprimid@s por parte de los insaciables dueños del país, el pasar a
la ofensiva en cuanto a combatir éste otro enemigo, esta otra epidemia. Eso sí,
resulta apremiante que las fuerzas populares pasen a resguardarse físicamente, a
fin de prevenir cualquier posibilidad de contraer y/o expandir la virosis que
se enseñorea de nuestra formación. Esto, sobre todo a nivel de actividades
masivas y en los centros urbanos. No
obstante, se debe mantener abierto el flanco de la lucha por la defensa de los
DDHH; por la libertad a tod@s l@s pres@s polític@s de la asonada popular; por
verdad y justicia para l@s asesinad@s, mutilad@s y torturad@s; por el
aseguramiento para tod@s de los servicios vitales mínimos, sin que ello se
traduzca en cesantía, carestía, abuso empresarial o en una mayor privatización
del sector público.
Además,
durante el período en que la odiada pandemia nos mantenga en vilo, y en vez de
bajar la guardia, acuciantes y fundamentales son las tareas que deben ser
acometidas por el MP: profundizar y extender su unidad interna; expandir y
fortalecer las redes nacionales que conforman su soporte político y social;
trabajar a fondo a fin que logre cristalizar el Programa de los Pueblos y los
explotad@s y excluid@s de Chile, lo mismo que su estrategia de combate para el
tiempo que vendrá a continuación de la presente debacle sanitaria. En una
palabra, estos meses de receso de la lucha masiva deben ser utilizados por el
MP para dar cumplimiento a una colosal tarea: la de transformar un gran movimiento social popular en sí –que lucha
por objetivos inmediatos y democráticos- en uno de carácter cualitativamente
superior, de fuerza política y social para sí, que aspire a la derrota de su
enemigo clasista y construya una nueva sociedad. Por cierto, la Izquierda
Revolucionaria (IR) se encuentra llamada a coadyuvar al logro de todas estas
trascendentales metas; en caso contrario, simplemente desaparecerá del mapa.
Sólo
los Pueblos defienden la Salud de los Pueblos
Quienes nos
gobiernan han demostrado, con largueza, que son unos ineptos y que carecen de
toda credibilidad. Han reaccionado tardía y torpemente ante el avance del
COVID-19, y han optado por tomar medidas ineficientes y que evitan a toda costa
afectar los intereses del gran capital y el orden impuesto por éste: obligan a
mantener en funciones a trabajadores del sector comercio, espectáculos,
bancario, etc.; se resistieron a suspender las actividades en Jardines,
Escuelas y Liceos; son incapaces de suspender la construcción de grandes proyectos
privados y que requieren de la concentración de amplios grupos de trabajadores (v.
gr.: MAPA, en Arauco); se muestran renuentes a exigirle al empresariado que
entregue elementos de resguardo y prevención personal a sus emplead@s, etc. En
vez de fortalecer el sistema público de salud, han dado pie a que el privado
pueda lucrar con la crisis sanitaria; no han puesto coto a la especulación y el
acaparamiento de insumos sanitarios y fármacos por parte de los monopolios
comerciales farmacéuticos; no cerraron las fronteras cuando fue su momento; tienen
prioridades bastante aberrantes, como que en medio de la crisis de salud son
capaces de internar vehículos antimanifestaciones sociales por valor de decenas
de miles de millones de pesos, etc.
En lo
concerniente al ámbito de la salud pública, no se debe olvidar que antes de la
llegada de aquel maldito virus a estas tierras se habían muerto en listas de
espera –en 2018- 26 mil personas (71 por día); ya los hospitales tenían una
deuda acumulada superior a los $400 mil millones; se suspendían cirugías y
tratamientos oncológicos por falta de insumos; mediante la colusión, los
monopolios comerciales farmacéuticos se habían hecho millonarios a costillas de
toda la población; no se ha resuelto adecuadamente la atención y tratamiento
adecuado e integral de l@s mutilad@s durante el Levantamiento Popular, sobre
todo en lo referente a personas con daño ocular y pérdida de visión, etc. Es
decir, la crisis sanitaria en curso viene a instalarse sobre una ya existente y
por cierto que la va a agravar.
Por
tanto, sólo le cabe a los pueblos y la
clase trabajadora el enfrentar la actual pandemia de manera directa y democrática,
como si enfrentáramos a un enemigo de clase; es decir, sin tregua, pero con
toda nuestra fuerza, participación, capacidades y solidaridad, teniendo como meta
el más completo bienestar para la mayoría nacional.
Una de las medidas más adecuadas para
prevenir la expansión y riesgo de contagio del nefasto virus que ya penetró
nuestras fronteras, resulta ser la de Cierre o Cuarentena Total. Quienes sí
lograron imponerla, de hecho, mediante la paralización de actividades y la
acción directa, fueron los trabajadores contratistas del proyecto MAPA de la
Celulosa Arauco. Así, con dicho ejemplo, resulta urgente y necesario que el
conjunto de los pueblos y la clase trabajadora avance a la concreción de una
gran Huelga General Nacional, al menos por 15 días, en donde se limiten
todas las actividades sociales y de desplazamiento que no sean estrictamente necesarias.
Durante
ese lapso, se debe proceder a cerrar empresas, centros educativos y de
recreación, instituciones públicas y privadas, parques y juegos, etc. Sólo se
deben mantener en funciones los servicios de salud, los centros relacionados
con servicios básicos (agua, gas, electricidad, telecomunicaciones), los
sistemas de recolección de basura, Bomberos, farmacias, ferias y vegas,
supermercados, bencineras. Únicamente se podrá salir a realizar tareas
esenciales: abastecimiento de alimentos e insumos de primera necesidad, así
como urgencias de salud. Los funerales deben realizarse con entornos familiares
reducidos, con sujeción a las normas OMS de distancias mínimas entre asistentes
y desplazamiento. Se suspenderán los pagos de los servicios básicos por todo
este lapso, sin que impliquen posteriores multas ni intereses. Los centros de salud
del nivel primario deben dar cobertura y atención preventiva y de primera línea
en su territorio, tratando de asistir en domicilio, periódicamente, a la
población de 70 y más años, sobre todo la que presente algún grado de
postración o viva social y/o familiarmente aislada (poner mucho ojo en los
hogares o casas de acogida de personas de edad). A los hospitales e institutos
existentes, se debe a la brevedad posible agregar otras unidades similares, con
capacidad física, de recursos técnicos y personal suficiente y capacitado, a
fin de recibir la probable avalancha de contagiados y sintomáticos
respiratorios que generará el COVID-19. De más está decir que urge la entrega inmediata
de los dineros públicos necesarios para llevar a cabo todas las tareas
sanitarias expuestas, fortaleciendo de paso el sector público de salud para un
mediano y largo plazo.
Asimismo,
se hace justo y necesario que la mayoría nacional mande e imponga: al gobierno,
a que prohíba al sector privado lucrar durante la crisis sanitaria, por
ejemplo, mediante la especulación y acaparamiento de insumos sanitarios y
fármacos por parte de las cadenas monopólicas farmacéuticas, so pena de recibir
las represalias populares más duras y multas que realmente sean onerosas; al
Estado y al empresariado, a entregar a quienes deban continuar laborando en los
servicios que no pueden ser suspendidos los elementos de resguardo y prevención
personal necesarios; al gobierno, a devolver a sus vendedores todos los
vehículos antimanifestaciones sociales recientemente adquiridos por la
dictadura derechista y exigir el reembolso por dichas compras, a fin de
invertir dichos montos en las mejoras que el sistema público de salud requiere.
Aunque
se corra el plebiscito y el tongo constituyente, seguirá siendo cierto que: el
voto aísla, la lucha une
El
plebiscito que había sido convocado para el próximo 26 de abril, por parte de
la casta política civil y con la venia de los sectores dominantes, tuvo que ser
suspendido no a causa de la Protesta Popular (que era el escenario más probable
hasta el 11 de marzo), sino por el ominoso COVID-19. Ahora será llevado a
efecto, se supone, el 25 de octubre. Es loable la capacidad de acuerdo
alcanzado por la derecha, la exNM y el FA en estos casos, la misma que no logran
para la consecución de mayores grados de justicia social en nuestro país o para
enfrentar como la gente la crisis sanitaria actual.
No está
de más recordar que, mediante dicho referéndum, se iniciará un proceso
constituyente atrabiliario y que no surgió como una demanda directa de los
pueblos y las clases y capas subordinadas de Chile, sino que emanó como un
desesperado ardid –un salvavidas- por parte de sus convocantes y los mandantes
de estos ante el impresionante avance del MP y el grandioso margen de
ciudadanía que le apoya. A continuación, se espera que sea electo un grupo de
hombres y mujeres de pro, en lo que no reviste para nada la calidad de una
Asamblea Constituyente propiamente tal, sino que una instancia donde se
repetirán los nombres de much@s de l@s mism@s que hoy nos rigen desde el
Congreso (sobre todo, porque serán electos en base al mismo sistema electoral
binominal ‘mejorado’ existente hasta hoy), quienes jugarán su rol de guardianes
del orden impuesto a sangre y fuego hace casi cinco décadas, por cuanto no
podrán desconocer su vocación de aseguradores de la sacrosanta “gobernabilidad”
que sustenta el modelo. No podemos esperar que, simplemente, ejecuten la
voluntad bien explícita y las necesidades, más explícitas todavía y más
patentes, de la mayoría nacional. ¿Hemos de creer que una Convención
Constituyente o una Convención Mixta, órganos deliberantes y palestras de
corrientes de opinión en el fondo no disimiles entre sí, van a tener la impronta
y la vocación verdaderamente populares que tendría una Asamblea Constituyente
de verdad, surgida al calor de una revolución social triunfante y desde el seno
mismo de los pueblos y las clases y capas subalternas de Chile? A estas alturas
de la vida, no nos es dado creer en milagros.
De otra
parte, aquel torcido convite del bloque político de Estado, de plebiscito e
ilusoria vía constitucional, contiene el acápite de “Acuerdo por la Paz
Social”, mediante el cual pretende salvaguardar (ya lo han dicho Piñera y un
extenso coro de figuras del estrato político civil) la “paz social” y la
“democracia”. Pero, por cierto, se refieren a una paz devenida sumisión, la
cual resguarda el injusto y depredador orden económico-social existente, y a la
seudodemocracia que lo reafirma.
Qué duda
cabe; éste mundo se encuentra colmado de contradicciones. Por ende, no resulta extraño que los que llegaron a aquel famoso
acuerdo del 15 de noviembre, de farsa constitucional otorgada como caramelo a
cambio del clima de paz que necesitan los sectores dominantes para dominar y
explotar tranquilos, sean ellos los mismos que en verdad no aseguran para nada
la paz y la convivencia sociales, por cuanto la mayoría nacional los conoce,
los desprecia y sabe que de ellos nada bueno cabe esperar. Son ellos los
mismos que desde hace tres décadas se han puesto de acuerdo para mantener,
reproducir y mejorar el modelo de dominación/explotación heredado de la
dictadura cívico-militar que tiene hasta el cuello a las clases y capas
sojuzgadas. Son los mismos que aprueban leyes que reprimen no ya la legítima
violencia popular, sino que –incluso- la demanda pública y pacífica ante tanto
derecho conculcado. Los mismos que alientan y avalan el accionar impúdicamente
brutal y genocida de las FFAA y de Orden. En fin, son los mismos que, muy a
gusto, redactarán la nueva Constitución sin el más mínimo ánimo por cambiar el
modelo impuesto y ninguno de sus nocivos efectos; los mismos que condujeron a
precipitar el levantamiento popular que, temporalmente, ha debido dar un paso
atrás. A todos ellos, los pueblos y los explotados de Chile ya les han
notificado que no aceptarán más su vil modelo y a no dudar que retomarán el
enfrentamiento clasista iniciado en octubre una vez sea superada la actual
pandemia.
Nos
parece insólito que muchos que se dicen de izquierda; en realidad, reformistas,
neorreformistas y algunos pusilánimes, en una tónica que no mostraban hasta
hace menos de dos semanas, ahora aseguran que, “tenemos que preparar la
contraofensiva y una vez pase la pandemia, entonces, pasamos a hacerla efectiva”.
Pero, sin ser pitonisos, podríamos asentar por escrito que apenas se resuelva la
crisis sanitaria en curso dejarán de lado todo llamado a la lucha rupturista y volverán
con sus monsergas sobre la necesidad de ir a votar al plebiscito de octubre, avalando
así el tongo constituyente de los de arriba. ¿Y por qué lo hacen?, porque ésta es
la única forma de lucha que conocen: la electoralista, la que se somete a los
cánones de las clases dominantes, la que en vez de unir desarticula; en suma, porque
ellos representan a quienes fueron derrotados no sólo políticamente por
nuestros enemigos de clase, sino que al nivel ideológico y personal.
Si
la montaña no viene a Mahoma…
1.- Como la dictadura del gran capital no
quiere declarar una cuarentena general, para no afectar con ello los intereses
del empresariado nacional y extranjero, al MP, a las organizaciones políticas y
sociales populares, les asiste el deber de convocar, a la brevedad posible, una
gran Huelga Nacional General de al menos dos semanas, manteniendo activos
sólo los servicios básicos y de utilidad pública para la población, sin que
dicha medida afecte ni el empleo ni las remuneraciones de tod@s y cad@ un@ de
l@s trabajador@s. Por cierto, se deben asegurar todas las medidas de resguardo
sanitario a quienes tengan que continuar laborando: en servicios de salud,
farmacias, extracción de basuras, feriantes y veganos, etc.;
2.- Suspensión, al menos por los meses de marzo
a mayo, de los cobros de los servicios básicos: electricidad, agua, gas,
etc. Lo mismo, para pagos por deudas anteriores, sin aplicación posterior de
intereses del período. Fijación de precios máximos para fármacos, alimentos,
agua, materiales de aseo y construcción, con aplicación de multas onerosas a
los infractores y derecho popular a descerrajar establecimientos donde esos
insumos sean acaparados y para distribuirlos;
3.-
Conversión temporal, con intervención estatal, de las empresas e industrias de
cosméticos, químicas, vestuario, de soporte a las FFAA y de Orden, etc., a fin
que pasen a elaborar elementos de protección física y biológica: alcohol,
alcohol gel, mascarillas, batas y overoles para salud, papel higiénico, toallas
desechables de papel, etc., con entrega de estos a nivel masivo, regional,
provincial y comunal, con control social en cada instancia. Esto último, de
igual forma, respecto de agua potable y mineral para zonas que carecen del
vital elemento;
4.- En base a un impuesto permanente a la
riqueza, que grave en un 40% los ingresos del capital monopólico-financiero interno
y transnacional, financiar –entre otras obligaciones fiscales- la deuda
hospitalaria actual y proceder a fortalecer y extender el sistema público de
salud, mismo que atiende al 84% de la población nacional;
5.- A
exigir la renacionalización de todos los servicios públicos: luz, agua y gas. Reestatización
de Endesa, CAP, Entel, LAN Chile, Soquimich, Inacap, etc., para los mismos
fines anteriores;
6.- Nacionalizar
los capitales acumulados por las AFP e instaurar un sistema de seguridad social
basado en el aporte tripartito y que entregue pensiones y jubilaciones decentes,
nunca inferiores a un Sueldo Mínimo mensual de $500 mil;
7.-
Empresas que se coludan, se nacionalizan y sus dueños y gerentes se van presos;
8.- Libertad inmediata a tod@s los Pres@s
Polític@s del Levantamiento Popular. Asimismo, liberar a l@s pres@s comunes
que no tengan participación en crímenes, violaciones o abusos sexuales, narcotráfico
y robos contra población trabajadora. Juicio y castigo real y efectivo a
quienes han violado los DDHH durante la asonada popular en Chile;
9.-
Sacar a las FFAA de las calles y sólo dejarlas operativas, sin tenida de
combate, para labores de carga y descarga de alimentos, agua, fármacos e
insumos necesarios para enfrentar la pandemia del Covid-19;
10.- El
22 de marzo, Día mundial del Agua, a exigir su renacionalización y a defenderla
como un derecho vital;
11.- Cuando
los estudiantes secundarios y universitarios vuelvan a clases: Tomas y
movilizaciones en todos los establecimientos educacionales, por la Educación Pública
de excelencia y al servicio de las mayorías;
12.- 29 de marzo: Día de los y las Jóvenes
Combatientes;
13.-
Entre marzo y hasta cuando decaiga la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19:
a fortalecer y aumentar el número de las Asambleas Populares locales,
extendiendo la coordinación entre todas ellas (con apoyo en las RRSS); a
elaborar democráticamente el Programa de los Pueblos y los explotad@s y
excluid@s de Chile, lo mismo que afinar su estrategia de combate para retomar
la ofensiva pasada la presente pandemia;
14.- Una
vez superada la alerta sanitaria actual: A
reimpulsar la lucha popular en las calles y campos de todo el país, además de
potenciar las Asambleas Populares locales y sectoriales, unificándolas al
nivel provincial, regional y nacional. Retomar la campaña “Con el Plebiscito y el Cuento
Constitucional Nos Aíslan; la Lucha Nos Une”, de sabotaje y desenmascaramiento
de la estafa plebiscitaria del 25/10 y del fraude “constituyente” de los
payasos de la derecha, la exNM y el FA.
¡A
imponer la Cuarentena Sanitaria mediante la Huelga General!
¡Sólo los
Pueblos defienden la Salud de los Pueblos: Fuera Piraña y su inepto gobierno!
¡Libertad
a tod@s l@s Pres@s Polític@s del Levantamiento Popular!
¡A preparar
y acumular fuerzas para retomar la ofensiva popular apenas pase la pandemia del
COVID-19!
¡Sólo la lucha y la
unidad nos harán libres!
Círculo de Estudios Políticos
Miguel Cabrera Fernández
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